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La contabilidad en Colombia

En Colombia, desde cuando se inició la legislación mercantil se impulsó al


comerciante la obligación de organizar su contabilidad y se le prescribieron pautas
sobre el Contenido y forma de llevar los libros de contabilidad con los cuales se
pretendía que se cumplieran con los objetivos básicos de esa época, de la
información contable a saber:
El 29 de mayo de 1853 el Congreso de la Nueva Granada expidió el primer Código
de Comercio derogando las Ordenanzas de Bilbao aprobadas en España en 1737,
las que rigieron hasta la fecha.
El Código de 1853 tuvo una vigencia corta, pues al establecer la constitución de
1863 el sistema federalista permitió a los Estados legislar en materia comercial en
virtud de esta facultad es Estado de Panamá adoptó en octubre de 1869 el Código
de Comercio que había sancionado Chile en 1855.
El Código del Estado de Panamá vino a regir la República de Colombia en virtud
de la ley 57 de 1887 que al respecto estableció.
Ley 57 de 1887, Artículo 1º. Regirán en la República de Colombia noventa días
después de la publicación de esta ley, con las adiciones y reformas de que ella
trata, los códigos siguientes:
….. El de Comercio del extinguido estado de Panamá, y sancionado el 12 de
octubre de 1869, y el Nacional sobre la misma materia, edición de 1884 que versa
únicamente sobre comercio marítimo.
Articulo 3º. En el Código de Comercio de Panamá se entenderá República donde
se habla de Estado de panamá, y las referencias que en dicho Código se hacen a
las leyes del mismo estado, se entenderán hechas a las correspondientes
disposiciones de los Códigos Nacionales.
Las disposiciones de ese Código de Comercio relacionadas con la contabilidad
mercantil se incluyeron en el Capítulo II, Tituló Segundo del Libro 1º., las que se
mantuvieron en su esencia hasta 1971 cuando, se adoptó el Código de Comercio
que nos rige actualmente.
Ley 20 de 1905, art 6º. Desde la sanción de la presente ley es permitido a toda
persona natural o jurídica que ejerza legalmente funciones comerciales, levar los
elementos de descripción y de cuenta de sus operaciones, o sean
respectivamente los que hoy se llevan en el Diario y en el mayor, en el Libro
General de cuenta y razón de que trata el artículo 271 del Decreto número 1936
de 27 de Diciembre de 1904, sobre Contabilidad de la hacienda Nacional dando a
la descripción y a la cuenta de tales operaciones la forma establecida en el
decreto citado, en su modelo número 14, y sujetándose en lo demás a las
disposiciones respectivas del Código de Comercio.
Decreto 1936 de 1904, art 271 El libro general de cuenta y razón irá dividido en
folios, y cada página de folio en nueve columnas tanto para el debe como para el
haber, así:
1ª. Año y mes;
2ª: Día del asiento;
3ª: Numero del asiento;
4ª. Folios de las cuentas acreedoras en el debe y de las deudoras en el haber;
5ª. Nombre de las cuentas acreedoras y narración del asiento en el debe y nombre
de las cuentas deudoras, únicamente en el haber;
6ª. Partida de cada cuenta acreedora en el debe y de cada deudora en el haber;
7ª. Valor de cada asiento;
8ª. Sumas mensuales; y
9ª. Saldos débitos en el debe y saldos créditos en el haber.
Artículo 28. Los comerciantes por menor sólo están obligados a llevar dos libros o
cuadernos, a saber: uno de cuentas corrientes, en que consten sus operaciones
diarias, y otro de inventarios y balances, en que conste su situación, por lo menos
cada dos años.
Se considera comerciante por menor el que vende directamente a los
consumidores los objetos en que negocian.
Artículo 29. Podrá llevar el comerciante, fuera de los libros referidos, lo demás
auxiliares que use el comercio, y que juzgue necesarios para facilitar la
inteligencia de sus operaciones.
Articulo 30. El comerciante que por cualquier causa no pudiere llevar por si
mismos sus libros, encomendará a otra persona su teneduría, bajo la
responsabilidad del dueño, sin perjuicio de la que corresponda al tenedor en casos
de fraude o culpable negligencia.
Artículo 31 sustituido. Ley 65 de 1890, art único. Los libros enunciados en los
tres primeros incisos del artículo 27 estarán encuadernados, forrados y foliados;
sus hojas serán rubricadas por el Juez de comercio y sus Secretarios, y en la
primera de ellas se pondrá una nota fechada y firmada por ambos , que indique el
número total de hojas y la persona a quien pertenece el libro.
En los distritos donde no haya tribunal de comercio, cumplirán estas formalidades
el juez o el del distrito y sus respectivos secretarios.
Decreto Legislativo No. 2 de 1906, art 7º. Los libros enunciados en los tres
primeros incisos del articulo 27 del Código de Comercio serán rubricados, en los
lugares donde haya cámara de Comercio, en cada una de sus hojas, por el
secretario de dicha cámara, y en la primera de ellas se pondrá una nota fechada y
firmada por el presidente y el secretario de las mismas, que indique el número
total de las hojas y la persona a quien pertenecen los libros.
Artículo 32 sustituido ley 57 de 1931, art 57. Los libros que están obligados a
llevar los comerciantes de conformidad con lo dispuesto en el Código de
Comercio, deberán ser escritos en idioma español.
Artículo 33. En el libro diario se asentarán por orden cronológico y día por día, no
solamente las operaciones mercantiles que ejercen el comerciante, sino también
todas las que puedan influir de algún modo en el estado de su fortuna y de su
crédito, expresando detalladamente el carácter, las circunstancias y los resultados
de cada una de ellas.
Al igual que los artículos del 34 hasta el 57 hablaba de los libros de caja, libro
mayor, las prohibiciones da los comerciantes, errores y omisiones, la presentación
de los libros, etc.
Artículos 60 y 61. Sustituidos. Ley 26 de 1922 art 1º. El libro copiador de cartas
estará encuadernado, forrado y foliado; y los comerciantes trasladarán a el
íntegramente, por el orden de sus fechas, y sin dejas folios en blanco, todas las
cartas que se escriban sobre los negocios de su giro, por cualquier medio que
asegure la exactitud y duración de la copia.
Se puede apreciar en las disposiciones anteriores la carencia de normas contables
y la presunción de que los registros pudieran ser llevados por el propio
comerciante a su leal saber y entender, tal como se indica en el articulo 30, al
establecer que el comerciante que por cualquier causa, no pudiera llevar por sí
mismo sus libros, encomendará a otra persona su teneduría, bajo la
responsabilidad del dueño.
Como se desprende de la lectura de los artículos de nuestro primer Código de
comercio, la contabilidad estaba concebida inicialmente para servir al propio
comerciante y le servía como recordatorio de sus operaciones.
La contabilidad en esta etapa carecía de trascendencia social ya que sólo se
refería o afectaba al comerciante y a las personas que con él se relacionaban pero
no al conjunto de la comunidad. Era un instrumento destinado a servir de
recordatorio histórico de unas operaciones o actividades pasadas.
Decreto 2521 de 1950. El decreto 2521, reglamentario de la superintendencia de
Sociedades Anónimas, recogió las normas vigentes del código de Comercio,
precisando y mejorando algunas de estas normas. Este decreto incorporó a la
Contabilidad las cuentas de valorización y desvalorización de activo fijo y de
inversiones. Las normas pertinentes a los libros y a la Contabilidad.
Decreto 2160 de 1986. Mediante el decreto 2160 de 1986 se reglamento la
contabilidad mercantil y se expidieron las normas de contabilidad generalmente
aceptadas.
No obstante, que en la práctica la contabilidad tuvo una concepción moderna
como elemento de información a partir de la década del sesenta, la misma no
tenía soporte jurídico sino que era derivada del desarrollo internacional de normas
o la adaptación de norma de otras países más adelantados.
Con el decreto 2160 de 1986 se empezó a configurar la contabilidad como el
medio más importante y útil para preparar y dar a conocer los diferentes aspectos
que integran la información relativa a las empresas, constituyéndose en un
vehículo idóneo de comunicación a los diferentes usuarios de la información
contable.
Este decreto fue un ordenamiento integral de la contabilidad mercantil que incluyó
normas contables básicas, normas contables técnicas y normas sobre
presentación de los estados financieros y sus revelaciones.
La mayor bondad del decreto 2160, hoy sustituido por el decreto 2649 de 1993, es
que armonizó en el país las normas de contabilidad y la presentación de los
estados financieros, pues hay que reconocer las diferencias anteriores en la
aplicación de algunas normas, pero especialmente en la presentación de los
estados financieros donde la situación era caótica, sin que hubiera una norma
legal de referencia que unificara los registros y presentaciones.
Decreto 2649 de 1993. El consejo Permanente para la Revisión de las Normas
Contables, puso a disposición del Estado un nuevo texto sobre las normas de
contabilidad generalmente aceptadas en Colombia que incluía además de las
normas contables, las disposiciones sobre ajustes por inflación y las normas sobre
registros y libros, reuniendo en un cuerpo normativo lo que se encontraba hasta
entonces disperso en los decretos 2160 de 1986, 1798 de 1990 y 2112 de 1991,
así como las disposiciones que los modificaron o complementaron. Este decreto
se expidió en diciembre de 1993 con vigencia a partir del 1º. De enero de 1994, el
cual por ser el vigente y la base de la presente obra se transcribe íntegramente.
Decreto 2649 de Diciembre 29 de 1993: Por el cual se reglamenta la contabilidad
en general y se expide los principios o normas de contabilidad generalmente
aceptados en Colombia.

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