Está en la página 1de 8

Metodología de la Investigación

Adrián Pabón
Nicolle Quintero
Andrés Leyva
Christian Madera
Miguel Jiménez

Indicador de pH en diferentes tipos de sustancias


Los seres humanos en su evolución han estado afanados porque todo sea procesado
de forma rápida, debido a que queremos hacer muchas actividades al mismo tiempo. Esta
evolución se ha vista reflejada en la manera que nos alimentamos, la calidad y tipos de
alimentos que escogemos. Sin embargo, no nos damos cuenta de las propiedades de los
alimentos que ingerimos. Hay muchas soluciones para esta problemática, y decimos
problemática porque es un conjunto de dificultades que nos llevan a buscar una solución
inmediata. Existen indicadores como solución a dicha problemática, pero el reto esta en
hacer de forma económica y eficiente. Así, estarías contribuyendo a la solución del
problema a bajos costos. Es por esto que nos planteamos los siguientes interrogantes:

1. ¿Como podríamos realizar un indicador pH donde podamos comprobar las


propiedades de los alimentos?
2. Identificar las sustancias como acidas o bases dependiendo el color que tome.
Para esta investigación hemos usado un enfoque cualitativo para la comparación de los
datos arrojados a lo largo de la experimentación con el fin de determinar el nivel de acidez
o basicidad de las sustancias escogidas, las cuales para este experimento hemos
seleccionado: vinagre, bicarbonato de sodio, zumo de limón, amoniaco y gaseosa. No
hemos escogido un enfoque cuantitativo porque cada etapa del proceso no tiene nada que
ver con la anterior ni con la siguiente, ya que son colores ya establecidos para las bases y
los ácidos.
Hay muchos indicadores químicos, pero como uno de los objetivos es disminuir los costos
del indicador decidimos usar materiales biodegradables fáciles de conseguir como es el
agua de repollo morado, este vegetal tiene un colorante llamado antocianina, la cual
reacciona muy rápido con ácidos y bases. Es por lo que utilizamos el agua de repollo
morado como indicador.
Primero, en un recipiente tomamos hojas del repollo morado y le vertimos agua caliente,
inmediatamente machacamos las hojas hasta que empiece a soltar el color y dejamos
reposar por un breve momento. Mientras dejamos reposar el agua, vaciamos las diferentes
sustancias en distintos vasos desechables. Por último, depositamos el agua de repollo
morado sobre cada uno de los vasos con las sustancias, observamos el color que se produjo
y comparamos con las tablas de pH.

Figura 1. Tabla de pH
Según la tabla del pH esos son los colores que debe arrojar el agua de repollo morado con
cada elemento seleccionado.
Los ácidos tienen un sabor picante y las bases un sabor amargo.
Hipótesis
- El indicador dará los mismos resultados que uno químico.
- Con la gaseosa se torna ácido, dándonos un color rojo-naranja.
- El bicarbonato arroja el color azul.
- El amoniaco da un color rojo fuerte.

Testear la hipótesis

Fotografía 1. Repollo morado en agua


Fotografía 2. Agua de repollo morado

Fotografía 3. Bicarbonato de sodio


Fotografía 4. Bicarbonato de sodio coloreado

Fotografía 5. Gaseosa
Fotografía 6. Gaseosa coloreada

Fotografía 7. Zumo de limón


Fotografía 8. Zumo de limón coloreado

Fotografía 9. Vinagre
Fotografía 10. Vinagre coloreado
Conclusión
Gracias a los resultados obtenidos previamente podemos concluir que esto es un método
casero que se puede emplear perfectamente a la cotidianidad, nos puede ayudar en cuanto a
determinar si los niveles de pH son muy ácidos, alcalino o simplemente queda en estado
neutro. Esto también nos puede decir qué tanto pueda afectar a nuestra salud, sí de forma
negativa o bien sea qué no genere efectos secundarios que puedan poner el riesgo de la
salud. Las sustancias como el vinagre, el zumo de limón y la gaseosa tornan con colores
que se identifican como ácidos, como se nota en la Figura 1. Además el bicarbonato de
sodio y el amoniaco se comportan como sustancias básicas al tornar color azul y azul
verdoso.
Bibliografía:
A. Quesada, Y. María, “Ciencias con alimentos-manual de experimentos”, 2012.
RD Osorio, AG García, “Experimentos divertidos de química para jóvenes”, Medellín,
2004.
S. Badui Dergal, “Química de los alimentos”, 4ta edición, PEARSON EDUCACIÓN,
México, 2006.
J. Phillips, V. Strozak, C. Wistrom, D. Zike, “Química: conceptos y aplicaciones” 3ra
Edición, MCGRAW HILL HIGHER EDUCATION, México, 2012.
J. E. Bautista, “Química 1. Teoría, práctica y cotidianidad”, Editorial Educar, Colombia,
2010.

También podría gustarte