Matriz de análisis paso 3.
Alejandro Ramírez Tangarife
¿Qué saberes se imparten durante el
proceso de formación docente?, ¿son
suficientes?
Según Lee Shulman (1986-1993) citado por
Pinto y González (2008), existen siete
conocimientos esenciales en la formación
docente, a saber:
- Conocimiento disciplinar
- Conocimiento pedagógico general
- Conocimiento curricular
- Conocimiento de los estudiantes y sus
características
- Conocimiento del contexto educativo
- Conocimiento de los fines, propósitos
y valores de la educación
- Conocimiento pedagógico-disciplinar
Se adicionan, además los nuevos
conocimientos y habilidades de la
formación docente para el siglo XXI en su
segunda década:
- Trabajo colaborativo
- Trabajo con las tecnologías de
información.
Ochoa (2005). Si miramos el perfil del
maestro del presente, del que está
ejerciendo su profesión y se graduó ya sea
de la universidad o de la Escuela Normal
hace ya más de 10 años, bien podría
afirmar que frente a estos grandes retos, los
maestros tenemos una formación
insuficiente.
Me gusta que se hable de formar, pues es
una actividad permanente que no empieza
al entrar a la universidad ni termina cuando
se gradúan los maestros… La universidad
debe reconocer esta realidad, tratando de
identificar concepciones erradas y de
promover la reflexión, ya que esos
conocimientos previos prevalecen por
encima de lo que se aprende en este centro
superior. (Pizano, 2005).
¿Cómo aplican el saber disciplinar docente,
los docentes en ejercicio?, ¿cumple con las
expectativas de formación?
Cuando usamos el término disciplina,
necesariamente nos ubicamos en el plano
epistemológico que apunta a un nivel de
¿Qué saberes aprende el docente en ejercicio
durante su práctica?, ¿por qué son
necesarios?
El docente del siglo XXI en su ejercicio
práctico debe aprender que su rol ya no se
limita al hecho de transmitir conocimientos
curriculares, sino, el de enseñar a sus
estudiantes a ser autónomos en su proceso de
aprendizaje o lo más llamado “aprender a
aprender. Se convierte en un precursor de
nuevos recursos sincrónicos y asincrónicos
mediados por la tecnología, es un profesional
dinamizador e innovador en el aula; debe
proporcionar a sus educandos una experiencia
de aprendizaje individualizada; el docente
actual se capacita constantemente para mejora
su calidad profesional, pedagógica y didáctica
y se plantea el reto de ser un motivador dentro
de su aula.
Adriana Araque (2017) plantea: Las cinco “I”
que debería tener el profesorado cuando
enseña: Impacta, Inventa, Innova, Inspira,
Investiga.
La profesión docente lleva al alumno a un nivel
más alto de lo esperado por el estado
educativo, es decir, no solo se trata de que el
estudiante apruebe materias, sino, que aprenda
a aprender, comprenda el saber, lo aplique,
multiplique, lo investigue y lo transforme; el
docente es el encargado de formar una nueva
generación inquieta por aprender de forma
dinámica aquellos conocimientos que le sirvan
para la vida real y que les permita desarrollar
sus habilidades intrínsecas en integración con
los conocimientos básicos de aprendizaje, para
formar ciudadanos capaces de resolver
problemas prácticos y generar soluciones
rápidas y confiables en un mundo que cada vez
es más acelerado y tecnológico.
¿Cómo puede, el docente en formación,
aprovechar el saber práctico de otros
docentes?
Existen diferentes modos de aprovechar la
experiencia de otros docentes y su saber
práctico, una de ellas de acuerdo con el
Matriz de análisis paso 3.
Alejandro Ramírez Tangarife

reflexión sobre la estructuración de los saberes Ministerio de Educación Nacional – MEN es la

(Gómez y Alzate, 2010) y Queremos hacer
precisiones sobre algunos planteamientos
diferenciadores entre disciplina científica y lo
que tradicionalmente conocemos como
“materia escolar” (Chervel, 1991; Goodson,
1991, 1995; Tanner y Tanner, 1990), los
cuales señalan cierto grado de autonomía e
independencia que las distinguen e instalan
bajo propósitos diferentes. Citados por Ortega
(2017).
De acuerdo con ambos planteamientos, la
lectura realizada del artículo y las lecturas de la
Unidad 2 de este curso, hablar del saber
disciplinar docente puede turbarse un poco
complejo, ya que esta aplicabilidad nace en y
desde la práctica de la profesión y en dos ramas
diferentes: la disciplina científica y la escolar,
ambas muy distintas, pero necesarias en el
proceso educativo. Se parte de la razón de que
el docente en su aula es autónomo, es un ser
que siempre tendrá como sabe los
conocimientos adquiridos y su experiencia
formativa y práctica, los cuales convergen en
su qué hacer y permiten alcanzar resultados
satisfactorios en su área específica, aún
aplicando metodologías disciplinarias
diferentes a las de sus colegas, esto permite que
cada docente pueda dejar una “marca” especial
sobre su materia y ayuda a otros a transformar
su disciplina profesional y, también a mejorar
la suya propia.
práctica de observación, esta permite hacer
un estudio juicioso de clases de aula reales en
un contexto específico, entender y comprender
diferentes metodologías y comprender la
aplicación de principios teóricos vistos en la
formación.
Otra práctica importante es la de inmersión,
permite al licenciado en formación desarrollar
procesos prácticos reales en un aula de clase
apoyado por un docente experimentado, se
base en una modalidad de observación, pero,
inversa a la anterior, es decir, el observador es
el docente, esta permite aplicar los procesos de
didáctica y pedagogía aprendidos, aprender a
desenvolverse en ambientes reales de
enseñanza y contar con un acompañamiento de
confrontación y retroalimentación de
enseñanzas.
Una forma más es la de práctica de
investigación, procesos que desarrollan
proyectos de investigación en contextos
educativos específicos en instituciones
educativas que brindan apoyo y
acompañamiento al proyecto, esta exige mayor
madurez, compromiso y retórica del estudiante
de licenciatura para incentivar su potencial
investigador y un conocimiento importante y
concienzudo de la labor docente.

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Matriz de análisis paso 3.
Alejandro Ramírez Tangarife

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