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Sagum

Los braccaes eran los típicos pantalones que vestían, también de lana. El término
latino sagum o sago hace referencia a un tipo de capa que se cerraba mediante
un broche metálico, adaptadas de griegos y galos. Se piensa que era de lana de
oveja teñida de negro y servía como ropa de abrigo en las regiones más hoscas,
especialmente usadas en latitudes de montaña o las tierras frías y húmedas de
Germania y Britania.

Se cubría de aceite vegetal o de material ceroso de origen animal para hacerlo


impermeable a las humedades, las nieves y las lluvias. Las paenulas se utilizaron
a partir del siglo IV, y poseía capucha. Se basó en las vestiduras etruscas, usadas
tanto por esclavos como por las clases más altas. También se cubrían en
ocasiones con aceites para impermeabilizarlos.

Autor: Tito Batán para revistadehistoria.es

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Armamento de las Legiones
Romanas: Máquinas de
Guerra (Parte IV)

La maquinaria de guerra romana tuvo su origen, sobre todo, a partir de la usada


por los helenos clásicos, aunque con un desarrollo más modernizado que incluía
una mayor precisión, menores errores de aplicación o mayor resistencia frente al
deterioro. A pesar de ser una construcción aparentemente costosa, la maquinaria
de asedio romana utilizaba un sistema sencillo de tensión y distensión que
permitía arrojar rocas o grandes virotes de punta afilada, y su mayor uso estuvo
ligado hacia asedios donde presentaban batalla, siendo restringido el uso de
catapultas contra enemigos en frentes abiertos en batallas de campo. El número
de maquinarias de guerra usadas fue muy variado, considerándose además
varios modelos de cada uno. En este artículo se presentarán, a escala general,
los más conocidos.

Máquinas de
Guerra
Armamento de las Legiones Romanas: Máquinas de
Guerra, Onager
El onager, u onagro de asedio, era una maquinaria de madera que recibió su
nombre de una especie de asno salvaje de terrible coz. El caso del onagro
artificial presentaba una extremidad central a modo de cuchara donde se
depositaba la piedra que iba a ser lanzada mediante la distensión de las cuerdas
que la sujetaban con dureza. De modo que, por distensión, el empuje contraía
una gran fuerza que resultaba especialmente dañina contra edificios o murallas
enemigas y podía tener un alcance de 30 metros en los que se podían arrojar
grandes y pesados proyectiles, cadáveres para sembrar el pánico en las filas
enemigas u objetos incendiarios como vasijas con aceites ya prendidos. Su
principal desventaja era su gran retroceso y su movilidad, además de que se
necesitaban hombres fornidos para colocar las grandes cargas. Fue usado a
principios de la época Imperial Romana.

Onager

Armamento de las Legiones Romanas: Máquinas de


Guerra, Muscolo
Su utilidad era equiparable a la de la vinea, que no sea describirá por presentar
las mismas aptitudes, salvo que ésta última era menos pesada y menos duradera
que el muscolo. El muscolo era una estructura cubierta por todos los flancos,
incluida la posesión de un techo para evitar el ataque de armas arrojadizas
enemigas lanzadas desde las murallas, y que presentaba una puerta por la que
podían entrar y salir los legionarios romanos. Se trata de una máquina que nos
recordaría ahora a un cobertizo con ruedas, pero cuyo objetivo era levantar
escalas de asedio, rampas o dar movilidad a las tropas hacia las murallas
recibiendo el menor daño posible. Estaban fabricadas en un material refractario
de arcilla para evitar los ataques de agua hirviendo o la brea encendida, además
de protegerse de las piedras con una capa de cuero que provocaba que no
penetrasen los proyectiles en la estructura.

Múscolo

Armamento de las Legiones Romanas: Máquinas de


Guerra, Ariete
Los arietes más arcaicos fueron de mayor simpleza que los más distendidos por
el Imperio Romano. A diferencia de un tronco de madera afilado, como pudiera
ser un ariete improvisado con el fin de abrir una puerta, los arietes romanos
acababan en un extremo metálico que a menudo tenía forma de carnero y al que
deben su nombre por representar al símbolo zodiacal de aries, que a su vez da
nombre a lo que hoy conocemos como ariete. Los arietes romanos,
generalmente, estaban protegidos por una estructura de madera, dando lugar al
nombre de testudo a este tipo de construcción. Y su funcionalidad era la de
empujar el tronco de madera de una manera reiterada contra murallas, con el fin
de abrir un hueco, o contra las puertas de una ciudad. Había modelos con puntas
muy afiladas de metal, también cubiertos y con ruedas o rodillos para su
desplazamiento, que incluso servían para hacer daño a todo aquel osado que
quisiese atrancar un portón.
Ariete

Armamento de las Legiones Romanas: Máquinas de


Guerra, Balista
Cada legión podía contar con hasta 10 balistas y requería de una decena de ellos
para llevar a cabo su funcionamiento. Estas maquinarias permitían arrojar cargas
de más de 10 kg a distancias de centenares de metros.

Balista

Lucilo escribió de las balistas que eran armas que podían arrojar piedras que iban
desde un kilo hasta 30 kilos, lo que permitía concentrar el ataque de una manera
u otra en consecuencia de las necesidades de la legión. Usar piedras de menor
tamaño implicaría una mayor rapidez en la ofensiva.

Armamento de las Legiones Romanas: Máquinas de


Guerra, Catapultas
Dentro de las catapultas las había de varios modelos y de varios tipos. Las
catapultas eran las encargadas de lanzar flechas, y su uso estaba destinado tanto
como para luchar con un enemigo en frente abierto como para atacar las murallas
de una ciudad enemiga.

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La catapulta del tipo scorpio tenía un alcance de casi 400 metros y a las que,
además, se les podía añadir brea para crear proyectiles incendiarios. En la época
del primer emperador hispano, Marco Ulpio Trajano, (98-117 d.C.), las
carroballistae comenzaron a tener un desarrollo espectacular, consistiendo
básicamente en catapultas móviles debido a que eran montadas sobre una
plataforma con animales de tiro como podían ser mulas o bueyes, y que eran
ideales para atacar a las hordas enemigas en frentes abiertos.

Carroballistae

Armamento de las Legiones Romanas: Máquinas de


Guerra, Pluteo
El pluteo consistía básicamente en una pared móvil de madera recubierta de piel
que resguardaba de ataques frontales, incluso laterales, a los legionarios
romanos que avanzaban hacia el enemigo. Generalmente eran curvados y muy
maniobrables para los soldados; eran poco pesados y de facilidad empuje para su
movilidad. Eran estructuras que se usaban para el ascenso de terraplenes hacia
la ciudad sitiada o en los propios navíos a modo de gran escudo defensivo.

Pluteo

Armamento de las Legiones Romanas: Máquinas de


Guerra, Torre de Asedio
Posiblemente se trata de la estructura más aterradora para la invasión de una
ciudad, pues ésta consistía en un considerable número de pisos colocados unos
encima de los otros comunicándose por escaleras y dando lugar a una colosal
figura de varios metros de altura y que, a diferencia de los griegos, en el caso
romano se construían según los cálculos que sacaban a raíz de la altura de las
murallas enemigas.
Torre de asedio

Fueron muy usadas durante las Guerras Judeo-Romanas. En muchos casos la


tela y la madera se recubría de hierro para evitar la quema por brea o flechas
incendiarias. Dentro de la torre había varios pisos en los que se alojaban los
legionarios hasta el momento de ataque.

Autor: Tito Batán para revistadehistoria.es

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Principales armas cuerpo a
cuerpo romanas, Armamento
de las Legiones Romanas
(Parte V)

Además de las armas arrojadizas, tanto de cuerpos auxiliares como de las


propias legiones romanas, los legionarios se valieron principalmente de la gladius
como un arma cuerpo a cuerpo diseñada para causar la muerte de su enemigo.
Eran rápidas y muy manejables, lo que dio la oportunidad a los legionarios
romanos de causar grandes bajas.

Si bien su uso tuvo un gran éxito para someter a los llamados bárbaros, su
utilidad fue desplazándose a raíz de la incorporación de soldados celtas o
germanos al ejército profesional que se sentían más cómodos empuñando otro
tipo de armas como la spatha o la maza.

"Proeliis parta sunt, ferro et viribus, sed bella parta caput. "
Las batallas se ganan con espadas y fuerza, pero las guerras se
ganan con la cabeza. Publio Cornelio Escipión.

Principales armas cuerpo a cuerpo romanas, Gladius


Las gladius fueron las armas principales que usaron los legionarios romanos,
basadas en las armas de los celtíberos del siglo III que estuvieron a favor de
Aníbal durante las Guerras Púnicas en calidad de mercenarios. Su empuñadura,
de madera, bronce o incluso hueso o marfil, se prolongaba en una vaina de hierro
al carbón. Era una espada de doble filo de hoja ancha, recta y corta de unos 60
centímetros en sus orígenes, lo que la hacía fácilmente maniobrable para lanzar
estocadas rápidas al adversario.
Principales armas cuerpo a cuerpo
romanas, Gladius

La efectividad de la gladius solo tenía validez en las legiones con cierto nivel de
disciplina, ya que requería de cierto nivel de organización para su uso. Una de las
modalidades más distendidas en el uso de la gladius era detener el golpe del
adversario con el scutum y rápidamente desenvainar el arma para hacer daño al
rival con su punta en "V", que le confería un alto grado de perforación.

Principales armas cuerpo a cuerpo romanas, Principales


variedades de Gladius:
Gladius Hispaniensis: el origen de esta variedad de gladius pudo estar en los
celtíberos al servicio de Aníbal durante las Guerras Púnicas, que dejaron muchas
bajas en las legiones romanas. Los romanos, dada su efectividad, adoptaron el
arma para sus ejércitos. Se estima que sus orígenes, por los restos hallados,
pudieron adaptarse de modelos del siglo IV a.C.

Principales armas cuerpo a cuerpo


romanas, Gladius Hispaniensis

Gladius Mainz: la gladius Mainz fue de hoja más corta que la Hispaniensis,
aunque algo más ancha. Su origen y uso se remonta a comienzos del Imperio
(entre el 25 a.C. y el 50 d.C.) Los restos arqueológicos sobre su existencia se
hallaron en el Rin, cerca de la localidad de Mainz (Alemania)
Principales armas cuerpo a cuerpo
romanas, Gladius Mainz

Gladius Pompeii: tenía una hoja más corta que sus antecesoras y empuñaduras
de lo más variada. La Pompeii se trataba del subtipo más distendido y conocido
de gladius, siendo la evolución de los distintos tipos de gladius que usaron los
legionarios romanos en sus diferentes campañas por más de medio mundo
conocido. Fueron muy maniobrables, incluso más rápidas de usar que la
Hispaniensis o las del tipo Mainz.

Principales armas cuerpo a cuerpo


romanas, Gladius Pompeii

Principales armas cuerpo a cuerpo romanas, Spatha


Debido al cambio en cuanto a tácticas y disciplina se refiere, ya en épocas de
decadencia, los soldados romanos adoptaron un nuevo tipo de arma,
probablemente de la caballería de los propios pueblos germanos que
conformaban sus ejércitos auxiliares, desplazando así a la gladius para llevar a
cabo combates cuerpo a cuerpo con espadas más pesadas.
Principales armas cuerpo a cuerpo
romanas, Spatha

La spatha podía medir hasta un metro de largo, aunque su tamaño solía ser de
entre 60 y 90 cm. En los siglos III y IV d.C. se convirtió en la espada oficial de las
legiones, muy posiblemente debido a que los soldados que fueron conformando
las legiones eran de orígenes celtas y germanos. Cabe la gran posibilidad de que
la spatha se trate de un antecesor de los grandes espadones usados por los
diferentes pueblos europeos durante la Edad Media debido a su estrecho
parecido.

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Principales armas cuerpo a cuerpo romanas, Pugio


El pugio fue un puñal de unos 20-24 cm de largo y unos 6 cm de ancho usado por
los legionarios romanos a partir del siglo I a.C. A pesar de la poca información
escrita sobre el pugio, la mayoría de las fuentes apuntan a un origen hispano,
concretamente del puñal celtíbero del siglo IV a.C. probablemente adaptado
durante las Guerras Celtibéricas.
Principales armas cuerpo a cuerpo
romanas, Pugio

El pugio era un arma auxiliar, usada como último recurso en caso de extrema
necesidad cuando el legionario había perdido su arma en combate o quería dar
una muerte rápida y certera gracias a su fácil manejo y a su hoja de metal
resistente a cualquier lance. Las empuñaduras estaban fabricadas de varios
elementos, con intercalados de cuerno, madera, hueso y hierro.

Principales armas cuerpo a cuerpo romanas, Maza


Entrando en el período de la decadencia del Imperio Romano, la maza, cuyo uso
sí estuvo muy extendido en la época de máximo esplendor heleno, retomó un
papel fundamental en la caballería a partir de la influencia bárbara en sus filas.

Maza

Posiblemente fue el precursor del martillo medieval.

Autor: Tito Batán para revistadehistoria.es

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La Falcata Ibérica, terror de
las legiones romanas

Posiblemente la falcata ibérica se trate de una de las piezas más representativas


de la cultura íbera, sobre todo a lo que armamento se refiere. La falcata ibérica
era un arma de hierro o acero de aspecto curvado con una longitud variable entre
los 55 cm y los 60 cm de largo, con una empuñadura decorada con motivos de
aves o caballos como los símbolos más frecuentes. Las falcatas de doble filo son
menos comunes, pero aun así se han encontrado restos de su existencia en
varios yacimientos arqueológicos. Fue usada por los íberos durante
aproximadamente cinco siglos, hasta que vio un claro descenso de su utilización
a partir del siglo I a.C.

La Falcata Ibérica

La Falcata Ibérica, posible origen de la falcata ibérica


La falcata no tuvo un nombre específico dado por los íberos. Fue descrita por
primera vez con ese nombre por Juan Agustín Céan Bermúdez en 1832
basándose en la locución latina "ensis facaltus", o lo que es lo mismo, "espada en
forma de hoz". En otras culturas, como la griega, fue llamada machaira o májaira.
Se cree que la falcata pudo provenir de Iliria y de ahí a la península itálica o de las
regiones griegas por sus estrechos parecidos y por ser anteriores a ellas, aunque
la adoptada por los íberos sufrió algunas modificaciones como una reducción de
la curvatura y de la longitud, lo que aparentemente fue más efectivo en sus
manos. Las dimensiones que se consiguieron la convertían en un arma poderosa
con claras semejanzas a la gladius romana, de la que se cree que tuvo influencias
para la elaboración de la gladius hispaniensis pero con una evolución de la hoja
recta y no curvilínea.

La Falcata Ibérica

La Falcata Ibérica, ¿Por qué fue un arma temida por los


legionarios romanos?
Estrabón y Diodoro de Sicilia hablaron de la falcata como un arma temible.

"En cuanto a las armas algunos celtiberos usan escudos ligeros como
los galos y otros circulares (...) Sus espadas tienen doble filo y están
fabricadas con excelente hierro, también tienen puñales de un palmo
de longitud. Siguen una práctica especial de fabricación de sus armas
pues entierran láminas de hierro y las dejan así, hasta que con el
curso del tiempo el óxido se ha comido las partes más débiles
quedando solo las más resistentes (...). El arma fabricada de esta
forma descrita corta todo lo que pueda encontrar en su camino, pues
no hay escudo, casco o hueso que pueda resistir el golpe dada la
extraordinaria calidad del hierro (..)" Diodoro de Sicilia 5, 33

Durante las Guerras Púnicas, las legiones de Roma se enfrentaron a los íberos
que acompañaron a Aníbal en calidad de mercenarios y aliados, y por ende a sus
temibles falcatas, de las que las crónicas romanas contaban que eran capaces de
cortar extremidades con extrema facilidad por la maestría de sus guerreros a la
hora de manejar la hoja. Podían separar las cabezas del cuerpo de un legionario
romano con frecuencia o incluso dejar al descubierto sus entrañas con un simple
tajo por debajo del estómago.

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Nacía así la leyenda en torno a aquellas armas. Los legionarios se vieron


obligados a incorporar algunas novedades de refuerzo en sus scutum y sus
loricas para defenderse de su atroz efectividad. La resistencia de las falcatas,
según las fuentes de la época, se debía a la calidad del metal con las que las
elaboraban. Los herreros íberos enterraban el acero en la arena para que el
tiempo reforzase las aleaciones desechando las fracciones más propensas a la
debilidad. Aquel ritual de elaboración recogía las partes que resistían para ser
usadas con el objeto de originar el arma.

La Falcata Ibérica, empuñadura

A pesar de su aparente efectividad, la falcata ibérica no tuvo un uso generalizado


en toda la Península como algunos intereses propagandísticos nos han querido
hacer creer. El arma usada por los íberos tuvo un auge, sobre todo, en la zona
mediterránea del Levante y el norte de Andalucía y que fue usada por los pueblos
contestanos y bastetanos.

Además, no todas las hojas fueron de buenas calidades. Se han encontrado


falcatas con aceros de muy baja calidad que distan mucho de las apreciaciones
de las fuentes romanas. Tampoco fueron el arma exclusiva de estos pueblos,
pues eran más dados a las hondas, las jabalinas o los arcos. La falcata fue más
bien un arma secundaria utilizada en ocasiones puntuales como combates cuerpo
a cuerpo o cuando ya quedaban inutilizadas sus armas arrojadizas. La vaina
donde se guardaba era de cuero reforzado con hierro y sostenida por una cuerda
que atravesaba el hombro derecho mediante sujeciones con anillos para otorgar
al guerrero un rápido desenvaine en caso de querer utilizarla.

Se han encontrado fragmentos y espadas bien conservadas en numerosos


yacimientos. Un ejemplar muy bien conservado se halló en la necrópolis ibérica
de Almedinilla (Córdoba) por Luis Maraver y Alfaro en 1867. El ejemplar extraído
tiene una longitud de 59 centímetros, con una hoja ornamentada con finos hilos
de plata y una empuñadura en forma de busto de caballo, lo que le da un aspecto
feroz y un detalle que mostraba el alto grado de elaboración que llevaban a cabo
los herreros íberos que fabricaban estas armas.

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