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Comité de publicaciones
de la Universidad Academia
de Humanismo Cristiano
Jens Alid N.
Ximena Duarte M.
Luis Osandón M.
Luis Rivera C.
Ulises Sepúlveda
Geógrafo y Licenciado en Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile. Profesor de Geografía
y Licenciado en Educación, Pontificia Universidad Católica de Chile. Doctorando en Ciencias de
la Educación, Pontificia Universidad Católica de Chile. Docente e Investigador, Universidad
Academia de Humanismo Cristiano, Chile.
usepulveda@academia.cl
Alicia Lindón
Licenciada en Geografía, Universidad de Buenos Aires. Magíster en Desarrollo Urbano, El Colegio de
México. Doctora en Ciencias Sociales m/Sociología, El Colegio de México. Docente e Investigadora de
la Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa, Ciudad de México.
alicia.lindon@gmail.com
Primera Parte
Lugar como escenario de los procesos educativos
1. Introducción............................................................................................... X
2. La caravana como metáfora..................................................................... X
3. La escuela moviéndose entre la urgencia del Lugar,
bajo la denominación del espacio........................................................... X
4. Urbanismos modernizantes por arriba, movimiento
y desplazamientos pedagógicos por abajo............................................ X
5. Subjetividades errátiles y pedagogías nómades................................... X
Bibliografía...................................................................................................... X
1. Introdução..................................................................................................X
2. A cidade, o urbano e o Lugar de vivência.............................................X
3. O Lugar de vivência e a cidade como objetos da
educação geográfica..................................................................................X
4. Elementos para um projeto de “cidade-educadora”............................X
Bibliografia......................................................................................................X
1. Introducción...............................................................................................X
2. Lugar, espacio de la experiencia.............................................................X
3. Resiliencia comunitaria: un enfoque para enfrentar
la adversidad..............................................................................................X
4. Lugar y superación de la adversidad.....................................................X
Bibliografía......................................................................................................X
IV.. Vidas y cuerpos despojados del Lugar: la espacialidad
propuesta por el mundo escolar
Ulises Sepúlveda............................................................................................X
1. Introducción...............................................................................................X
2. Aprender sobre el espacio implica aprender algo
sobre nosotros mismos.............................................................................X
3. Aprender sobre el espacio implica reconocer la vastedad
de la experiencia........................................................................................X
4. Aprender sobre el espacio implica recuperar el cuerpo......................X
5. El cuerpo-Lugar, las posibilidades y su relación con
el presente..................................................................................................X
Bibliografía......................................................................................................X
1. Introducción...............................................................................................X
2. La construcción subjetiva de los espacios y la necesidad
de su rescate en el mundo educativo.....................................................X
3. El caso de Socoroma: agua que brota por montones...........................X
4. Ideas Finales...............................................................................................X
Bibliografía......................................................................................................X
.
Segunda Parte
Lugar como contenido de los procesos educativos
1. Introducción...............................................................................................X
2. Las terrae incognitae y cognitae personales..........................................X
3. Los desanclajes espaciales y la socialización espacial.........................X
4. La sensibilidad espacial y la educación geográfica formal.................X
Bibliografía......................................................................................................X
1. Introdução..................................................................................................X
2. Compreender o mundo desde as complexidades
do espaço....................................................................................................X
3. Transformar o mundo desde a força do Lugar.....................................X
4. Re-instalar práticas pedagogicas desde um novo
olhar geográfico.........................................................................................X
Bibliografia......................................................................................................X
1. Introdução..................................................................................................X
2. Os professores têm pressa: correm com os conteúdos
ou estão a fugir de si?...............................................................................X
3. Não se trata da Pedagogia vir ‘antes’ da Geografia,
e sim que não há Geografia sem Pedagogia..........................................X
4. Um outro desafio: professor também tem que
disciplinar sua própria dispersão e seu próprio ego...........................X
5. A geografia pastel de vento não instaura um
diálogo efetivo com o aluno....................................................................X
6. Desenvolver o desejo de saber mais e de aprender,
eis aí uma tarefa magistral.......................................................................X
Bibliografia......................................................................................................X
Introducción
Más o menos periódicamente los geógrafos nos encontramos
frente a la necesidad imperiosa de sistematizar todos aquellos
“decires” que se generan a propósito de lo que pudiera ser con-
siderado como nuestro objeto de estudio, es decir, el espacio. Ese
mismo espacio, que una y otra vez apareció descrito y analizado
en los textos de filosofía clásica y por qué no decirlo, con mayor
fuerza en los manifiestos de la filosofía moderna, se transformó
en el gran descubrimiento de los cientistas sociales a la hora de
complejizar el análisis sobre la realidad o idealidad referida a
individuos o grupos en interacción y/o constituyentes de un todo
estructural. Desde Kant a Heidegger, desde Bachelard a Mer-
leau Ponty, o desde Foucault a Giddens, se fueron configurando
intensas redes reflexivas que apuntaban a una esencialidad de
encuentro entre el medio y las circunstancias del ser. Esa esen-
cialidad materializada interaccionalmente estaría configurando
el denominado espacio, que para el caso de la Geografía fue refe-
rido y reconocido como espacio geográfico.
Pero, ¿por qué el espacio, uno de esos conceptos a los que uno
recurre de modo persistente y permanente para dar propiedad a
una afirmación, termina siendo utilizado como un comodín o sim-
plemente termina siendo, sin modificación alguna en su sintáctica,
un adjetivo?, ¿qué pasa cuando ese espacio pasa a ocupar una po-
sición central en el discurso social?, ¿será que el mundo de la vida
enunciado desde el discurso social, es ante todo un entidad espa-
cial, expresión material de su acontecer temporal? Las soluciones
a estas interrogantes no son fáciles. El espacio geográfico puede
ser reconocido como el producto interrelacional, en constante
cambio que define el encuentro entre lo que puede ser considera-
do como la base natural (más o menos existente como cosa en si),
con aquello que ha sido denotado como la existencia humana. Es
esa interrelación que se manifiesta de manera múltiple y diversa la
que configura la condición espacial (espacialidad) de la vida. El es-
pacio en ese sentido alcanza dimensiones complejas que lo sitúan
como la entidad que opone resistencia a todo intento fragmenta-
torio por comprender o explicar el mundo de la vida. El espacio se
14
alza como la huella del fracaso del proyecto moderno que intentó
imponer un desencuentro permanente entre lo que pudiera ser
considerado como mundo natural y mundo social.
Pero ¿podemos desde la Geografía, o desde cualquier otra
ciencia, recomponer discursivamente aquello que ha sido de-
construido de manera sofisticada?, ¿será que un intento discur-
sivo por recomponer el mundo fragmentado, es una tarea des-
tinada al fracaso?, ¿qué intentos quijotescos han existido para
comprender el espacio como expresión holística del mundo? En
ese sentido, se podría asegurar que el pensamiento geográfico en
perspectiva ha logrado instalar la idea de que es posible poner
atención, significar y relevar algunos de los elementos interaccio-
nales que están constituyendo espacialidad y que son expresión
del reconocimiento de la existencia de un espacio. En ese senti-
do, y apelando a la recuperación de teorías tan disímiles como
el Anarquismo, el Determinismo, el Posibilismo, la Nueva Geografía,
la Geografía Crítica, la Geografía Humanística o la Geografía Post-
crítica, los geógrafos han recuperado una perspectiva en donde
se reconoce como prioritario el reconocimiento de las relaciones
entre medio y circunstancias del ser, que se vinculan con la proxi-
midad, la cotidianeidad, la filiación, la pertenencia, el arraigo y
la identidad. En dichos casos, los geógrafos de acá y de allá (en
términos teóricos) han recompuesto la espacialidad del mundo
de la vida desde la perspectiva del Lugar. El Lugar se entiende,
no sólo en referencia al objeto de la Geografía, sino que además
se entiende como una posibilidad metodológico-analítica para
comprenderlo y explicarlo, al mismo tiempo, como una posibili-
dad de recomponer la interrelación entre los seres humanos y el
medio. El trabajo con el Lugar no anula otras perspectivas meto-
dológicas como la aproximación al espacio desde el paisaje, des-
de el geosistema, desde la región, desde el territorio. Muy por el
contrario se complementa con ellas. Al mismo tiempo, el trabajo
con el Lugar no es de exclusividad de una teoría como muchas
veces se piensa. Desde Christaller a Massey, pasando por Tuan,
Relph, Seamon o el propio Santos, hacen del Lugar un concepto,
al menos, polémico, al menos, potencia. Pero el Lugar en cual-
quiera de sus perspectivas de complementaridad metodológica,
o asociado a cualquier teoría, se vuelve indispensable para re-
Introducción 15
1. Introducción
La fuerza “civilizadora” de la institución escolar, su desplie-
gue heroico por el terreno virgen de ciudades, campos, minas,
puertos del mundo; el romance febril de la escuela y el libro, y
la cultura letrada que juntos procrearon; sus diálogos de repre-
sentación sobre la nación, el territorio, la identidad; el doloro-
so asalto del que ha sido escenario y los millares de víctimas
que pasean impávidos por sus patios y aulas: he aquí, el guión
cinematográfico no escrito sobre una institución sociocultural
perdida en la inmensidad de un espacio que la despojó de su
Lugar propio.
“Ya el mundo recorrido en vano nos es más que una angosta reposera,
los desplazamientos más distantes una serie de pequeños movimientos
que en Lugar de fatigarlo alivian a un cuerpo adormecido a medias, a
menos que el poder de la inercia transforme finalmente al gozador en
muerto vivo, empujándolo a no acordarse más de sí mismo, hasta el
punto de necesitar a algún otro que le indique la posición y el Lugar en
que se encuentra” (Virilio, 1996: p. 94)
ciones que los sujetos experimentan, los usos sociales del tiempo
y el espacio como recorridos nomádicos y difusos se constituyen
en los puntos focales del análisis de los problemas sociales.
Hay quienes han pretendido instalar ‘por encima’ de la ex-
periencia social, prácticas y discursos de anulación y control de
las expresiones sociales consideradas “no-convencionales” (divi-
diendo, segregando, prohibiendo, jerarquizando) confinándolas
a las tierras del olvido, a la marginalidad, al exilio. Dispersas,
erráticas, locales, esas otras concepciones y prácticas del tiem-
po y del espacio se esparcen y germinan por los territorios de
las memorias colectivas, permaneciendo atentas al llamado que
puedan hacerle las pedagogías. Es este riquísimo campo de re-
presentaciones, impactos y acciones el que quisiéramos ver como
movilizador de una enseñanza/aprendizaje que se articule desde
un Lugar nuevo y que al interior de esa comunidad se produz-
can diálogos renovadores.
Espacio:
Conjunto de posiciones distintas y coexistentes, exteriores las
unas de las otras, definidas las unas en relación con las otras, por
relaciones de proximidad, de vecindad, o de alejamiento y tam-
bién por relaciones de orden como debajo, encima y entre.
El espacio social es construido de tal modo que los agentes
o los grupos son distribuidos en él en función de su posición
de acuerdo a los dos principios de diferenciación que Bourdieu
(2003) considera más eficientes: el capital económico y el capital
cultural.
Este ejercicio desafía pedagógicamente a quien enseña pues
son precisamente los educadores observadores privilegiados de
la realidad social y de las particulares identidades producidas
por las culturas juveniles. Los docentes, por estar ubicados en
el epicentro del territorio escolar, son los conocedores por exce-
lencia de las experiencias de territorialidad de sus estudiantes y
de su sentido de producción de realidad. Dicho esfuerzo impli-
ca un giro, sino radical, germinal: desplazarse por los Lugares
de la experiencia, como diría Martín-Barbero, transformarse “de
mero retransmisor de saberes deberá convertirse en formulador
de problemas, provocador de interrogantes”.
34 I. Geografía del espacio escolar...
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II
1. Introducción
Neste artigo analisaremos o Lugar de vivência como for-
ma de se estudar a cidade e o urbano no currículo escolar
para a educação geográfica, cientes de que esses temas arti-
culam categorias de análise importantes para a Geografia.
Para desenvolver a temática do texto, faremos uma discus-
são inicial sobre o contexto mundial contemporâneo, por
entender que este é um cenário básico para a compreen-
são dos conceitos de cidade, urbano e Lugar. Em seguida,
abordaremos alguns aspectos necessários para o entendi-
mento inicial, na atualidade e no contexto mundial anali-
sado, da dinâmica interna dos espaços urbanos. Por fim,
propomos um projeto educativo que permite a construção
de mecanismos de compreensão do Lugar de vivência e
de apropriação do sentido de identidade e pertencimento,
destacando aí a importância do ensino de Geografia.
1 Parte deste tópico reproduz texto da autora a ser publicado pela Universidade Peda-
gógica Nacional da Colômbia, como capítulo de um livro organizado pelo Grupo de
Pesquisa: Rede Latinoamericana de Pesquisadores sobre Cidades.
38 II. Lugar de vivência: a cidade e a aprendizagem
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III
1. Introducción
La adversidad, representa una condición potencial de
daño en términos de recursos y vidas. Nadie puede negar
lo perjudicial de su manifestación, sin embargo, es posi-
ble que signifique la movilización de las capacidades so-
lidarias de los grupos y el emprendimiento de procesos
de renovación. Suárez (2005) responde con el concepto
de Resiliencia Comunitaria, a la pregunta de cuáles son
las características de los grupos humanos que permiten
definir una capacidad de respuestas para superar las con-
diciones adversas y seguir adelante (en contexto de de-
venir). Lo describe como la forma colectiva de enfrentar
la adversidad y salir fortalecida de ella. Desde el campo
de la Geografía, la adversidad se manifiesta a diario, a
propósito de las múltiples intereacciones entre grupos so-
ciales y el medio que sirve de soporte para la vida, siendo
un asunto pocas veces trabajado en su relación con la pro-
ducción de espacios. En este sentido, pareciera pertinente
preguntarse sobre la forma en que la resiliencia permite
sobreponerse a la adversidad en contextos tan comúnes
como el espacio escolar. ¿Será que la escuela forja suje-
tos capaces de sobreponerse a las condiciones adversas?,
¿será que los sujetos escolares consideran que la princi-
pal adversidad, es justamente la cultura externa y ajena
propia de los saberes formales?, ¿cuáles son los factores
que permitirían entender y comprender la resiliencia de
determinados grupos que experiencian una determinada
espacialidad como la escolar?
Para Suárez (2005), la autoestima colectiva y la iden-
tidad cultural son factores que presentan con mayor
frecuencia, sociedades que se sobreponen con rapidez y
58 III. El Lugar en la superación de la adversidad...
1 Garrido M. (2005). “El espacio por aprender el mismo que enseñar: las urgencias de
la educación geográfica” En: Cadernos CEDES 66. Educação Geográfica e as teorias
de aprendizagens.1ª. edição, mai/ago 2005:(137-163)
Johann de la Luz García Valdés 59
3 Más adelante se explicarán las configuraciones que los sujetos construyen para apre-
hender el espacio. En el caso ya citado, se da cuenta de la posición en que el sujeto
observa y construye, el afuera y adentro, puede ser también lo global o local, los
público o privado.
Johann de la Luz García Valdés 61
“La escala del Lugar se confunde con su propia existencia, pero las va-
riables que forman su situación son frecuentemente extra locales” (…)
“La escala de las variables es mayor que las escalas del Lugar.”
5 Lo local, entendido desde la producción del trabajo particular del hombre; lo global,
como el trabajo global del hombre. La producción se realiza en un espacio determi-
nado, dónde el hombre trabaja la naturaleza para su mantención.
6 Especialmente para las comunidades locales.
Johann de la Luz García Valdés 73
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IV
1. Introducción
Muchas de las intuiciones sobre los vínculos que man-
tenemos con la educación formal, operan como experien-
cias que pudieran estar volviendo permanentemente a
nuestras vidas para detonar ciertas resistencias frente la
escuela como proyecto social. En ese contexto, urge deve-
lar la propia escuela, esta vez, como espacio configurado
subjetivamente que puede y que debe mutar, para acom-
pañar a sujetos con historias espaciales específicas en la
construcción de mundos vividos y significados desde el
plano personal. La escuela como espacio potencialmen-
te transformable debiera materializar cuerpos, que acoja
emociones, que permita nuevas formas de pensar y que
promueva una creatividad radical.
Para acercarnos a la posibilidad de esta mutación se
debe reconocer al espacio como gestor de nuestras sub-
jetividades. La Geografía (ya sea expresada a través de
la espacialidad formal e informal) posee una responsa-
bilidad radical, ya que el cuerpo, primer espacio, que no
se apropia es un fantasma, así como un cuerpo que no
avizora los vínculos con los medios por los que transi-
ta o aprende, tiende a perder su condición interaccional.
Comprender la apropiación que el individuo puede hacer
de sus cuerpos o de los espacios primeros, es el paso ini-
cial para llegar a construir una verdadera morada. Todo
ello es posible si se propicia una enseñanza que se oriente
a la constitución de un sujeto. El paso siguiente es habitar
y transformar permanentemente los espacios y sus poste-
riores límites en relación con el entorno próximo.
86 IV. Vidas y cuerpos despojados del Lugar...
1 Tuan, Yi-Fu. Espaço & Lugar (1983). Editorial Difel. Sao Paulo.
Ulises Sepúlveda 87
Estudiantes
Esfera de la
Espacialidad posibilidad Espacialidad
informal formal
Docentes
2 Esta idea se encuentra trabajada por Garrido (2007) en una investigación referencia-
da a las prácticas espaciales del Pueblo Aymará.
92 IV. Vidas y cuerpos despojados del Lugar...
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V
1. Introducción
La presente comunicación intenta entregar algunos an-
tecedentes reflexivos en torno a la experiencia de espacio
que es enseñada y aprendida fuera del aula en una locali-
dad indígena Aymará, con el fin de potenciar los procesos
y prácticas educativas relacionadas con la Geografía como
disciplina curricular, pero además con el fin de potenciar la
comprensión de los escenarios de intervención pedagógica.
Estos antecedentes fueron levantados a través de una inves-
tigación cualitativa-comprensiva que se sustentó en una sín-
tesis de elementos teóricos que provienen tanto de la Socio-
logía de la Experiencia Educativa como desde la Geografía
Humanística del Comportamiento. Desde este marco, todos
los procesos educativos se encuentran orientados a fortale-
cer o debilitar los procesos de socialización y de subjetiva-
ción de los individuos y por tanto se encuentran orientados
a generar determinados encuadres identificatorios sobre los
que se constituye la experiencia. Este mismo encuadre teóri-
co permite señalar que todo proceso educativo se encuentra
vinculado con diversas formas de construcción espacial y
que su configuración diferencial depende en gran medida
de las relaciones filiativas, significativas y placenteras que
los individuos logran establecer con su medio. Las técnicas
utilizadas en el diseño de esta investigación se encuentran
vinculadas a enfoques como el etnográfico, el interaccionista
simbólico y el de la teoría fundamentada. Para la fase de re-
colección se utilizó la observación participante, la entrevista
en profundidad y los mapas cognitivos, mientras que para
la fase de tratamiento se utilizó la narrativa, la codificación
selectiva y la aplicación de matrices teóricas.
104 V. El Lugar donde brota agua desde la piedras...
Perrenoud, PH. De modo específico, convendría enunciar alguno de los aportes que
realizó este último destacando la idea de que diferenciar la enseñanza es “hacer que
cada aprendiz vivencie, tan frecuentemente como es posible, situaciones fecundas
de aprendizaje” (Perrenoud, PH., 1996), agrega que “La preocupación por ajustar la
enseñanza a las características individuales no surge solamente del respeto a las per-
sonas y del buen sentido pedagógico. Ella hace parte de una exigencia de igualdad:
la indiferencia a las diferencias transforma las desigualdades iniciales, mediante la
cultura, en desigualdades de aprendizaje” (Perrenoud, PH., 1997, p 9)
106 V. El Lugar donde brota agua desde la piedras...
2 Algo así como del paradigma menos progresivo existente en los discursos científico-
geográficos en Chile.
108 V. El Lugar donde brota agua desde la piedras...
10 A propósito de la lucha constante por intentar definir qué era experiencia educati-
va y qué era experiencia espacial, el investigador pasó a ser parte importante de lo
estudiado, toda vez, que el papel de aprendiz al que fue constantemente invitado,
lo puso a prueba, al menos, en términos de conocimientos formales. Ver trabajo de
Martucelli “forjado por la prueba”.
11 Los elementos más característicos que configuran los procesos pedagógicos forma-
les, están presentes también en la educación no intencionada. Existe una fase instruc-
cional, una de ejecución (en donde se estructura significativamente la instrucción y
en donde se aplica lo aprendido) y una de evaluación (que normalmente se refuerza
a través de algún sistema de premio-castigo).
114 V. El Lugar donde brota agua desde la piedras...
“En varias ocasiones recibí ordenes expresas de bajar cruzando las te-
rrazas para lavar en el río las papas seleccionadas para la ocasión. Las
instrucciones eran precisas: Bajar, atravesar las terrazas, cruzar el río y
arrojar las papas que contienen los sacos. En las dos primeras ocasiones
las papas fueron arrastradas por las aguas cristalinas de ese riachuelo
pre-cordillerano”. (Registro anecdótico. Relato 2)
Bajar las terrazas para lavar las papas pareció ser siem-
pre una tarea menor, en el sentido que no se vinculaba di-
rectamente16 con la producción más compleja de la Guatia.
El investigador subestimó las indicaciones y las tareas, ele-
mentos que normalmente no son atendidos en los procesos
pedagógicos formales, lo que implicó el rechazo, de alguna
u otra forma a la condición experiencial dispuesta. Los pro-
cesos pedagógicos se activaban en base a una experiencia es-
pacial, que en cierta medida se constituía como contenido.17
La incorporación permanente a la que inmigrantes, turistas
e investigadores son sometidos, respecto del sistema de ritos
y costumbres socoromeñas hace vislumbrar una posibilidad
siempre cierta de sentirse “como siendo parte” de una mis-
ma experiencia espacial. Los mecanismos educativos utili-
zados18 responden a la homologación de significados (o al
encuentro de los mismos). Esto último quiere decir, que hay
siempre en “el sujeto aprendiz” que se somete a una situa-
19 Se debe recordar que el medio por el cual se ejecuta dicho encuentro y dicho com-
partir es el lenguaje. En esas condiciones es posible y factible, según gran parte de
las variantes críticas, producir transformaciones significadas por un nosotros.
Marcelo Garrido Pereira 117
“Las papas... ahora aquí nos falta la carne... estamos pobre de carne poh…
ya no hay tanta de la que viene de arriba…hay prohibición…ahora hay
pollo no más (…) aprendí de mi mamá y de mi papá po –ya- abrimos los
ojos en esto nosotros –ah- de niña ya mi mamá... cuando abrimos los ojos
ya mis mamá hacía estas humitas ya ve... y nunca nosotros lo olvidamos
pues...” (So. E. 3.67, So.E.3.70)
allá... cómo en tanto viento dije yo... tiene que ser acá... no, no...a mi me
gusta por acá... ah no… yo hago donde me gusta a mi (…) aquí el viento
no hace jugar al fuego...el viento molesta mucho… hace jugar mucho el
fuego... no, no arde bien... no calienta la piedra...eh... un Lugar abriga-
dito tiene que ser... esa parte no se presta no... a mi parecer se presta...
(....) uno va a venir... cualquier día viene... pesca su papa... acá tengo
la papa en la mano... entonces viene... se hace la humita po... es bonito
comer en el campo también poh... no es lo mismo que comer en la casa,
toda la vida... metida en la cocina... en el campo no... con el aire libre
a pierna suelta (…) eso es lo que uno quiere también... por qué toda la
vida dentro de la cocina, dentro de la cocina... –claro– sirviendo no se
sienta nunca a comer tranquilo” (So.E.3.79, 3.81,3.83, 3.85)
hice un día... vine de abajo y dije, ahí me hago un horno, me voy a hacer
uno... ahí estay mal me dice... qué esta’i mal de la cabeza, no estoy mal
de la cabeza” (So.E.3.243, So.E.3.246, So.E.3.250)
“Si aprenden yo les digo que si algún día me muero tienen que venir,
y sabe que mi abuelita me hizo jurar pa’ que yo viniera a trabajar acá
(…)…¡Júrame hija que te vas a quedar acá!, tres días antes de morirse
me hizo jurar...¡sí abuelita!... que me voy a quedar en Socoroma. No y
ahora más que nada estoy ya acostumbrada, así que el otro día fui a ver
a mi hijo y llegué con todos los deseos de irme para Ovalle, donde está
mi hijo trabajando, porque mi esposo también es de Ovalle pero no le
gusta por allá, le gusta acá, y dije ¡me voy a ir! voy a vender todo esto
y me voy a ir, pero cuando acá, ¡me arrepentí pó! –¡Jajajajaja!– ¡que
voy a dejar mi casa! Tengo tanto árboles, es mi vida y empecé a plantar
cada semillita que puse –Claro–, que están gigante de grande ahora
–¡Es suyo! digamos–-. Es mío y, ¡no! ¡No me voy a ir ná! Me voy a
quedar acá no má. A mi esposo no po, me dice: me gusta estar acá”
(So.E.4.112, So.E.4.114)
29 Esta situación ha sido ampliamente trabajada en la literatura sobre los Aymará en Boli-
via, y escasamente trabajada desde la perspectiva de la recuperación de la otra “educa-
ción” aquella de la vivencia diaria y en donde la escuela se redefine desde los intereses
de las comunidades indígenas. A propósito de ello recomendamos profundizar en las
aportaciones de Pablo Regalsky (2003). Este investigador señala que “la escuela se
estructura como un sistema de autoridad estatal mediante el cual los criollos y los
mestizos ejercen diversas prácticas de subordinación política, discriminación racial y
explotación cultural y económica…” (p. 166-167). Esta idea tiene mucha relación con
la noción de adhesión al rol como mecánico de implantación de trayectorias experien-
ciales presentes en la obra de Francois Dübet y Danilo Martucelli (1998, 1999)
30 Pareciera que en aras de resistir a la desLugarización como proceso naturalmente
tradicional, los Aymará parecieran ampliar el campo de su espacialidad a tal punto de
Marcelo Garrido Pereira 125
hacerla inmensa e infinita. En este sentido conviene destacar lo señalado por Gastón
Bachelard (1965) quien dice: “La inmensidad está en nosotros. Está adherida a una
especie de expansión de ser que la vida reprime, que la prudencia detiene, pero que
continúa en la soledad. En cuanto estamos inmóviles estamos en otra parte; soña-
mos en un mundo inmenso. La inmensidad es el movimiento del hombre inmóvil”.
(p.221).
126 V. El Lugar donde brota agua desde la piedras...
“Hay dos jóvenes, el que está trabajando en la plaza y mi hijo que fue a
buscar la carretilla –son los únicos dos–,... se demoró ¡y es bien pechuga
sí!(…) Y el que tocó la campana, tres jovencitos –¿y niños?– ...jóvenes
no, porque ya tienen treinta y dos, treinta y tres años -¡Ah, ya, ya!– no,
no hay ni una niña. (…) Estudian en Arica, después se recibe, buscan
31 Una hipótesis que empieza a ganar forma se refiere a la idea de que el socoromeño
constituye Lugar en una relación de movimiento permanente (historia) lo que supon-
dría aceptar la afirmación de una conocida seguidora de la obra de Yi-Fu Tuan, Anne
Buttimer (1978) quien señala que el Lugar siempre implica congelar (fijar) dicho
movimiento.
32 La experiencia espacial está situada históricamente, a su vez, la historia posibilita los
procesos educativos. Al respecto Dermeval Saviani (1980) señala que “La educación,
en cuanto fenómeno, se presenta como una comunicación entre personas libres en
grados diferentes de maduración humana en una situación histórica determinada”
(p.51).
Marcelo Garrido Pereira 127
4. Ideas finales
Los resultados obtenidos permiten evidenciar la exis-
tencia de relaciones estructurantes entre los procesos de
enseñanza-aprendizaje y las construcciones espaciales que
los sujetos desarrollan. Socoroma, un poblado de pre-cordi-
llera se sitúa en la lógica de un Lugar complejo donde cada
uno de los miembros intenta elaborar modos de resistencia
espacial para contrarrestar la rotura de los encadenamien-
tos y sistemas productivos, el avance de la emigración, y el
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130 V. El Lugar donde brota agua desde la piedras...
“Esse espaço banal, essa extensão continuada, em que os atores são con-
siderados na sua contigüidade, são espaços que sustentam e explicam um
conjunto de produções localizadas, interdependentes, dentro de uma área
cujas características constituem, também um fator de produção. Todos os
agentes são, de uma forma ou de outra, implicados, e os respectivos tempo
mais rápidos ou mais vagarosos, são imbricados” (2004: p. 19).
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vii
1. Introducción
John K. Wright2, en la segunda mitad de los años cua-
renta del siglo XX, decía que la investigación geográfica
busca convertir la Terrae incognitae de la ciencia geográfica,
en Terrae cognitae geográfica. En tanto que la educación geo-
gráfica busca transformar la Terrae incognitae personal, en
Terrae cognitae personal (Wright, 1947:4). Es relativamente
conocido –al menos para aquellos pocos que se han intere-
sado en el pensamiento de este geógrafo– que estas inquie-
tudes de Wright se articularon con su propuesta inconclusa
de la Geosofía, planteamiento en el cual se entrecruzaba lo
geográfico y lo educativo, lo individual y la imaginación.
La primera de estas premisas subrayadas por Wright plan-
tea con un peculiar vocabulario, algo bastante legitimado,
al menos medio siglo después de que lo observara el autor:
es decir, la investigación geográfica busca producir conoci-
5 Ello no niega que también se hacen muchos esfuerzos en el sentido opuesto, por ejem-
plo, en torno al esclarecimiento de la reterritorialización (Hiernaux y Lindón, 2004).
Alicia Lindón 159
6 Posiblemente sería más preciso señalar, que no es que se haya perdido la capacidad
de contemplación espacial, sino que ha sido canalizada hacia la contemplación de
imágenes (Maffesoli, 1993). Al respecto, no podemos dejar de advertir que, si bien
este deslizamiento de lo que se contempla permite sostener la capacidad del ser hu-
mano de contemplar, se pierde el interés por la espacialidad, por la observación del
espacio, que es lo propio de la contemplación espacial.
160 VII. La educación geográfica y la ampliación de las Terrae Cognitae personales
9 Cabe recordar que en la Geografía son numerosas las voces que actualmente se plan-
tean la necesidad de construir Otra Geografía. Un ejemplo, elocuente es precisamen-
te la obra colectiva coordinada por Joan Nogué y Joan Romero, que lleva este título
(Nogué y Romero, 2006).
10 Es conocido un trabajo de esta geógrafa francesa, Renée Rochefort, verdadero pilar
de la Geografía Social, en donde planteaba que en la Geografía es necesario “invertir
el orden de los factores, entre espacio y sociedad”, para darle más peso a la sociedad
(Rochefort, 1963).
Alicia Lindón 167
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170 VII. La educación geográfica y la ampliación de las Terrae Cognitae personales
1. Introdução
Este ensaio discute a Geografia escolar, considerando o
significado do conceito de Lugar para dar conta de fazer a
análise geográfica. Já de inicio a citação de Santos, nos lembra
que “Cada Lugar, é ao mesmo tempo, objeto de uma razão
global e de uma razão local, convivendo dialeticamente.”
(Santos 1996: p.273). E nesse sentido a referência fundamen-
tal para ensinar e aprender geografia, no meu entendimento
é saber trabalhar com os conceitos que lhe dizem respeito e
que encaminham a fazer a análise geográfica.
A realização desta é o desafio que se apresenta cotidia-
namente a nós professores e estudiosos das questões do
ensino e da educação geográfica. É possível ter uma especi-
ficidade de abordagem que se chame Geografia? O que lhe
dá essa especificidade? Quais os aspectos que permitem
demarcar que estamos fazendo uma análise geográfica?
Existe um ponto que possa balizar essa forma de leitura e
de interpretação do mundo?
172 VIII. O Lugar e o ensino-aprendizagem de Geografía
sárias são aprender a fazer, saber fazer, saber por que fazer e
como fazer. Isso leva a necessidade de um ensino que alie
a dimensão técnica com a pedagógica de modo a não for-
mar apenas um sujeito que saiba como resolver tecnica-
mente as questões, mas que consiga dialogar com a socie-
dade e que possa produzir um conhecimento socialmente
condizente com a necessária atitude ética e solidária.
Como fazer diante de atitudes profissionais que exigem
cumprimento técnico de determinadas atividades? E que
consideram o aparato técnico e a ação como um fim em si
mesmo? Como fazer diante de professores que trabalham
quantidades enormes de conteúdos para que o aluno seja
informado? Como fazer diante de escolas que organizam
os seus currículos de forma a tratar de todos os temas da
natureza e todos os temas da sociedade e mais ainda de
todos os Lugares do mundo? É isso que cabe hoje ao pro-
fissional da geografia?
A demanda ao desenvolvimento das competências ge-
rais e envolvendo as questões técnicas e pedagógicas, é
o suporte para a efetiva realização profissional. As com-
petências, portanto propostas no perfil do profissional
da geografia podem ser a base de sua formação e efetiva
capacidade de ser um sujeito que dirige o seu trabalho,
que tem a condução do que faz. E que sabe o que e onde
precisa buscar o que não sabe.
Neste contexto pode-se reafirmar o papel importante do
estudo do Lugar, como a possibilidade de estudo na/da ge-
ografia, como categoria de análise geográfica e como conte-
údo especifico da Geografia. O Lugar como ponto de refe-
rencia ao ensino-aprendizagem da geografia não quer dizer
que deva ser sempre o ponto de partida para o estudo. Pelo
contrario o Lugar é a referencia que nos possibilita interligar
o cotidiano, a vida concreta, com as demandas do mundo
global e trabalhando na interface do humano e do natural,
compreender o mundo e a sociedade em que vivemos.
Trabalhar com os conceitos específicos da geografia e
com as categorias de analise é fundamental para desenvol-
ver o olhar espacial e fazer a análise geográfica.
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190 VIII. O Lugar e o ensino-aprendizagem de Geografía
1. Introdução
O presente texto retira fragmentos de minha tese (Ka-
ercher, 2004). Reflete acerca de algumas práticas docentes
observadas comumente nas aulas de geografia do Ensino
Fundamental e Médio (os onze anos de escolarização que
antecedem o Ensino Superior). As experiências relatadas
foram observadas na cidade de Porto Alegre (cerca de 1,5
milhões de pessoas), estado do Rio Grande do Sul. Todos
os docentes têm curso superior completo de Licenciatura
em geografia. O texto pretende discutir sobre as grandes
dificuldades que nós professores temos em manter aces-
so o interesse por nossas aulas. Fazer da geografia –e da
própria escola– Lugares de reflexões/discussões argu-
mentadas bem como a produção escrita com criatividade
e criticidade onde os conteúdos são pretexto para lermos
o mundo de forma a valorizar os valores éticos e a demo-
cracia. Onde se lê P, entenda-se Professor(a), P3, P4, etc é
o número do professor ao qual me refiro.
3 Alguns grupos vieram até mim para ajudar a elaborar o texto. Rapidamente percebi
que não sabiam o que eram ‘hidrovias’. Imagina, então, ‘ação do Estado’, ‘território’
... abstrato demais. Sem a intermediação do professor, nada feito.
206 IX. Quando a escola nâo desperta o desejo de aprender ela nos rouba a alma...
“Duas das tarefas maiores que o professor deve realizar na sala de aula. A
primeira refere-se ao ensino dos conteúdos: é a tarefa de dar o programa,
de certificar-se de que os alunos dominam os diversos elementos do conte-
údo, de incutir o gosto pelo estudo das diversas matérias, etc. A segunda
diz respeito às funções de gestão da classe: o professor deve organizar suas
turmas, estabelecer regras e maneiras de proceder, reagir aos comporta-
mentos inaceitáveis, dar um encadeamento às atividades, etc”.
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en el mes de abril de 2009
Edición de 500 Ejemplares