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UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS

MAESTRÍA EN COMUNICACIÓN – EDUCACIÓN


NOMBRE: DAVID LUNA DURÁN
CÓDIGO: 202011910116

SEMINARIO DE COMUNICACIÓN – EDUCACIÓN II


JUAN CARLOS AMADOR
RESEÑA # III

Título:

1. Bibliografía:

Han, Byung-Chul (2014) “La crisis de la libertad, Poder Inteligente y Biopolítica”. En,
Psicopolítica. Barcelona: Herder Editorial.

2. Palabras claves:

Neoliberalismo, poder disciplinario, poder inteligente, sociedad de la transparencia, crisis de la


libertad, biopolítica, psicopolítica, subjetividad/sujeto, rendimiento/optimización

3. Estructura del texto:

Psicopolítica es un ensayo sobre el poder y la forma de gobierno que caracteriza a la sociedad


neoliberal. A este tipo de poder el autor lo denomina el <<poder inteligente>>. A diferencia de su
antecesor -el poder disciplinario- el poder inteligente se basa en la autodisciplina y en la
optimización del sujeto para ejercer control sobre sus comportamientos y pensamientos, esta forma
de gobierno es lo que el autor denomina la <<psicopolítica>>.

Desde otro punto de vista, este también es un ensayo sobre el sujeto neoliberal sometido al principio
del rendimiento y la subjetividad <<automática>> que lo caracteriza. Veamos, pues, cuáles son
algunas de las propiedades que caracterizan a la sociedad neoliberal contemporánea.

- La crisis de la libertad:

De acuerdo con Han, el avance del régimen neoliberal ha provocado una profunda mutación del
sujeto, que asume ahora la figura del proyecto. Este proyecto representa una figura de coacción, una
forma eficiente de subjetivación y sometimiento, a la que acompaña una falsa sensación de libertad.

“El yo como proyecto, que cree haberse liberado de las coacciones externas y de las coerciones
ajenas, se somete a coacciones internas y coerciones propias en forma de una coacción al
rendimiento y la optimización.” (pp. 7)

El sujeto del rendimiento -como lo denomina el autor- es un esclavo sin amo, que se explota a sí
mismo, pero pretende ser libre. Un sujeto que “absolutiza” la vida y el trabajo, como si estos fueran
dos caras de la misma moneda, para este sujeto el exceso y el goce del amo es una situación
extraña, puesto que a este el trabajo no lo libera, por el contrario, hace que esta dialéctica
(goce/trabajo) se transforme en la totalización absoluta del trabajo.

De este modo, el sujeto neoliberal se puede entender como un empresario de sí mismo que no es
capaz de establecer relaciones con los demás sin perseguir una finalidad. Esto, de acuerdo con el
autor, contradice la idea misma de libertad: ya que libertad y amistad provienen en nuestra cultura
de la misma raíz: “ser libre significa estar entre amigos”. Una condición de “coexistencia
satisfactoria” que es ajena al “aislamiento total al que nos conduce el régimen liberal”, donde la
explotación ajena se ha transformado en una autoexplotación sin clases, que elimina la distinción
entre explotados y explotadores, que hacía posible la idea de revolución social propuesta por Marx.

Y, todo esto, gracias a que el aislamiento del sujeto del rendimiento, explotador de sí mismo, no
forma ningún nosotros político que conduzca a la acción común. Es más, el neoliberalismo
convierte al ciudadano libre en un consumidor pasivo, que reacciona de forma pasiva a la política y
la concibe dentro de una relación clientelar.

A este consumidor no le preocupa la transparencia de los procesos políticos de decisión, sino que se
escandaliza cuando el candidato es desenmascarado ante el panóptico: “No es la reclamación de un
ciudadano con iniciativa, sino la de un espectador pasivo. La participación tiene lugar en la forma
de reclamación y queja. La sociedad de la trasparencia, que está poblada de espectadores y
consumidores, funda una democracia de espectadores.” (pp. 13)

Con esto hemos entrado en lo que Han denomina la época de la psicopolítica digital, la cual avanza
desde una vigilancia pasiva hacia un control activo del sujeto que afecta su voluntad y precipita una
profunda crisis de la libertad.

Dentro de este escenario digital, el Big Data sirve como instrumento psicopolítico -que permite
adquirir un conocimiento integral de la dinámica inherente a la sociedad de la comunicación: “Se
trata de un conocimiento de dominación que permite intervenir en la psique y condicionarla a nivel
prerreflexivo.” (pp. 14) Mediante el cual el futuro se convierte en predecible y controlable,
transformando la negatividad de la “decisión libre” en la positividad de un “estado de cosas”, donde
la persona es cuantificable, mensurable y controlable, por ende, reificada y cosificada: “El Big Data
anuncia el fin de la persona y la voluntad libre.” (pp. 14)

Así que, si todo dispositivo o técnica de dominación se materializa mediante “objetos de devoción”
que tienen la finalidad de someter y estabilizar el dominio, para el autor, el smartphone constituye
no sólo un objeto digital de devoción, sino un objeto de devoción de lo digital en sí mismo. En este
sentido, el teléfono inteligente y las redes sociales, según el autor, guardan muchas relaciones con el
rosario y la confesión: “El me gusta es el amen digital. Cuando hacemos clic en el botón de me
gusta nos sometemos a un entramado de dominación. El smartphone no es solo un eficiente aparato
de vigilancia, sino también un confesionario móvil. Facebook es la iglesia, la sinagoga global
(literalmente, la congregación) de lo digital.” (pp. 14)

- Poder inteligente:

A causa de la negatividad que domina al poder disciplinario al asumir una forma inhibitoria y no
permisiva, este no puede describir la técnica del poder propia del régimen neoliberal, el cual se
caracteriza por su positividad y por su capacidad de escapar a toda visibilidad. Sometiendo al sujeto
sin que éste ni siquiera sea consciente de su sometimiento. De acá que se presuma libre.

En vez de hacer uso de la violencia para imponer sus valores y preceptos, esta técnica del poder
cuida que los individuos se sometan a sí mismos a través de la actividad, la motivación y la
optimización, de complacer y colmar, para hacerlos dependientes en vez de sumisos. No opera de
frente contra la voluntad de los sujetos, sino que dirige esa voluntad a su favor. “Es afirmativo en
vez de negador, más seductor que represor. Se esfuerza en general emociones positivas y en
explotarlas.” (pp. 16) De esta forma, en vez de disciplinar la psique desea someterla a coacciones y
prohibiciones. No nos impone silencio, al contrario, nos exige compartir y participar para contar
nuestra vida y estar bajo el escrutinio del otro. Es un poder amable, en vez de represivo, al que no le
interesa someter o negar la libertad, sino explotarla. Para eso elimina la decisión libre y favorece la
libre elección entre distintas ofertas.

De este modo, el poder inteligente es un poder capaz de leer y evaluar nuestros pensamientos, que
apuesta por la organización y optimización voluntarias y quiere dominar intentando agradar y
generando dependencias. Ante este capitalismo del me gusta, el autor hace la siguiente advertencia:
protégeme de lo que quiero. (pp. 17)

Para el autor el poder disciplinario consiste en entornos e instalaciones de reclusión, donde el sujeto
se mueve de un espacio de reclusión a otro, dentro de un sistema cerrado, que permite distribuirlos
en el tiempo y en el espacio. Por eso el topo representa el animal de la sociedad disciplinaria.

Deleuze ya había pronosticado la crisis de estos entornos de reclusión, ya que no se ajustaban a la


mayor apertura y desterritorialización que implican la producción inmaterial y la red. En su lugar
aparece la serpiente, la cual representa la sociedad de control neoliberal, la cual se ajusta a la
apertura gracias a que su naturaleza le permite “delimitar el espacio a partir de su movimiento”.
Como un empresario, la serpiente debe eliminar toda limitación a través de nuevas formas de
movimiento que le permitan aumentar su productividad. En este sentido el paso del topo a la
serpiente no representa una transformación sino una mutación del capitalismo.

Si el régimen disciplinario se organiza como un <<cuerpo>> (Deleuze) y se define como un


régimen biopolítico, el régimen neoliberal, por el contrario, “se comporta como un <<alma>>. De
ahí que la psicopolítica sea su forma de gobierno. Esta alma instituye la motivación, el proyecto, la
competencia, la optimización y la iniciativa como técnicas de dominación inherentes a la
psicopolítica que difunde el neoliberalismo. “La serpiente encarna sobre todo la culpa, las deudas
que el régimen liberal establece como medios de dominación.” (pp. 19)

- Biopolítica:

Según Foucault, el poder soberano, propio de la sociedad agraria, cedió su lugar al poder
disciplinario que caracteriza a la sociedad industrial. La industrialización requiere disciplinar el
cuerpo y ajustarlo a la producción mecánica calculada. De este modo: “En lugar de atormentar al
acuerpo, el poder disciplinario lo fija a un sistema de normas. Una coacción calculada… [que] Hace
del cuerpo una maquina de producción. Una <<ortopedia concertada>>.” (pp. 20) Que ejerce su
fuerza a través de negatividad del adiestramiento, para explotar al sujeto obediente.
De este modo esta técnica disciplinaria no opera sólo sobre el cuerpo. También somete a la mente y
la intenta edificar moralmente, aunque no tenga, en realidad, bajo su mira la psique, debido a que su
técnica ortopédica es “muy burda” para penetrar “las capas ocultas” (necesidades y deseos) de la
psique. Su dependencia del medio óptico no le permite observar más que desde el exterior a sus
reclusos, ya que no cuenta con una herramienta que le permita acceder a sus necesidades internas o
pensamientos.

Por otra parte, la biopolítica, como forma de gobierno de la sociedad disciplinaria, descubrió la
<<población>> como una masa de producción y reproducción, donde las tasas de natalidad y
muerte, la salud y el bienestar son administrados meticulosamente.

Sin embargo, la biopolítica es inadecuada para describir el régimen neoliberal que explota
principalmente la psique. La biopolítica que se sirve de la estadística de la población no cuenta con
una herramienta que le permita acceder al psicoprograma de su población, ya que la demografía no
proporciona una psicografía que explore la mente, como si lo permiten las técnicas del Big Data.
“A partir del Big Data es posible construir no solo el psicoprograma individual, sino también
psicoprograma colectivo, quizás el psicoprograma de lo inconsciente. De este modo sería posible
iluminar (desnudar) y explotar a la psique hasta el inconsciente.” (pp. 21)

4. Aportes del texto al problema en cuestión:

De acuerdo con el autor, el neoliberalismo es un sistema muy eficiente para explotar la libertad: “Se
explota todo aquello que pertenece a prácticas y formas de libertad, como la emoción, el juego y la
comunicación.” (pp. 8) De acuerdo con esta lógica, no es eficiente explotar al sujeto contra su
voluntad, ya que el producto final que resulta de esta coacción es insuficiente, sólo la explotación de
la libertad “genera el mayor rendimiento”.

En contraposición, Marx define la libertad como una relación lograda con el otro. En síntesis “ser
libre no significa otra cosa que realizarse mutuamente. La libertad es un sinónimo de libertad
lograda.” (pp. 8)

Mientras que el capitalismo promulga el principio de la <<libertad individual>>, sobre el cual


descansa el concepto de la <<libre competencia>>, para reproducirse a sí mismo por medio de la
competencia y absorber las fuerzas productivas y la capacidad reproductiva de la sociedad:

“Por mediación de la libertad individual se realiza la libertad del capital. De este modo, el
individuo libre es degradado a órgano sexual del capital. La libertad individual confiere al capital
una subjetividad <<automática>> que lo impulsa a la reproducción activa. Así, el capital <<pare>>
continuamente <<crías vivientes>>. La libertad individual, que hoy adopta una forma excesiva, no
es en último término otra cosa que el exceso de capital.” (pp. 9)

De este modo el capitalismo a mutado hacia el neoliberalismo o capitalismo financiero mediante


“modos de producción posindustriales, inmateriales, en lugar de trocarse hacia el comunismo.” (pp.
9) Una mutación donde el trabajador se convierte en “empresario”, y donde el neoliberalismo y no
la revolución elimina la clase trabajadora, porque “cada uno es un trabajador que se explota a sí
mismo en su propia empresa. Cada uno es amo y esclavo en una persona.” (pp. 10)

Transformando así la lucha de clases en una lucha interna consigo mismo, que nos somete a la
dictadura del capital mediante la ilusión “de que cada uno, en cuanto proyecto libre de sí mismo, es
capaz de una autoproducción ilimitada.” (pp. 10)

Teniendo esta situación en cuenta el autor se pregunta si no será necesario “reinventar” la idea de
libertad para “escapar” de la dialéctica neoliberal que la convierte en coacción, para obtener de ella
el mayor rendimiento posible. Creo que este es un aporte muy importante del autor, ya que sirve de
punto de apoyo para empezar a pensar en alternativas que ayuden a descodificar o deconstruir este
sujeto sometido del rendimiento, por medio de una concepción de la libertad que lo ayude a
realizarse como persona y lo humanice con y por medio de los otros y no aislado de ellos.

5. Preguntas clave:

- Si la lucha de clases se convierte en una lucha interna consigo mismo, ¿Qué tipo de
subjetividad se opondría dialécticamente a los principios que rigen la psicopolítica para
superarla? En este caso, ¿sería necesario definir una subjetividad negativa que afirme la
realización personal con el otro y no su explotación? ¿cómo podría ese este estar entre
amigos dentro de un mundo virtual convertirse nuevamente en la posibilidad de realización
del sujeto?

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