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Areas y funciones del cerebro

Sandra Milena Higuita George

Docente

Lic. Margarita Jaraba Ortiz

Corporación Universitaria del Caribe

2020
Areas y funciones del cerebro

El cerebro es el órgano en el que se centraliza la actividad del sistema nervioso.


Aunque sus partes están conectadas, por lo general las funciones del cerebro se dividen en
distintas áreas. El cerebro es un órgano complejo e indispensable. Por lo general, sabemos
que regula las distintas acciones del organismo así como nuestras emociones,
razonamientos, recuerdos y demás. De acuerdo con Arango y Pimienta (2004) el sistema
nervioso está constituido por cien mil millones de neuronas, y esta gran proporción de
estructuras unitarias, pero ampliamente interrelacionadas, genera una extrema complejidad
que ha hecho que el abordaje científico de esta masa de no más de 1.300 gramos sea difícil
y, en ocasiones, desalentadora.

El cerebro está conformado por un 78 % de agua, 10 % de grasa y un 8 % de


proteína. Supone solo el 2 % del peso corporal y utiliza el 20 % de la energía que
producimos. Este se encuentra conformado por determinadas áreas las cuales le brindan al
cuerpo humano el funcionamiento que se conoce hasta el día hoy, dichas áreas tienen
determinadas funciones las cuales serán expuestas en el presente informe (Arango, 2004).

Areas del cerebro

Desde Arango (2004) se reconocen las siguientes partes del cerebro las cuales
ayudan al funcionamiento de este y del cuerpo humano y cada uno de los sistemas en los
que interfiere.

Telencéfalo

El telencéfalo es la parte del cerebro que es más fácil de ver a simple vista, ya que
ocupa la mayor parte de la superficie del encéfalo. Sus componentes son la corteza cerebral,
los ganglios basales y el sistema límbico.

Corteza cerebral

La corteza (o córtex) cerebral es la parte del cerebro que es rugosa y llena de


pliegues. Cubre por encima el resto del encéfalo, y es el área en la que se integra la
información necesaria para llevar a cabo los procesos mentales más complejos, ya que la
información que llega a esta región ya ha sido procesada parcialmente por otras estructuras
del cerebro. El córtex está dividido en dos hemisferios cerebrales que son casi simétricos a
simple vista, aunque a escala microscópica son muy diferentes. Además, cada hemisferio
está compuesto por varios lóbulos del cerebro, cada uno de los cuales está más involucrado
en ciertos procesos mentales.

Hemisferios

Cada uno de los hemisferios está especializado en funciones y conductas diferentes,


siendo ambos hemisferios fundamentales para el ser humano, y con una relación inversa
respecto a nuestro cuerpo: el hemisferio izquierdo coordina el movimiento de la parte
derecha del cuerpo, mientras que el hemisferio derecho coordina el de la zona izquierda.

Hemisferio derecho

Desde Arango y Pimienta (2004) el hemisferio derecho es el que guarda relación


con la expresión no verbal; piensa y recuerda a través de imágenes. En él se encuentran la
orientación espacial, la percepción, la potestad para captar y expresar tus emociones
(conducta emocional), etc. El hemisferio derecho gobierna tantas funciones especializadas
como el hemisferio izquierdo. Su forma de elaborar y procesar la información es distinta
del hemisferio izquierdo. No utiliza los mecanismos convencionales para el análisis de los
pensamientos que utiliza el hemisferio izquierdo. Es un hemisferio integrador, dentro de las
facultades viso-espaciales no verbales, especializado en sensaciones, sentimientos, prosodia
y habilidades especiales como las visuales y sonoras, por ejemplo las habilidades artísticas
y musicales.

Hemisferio izquierdo

El hemisferio izquierdo es el dominante en la mayoría de los individuos. Parece ser


que esta mitad es la más compleja, está relacionada con la parte verbal. El hemisferio
izquierdo es la parte motriz capaz de reconocer grupos de letras formando palabras, y
grupos de palabras formando frases, tanto en lo que se refiere al habla, la escritura, la
numeración, las matemáticas y la lógica, como a las facultades necesarias para transformar
un conjunto de informaciones en palabras, gestos y pensamientos. John Hughlings Jackson,
neurólogo británico, ya en 1878 describió el hemisferio izquierdo como el centro de la
facultad de expresión. Dependiendo de su severidad, una embolia que afecte a esta
estructura puede producir pérdidas funcionales, pérdida funcional del habla y afectar
destrezas motoras en el lado derecho del cuerpo.

Lóbulos

Cada hemisferio cerebral (el izquierdo y el derecho) está dividido en 4 lóbulos, cada
lóbulo coordina diferentes procesos cognitivos. De acuerdo con Arango (2004) los cuatro
lóbulos y sus funciones son:

Lóbulo frontal: está involucrado en procesar información de movimiento, de


atención, de planeación, de toma de decisiones, del habla, de la regulación emocional, del
razonamiento, de la motivación y de la conducta. Es por esto que uno de los primeros
signos de la demencia frontotemporal son los cambios de personalidad. En los humanos, es
el más grande de los lóbulos del cerebro. Se caracteriza por su papel en el procesamiento de
funciones cognitivas de alto nivel tales como la planificación coordinación, ejecución y
control de la conducta. Por extensión, también hace posible el establecimiento de metas, la
previsión, la articulación del lenguaje y la regulación de las emociones.

Lóbulo parietal: encargado de integrar información de los sentidos; del tacto, el


gusto, la visión, la temperatura, la presión y el dolor. se encuentra entre los lóbulos frontal
y occipital, y se encarga principalmente de procesar información sensorial que llega de
todas las partes del cuerpo, como el tacto, la sensación de temperatura, el dolor y la presión,
y es capaz de relacionar esta información con el reconocimiento de números. También hace
posible el control de los movimientos gracias a su cercanía a los centros de planificación
del lóbulo frontal.

Lóbulo occipital: es el centro principal para procesar la visión. Es la primera zona


de la neocorteza a la que llega la información visual. Por lo tanto, tiene un papel crucial en
el reconocimiento de objetos cuya luz es proyectada sobre la retina, aunque por sí misma no
tiene la capacidad para crear imágenes coherentes. Estas imágenes son creadas a partir del
procesamiento de estos datos en unas zonas del cerebro llamadas áreas de asociación visual.

Lóbulo temporal: juega un papel importante en el procesamiento de la información


auditiva, en reconocer el lenguaje y formar memorias. Los lóbulos temporales de cada
hemisferio se encuentran a los laterales del cerebro, dispuestos horizontalmente y pegados a
las sienes.

Ganglios basales

Los ganglios basales son las partes del cerebro que nos permiten realizar
movimientos relativamente complejos y precisos de manera fácil y casi automática:
escribir, hablar, modificar nuestras expresiones faciales de manera voluntaria, etc. Por lo
tanto, monitorizan de manera semiautomática el modo en el que realizamos cadenas de
movimientos que ya hemos practicado antes muchas veces hasta llegar a dominarlos, y a la
vez nos permiten aprenderlos bien, entre otras funciones.

Sistema límbico

El sistema límbico es un conjunto de estructuras encefálicas cuyos límites son


bastante difusos, ya que se mezcla con muchas partes del cerebro diferentes. Sus funciones
están relacionadas con la aparición y regulación de las emociones y de las respuestas
corporales más allá de la cabeza que las acompañan. Es por eso que a veces se le considera
"el cerebro emocional" en contraposición al "cerebro racional" que correspondería a las
zonas ocupadas por la corteza cerebral (y especialmente el lóbulo frontal).

Hipocampo

El hipocampo es una estructura alargada situada en la parte interna de los lóbulos


temporales, una de las regiones de la corteza cerebral más antiguas, presentes en las formas
de mamíferos más antiguas. Su función está relacionada con el almacenamiento y la
recuperación de recuerdos, el aprendizaje y la navegación espacial.

Amígdala

La amígdala cerebral es un conjunto de neuronas que se agrupan en la cara interna


del lóbulo temporal de cada uno de los hemisferios. Es decir, que al igual de lo que ocurre
con el hipocampo, es una de esas partes del cerebro que se encuentran por duplicado en
cada cerebro humano, habiendo una en cada mitad (izquierda y derecha) del encéfalo. a
amígdala cerebral forma parte del sistema límbico, y es una de las estructuras cerebrales
que tienen más importancia a la hora de relacionar estados emocionales con situaciones que
vivimos; es por eso que juega un papel clave en los procesos mentales relacionados con la
memoria emocional y los aprendizajes vinculados a esta, que son muy importantes. A fin de
cuentas, saber con qué emociones están emparejada cada tipo de estímulo o experiencia
hace que adoptemos una actitud ante ellas y nos decantemos por unas posibles reacciones y
no otras.

Diencéfalo

El diencéfalo es la segunda gran estructura que forma el prosencéfalo, y está situado


justo debajo del telencéfalo, en las profundidades del Sistema Nervioso Central. Las partes
del cerebro que componen el diencéfalo son básicamente el tálamo y el hipotálamo.

Tálamo

Es la parte más grande del diencéfalo, y es el núcleo en el que se integra por primera
vez toda la información que nos llega a través de los sentidos (a excepción del olfato, que
llega al cerebro directamente a través del bulbo olfatorio de cada hemisferio cerebral). El
tálamo manda esta información a áreas del cerebro más altas, para que allí se siga
procesando la información que ha empezado a sintetizarse en él, y además es capaz de
hacer posible que el Sistema Nervioso Autónomo reaccione rápidamente ante estímulos que
pueden significar la presencia de un peligro.

Hipotálamo

El hipotálamo está situado justo debajo del tálamo, y se encarga principalmente de


hacer que todo el organismo se encuentre constantemente en un estado de homeostasis, es
decir, en equilibrio en todos los sentidos: temperatura corporal, niveles de hormonas en
sangre, ritmo de la respiración, etc.

Tronco del encéfalo

El tronco del encéfalo, o tallo cerebral, es la parte del encéfalo que está más
directamente conectada con la médula espinal, y también es la encargada de realizar las
tareas básicas de mantenimiento de las funciones vitales como la respiración involuntaria o
el ritmo cardíaco. Está formado por las partes que evolucionan a partir del mesencéfalo y el
rombencéfalo. Sus partes son las siguientes.
Mesencéfalo

El mesencéfalo es la parte del tronco del encéfalo que queda justo debajo del
diencéfalo. Se encarga de comunicar el tallo cerebral con las estructuras superiores y
viceversa, y también interviene en el mantenimiento de procesos automáticos que nos
permiten sobrevivir. Se divide en el tectum y el tegmentum.

Protuberancia

También se conoce a esta estructura como puente de Varolio o puente


troncoencefálico. Está situada justo debajo del mesencéfalo.

Bulbo raquídeo

Es la parte inferior del tronco encefálico, y sus funciones son muy parecidas a las de
las otras dos estructuras de esta parte del encéfalo. Además, es el enlace entre el encéfalo y
la médula espinal. En el bulbo raquídeo se encuentra una parte conocida como la
decusación de las pirámides, que es donde los fajos de fibras nerviosas de los dos
hemicampos (las mitades izquierdas y derechas del cuerpo humano) se entrecruzan para
pasar de un lado a otro; esto explica por qué el hemisferio derecho se encarga de procesar
información de la mano izquierda mientras que el izquierdo se encarga de la otra, por
ejemplo.

Cerebelo

El cerebelo es una de las partes del cerebro con una mayor concentración de
neuronas y entre sus muchas funciones la más estudiada es la regulación y monitorización
de movimientos complejos que requieren una cierta coordinación. También tiene un papel
en el mantenimiento del equilibrio al estar de pie y caminar.
Referencias

Arango, C. (2004). El cerebro: de la estructura y la función a la psicopatología. Segunda


parte: La microestructura y el procesamiento de la información. Revista
Colombiana de Psiquiatría, XXXIII (1), 126-154. Recuperado de
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=806/80615415008

Arango, C. y Pimienta, H. (2004). El cerebro: de la estructura y la función a la


psicopatología. Primera parte: Bloques funcionales. Revista Colombiana de
Psiquiatría, Suplemento 1(33). Recuperado de
http://www.scielo.org.co/pdf/rcp/v33s1/v33s1a07.pdf

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