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Es una planta de fibra suave con gran valor para el mundo, pertenece a

la familia de las malváceas y no todas las especies tienen un valor


comercial. Los centros de mayor riqueza son América Central y
Sudamérica con 18 especies, el noreste de África y suroeste de Arabia
con 14 y Australia con 17.
En México se encuentra 14 de las 18 especies registradas en el
continente. Pero, el famoso ‘algodón mexicano’, también conocido como
de ‘tierras altas’, pertenece a la especie hirsutum, de ahí su nombre
científico que se compone de dos vocablos en latín Gossypium que
hace referencia al género e Hirsutum L. que refiere a la especie.
Los principales países productores a nivel mundial son; India, Estados
Unidos, Pakistán, Brasil, Turquía, Australia, Turkmenistán y Burkina
Faso, estos en 2016 aportaron 65.4% de la oferta global según el informe
de FIRA. Para 2017 India, China, Estados Unidos y Pakistán continuaron
en el top de productores.
Si bien, la industria de este producto se centra en los textiles, también
se ocupa para material de curación, tapicería y papel moneda.

Historia
Es difícil saber de dónde es originario ya que los primeros registros que
se tienen se encuentran en un himno hindú del 1,500 A. C. donde se
menciona que existe un árbol en la India con “lana cuya calidad es
superior a la de las ovejas”. También, hay escritos de la Edad Media en
la que los viajeros europeos hacen referencia a una planta que “en lugar
de frutos producía borregos”(1).
Sin embargo, la evidencia arqueológica más antigua del
aprovechamiento de este cultivo proviene del Valle de Tehuacán en
México cerca del 3,500 A. C. y del Valle del Indo (Pakistán) en el 2,700
A. C.
Al este del Mediterráneo llegó hasta la época de Alejandro Magno (350 a.
C.), cuando el conquistador llevó la fibra de la India y Arabia a Grecia, así
empezó a popularizarse para vestir a las clases dirigentes.
En el 70 a. C. se registra por primera vez su uso en Egipto, al tiempo que
los árabes lo propagaban por los países mediterráneos como fibra textil.
Así, en los siguientes 2,000 años este commodity (2), junto con la seda y
la lana, fueron usadas para vestir a los habitantes de todo el mundo,
convirtiéndolo en un muy valorado producto de intercambio comercial.
La primera mención comercial registrada es del 63 d. C., cuando se
envió algodón en bruto desde la India al Mar Rojo. Después del año
800 existen registros del producto en relatos de exploradores de países
orientales que hablaban de cultivos perennes y no anuales.
La Inglaterra del siglo XIV no adoptó esta fibra del oriente al principio,
pero empezó a valorarse como ropa útil para el verano haciendo que
para el siglo XV se convirtiera en un país importador de la fibra. Con la
llegada de la Revolución Industrial se inventaron máquinas de hilado y
tejido y se consolidó una nueva industria.
En el ‘Nuevo Continente’, hay registros arqueológicos mesoamericanos y
andinos que indican su producción y uso textil, así como su comercio
entre grupos locales.
Muchos siglos después, en 1800, en Estados Unidos se empezó a
cultivar fibra de muy alta calidad con variedades de alta montaña
provenientes de México. El éxito fue tal que para el siglo XIX se convirtió
en el principal cultivo comercial entre la nación americana, Inglaterra y
Francia. En el período de la Guerra de Secesión (1861-1865) se
suspendió la producción, pero una vez terminada, volvió a convertirse en
clave para el desarrollo del país, sobre todo para los estados del sur.

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