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Traducción comentada

Himno Sacris Solemniis de Santo Tomás de Aquino


José Rodolfo Pérez Molina, Héctor Alejandro García García
y Francisco López Navarro.
Grupo: 41 FIL. Universidad Intercontinental

Introducción

El siguiente trabajo pretende hacer una traducción del himno Sacris Solemniis, el cual es

utilizado en los maitines del Jueves de Corpus. Este himno, compuesto por Santo Tomás de

Aquino, es uno de los cuatro himnos (Verbum supernum prodiens, Adoro te devote y Pange

lingua gloriosi corporis mysterium,) escritos por el Doctor Angélico con motivo de la

solemnidad del Corpus Christi. Dichos himnos fueron encargados directamente por el Papa

Urbano IV en 1264, esto mediante la bula papal Transiturus hoc mundo, la cual declaraba el

establecimiento de la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo.1

En cuanto a la composición, el himno Sacris Solemniis está escrito con una rítmica que

imita las medidas clásicas, tal como aparecen en las obras de Horacio y en el resto de himnos

que componen el Breviario Romano. Asimismo, el himno ha sido alabado por varios

compositores destacados. Por ejemplo: Wagner se refiere al "Sacris solemniis como

1
Cfr. Catholic.net, Tere Vallés, Jueves de Corpus Christi [en línea], s.l,
https://es.catholic.net/op/articulos/1342/cat/65/jueves-de-corpus-christi.html, consultado el 11 de mayo de
2020.
ilustrativo de los dos conceptos de verso… donde el verso antiguo y la disposición rítmica

de las sílabas se entrelazan juntas". 2

Además de los elogios a su composición, el himno cuenta con una versión reducida y

adaptada para la ópera. Se trata de la penúltima estrofa, que conforma el himno Panis

Angelicus. Él cual cuenta con distintas adaptaciones para órgano, arpa, chelo y contrabajo,

así como algunas adaptaciones contemporáneas, entre las que destacan las presentaciones de

Il Divo y Andrea Bocelli.

Traducción

Sacris solemniis juncta sint gaudia,


Que el gozo convoque esta sacra solemnidad,
Et ex praecordiis sonent praeconia;
y suenen las alabanzas desde las entrañas;
Recedant vetera, nova sint omnia:
olvídese lo viejo, sea todo renovado:
Corda, voces et opera.
corazones, palabras y obras.

Noctis recolitur coena novissima,

Hoy es evocada la cena nuevísima de aquella noche,

Qua Christus creditur agnum et azyma,


en la que se cree que Cristo dio a sus hermanos
Dedisse fratribus, juxta legitima

2
Henry Hugh. Sacris Solemniis, Nueva York, The Catholic Encyclopedia Vol. 13, Robert Appleton Company,
1912.
el cordero y los panes ázimos,
Priscis indulta patribus.
según la ley otorgada a los antiguos patriarcas.

Post agnum typicum, expletis epulis,


Después del típico cordero, terminadas las celebraciones,
Corpus Dominicum datum discipulis,
el Cuerpo del Señor fue dado por sí mismo,
Sic totum omnibus quod totum singulis,
con sus propias manos, a los discípulos,
Ejus fatemur manibus.
así todo a todos como a todo a uno.

Dedit fragilibus corporis ferculum,


Él ha entregado su cuerpo como alimento para los débiles,
Dedit et tristibus sanguinis poculum,
y ha dado a los tristes la copa de su sangre,
Dicens: Accipite quod trado vasculum,
diciendo: reciban este cáliz que os entrego,
Omnes ex eo bibite.
bebed todos de él.

Sic sacrificium istud instituit,


Así ha instituido este sacrificio,
Cujus officium committi voluit
cuyo deber quiso comenzar
Solis presbyteris, quibus sic congruit,
solo con los presbíteros, a quienes corresponde,
Ut sumant, et dent ceteris.
tomarlo para sí, así como darlo al resto.

Panis Angelicus fit panis hominum:


El pan angelical se trasforma en pan de los hombres:
Dat panis caelicus figuris terminum:
el pan celestial da término a las reproducciones:
O res mirabilis! manducat Dominum
¡Oh cosa admirable! Al Señor lo come:
Pauper, servus, et humilis.
el pobre, el siervo y el insignificante.

Te, trina Deitas unaque, poscimus,


A ti, deidad trina y una, pedimos,
Sic nos tu visita, sicut te colimus:
así tu nos visites, como nosotros te cultivamos;
Per tuas semitas duc nos quo tendimus,
condúcenos por tus sendas a donde nos dirigimos,
Ad lucem quam inhabitas.
a la luz en la cual habitas.

Comentario

Es muy interesante y emotivo el himno de Santo Tomás de Aquino, porque inicia con una

invitación a una “solemnidad”. Éste es un adjetivo que puede traducirse como “sagrado” y

“ceremonioso.” Entonces es una invitación a una ceremonia sagrada que hace incitar los
corazones a alabar y a dejar todo lo viejo, es decir abandonar los vicios, pecados, malos

hábitos, etcétera. Ya había hablado San Pablo en el libro a los Efesios de hacer morir al

hombre viejo, cuando dice: “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros” (Colosenses 3:5).

¿Para qué dejar morir al hombre viejo? Por lo que Santo Tomás de Aquino para responder a

esta interrogante utiliza el verbo nova que significa “renovar”, también puede significar

“hacer de nuevo”, “rehacer”, “recrear” y “revivir.” Entonces el himno invita al hombre a

hacerse y recrease en un hombre nuevo.

Continúa el himno con un verbo transitivo en voz pasiva: recolitur, que se traduce

como “evocamos”, también éste verbo puede traducirse como: “practicar una actividad

nuevamente”, “honrar nuevamente”, “vivir nuevamente”, etcétera ¿A qué nos está evocando

el himno? Nos está invitando a vivir y honrar nuevamente la última Cena. En la que Cristo

estaba con sus discípulos. “Durante la cena, Jesús tomó pan, bendijo a Dios, lo partió y se lo

dio a sus discípulos, diciendo: — Tomen, coman: esto es mi cuerpo. Tomó luego en sus

manos una copa, dio gracias a Dios y la pasó a sus discípulos, diciendo: — Beban todos de

ella, porque esto es mi sangre, con la que Dios confirma la alianza, y que va a ser derramada

en favor de todos para perdón de los pecados” (Mt. 26:26-29). Desde esa noche Cristo se

quedó en el pan que se convirtió en su Cuerpo y el vino se convirtió en su Sangre. 3

El pan y el vino, al convertirse en el Cuerpo y la Sangre de Cristo se volvieron alimento,

¿para quién? Menciona el himno que Cristo dio su Cuerpo a los fragilibus, es un adjetivo de

la segunda clase, que es traducido como “débiles”, pero también puede significarse: “frágil”,

3
Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1333 en La Santa Sede.
http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p2s2c1a3_sp.html [acceso el 12 de mayo de 2020].
“fatigado”, “cansado”, “desalentado”, etcétera. Entonces Cristo da su Cuerpo a los que se

sienten cansados, desalentados, fatigados, etcétera. Con esto Santo Tomás quiere que el

hombre recuerde que Cristo le hace una invitación a acudir en todo momento a Él, pero en

especial en los momentos cuando el hombre se siente agobiado. “Vengan a mí todos los que

están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de

mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es

suave y mi carga liviana” (Mt. 11, 28-30). Después menciona el himno, que el vino que es

la Sangre de Cristo es dado a los tristibus, que se traduce como: “tristes”. Este también es un

adjetivo de la segunda clase, que puede significar: “angustiado”, “afligido”, “melancólico”,

etcétera. Entonces el Cuerpo y la Sangre de Cristo son alimento y bebida para todos los

hombres, especialmente cuando éstos se sientan afligidos, angustiados, tristes, etcétera., por

la vida.

En la última Cena no solamente Cristo dejó su Cuerpo y su Sangre, sino que también

instituyó, como dice el himno, a los presbyteris, éste es un sustantivo masculino de la segunda

declinación, que es traducido como “presbíteros”, pero también puede significar:

“sacerdotes”. Los sacerdotes son personas consagradas que se encargan de celebrar y ofrecer

sacrificios. 4 Más adelante menciona el himno que Dios instituyó a los presbíteros para que

sean los administradores de su Cuerpo y de su Sangre para todos los hombres.

Continúa el himno, dando a entender que el Cuerpo de Cristo, es visto como “el pan de

los ángeles” ¿Qué quiere decir esto? Que Jesús vino del cielo y quiso estar con los hombres,

4
Real Academia Española: Diccionario de la lengua española, 23. ª ed., [versión 23.3 en línea].
<https://dle.rae.es> [acceso el 12 de mayo de 2020].
encarnándose en un cuerpo humano y quedarse como alimento. “Y la Palabra se hizo carne,

y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre

como Hijo único, lleno de gracia y de verdad” (Jn. 1:14).

El Hijo de Dios al encarnarse y al quererse quedar en el pan, que es visto como “el pan

de los ángeles” quiere quedarse como alimento para los hombres, como ya sea mencionado,

y al quedarse como alimento, el himno menciona que se convierte en “pan de los hombres”,

lo cual nos remite a la idea de la doble naturaleza de Cristo, hombre y Dios en uno mismo.

Por último, Santo Tomás de Aquino termina el himno aclamando a la Santísima

Trinidad, dando a entender que no solamente está Cristo en el Pan sino que también está el

Padre y el Espíritu Santo. Porque los tres son un solo Dios, aunque en la Biblia no viene la

palabra Trinidad, pero sí hace referencia a ella en diversos pasajes, por ejemplo: en el libro

del Génesis, cuando Dios decide crear al hombre, Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra

imagen y semejanza” (Gn 1:26); en otro pasaje se puede ver la presencia de las tres divinas

personas, cuando Juan el bautista bautizó a Jesús. “Jesús salió del agua […] y vio al Espíritu

de Dios que bajaba […] y se posaba sobre él. Al mismo tiempo, se oyó una voz del cielo que

decía: ‘Tú eres mi Hijo, el Amado; éste es mi elegido’” (Mt 3:16-17). Por consiguiente, Santo

Tomás tiene la esperanza de que un día llegaremos a contemplar a la Santísima Trinidad. Y

esto mismo, para la simbólica del texto, representa un sentido de bendición hipostática, que

sirve como un cierre perfecto para este himno, el cual termina con una promesa teleológica

que remite al fin último de hombre en su forma cristiana como Lumen Gloriae [Luz de la

Gloria].
Bibliografía consultada

Catholic.net, Tere Vallés, Jueves de Corpus Christi [en línea], s.l,

https://es.catholic.net/op/articulos/1342/cat/65/jueves-de-corpus-christi.html.

Hugh, Henry, Sacris Solemniis, Nueva York, The Catholic Encyclopedia Vol. 13, Robert

Appleton Company, 1912.

Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1333 en La Santa Sede.

http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p2s2c1a3_sp.html.

Real Academia Española: Diccionario de la lengua española, 23. ª ed., [versión 23.3 en

línea]. https://dle.rae.es.

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