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Universidad de Panamá

Centro Regional Universitario de Coló n


Facultad de Enfermería
Administració n y Gestió n ENF. 413 A

Pertenece a
Yirenaika Acosta 3-725-138 Alina Chirú 3-740-1474

Iris Austin 3-734-1457 Diana Crastz 3-740-885

Aurys Á vila 3-742-744 Lelsy Cover 8-923-97

Nahelis Castelló n 3-743-1 Joyce Delgado 3-741-2212


Daniel Diaz 3-743-504

A Consideració n De La Profesora
Mgtr. Elsa De Sandiford

TEMA
Direcció n En El Cuidado Del Paciente
Grupo
IV-A

I Semestre
3 de julio de 2020
INTRODUCCIÓN

El cuidado de los pacientes es la esencia de la profesión de enfermería, el cual se


puede definir como: una actividad que requiere de un valor personal y profesional
encaminado a la conservación, reestablecimiento y autocuidado de la vida que se
fundamenta en la relación terapéutica enfermera-paciente.
El cuidado de los pacientes representa una serie de actos de vida que tienen por
finalidad y función mantener a los seres humanos vivos y sanos con el propósito
de reproducirse y perpetuar la vida, de tal forma, el cuidado es mantener la vida
asegur Los cuidados básicos de enfermería son la base disciplinar sobre la que
pivota el
conocimiento enfermero y su desarrollo investigador. Es el campo donde la
enfermería toma decisiones sobre todos los cuidados de enfermería de los
pacientes con problemas de salud agudos, crónicos, críticos y al final de la
vida.ando la satisfacción de un conjunto de necesidades para la persona
Las acciones que llevamos a cabo ante un paciente, tanto las verbales como las
no verbales, influyen en los sentimientos y la concepción de este sobre el nivel de
competencia que se muestra, el papel de la enfermería en la asistencia sanitaria y
la adaptación global del paciente al centro sanitario
En éste trabajo se describe la Dirección en el cuidado del paciente cliente y familia
además se incluye el liderazgo de enfermería en el cuidado de pacientes con
enfermedades crónicas y adictivas.
OBJETIVO GENERAL

OBJETIVO ESPECÍFICO
DIRECCIÓN EN EL CUIDADO DEL PACIENTE: CLIENTE Y FAMILIA

La noción de cuidado está vinculada a la preservación o la conservación de algo o


a la asistencia y ayuda que se brinda a otro ser vivo. El término deriva del verbo
cuidar.
se asocia a la atención y vigilancia del estado de un enfermo. La enfermería es
tanto dicha actividad como la profesión que implica realizar estas tareas y el lugar
físico en el que se llevan a cabo.Los cuidados de enfermería, por lo tanto, abarcan
diversas atenciones que un enfermero debe dedicar a su paciente. Sus
características dependerán del estado y la gravedad del sujeto, aunque a nivel
general puede decirse que se orientan a monitorear la salud y a asistir
sanitariamente al paciente.
Cuando una persona se encuentra internada en un hospital (es decir, cuando debe
pernoctar en el centro de salud), los cuidados de enfermería incluirán el control del
suero, el monitoreo de sus parámetros vitales y el suministro de los medicamentos
indicados por el médico, entre otras tareas

En la salud de las personas el grupo social que más influye es la familia, es una de
las instituciones sociales más antigua y más fuerte. Sus miembros tienen una
historia común, comparten rasgos genéticos, entorno, costumbres, creencias,
actitudes generales y estilos de vida. Al considerar la familia como un sistema, se
constatará que funciona como una unidad, ya que a través de las interacciones
que se generan entre sus miembros y la dependencia mutua que existe entre
ellos, los factores que influyen en uno de sus miembros afectan a todos los demás
en mayor o menor grado. La familia ha sido siempre la principal fuente de apoyo y
cuidados, la mayor parte de los mismos que requieren los diferentes miembros de
la unidad familiar se proporcionan en el seno de la misma.El estado de salud de
un miembro de la familia y su reacción frente a la enfermedad influyen en los
mecanismos físicos y psicológicos de soporte que actúan dentro de la familia, y
reciben, a su vez, influencia de estos mecanismos.
LA TEORÍAS DE LIDERAZGO

La teoría del liderazgo funcional (Hackman & Walton, 1986; McGrath, 1962) es


la teoría particularmente útil para hacer frente a los comportamientos específicos
del líder, se espera que contribuyan a la eficacia de la organización o unidad. Esta
teoría sostiene que la principal tarea del líder es ver que todo lo que sea necesario
para las necesidades del grupo es atendido; por lo tanto, un líder puede decir que
han hecho su trabajo bien cuando han contribuido a la eficacia del grupo y la
cohesión.

Las teorías funcionales de liderazgo se desarrollan mediante el estudio de los


líderes exitosos e identificar las acciones y comportamientos que muestran. Los
grandes estudios con una gran cantidad de datos permiten correlacionar lo que los
líderes realmente hacen, es decir, sus acciones o funciones con sus resultados
exitosos.

En este modelo el liderazgo no recae en una persona, sino que se basa en un


conjunto de comportamientos del grupo que realiza las tareas. Como cualquier
miembro del equipo puede demostrar estas conductas, cualquiera puede participar
en el liderazgo. La teoría funcional de liderazgo, pone mayor énfasis en cómo está
siendo liderada una organización o una tarea a la asignación formal del cargo.

Uno de los más conocidos y de mayor influencia de las teorías funcionales de


liderazgo, que se utiliza en muchos programas de desarrollo de liderazgo, es "
Liderazgo Centrado en la Acción" de John Adair.

Adair desarrolla el modelo de Liderazgo Centrado en la Acción, representado con


tres círculos que representan:

1. El logro de la tarea.
2. Desarrollo y consolidación del equipo
3. Desarrollo de los individuos.
El modelo crea una importante diferencia entre liderazgo y gestión.

Adair superpone los círculos están superpuestos para indicar que:

 La tarea sólo puede ser realizada por el equipo y no por una sola persona.
 El equipo sólo puede lograr la ejecución de tareas excelente si todos los
individuos están completamente desarrollados.
 Los individuos requieren de la tarea para estar desafiados y motivados.
Las ocho Funciones del Liderazgo

Adair estableció las siguientes ocho funciones para que los jefes de equipo sean
responsables:

1. Definición de la tarea: establecer objetivos claros que sean específicos,


medibles, realizables, realistas y en tiempos definidos (conocidos como
SMART por sus siglas en inglés).

2. Planificación: buscando alternativas para lograr las metas con una mente
abierta y una actitud optimista. Definir planes de contingencia en caso de
problemas.

3. Informar al equipo: creando un clima adecuado, promover las sinergias y


sacando el máximo de cada individuo.

4. Mantener el control de lo que sucede: para conseguir los máximos


resultados con los menos recursos.

5. Evaluar los resultados: evaluando las consecuencias y definiendo cómo


mejorar el rendimiento del equipo.

6. Motivar: mediante motivadores externos tales como premios e incentivos o


internos como la satisfacción por el logro de cada miembro del equipo.

7. Organizar al equipo: mediante una buena gestión del tiempo y una


delegación efectiva.
8. Dar el ejemplo del comportamiento que las personas a su cargo deben
emular.

Las primeras teorías del liderazgo se centraron en qué cualidades distinguían entre
líderes y seguidores, mientras que las teorías del liderazgo posteriores analizaron
otras variables, como los factores de situación y los niveles de habilidad.

Teorías del «Gran Hombre»

De acuerdo con este punto de vista, los grandes líderes simplemente nacen con
las características internas necesarias, como el carisma, la confianza, la
inteligencia y las habilidades sociales.

Las teorías de los grandes hombres suponen que la capacidad de liderazgo es


inherente, es decir, que los grandes líderes nacen, no se hacen. Estas teorías
suelen describir a los grandes líderes como heroicos, míticos y destinados a
ocupar una posición de liderazgo.

Se utilizó el término «Gran Hombre» porque, en el momento de aparición de las


teorías, originalmente propuestas por el historiador Thomas Carlyle, el liderazgo
se consideraba principalmente como una cualidad masculina, especialmente en
términos de liderazgo militar. Estas teorías sugieren que las personas realmente
no pueden aprender cómo convertirse en líderes fuertes, sino que se nace con la
capacidad innata para ello.

Teorías de los rasgos

Las teorías de los rasgos son similares en algunos aspectos a las teorías del Gran
Hombre. Las teorías de los rasgos suponen que las personas heredan ciertas
cualidades y rasgos que las hacen más adecuados para el liderazgo.

Las teorías de los rasgos observan los rasgos de personalidad y los


comportamientos que contribuyen al liderazgo. El enfoque principal está en la
personalidad clave y los rasgos de comportamiento que comparten los grandes
líderes.

Sin embargo, el problema es que las personas con rasgos similares pueden
terminar siendo líderes totalmente diferentes. En algunos casos, uno puede
convertirse en un líder, mientras que el otro sigue siendo un seguidor,
independientemente de lo común en personalidad o comportamiento.

Teorías de contingencia

Las teorías de contingencias enfatizan los estilos de liderazgo dependiendo de la


situación en la que el líder se encuentre. Se centran en variables particulares
relacionadas con el entorno que pueden determinar qué estilo particular de
liderazgo es el más adecuado para la situación.

Según esta teoría, ningún estilo de liderazgo es mejor para todas las situaciones.
Los investigadores de liderazgo White y Hodgson sugieren que en un liderazgo
verdaderamente efectivo no intervienen solo las cualidades del líder, sino que se
trata más bien de lograr un equilibrio entre las conductas, las necesidades y el
contexto.

En este sentido, los buenos líderes son capaces de evaluar las necesidades de
sus seguidores, hacer un balance de la situación y luego ajustar sus
comportamientos. El éxito depende de una serie de variables, incluido el estilo de
liderazgo, las cualidades de los seguidores y los aspectos de la situación.

Teorías situacionales

Las teorías situacionales, como las teorías de contingencias, ven a los líderes
adaptarse a la situación en la que se encuentran. La diferencia es que se
considera que el líder cambia su estilo de liderazgo de acuerdo con el cambio de
situación.
Las teorías situacionales incluyen el cambio en la motivación del líder, así como
las capacidades de los individuos que son seguidores. El líder puede cambiar su
opinión sobre sus seguidores, su situación y su estado mental y emocional. Todos
estos factores contribuyen a las decisiones que toma el líder.

Además, las teorías situacionales proponen que los líderes elijan el mejor curso de
acción basado en variables situacionales. Diferentes estilos de liderazgo pueden
ser más apropiados para ciertos tipos de toma de decisiones.

Teorías del comportamiento

Con las teorías del comportamiento, la creencia es que los líderes se forman o
crean, con independencia de que nazcan con una característica u otras. El
liderazgo se aprendería a través de la observación y la enseñanza. Al igual que
con otros comportamientos, se cree que el liderazgo también se puede aprender y
desarrollar.

Es decir, las teorías del comportamiento del liderazgo se basan en la creencia de


que los grandes líderes son creados, no nacidos. Según esta teoría, las personas
pueden aprender a ser líderes a través de la enseñanza y la observación.

Teorías participativas

Las teorías de liderazgo participativo sugieren que el estilo ideal de liderazgo es


aquel que tiene en cuenta el papel que pueden jugar los demás. La inclusión de
otros en el proceso de toma de decisiones del líder es vital en las teorías del
liderazgo participativo. Los buenos líderes buscarían de manera activa la
contribución de los demás.

Este proceso involucra a las personas lideradas. Así, el buen líder sería aquel que
fuese capaz de lograr que se sintiesen valoradas, además de una parte con
influencia en las decisiones que se toman. Esta sensación de formar parte real de
algo importante haría que los seguidores se sintiesen más comprometidos con el
proceso.

Teorías de gestión o transaccionales

Las teorías de gestión, también conocidas como teorías transaccionales, se


centran en el papel de la supervisión, la organización y el rendimiento grupal.
Estas teorías basan el liderazgo en un sistema de recompensas y castigos, es
decir, en un sistema de gestión del desempeño de los individuos por parte de
líderes en los que se premia el éxito y se castigan los fallos.

Esta es la forma más común de liderazgo. El rol del líder pasa por manejar las
expectativas de los seguidores y adaptarlas a los objetivos del grupo. Básicamente
el líder sería un gestor, tanto de personas como de recursos.

El liderazgo

El liderazgo es el proceso de influir en otros apoyándolos para que trabajen


entusiastamente hacia el logro de objetivos comunes. Así mismo, es la capacidad
de tomar la iniciativa hacia gestionar, convocar, promover, incentivar, motivar y
evaluar a un grupo o equipo. También, es el ejercicio de la actividad ejecutiva, con
eficacia y eficiencia, hacia el desarrollo de un proyecto de índole personal,
gerencial o institucional. El líder es capaz de inspirar o guiar a individuos y grupos,
por constituirse en un modelo para todos. Entonces, por ningún motivo será un
caudillo ni una cabecilla pues nunca adopta valores negativos. Además, es
sencillo, veraz, capaz de trabajar en grupo, expresa libremente sus ideas, lucha
por sus principios, tiene buenas relaciones humanas, piensa estratégicamente,
etcétera.
LIDERAZGO EN EL CUIDADO DEL PACIENTE: CLIENTE Y FAMILIA

Desde esta perspectiva del entorno la gestión del cuidado requiere de la


enfermera jefe, el ejercicio del liderazgo y la motivación, dos procesos esenciales
para garantizar un cuidado de calidad. El liderazgo permite influir en la acción de
las personas responsables del cuidado en relación a su compromiso personal y de
respeto a las personas, así, la enfermera gestora puede transmitir los valores del
cuidado y asumir actitudes de apoyo para con el personal responsable del mismo
y reducir los factores que obstaculizan un cuidado de calidad.

Así también es responsable de realizar acciones que motiven al personal, la


motivación se puede medir por el grado de autonomía que las enfermeras
adquieren y su nivel de responsabilidad en el cuidado. La enfermera gestora tiene
entonces el compromiso de generar un clima de trabajo favorable y participativo,
debe hacer participar al personal en las decisiones, pedir la opinión del grupo, ser
receptiva ante las demandas del personal, reconocer el trabajo, compartir la
información, favorecer la creatividad, promover el espíritu de equipo, fomentar la
autonomía y la capacitación de todos los miembros del grupo de cuidados. La
motivación del personal responsable del cuidado es esencial a fin de lograr un
entorno propicio para el cuidado. Una enfermera satisfecha y estimulada por su
trabajo será capaz de comprometerse en mejorar la calidad de los procesos de
cuidado dirigidos a favorecer el confort, la comunicación, la curación y a promover
la salud de las personas que cuida.
La gestión de los cuidados está entonces orientada hacia la persona, el cliente, su
familia, el personal de enfermería, los equipos interdisciplinarios. La gestión se
identifica como un proceso humano y social que se apoya en la influencia
interpersonal, del liderazgo, de la motivación y la participación, la comunicación y
la colaboración. Utilizando el pensamiento enfermero, la enfermera gestora
favorece una cultura organizacional centrada en el cuidado de la persona.

Meleis (1988) sostiene que la dirección de los cuidados de enfermería debe tener
una visión clara y explicita de la disciplina de enfermería con el fin de contribuir de
manera distinta a la solución de los problemas relativos a los cuidados, a los
pacientes, su familia y al personal. La dirección de los cuidados tiene la
responsabilidad de crear una cultura de organización que favorezca la práctica de
los cuidados, seleccionar prioridades, elaboración de políticas, selección del
personal con excelente formación en cuidados enfermeros, desarrollar la
capacitación y la implementación de un modelo para guiar la práctica de
enfermería. En este contexto es necesario diseñar algunas estrategias que
pueden ser consideradas por los responsables de la gestión del cuidado, a
manera de ejemplo:

-Discutir con el personal los valores, los paradigmas, los conceptos y los objetivos
de los cuidados.

-Ayudar a otros profesionales, a los pacientes y familiares a comprender la


contribución de la disciplina de enfermería para mejorar la salud individual y
colectiva (a través de la investigación y la aplicación en la práctica ).

-Apoyar los principios inherentes al cuidado de las personas.


-Explicar que la intervención terapéutica de enfermería requiere utilizar más
tiempo que una intervención médica. Porque la enfermera utiliza la interacción, la
relación de ayuda y sus recursos personales, evalúa integralmente al paciente ya
que no se restringe sólo al análisis de problemas inmediatos.

-Centrar la gestión del cuidado en la salud más que en la enfermedad.

-Modificar los sistemas de prestación de cuidado: número y tipo de personal,


descripción de puestos, normas y reglamentos, criterios para evaluar los cuidados,
programas de educación continua, sistemas de evaluación del desempeño y su
impacto en los costos del sistema de salud, sistemas de registro del cuidado y
auditoria de calidad.

El liderazgo permite influir en la acción de las personas responsables del cuidado


en relación a su compromiso personal y de respeto a las personas, así, la
enfermera gestora puede transmitir los valores del cuidado y asumir actitudes de
apoyo para con el personal responsable del mismo y reducir los factores que
obstaculizan un cuidado de calidad.

Los enfermeros/as debemos ser líderes en el cuidado y atención a nuestros


pacientes, siendo los referentes en todos los procesos de educación sanitaria,
educación para la salud y prevención de la enfermedad, debe ser una prioridad
absoluta en la atención sanitaria y en nuestras estrategias como profesional de la
salud.

Las enfermeras estamos las 24 horas del día en las unidades de enfermería
hospitalaria, y somos su referente indiscutible en la atención primaria de salud,
debemos ser activos en la captación de población sana para potenciar los hábitos
de vida saludables, abordar la prevención de la enfermedad, realizando campañas
de prevención y detección precoz de las enfermedades más prevalentes y
potenciar el autocuidado.
La gestión de los cuidados debe estimular la creación de modelos de cuidado
basados en la concepción de la disciplina de enfermería, el uso de un lenguaje
común, de símbolos, de conceptos comunes en la práctica clínica que refuercen el
potencial, el compromiso y la identidad profesional de la enfermería, pero sobre
todo la calidad del cuidado que se otorga a los usuarios y su familia.

Diversos Modelos para mejorar la Gestión del Cuidado

Es imposible hablar de nuevos modelos de gestión del cuidado en el vacío


contextual. Como profesionales de la salud las enfermeras debemos proponer
estrategias a fin de dar respuesta a las demandas sociales de mejora de la calidad
del sistema de salud. Hasta ahora la experiencia y la actividad de enfermería en
las instituciones de salud ha demostrado que es una acción reactiva, que
responde a la definición de políticas del propio sistema, lo que ha delineado su
comportamiento laboral. Pero ahora pensamos en un ejercicio profesional
independiente y renovado que requiere de una acción proactiva, es decir acciones
de gestión que atiendan las necesidades de salud y de cuidado de los usuarios
reales y potenciales de los servicios de salud.

Existen modelos organizacionales en los que prevalece la orientación hacia la


práctica del cuidado, que pueden probarse y si son adecuados convertirse en
modelos para la gestión del cuidado. Pero así también deben proponerse modelos
acordes a cada medio, sin perder de vista las necesidades de evaluarlos en
relación al impacto que éstos tienen en el cuidado y la satisfacción de los usuarios
internos y externos de los servicios de enfermería. Es necesario dar evidencias de
que mejorar la calidad del cuidado no es incompatible con las metas económicas
del sistema de salud. En este orden de ideas podemos decir que el contexto ha
transformado las prácticas y que la enfermería tiene en sus manos plantear
estrategias para el cuidado individual y colectivo que difieren de las tradicionales,
por ejemplo, en el trabajo comunitario, en donde los modelos de gestión deben
tener una alta resolución que aseguren la promoción a la salud individual y
colectiva. De igual forma analizar el significado del cuidado en el hospital y la
posibilidad de crear en este contexto nuevos escenarios de cuidado en el hogar,
redefinir los estándares del cuidado para los enfermos agudos no hospitalizados,
cuidados a grupos de enfermos crónicos, en fin, toda la diversidad de
intervenciones que será necesario gestionar a fin de asegurar al usuario diversas
formas de cuidado integral, humano y libre de riesgos.

Es natural entonces que esto requiere de promover transformaciones en la


organización de enfermería, en su manera de planear y ofertar servicios y
particularmente de brindar cuidado de calidad que satisfaga las expectativas del
usuario y que además para las instituciones sea costo-efectivo.

El punto de inicio de esta colaboración es reconocernos nosotras mismas como


expertas y enriquecer de manera constante nuestros conocimientos y habilidades.
A veces nos enfrentamos a situaciones complejas del cuidado y no encontremos
respuesta a un problema, entonces es necesario que las enfermeras de servicio
compartamos estos problemas y trabajemos en colaboración con las educadoras y
las investigadoras de la disciplina, a fin de que en conjunto demos solución a las
situaciones de cuidado individual o familiar que se presenten. En donde la
enfermera así deberá ejercer un liderazgo comprensivo que motive a los usuarios
internos (personal de enfermería) hacia la mejora del cuidado.
ENFERMEDADES AGUDAS Y CRÓNICAS

Las enfermedades crónicas son la primera causa de muerte y de discapacidad


precoz, causan el 60% de las muertes a nivel mundial y desencadenan el 75% del
gasto público sanitario, lo que implica realizar cambios en el estilo de vida de la
persona que la padece, en su familia y en su entorno. Por ello, se ha posicionado
al paciente crónico en el punto de mira de la planificación sanitaria.

La enfermera debe liderar este rol de soporte y educación para el autocuidado. La


promoción del autocuidado es una estrategia necesaria para la búsqueda del
bienestar integral en la vida cotidiana y para lograr el desarrollo humano. Hace
referencia a todas aquellas iniciativas que promueven la adaptación de las
personas a su entorno y circunstancias, con el fin de conseguir la mejor calidad de
vida posible, favoreciendo la integración en su ámbito habitual (familiar, educativo,
laboral y social) y la autogestión de la enfermedad.

La atención sanitaria de todos nuestros dispositivos ha estado orientada


prioritariamente a la atención a los problemas agudos de salud, frente a la falta de
coordinación, adecuación y continuidad en la asistencia sanitaria de los procesos
crónicos. Es por todo ello que las enfermeras gestoras de casos, enfermeras de
enlace y de continuidad asistencial, cobran un gran protagonismo aportando una
mejora de la organización asistencial, calidad en la atención y eficiencia.

De una atención fragmentada, discontinua, centrada en el hospital, excesivamente


medicalizada y con evidentes muestras de insuficiente efectividad y eficiencia,
debemos pasar a convertir la asistencia en un refuerzo efectivo de las medidas de
promoción y prevención, el paciente y su entorno activo debe ser corresponsable
en el manejo de su problema de salud, potenciar la autonomía del paciente, la
toma de decisión activa y la asunción de la responsabilidad en cómo manejar la
salud y sus patología debe estar en el propio paciente activo y su entorno de
cuidados para los que no puedan asumir dicha responsabilidad.

Las enfermeras somos sin duda líderes en cuidados, líderes en salud y líderes en
el manejo del paciente crónico, y esto hay que ponerlo en valor y que las
autoridades sanitarias apuesten por dar mayor protagonismo a los enfermeros/as.

ENFERMEDAD ADICTIVA

la profesión de enfermería, la cual puede y debe tener liderazgo y aplicar los


conocimientos científicos y técnicos disponibles. Existen propuestas novedosas
para el trabajo con el fenómeno de las drogas y el tema violencia bajo la
perspectiva de la salud internacional, los presupuestos de la promoción de la
salud, así como la atención al individuo, las familias y la comunidad en el contexto
sociocultural.

La enfermería puede desarrollar actividades para prevenir el uso de drogas,


actuando sobre los factores de riesgo y promoviendo la integración en la familia y
en los demás segmentos sociales. Puede actuar también en el fomento de la
salud, fortaleciendo los factores protectores, con miras a la mejoría de la
autoestima y la autoeficacia, y desarrollando estrategias para el mantenimiento de
la salud, entre otros. En relación con el tratamiento de la dependencia de las
drogas, el enfermero deberá responsabilizarse del cuidado de enfermería y
participar en el diseño y ejecución del plan de tratamiento establecido por el
equipo de salud y el paciente.

A continuación, se presentan las áreas y líneas prioritarias de investigación


relacionadas a actividades para reducir la demanda de drogas desarrolladas por
un grupo de enfermeros vinculados a los proyectos de enfermería de la CICAD en
América Latina (Comisión Inter-Americana para el Control del Abuso de
Drogas/CICAD Informe Técnico, 2001):

I. Área de promoción de la salud

 El desarrollo de las condiciones potenciales de la calidad de vida en el


individuo, la familia y la comunidad.
 Identificación de factores protectores y de riesgos individuales y
comunitarios.
Estrategias de apoyo social.
 Atención de enfermería en la promoción de la salud.
 La salud, la organización de la política social y la profesión de enfermería.
 La actuación de la enfermería en el uso de los medios de comunicación
para la promoción de la salud.
 La evolución de los fundamentos básicos de la promoción de la salud.

II. Área de prevención del uso de drogas

 Uso de drogas en el contexto de la familia y la comunidad.


 Accidentes como consecuencia del uso de bebidas alcohólicas y otras
drogas.
 El uso de drogas en el ambiente de trabajo.
 El abuso de medicamentos psicoactivos.
 El uso de solventes por poblaciones específicas.
 La relación entre violencia, alcohol y drogas.
 Sustancias químicas, los riesgos de la exposición en el trabajo.
 Factores de riesgo en el uso de alcohol y drogas.

III. Área de integración social

 La enfermería en la integración social del usuario o dependiente del alcohol


y drogas en la comunidad (familia, escuela, empresa y grupos sociales).
 La actuación de enfermería frente a los problemas de salud mental
asociados al uso de sustancias psicoactivas.
 Asistencia a las poblaciones vulnerables (habitantes de la calle, minorías
étnicas, mujeres, ancianos, jóvenes, niños y adolescentes, homosexuales).
 Identificación de los factores que interfieren en la rehabilitación de usuarios
o dependientes del alcohol y las drogas.

Las investigaciones de enfermería en estas áreas y líneas podrán analizar la


violencia directa o indirectamente. La enfermería deberá delinear de forma
específica las áreas y líneas de investigación relacionadas al tema violencia. La
promoción de la salud debe ser parte de las actividades de reducción de la
demanda de drogas y consecuentemente del control de la violencia. La promoción
de la salud puede ser entendida como un proceso de concientización del individuo,
la familia y la comunidad (Wright, 2000). Eso se aplica a sus potencialidades, sus
responsabilidades y derechos individuales y sociales, su sustentabilidad, y las
transformaciones en el ser humano, el medio ambiente y la sociedad. De la
perspectiva crítico-holística, el enfermero facilitará el proceso de concientización
en diferentes grupos de la comunidad y la sociedad.

La enfermería puede tener un papel fundamental en tres estrategias de promoción


de la salud:
1. la defensa de la causa (salud).
2. la capacitación de los profesionales de la salud y de líderes comunitarios
y consejeros de salud, y la mediación para implementar las medidas
gubernamentales y comunitarias. La enfermería podrá promover la salud
de la colectividad mediante la utilización de los siguientes instrumentos:

a) la información.

b) la educación y comunicación interpersonal.

c) los medios de comunicación masivos.

El enfermero promueve la salud como facilitador, intermediario, interlocutor,


articulador, negociador entre las necesidades del "cliente" (individuo, familia,
comunidad) y los diferentes sistemas de la sociedad, como el de la salud,
educación, legislativo, de transporte. La acción promocional-educativa es un
proceso que se realiza a mediano y largo plazo. Las acciones de prevención
minimizan el efecto de los factores de riesgo, proponiendo estrategias y medidas
específicas. Deben ser elaboradas con las comunidades, las instituciones públicas
(educación, salud y justicia), empresas y medios de comunicación.

El desarrollo de las intervenciones de enfermería puede realizarse mediante: la


comunicación interpersonal, el contacto individual en una sala de consulta, visita
domiciliaria, trabajos de grupos por medio de técnicas de sensibilización, y
motivación para los problemas relacionados con el uso de drogas y violencia. Hay
clientelas distintas (adolescentes, padres, mujeres, escolares y otros), en los más
diversos lugares. Además, puede utilizar los recursos de la comunicación masiva,
divulgando mensajes sobre salud y la paz a través de diversos medios, teniendo el
cuidado de transmitir mensajes objetivos, verdaderos, de manera ética, no
amedrentadores ni punitivos, incentivando el autocuidado y el desarrollo personal.
CONCLUSIÓN

De esta aportación, surge la necesidad de redimensionar el cuidado de enfermería


desde la perspectiva del rol, que el desarrollode la profesión demanda ante las
crecientes necesidades de salud, la reorganización de

los servicios y los avances científicos y tecnológicos que imponen a enfermería un


nuevo estilo de práctica.

Para concluir, es necesario resaltar que la importancia del cuidado de enfermería


recae en el mejor modo de servir al paciente y las personas que lo integran
mediante la adopción de un enfoque global para lograr los objetivos de manera
exitosa.

Las relaciones dentro del cuidado de la salud son reconocidas como de gran
importancia para hacer frente a la experiencia de enfermedad dentro de la familia,
siendo estas no solo consideradas como ejes centrales para el cuidado en sí, sino
también para el propio cuidado.
BIBLIOGRAFíA

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