ALGO MAS SOBRE FORMAS DE ORGANIZACIÓN

¿Cómo promover la apertura para que crezca el grupo juvenil?

Este es un punto muy importante y está íntimamente ligado a la forma de

organización. De acuerdo a la realidad pastoral local, a la cantidad y
calidad de los miembros del Grupo, pueden asumir distintas formas de
organización:

 Grupo Único: Muchos grupos trabajan a nivel de la formación en

un único grupo. Esto fortalece la convivencia y la fraternidad en el
Grupo. Sin embargo, si el grupo es muy numeroso, suele ser
conveniente trabajar en grupos más pequeños. También existen
otros factores que pueden hacer deseable una división en sub-
grupos, como se verá en los ejemplos que se citan a continuación

 Separación por edades:  Los grupos en los que existe un amplio

rango de edades, suelen dividirse para las reuniones de formación
en grupos más pequeños, separando en adolescentes, jóvenes y 
mayores. Por supuesto, siempre existen actividades comunes,
para fortalecer la comunión de toda la comunidad, como por
ejemplo la oración, la liturgia y el apostolado. La parte formativa
variará de acuerdo a la edad y necesidades de los integrantes:

 Adolescentes (12- 16).- orientar la formación a la integración

de los miembros, al conocimiento y aceptación de sí mismos, y
al desarrollo de la personalidad.

 Jóvenes (17- 23).- orientar la formación a la integración en la

comunidad, al desarrollo personal y espiritual y elección de un
modo de vida acorde con los valores y principios cristianos.
 Mayores (23- 28).- orientar la formación a desarrollar un
compromiso más completo de acuerdo a la opción de vida que
se haya elegido.

En los grupos de jóvenes y mayores convendrá también la separación

por actividades, ya que existen grupos que tienen varios apostolados (ya
sea con niños, otros con enfermos, otros con jóvenes, etc.), o tienen
varios destinos de misión, etc. En este caso, puede requerirse formación
específica para el apostolado y la preparación en estas actividades.
Esta forma de organizarse no es fija, pero se la recomienda por que
brinda apertura a toda la comunidad. La vivencia del mensaje de Jesús
debería empezar en grupos de niños, como infancia misionera, para que
iniciados en el Evangelio empiecen a integrar grupos de adolescentes.
Así mismo, los grupos de adolescentes, ávidos de formación e integración
deberían tener siempre su voz y espacio en la comunidad.

Ya hemos visto entonces que la edad de los integrantes, el nivel de

formación y el tiempo de permanencia de un grupo son factores claves en
la conformación y crecimiento de grupos juveniles. Sabemos también que
todo crecimiento supone cambios y todos los grupos de jóvenes los
tienen: ¿Está nuestro grupo preparado para adaptarse a ellos?

Adaptarse al cambio es aceptar que todo grupo juvenil tiene sus etapas:
Nace gracias a un grupo previo o a la iniciativa de algunos primeros
jóvenes que encuentran en la Iglesia un espacio para conocerse a sí
mismos y a los demás.
Crece gracias a la dedicación, el trabajo constante, a la formación de una
personalidad y espiritualidad cristianas, a la participación y la apertura a
los miembros de la comunidad.
Todo grupo debe evolucionar hacia una nueva etapa de vida,
conformando nuevos grupos de acción, de compromiso cristiano, y
eligiendo al final una opción de vida.

Los cristianos comprometidos surgen de estos grupos y a su vez

conforman familias o grupos que vivirán el Evangelio en sus distintas
realidades: a nivel de trabajo, de labor social, de hogares cristianos, de
vida consagrada.

Los responsables de grupos juveniles deben estar conscientes que un

grupo debe crecer y elegir una opción de vida. No pueden quedarse
años estancados en lo mismo, deben tener apertura para que los nuevos
jóvenes tengan un lugar en la comunidad. La Iglesia nos brinda cientos de
formas de servir, primero como niños, luego como jóvenes y adultos. En
cada etapa descubriremos la importancia del mensaje de Jesús, para
amar más a nuestros hermanos y alcanzar la felicidad y realización
personal que tanto deseamos.