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Como Buscar a Dios

Lucas 12:29-34

La expresión “buscar al Señor” se refiere al deseo de conocerle, al hambre y a la sed


ardientes de tener una relación íntima con nuestro Creador. Implica la maravillosa
sensación de desarrollar unidad con Él, donde Jesucristo no es ya nuestro distante
Salvador y Señor, sino un amigo íntimo que camina con nosotros día tras día.

En Mateo 12:39, Jesús llamó “mala y adúltera” a su generación: “La generación mala y


adúltera demanda señal; pero señal no le será dada”. Ellos buscaban señales y prodigios
en vez de buscar al Señor. Hoy, vivimos en un clima espiritual muy parecido, en el que
las personas quieren demostraciones del poder divino, pero se conforman con una
simple relación superficial con Jesús. Les satisface saber que son salvas, asistir a la
iglesia y recibir respuestas a sus escasas oraciones; sin embargo, prefieren no ahondar
en su relación con su Salvador ni buscarle más efectivamente.

Maneras de buscar a Dios


Mateo 7:7-11
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que
pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de
vosotros, que, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le
dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a
vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a
los que le pidan?

Los beneficios de buscar a Dios son maravillosos; la Biblia nos dice que “los que buscan
a Jehová no tendrán falta de ningún bien” (Salmo 34:10). Pero no seremos llevados por
inercia, de manera accidental a una relación significativa con Él; el secreto para
desarrollar intimidad con Dios es actuar decididamente teniendo ese fin en mente. Como
dice en 1 Crónicas 22:19: “Poned, pues, ahora vuestros corazones y vuestros ánimos en
buscar a Jehová vuestro Dios”. ¿Cómo podemos, entonces, buscar con tesón conocerle
mejor?
1.- Por estudiar la Biblia: La Biblia es la relación escrita de los atributos de Dios y de la
manera como Él actúa. Muchos cristianos leen uno o dos pasajes cada mañana, pero
buscar al Señor exige mucho más que eso. El examen metódico y constante de ella hará
crecer nuestra fe y nos dará lo que necesitamos para vivir en santidad (2 P 1.3)
Partícipes de la naturaleza divina

3 Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino
poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,
Cuando abra la Palabra de Dios, dígale al Señor: “Quiero conocerte mejor. Háblame,
Señor, y muéstrame la verdad sobre Ti”. Usted puede tener la seguridad de que
“muéstrame la verdad” es una oración que Dios siempre responderá.
Cuando usted se enamora de alguien, anhela desarrollar una relación para conocer más
a esa persona. Cuando se produce la intimidad verdadera, las barreras desaparecen y la
ignorancia es sustituida por un conocimiento que tiene un nivel más profundo que lo
físico o lo emocional: se produce una conexión con el espíritu de la otra persona.
De manera parecida, si usted quiere buscar a Dios, abra su Biblia con el propósito de
hallar respuestas a las siguientes preguntas: ¿Quién es este Dios? ¿Quién es este
Cristo? ¿Quién es este Espíritu Santo que mora dentro de mí y que expresa la vida de
Jesús a través de mi ser?

2.-Por mantener una vida de oración: Todos nosotros tenemos una lista de oración. En
realidad, centenares de asuntos, pero nada de lo que hay en esa lista debe abarcar
nuestro objetivo supremo cuando oramos, que es conocer más a Dios. Lo más
importante en mi vida no es mi servicio, ganar personas para Cristo, predicar sermones,
o ser un pastor. Lo más importante en mi vida es desarrollar mi relación con Cristo. Por
tanto, cuando usted se acerque a Él en oración, dígale: “Señor, abre mi corazón a Ti y
háblame; muéstrate a mí, y ayúdame a entender Tus caminos”.

3.-Por la adoración: No venga a la iglesia simplemente porque es domingo. Por el


contrario, venga con un corazón hambriento y una actitud de: “Señor, ¿qué quieres
decirme? ¿Qué quieres hacer en mí y a través de mí?” Venga listo para escucharle;
tenga una Biblia abierta, una libreta y una pluma, para que pueda anotar lo que el Señor
le revele lo que Él está tratando de hacer en su vida. Usted se marchará habiendo
aprendido verdades que influenciarán su futuro si las acepta y las aplica.
No puedo imaginar que alguien vaya a un culto para sólo estar allí sentado, y pensando:
¡Qué sermón tan maravilloso! El propósito de la iglesia no es entretenerle sino más bien
dejar que Dios cause un impacto en su corazón, que cambie su vida, y que lo haga cada
vez más parecido a Jesucristo. Esto comenzará a suceder cuando usted lo invite
decididamente a hablarle a su corazón.
4.-Por los libros Los grandes autores de la fe tienen conocimientos profundos y útiles,
pero no serán de valor para usted si no busca intencionalmente a Dios mientras los lee.
Tenga, por tanto, esta disposición: “Señor, quiero conocerte más. Muéstrame algo
nuevo, y si hay algo acerca de Ti que debo entender, pero no he captado, hazme el
favor de revelármelo”.
Hay ocasiones en las que, cuando leo una nueva idea, tengo que ponerme de rodillas y
decir: “Señor, ¿cómo es posible que después de haber sido cristiano tanto tiempo
no haya visto esto antes?” Pero, para todos nosotros, es necesario oír repetir algo una
y otra vez para que ciertas verdades penetren profundamente en nuestros corazones.

5.-Por la conversación: Sea intencional cuando converse en casa, en el trabajo y con


sus amigos. No permita que su conversación gire sólo en torno a los deportes, la política
y los titulares de la prensa. ¡Haga que la conversación se dirija a Jesús!
A mí me encanta estar en medio de un grupo de personas y escuchar su conversación,
porque aprendo algo nuevo. Pero la conversación banal no me interesa; quiero hablar de
cosas que dejen una huella, ya sea en la vida de otra persona o en la mía. Por eso,
cuando usted esté con un grupo de amigos, compañeros de trabajo o familiares, tenga
puestas sus “antenas” espirituales, y podrá descubrir algo nuevo o discernir cuando
intervenir con un comentario que apunte al Salvador.

Los resultados de buscar al Señor

La Biblia nos dice que cuando nuestra prioridad máxima es conocer a Dios, podemos
esperar una serie de beneficios, además de la gran bendición de tener intimidad con Él:

1) No tendremos falta de ningún bien. El salmo 37:4 dice que si Dios es lo primero en
nuestro amor e interés, Él nos concederá los deseos de nuestro corazón. Como nuestro
Creador omnisciente, el Señor nos conoce mejor que lo que nos conocemos a nosotros
mismos; Él está muy consciente de nuestros anhelos más profundos, incluso de algunos
de los que no nos hemos dado cuenta. Aún más, al buscarle aprendemos como piensa
Él, nuestros pensamientos comienzan a alinearse con los Suyos, y desearemos
solamente lo que Él desea. De esa manera, las bendiciones que Dios decide
amorosamente para nosotros, satisfarán verdaderamente los deseos de nuestro corazón.

2) Tendremos éxito en la vida. 2 de Crónicas 31:21 nos ofrece el ejemplo de Zacarías: “En
todo cuanto emprendió en el servicio de la casa de Dios, de acuerdo con la ley y los
mandamientos, buscó a su Dios, lo hizo de todo corazón, y fue prosperado”. Igualmente, el
Señor le dijo a Josué que obedeciera el libro de la ley para que pudiera prosperar y tener éxito
en todas sus empresas (Josué 1:7, 8). El principio es que, al meditar en la Palabra de Dios,
llegamos a entender Sus caminos y Su voluntad, y nuestra relación con Él se profundizará. Si
conocemos más a Dios, haremos decisiones correctas en número cada vez mayor, y eso lleva al
éxito.

3) Adquiriremos entendimiento. Proverbios 28:5 dice: “Los hombres malos no


entienden el juicio; mas los que buscan a Jehová entienden todas las cosas”. Un corazón
malo es tenebroso e impuro, y en él se aloja un espíritu rebelde. Pero cuando ansiamos
conocer a Dios, nuestro corazón se vuelve limpio, nuestra mente se aclara, y nuestro
espíritu se hace obediente; seremos, entonces, capaces de discernir lo que es
moralmente bueno y lo que es moralmente malo, y entonces acataremos
obedientemente la dirección divina.

4) Sabremos lo que es el contentamiento. Por su experiencia en el desierto, David


sabía lo que era ansiar con vehemencia el agua; por eso usó la imagen de la sed en el
salmo 63:1 para expresar la ansiedad con que él buscaba al Señor. En el versículo 5,
expresa un genuino y profundo contentamiento: “Como de meollo y de grosura será
saciada mi alma, y con labios de júbilo te alabará mi boca”. Es que en el corazón de una
persona que busca con afán al Señor, hay una sensación de profunda satisfacción.

Búsquelo ahora mismo

Ninguna otra cosa hará en favor del corazón humano lo que hará Su presencia; ninguna
otra cosa satisfará su espíritu como el estar a solas con el Señor Jesucristo. En eso
consiste el contentamiento.
Pregúntese esto:
¿Qué anhela su corazón? Al despertar cada mañana, ¿en qué piensa y qué desea en la
vida? Si es capaz de responder: “A Jesucristo”, eso es evidencia de que usted está
buscando verdaderamente al Señor.
Si usted desea tener más comprensión y mayor conocimiento de la voluntad de Dios
para su vida, no espere entonces. Ya sea que tenga 5 años o 95, comience a aprender
cómo buscar, obedecer, y seguirle. Ése es el camino que conduce al éxito y al verdadero
contentamiento.
Dios promete recompensar nuestra búsqueda de Él. Algunas veces seremos bendecidos con
un mayor entendimiento espiritual, y otras con un gozo inexplicable. Pero lo mejor de todo es
que buscar al Señor de corazón siempre nos permitirá encontrarlo (Jer 29.13). y me
13 

buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.


1 Crónicas 16:11 
¡Refúgiense en el Señor y en su fuerza,
busquen siempre su presencia!
2 Crónicas 15:2b
El Señor estará con ustedes, siempre y cuando ustedes estén con él. Si lo buscan, él dejará que ustedes lo
hallen; pero si lo abandonan, él los abandonará.
Salmos 9:10
En ti confían los que conocen tu nombre,
porque tú, Señor, jamás abandonas a los que te buscan.
Salmos 34:4
Busqué al Señor, y él me respondió;
me libró de todos mis temores.
Salmos 34:10
Los leoncillos se debilitan y tienen hambre,
pero a los que buscan al Señor nada les falta.
Salmos 37:4
Deléitate en el Señor,
y él te concederá los deseos de tu corazón.
Salmos 63:1
Oh Dios, tú eres mi Dios;
yo te busco intensamente.
Mi alma tiene sed de ti;
todo mi ser te anhela,
cual tierra seca, extenuada y sedienta.
Salmos 105:4
Recurran al Señor y a su fuerza;
busquen siempre su rostro.
Salmos 119:2
Dichosos los que guardan sus estatutos
y de todo corazón lo buscan.
Salmos 119:45
Viviré con toda libertad,
porque he buscado tus preceptos.
Amós 5:4 
Así dice el Señor al reino de Israel: «Búsquenme y vivirán».
Amós 5:14 
Busquen el bien y no el mal, y vivirán;
y así estará con ustedes el Señor Dios Todopoderoso,
tal como ustedes lo afirman.
Isaías 55:6
Busquen al Señor mientras se deje encontrar,
llámenlo mientras esté cercano.
Isaías 65:1
Me di a conocer a los que no preguntaban por mí;
dejé que me hallaran los que no me buscaban.
A una nación que no invocaba mi nombre,
le dije: “¡Aquí estoy!”
Mateo 7:7
Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá.
Hebreos 11:6 
En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que
él existe y que recompensa a quienes lo buscan.

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