ENCUENTRO CON JESUS EN SU PALABRA nuestra vida interior, es quien está pendiente de la calidez de tu
corazón y de tu cercanía con la persona de su Hijo; ella es quien
Evangelio San Juan 2, 1-11. LAS BODAS DE CANA.
Todos los creyentes estamos invitados a las Bodas de Jesús, el
Hijo de Dios y la humanidad; no solo como espectadores sino
como miembros comprometidos de una comunidad que celebra
la vida, el amor de Dios, su llamada al servicio, a la misión.
Profundiza en esta Palabra, principalmente contemplando a
Jesús, el Esposo; que en este Evangelio comparte la vida
sencilla con sus paisanos y que se revela a sus discípulos con
todo su Poder y Gloria en el signo de cambiar el agua no solo
por vino, sino por el mejor.
Jesús, el Maestro y Señor, empieza su recorrido por los pueblos
de Israel proclamando la Buena Nueva de Dios, especialmente a
los más pobres y afligidos. Este joven nazareno, que es Dios
Verdadero, siente un amor sin medidas por los hombres de tal
manera que se entrega a si mismo y hace de su Cuerpo y
Sangre, Comida y Bebida de Salvación Eterna, estableciendo
con nosotros una Nueva Alianza que no pasará.
Canto Eucarístico: EL AMOR DE MI DIOS
Contempla en este hermoso pasaje, la figura de la madre, María
de Nazaret, invitada de igual forma a la celebración. Ella es
quien se da cuenta que les falta el vino, ella es la centinela de
te asegura en la verdadera alegría e intercede ante el Señor por
tus necesidades, especialmente ahí cuando la fiesta de tu vida
amenaza terminarse. Las palabras de María que recoge este
Evangelio te revela el interior de su alma: “Hijo, no tienen
vino”. En un tono de preocupación, pero a la vez te señala con
certeza a quién acudir en un momento de prueba. Es como si
ella, la madre, te estuviera diciendo: “cuando sientas en tu
corazón la amenaza de la tristeza, de que lo esencial está a
punto de terminarse no dudes de venir a mi Hijo, Él te
comprende y remedia tu necesidad. Como buen Maestro te
enseña para que tu corazón sea libre y descubras el camino a
seguir”.
Después de dirigirse a Jesús; María dice a los criados con la
autoridad de una verdadera madre y hoy te lo dice una vez más:
“Hagan lo que Él les diga”. Nadie como María, conoce a Jesús.
Nadie como ella es testigo de su poder y de su auténtica
identidad, es el Mesías. Por eso más segura de Jesús que de sí
misma, pronuncia estas palabras que hoy te devuelven la
esperanza y el ánimo. Mira hija: “No hay otro camino a la
felicidad, para mantener vivo el ardor y el deseo de lo eterno, de
lo esencial, del amor verdadero, de la fe autentica, del servicio
desinteresado, de la esperanza en la realización de las promesas
de Dios: hacer lo que Jesús nos diga, hacer su voluntad”.
Estar en esta noche de adoración, estar en este congreso juvenil
vocacional, si bien ha sido tu elección es ante todo voluntad de
Dios, que quiere amarte, mostrarte que puede vivir la vida de
manera diferente: desprendida, entregada, experimentando la
alegría de las cosas sencillas, formando una familia que
trasciende los lazos de la sangre, que tu vida puede ser puente
para que Dios mismo ame, sane consuele, anime, instruya a
otros a través de ti. Escucha a Jesús que desde este Sacramento
habla a tu corazón y te dice: “Ven, te invito que me acompañes,
necesito que me ayudes en esta misión de tocar el corazón de
los hombres y decirles cuanto los ama Dios”. Siente sus
palabras dentro de ti, déjalo hablar.
ALABANZAS A JESUS SACRAMENTADO
PRESTANOS TUS LABIOS MARIA PARA ALABAR
A JESUS TU HIJO, COMO GLORIFICASTE A DIOS
CON EL MAGNIFICAT.
Jesús, tú eres un Dios cercano que tiendes la mano
generoso a todo el que te busca y te nos entregas en la
Iglesia, sacramento místico de tu Presencia. Te
alabamos y te bendecimos porque estas vivo en medio
de tu Pueblo.
Jesús, tú has querido llamar de entre todos a hombre y
mujeres, para que desde su especial consagración a la
adoración y al servicio te dieran gloria. Te alabamos
porque te muestras fuerte en su debilidad y con tu Gracia
sostienes sus flaquezas.
Jesús, tu Palabra es vida y verdad, tú eres el Maestro de
los maestros; tocas el corazón de las personas y las
acercas al amor y a la belleza de la vida. Te alabamos,
Maestro porque no dejas de pronunciar tu Palabra
Salvadora sobre los hombres.
Jesús, Pan Vivo bajado del Cielo, alimento verdadero que
sacia el alma y la conduce de la mano a la plenitud. Te
alabamos por la sencillez con la que te compartes y te
entregas, te haces solidario con nuestra hambre y
necesidad de Ti.
Jesús, esposo de las almas, tú eres quien enamora los
corazones y los conduces a la entrega total de sí mismos.
Te alabamos por la obra que has realizado en tu Sierva,
Madre María Jesús Upegui. Mujer sencilla que al
descubrirte vivo y presente en el altar se hizo abierta y
sensible a tu Presencia en los más pobres y olvidados.
 Jesús Hijo del Padre y Ungido por el Espíritu, tú has
querido hacerte uno de nosotros en el vientre virginal de
una mujer humilde, hermosa, creyente, pura, valiente y
trabajadora. Te alabamos por María, no hay palabras
para describir el inmenso regalo que nos has dado en tu
madre.
Jesús, tu superas todo deseo y conoces lo que
necesitamos, eres el amigo incondicional de las almas y
tu dulzura supera todo gozo terrenal. Te alabamos por
esta noche, por tu Presencia Eucarística que actúa en
nosotras transformándonos por la fuerza misteriosa de tu
Persona que nos atrae y enamora, que nos seduce y a la
vez nos llena de confianza. Te alabamos por este
momento de cielo que nos recuerda cuanto nos amas,
que nos recuerda tu entrega dolorosa en la Cruz, que nos
recuerda que has pagado un altísimo precio por
comprarnos para Dios.
Canto JESUS ESTA VIVO
ORACION A MARIA
Madre del amor, Señora de la luz, Mujer vestida de sol; tu
presencia pura es claridad que disipa las sombras de mi corazón.
Tu cercanía María, Madre de Jesús y mía, destierra de mi alma
la tristeza de verme agobiada por los problemas y por las dudas;
la desilusión de amores falsos, éxitos pasajeros; el ruido que me
deja dentro el vacío de las cosas cuando me lanzo a buscar la
felicidad por vías equivocadas y cuando pongo mi verdad, mis
seguridades y mi alegría fuera de mi misma y lejos de Dios.
Ahora sé que estas aquí, porque puedo sentir la dulzura de una
madre que me protege, porque puedo sentir el calor de tu
corazón que me mueve a amar a tu Hijo como lo amaste tú,
porque siento en mi alma un aliento de valentía que se con
certeza proviene de ti, Señora y Madre mía, invitándome a
seguir a Jesús, a entregarlo todo por El, a reconocerte como mi
Señor y Dueño, a dejarme amar por El.
Madre del amor, Señora de la luz, Mujer vestida de sol llena con
la luz de tu alma este lugar, imprégnanos de la belleza de tu
amor y que en este momento misterioso y único de adoración
amemos a tu Hijo como le amas tú. Recuérdame continuamente
tus palabras: no tengas miedo, no estoy yo aquí que soy tu
madre! Amen.
Piensa en este momento que situación de oscuridad ocurre
en tu vida personal, familiar, espiritual… que necesite
ser iluminada por Cristo por la intercesión de María.
Piensa que oscuridad se ciñe sobre el mundo y pídele a
Jesús por María, que ilumine esta realidad.