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Ursula K. Le Guin
Traducción de Tania Pratts
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tica, después de todo. Ya habían cambiado su hay un cambio significativo. La Triple Diosa
vida radicalmente en otra ocasión, cuando tiene una sola cara: la de Marilyn Monroe, tal
dejaron de ser vírgenes y se convirtieron en vez. La vida entera de una mujer desde los
mujeres maduras/esposas/matronas/madres/ diez o doce hasta los setenta u ochenta años
amantes/prostitutas/etcétera. Este cambio in- se ha vuelto secular, uniforme, inmutable. Así
volucró no sólo las alteraciones fisiológicas de como ya no hay ninguna virtud en la virgini-
la pubertad —el cambio de la niñez estéril a la dad, ya no hay ningún significado en la me-
madurez fructífera— sino una alteración del nopausia. Ahora se requiere determinación fa-
ser socialmente reconocida: un cambio de con- nática para convertirse en una Anciana.
dición de lo sagrado a lo profano. Las mujeres, por tanto, al imitar las condi-
Ahora que la virginidad se ha secularizado ciones de vida de los hombres, han renuncia-
por completo, de modo que el término “virgen”, do a un sólido puesto que les pertenecía. Los
otrora impresionante, es ahora una burla o a lo hombres temen a las vírgenes, pero tienen una
sumo una palabra anticuada para designar a cura para su propio miedo y para la virgini-
una persona que aún no ha copulado, la opor- dad de la virgen: coger. Los hombres les tie-
tunidad de ganar o recuperar la condición pe- nen miedo a las ancianas, tanto miedo que su
ligrosa/sagrada de estar en el Segundo Cam- cura para la virginidad les falla; saben que
bio ha dejado de ser evidente. no va a funcionar. Enfrentados con la Ancia-
La virginidad es ahora un mero preámbu- na realizada, todos menos los hombres más
lo o sala de espera de la cual hay que salir lo valientes se marchitan y se retiran, cabizba-
más pronto posible; no tiene importancia. La jos y penicaídos.
vejez, de manera similar, es una sala de espe- Sin embargo, la Mansión Menopausia no
ra a la que se acude después de que la vida se es únicamente un bastión defensivo. Es una
acaba, a esperar el cáncer o un derrame cere- casa u hogar, totalmente amueblado con las
bral. Los años anteriores y posteriores a los necesidades de la vida. Al abandonarlo, las mu-
años menstruales son vestigiales: la única con- jeres han reducido su dominio y empobrecido
dición significativa que les queda a las mujeres sus almas. Hay cosas que la Mujer Vieja pue-
es la de la fecundidad. Curiosamente, esta im- de hacer, decir y pensar que la Mujer no puede
portante restricción coincidió con el desarro- hacer, decir o pensar. La Mujer tiene que re-
llo de químicos e instrumentos que hacen que nunciar a algo más que sus periodos mens-
la fertilidad en sí misma sea una caracterís- truales antes de que pueda hacerlas, decirlas
tica sin sentido o al menos secundaria de la o pensarlas. Tiene que cambiar su vida.
madurez femenina. El significado de la ma- La naturaleza de ese cambio es ahora más
durez ahora no es la capacidad de concebir, clara de lo que solía ser. Vejez no es virginidad
sino la simple capacidad de tener relaciones sino una tercera y nueva condición; la virgen
sexuales. Como esta capacidad es comparti- debe ser célibe, pero la anciana no necesita
da por púberes y mujeres en la posmenopau- serlo. Hubo una confusión allí, que la separa-
sia, la difuminación de las distinciones y la ción de la sexualidad femenina de la capaci-
eliminación de las oportunidades es casi com- dad reproductiva ha aclarado a través de los
pleta. No hay rituales de iniciación porque no anticonceptivos modernos. La pérdida de fer-
tilidad no significa pérdida de deseo y reali- eludirlo, evadirlo y pretender que nada ha cam-
zación. Pero implica un cambio que involucra biado. Eso es eludir y evadir la propia femini-
asuntos aún más importantes —si se me per- dad, fingir que uno es como un hombre. Los
mite la herejía— que el sexo. hombres, una vez iniciados, nunca tienen la
La mujer que esté dispuesta a hacer ese segunda oportunidad. Ellos nunca cambian de
cambio debe quedar embarazada de ella mis- nuevo. Ésa es su pérdida, no la nuestra. ¿Por
ma, por fin. Debe soportarse a sí misma, su qué pedir pobreza prestada?
tercer yo, su vejez, con penoso esfuerzo y sola. Ciertamente, el esfuerzo por permanecer
No muchos la ayudarán con ese parto. Cierta- sin alteraciones, joven, cuando el cuerpo da
mente, ningún obstetra masculino cronome- una señal de cambio tan impresionante como
trará sus contracciones, le inyectará sedan- la menopausia, es valiente; pero es una valen-
tes, estará preparado con fórceps y suturará tía estúpida y autosacrificial, más apropiada
limpiamente las membranas rotas. Es difícil para un muchacho de veinte años que para
incluso encontrar una partera a la antigua, en una mujer de cuarenta y cinco o cincuenta.
esta época. Ese embarazo es largo, ese traba- Que los atletas mueran jóvenes y coronados de
jo de parto es difícil. Sólo uno es más difícil, laurel. Que los soldados ganen los Corazones
y ése es el último, el que los hombres tam- Púrpuras. Que las mujeres mueran viejas, co-
bién deben sufrir y realizar. ronadas de blanco, con corazones humanos.
Puede ser más fácil morir si ya has dado a Si viniera una nave espacial de los amiga-
luz a otros o a ti mismo, al menos una vez. Éste bles nativos del cuarto planeta de Altair, y el
sería un argumento para superar toda la in- cortés capitán de la nave espacial dijera: “Te-
comodidad y la vergüenza de convertirse en nemos espacio para un pasajero; ¿nos presta-
una Anciana. De cualquier modo, parece una rían un solo ser humano para que podamos
pena tener un rito de iniciación integrado y conversar a gusto durante el largo viaje de re-