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Bourdieu, Pierre. 1997. Espíritus de Estado. Génesis y estructura del campo burocrático. En
Razones Prácticas. Sobre la teoría de la acción. Barcelona: Anagrama.
Leer: Pgs. 91-138.
El estado es una comunidad humana que reivindica con éxito el monopolio del uso legítimo de
la violencia física y simbólica sobre una población en determinado territorio, y logra esto en la
objetividad de sus estructuras y en la subjetividad de los pensamientos, que son las estructuras
mentales.
La familia es la más natural de las categorías sociales, para Bourdieu es una ficción, una
ilusión, pero para el estado es un artefacto social, que se produce y reproduce con la garantía
del estado, pues los medios de asistencia y subsistencia se los proporciona el estado, de esta
forma la familia construye la realidad social a partir de su modo de existencia.
Reseña critica:
El estado es el resultado de la concentración de capital de fuerza física, capital económico,
capital cultural, capital informacional y capital simbólico. El autor habla de una forma muy
interesante de como el estado puede ejercer el monopolio es llegando a nuestros cerebros a
través de ciertas estructuras mentales, mientras estas funcionen como se desea no será
necesario ejercer mecanismos de violencia física.
Primeramente, el autor plantea las dificultades del analista social para ver al estado pues este
se halla influenciado por el mismo estado, luego pone en cuestión como las ciencias sociales
abordan el análisis estatal tomando en cuenta que las ciencias sociales han ayudado a la
construcción del estado, propone luego abordar el estudio a partir del génesis del estado, el
cual emerge gracias a la concentración de las diferentes especies de capital anteriormente
mencionadas, estas deben ser analizadas, y finalmente habla de la eficacia simbólica, pues el
estado puede recrear formas de realidad social y esto a lo que se refieres con imponer
categorías de pensamiento, la violencia simbólica es adicional a la violencia física.
La forma en que el analista puede empezar sus análisis es con la duda radical, esta implica
cuestionarse la realidad, y los pensamientos implicados.
Sobre las acumulaciones de los diferentes tipos de capital cabe aclarar que son independientes
entre sí, pero juntas constituyen un metacapital, propio del estado. Los poseedores de los
distintos capitales se disputan para conseguir una mejor posición y así lograr su reproducción.
El capital de fuerza física se refiere a las labores que realiza el cuerpo con un fin, el económico
se refiere al capital central, va relacionado con el de fuerza física pues le individuo puede
adquirir el suyo y así con la unión de los otros crear en el estado un espacio económico
unificado que es dinámico. El capital cultural es una dimensión del capital informacional,
gracias a este el estado reproduce y concentra información, y es mediante este que se unifican
y modelan las estructuras mentales, creando así las normas. El capital simbólico es una
especie de reconocimiento, se refiere a la percepción del capital relacionado a la identidad
social, de tal forma que se le da un valor. Así es que la eficacia simbólica, se refiere a la forma
de reconocer la realidad social y es aquí donde el estado puede imponer formas de visión, esto
es a lo que se refiere con imponer su poder simbólico. Aquí es donde se puede hablar de un
capital jurídico, es decir, la concentración de capital simbólico, que es la forma objetivada y
codificada del capital simbólico, pues es mediante leyes y normas que el estado impone la
realidad y sobre su jurisdicción.
Acá las estructuras mentales entran en juego, pues el estado solo se impondrá con tanta fuerza
como le permitan las estructuras cognitivas con las que se le percibe, estas son las estructuras
subjetivas y para generar una sumisión deben estar acordes a las estructuras objetivas. Esta
dimensión simbólica está relacionada a el mundo burocrático, pues el objetivo es la
monopolización del monopolio y se desarrolla mediante el campo burocrático.
Bourdieu se basó en las lecturas de Weber complementando la idea de este autor sobre la
legitimación del poder mediante la violencia física, con el apoyo de la violencia simbólica, de
esta forma analizando de manera más completa el funcionamiento estatal y las estrategias en
las cuales se basa, y como está constituido.
Tocando este tema simbólico, me agrada esa reflexión que hace el autor sobre la forma en la
que nosotros como analistas somos influenciados por esto sin darnos cuenta siquiera, y su
propuesta de la duda radical me parece acertada, pues durante toda nuestra vida nosotros
somos influenciados por las cosas que nos rodean y que en gran parte son producto de
regulación estatal, como las noticias, cuando se toma conciencia de esto y comienzan los
cuestionamientos sobre la realidad, podemos pensar y analizar con menos sesgo, para esto
sirve mucho hacer la comparación con otros países.