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Yo elegí este manifiesto, porque nos da pistas para entender de manera global una
problemática situada en las Antillas Francesas, que se expande a otras partes de las
Américas dado el pasado histórico similar que compartimos. De igual forma, el documento
como fuente es importante porque, en principio, buscaba presentar nuevas formas de
producción artística, principalmente literarias, para repensar las historias y los pasados
coloniales con el fin de desarticularlos y reescribir nuevas historias –historias creoles-. No
obstante, durante el manifiesto nos damos cuenta que esas nuevas formas de producción
artística desalienadas, en últimas, terminan permeando todos los aspectos de la vida
humana. Por lo tanto, la información que arroja esta fuente es sumamente valiosa para
entender los marcos de referencia de las personas de esta región y trenzar información e
historias análogas de opresión, abusos, etc.
El Elogio de la creolidad tiene elementos que menciona Jorge Warley en su texto “El
manifiesto: Un género entre el arte y la política”, en tanto discurso de combate o militar,
1
Tomado de: https://amuraworld.com/topics/history-art-and-culture/articles/5803-universo-criollo
como metáforas o imágenes retoricas que dan cuenta sobre cómo entender temáticas como
la topografía del lugar, las diferencias raciales encarnadas de su población, la identidad
nacional, entre otros. Permeadas por la producción literaria. A modo de ejemplo, en el
manifiesto dicen “la literatura antillana no existe todavía. Estamos en un estado
preliteratura” (p.11), en su sentido más amplio, no se trata aquí de la inexistencia de una
literatura antillana hasta finales de los años 80. Al contrario, la información que arroja esta
cita es que la literatura hasta más o menos la década de los 70 en las Antillas Francesas
todavía respondía a unos cánones de producción tremendamente occidentales, lo que
termina traduciéndose en una crisis identitaria que se resuelve con la creolidad: “ni
europeos, ni africanos, ni asiáticos: nosotros nos proclamamos creoles” (p.11). Por otro
lado, “lo creole” o las subjetividades creoles van de la mano con un retorno a la tierra y al
paisaje, por lo mismo, el manifiesto tiene imágenes mentales que nos describen la
topografía del lugar: “entre el cielo azul y los cocoteros, floreció una escritura paradisiaca”
(p.13) o utilizando metáforas de una tierra fértil como “recolectar en una cosecha nueva los
frutos de siembras inéditas” (p.32) que ineludiblemente están directamente relacionadas
también con el pasado colonial y todo el proceso histórico que implicó la colonización, el
comercio triangular, las plantaciones y los abusos y violencias.
Además de dar cuenta de la topografía del lugar, el manifiesto también da luces para
entender diferencias visiblemente racializadas que podemos encontrar en las Antillas
Francesas y dicen: “la creolidad es el agregado interaccional o transaccional de los
elementos culturales caribes, europeos, africanos, asiáticos y levantinos” (p.23). Esta cita
nos muestra que las Antillas no están conformadas solamente por afrodescendientes, sino
que es un lugar de reunión de diferentes culturas, que conviven y viven en función del
desmantelamiento de las estructuras y las instituciones tradicionales del ser y de la cultura.
Bibliografía
Mangone, C., & Warley, J. (1993). Géneros discursivos. En El manifiesto: Un género entre el arte
y la política (pp. 11-27). Buenos Aires: Biblos.