Esta pregunta ha recibido múltiples respuestas por la diferentes culturas y sociedades, como debe
ser la teoría de la literatura la respuesta debe atender a la multiplicidad de aspectos del fenómeno
literario, sin reducir la riqueza y diversidad de formas a una fórmula abstracta y rígida. Genera
esta cuestión una conciencia de validez intrínseca y autónoma de la literatura, trata de valorar este
arte únicamente en función de elementos estéticos, independiente de su utilidad y servicio en las
polis, la moral o la filosofía, etc, Calímaco y siglos más tarde algunos trovadores, buscan una
conciencia autónoma de la literatura cultivando una poesía original alejada de motivaciones
morales o utilitaristas, una actividad poética transformada en auténtica religión del arte, tiene
como sentido el fin en sí mismo, el arte por el arte. Pasamos a la segunda mitad del siglo XVIII,
época desbordante en la actividad intelectual y particularmente en las estéticas, Alexander
Baumgarten afirmando que la obra literaria es un microcosmos, completo y perfecto en sí mismo
y que es bello por esto no tiene necesidad de ser útil. Kant desarrolló más este problema
planteando que el sentimiento estético es ajeno al interés del orden práctico, la finalidad del arte
es siempre finalidad sin fin, la forma representativa del objeto caracterizada en la belleza es
independiente de cualquier deseo o voluntad, es pura contemplación sin que importe la existencia
empírica, poniendo a funcionar dos facultades del ser humano, el intelecto y la fantasía generando
una satisfacción desinteresada, Kant tuvo influencia importante en la distinción de estética y
efectos morales lo cual fue un acto liberador. El romanticismo consideraba a la literatura como un
conocimiento capaz de revelar al hombre lo infinito, le confería a este fenómeno estético un valor
total, además de los románticos alemanes surgió la expresión el arte por el arte, ideas y nociones
como “belleza pura”, “arte puro”, fueron difundidas por la llamada filosofía ecléctica en el siglo
XIX. Estas doctrinas del arte por el arte, se extendió no solo por las literaturas europeas sino hasta
la americana, pero esta defensa de la autonomía de la literatura, del arte por el arte, produjo un
empobrecimiento y desvirtuación del fenómeno literario causado por el ser elevada y priorizada
por encima de la vida, el amoralismo agresivo, etc.
Analicemos las características de la teoría, arte por el arte, para conocer la razón de la
decaimiento. En primer lugar rechazan y niegan a la obra literaria todo objetivo útil, exceptuando
el sentido de utilidad en el plano artístico, donde más allá de la necesidad práctica el hombre
alberga exigencias que se apartan de una visión práctica de las cosas, busca lo verdaderamente
bello que es lo no puede servir para nada, lo útil es feo es la expresión de alguna necesidad. El
rechazo de lo bello con lo útil, presenta una actitud de hostilidad donde en nombre de los valores
estéticos y la espiritualidad del hombre, los adeptos del arte por el arte proclaman su repulsa
frente a ideales de progreso y de perfectibilidad humana entendido al modo de los utilitaristas
puesto que aniquila la libertad, porque el progreso debe ser obra del individuo no de la masa. La
relación de la literatura con la utilidad, provoca que el arte por el arte concluya que es imposible
asociar valores literarios a valores morales, transformaría a la literatura en cartilla de virtudes y
ejemplaridad moral, esto servirá no más para la expresión de los intereses de un grupo, una
propaganda, los defensores del arte por el arte adoptan una posición de amoralismo total con el
fin de liberar al arte de toda relación con valores, quiere decir que para el escritor las cosas
morales como inmorales, son anestésicos, solo le interesan cuando asumen un valor estético,
perdiendo su naturaleza, consiguiendo un equilibrio de valores porque reconoce que cada obra
literaria auténtica tiene una moralidad propia y superior, y la lógica de la obra es suficiente para
dar satisfacción a todos los postulados morales, la contemplación de la obra bella produce en el
alma humana un elevado sentimiento moral, preservando su grandeza estética, pero ofreciendo al
hombre una vía luminosa fuera de las pasiones y de liberación interior. En este sentido la
literatura no puede permitir los aspectos profanos de la vida del escritor, este debe matar al
hombre que en él existe, se analiza el alma hasta ser disecada, odia la vida, y todo lo que le
recuerda que debe soportar el suplicio de caminar, vestirse, estar de pie, etc, el artista busca la
belleza que no muere como una huida de la imperfección. El poeta del arte por el arte, no dirige
su poemas a todos los hombre para conseguir popularidad, o el aplauso facil, escribe para los
eruditos capaces de entender y amar sus creaciones, la actitud de distanciamiento genera en el
escitor una auténtica preocupación estética, pero con un peligro sobre la ruptura de la
comunicación del escritor con el público, llevando al suicidio de la literatura.
La fuga en el tiempo y espacio, era una defensa contra las tentaciones impuras que podrían asaltar
al artista, con esta pureza artística el exotismo ofrecía a la imaginación una originalidad
impresionante y extraña, de paisajes, figuras humanas y costumbres; con ello se conforma el
reino de la belleza suprema la verdadera, pura y perfecta, fruto de lecturas y de la fantasía, es una
puerta hacia la evasión de la naturaleza, de la cual el arte por el arte conservó una actitud de
desconfianza, porque la belleza no procede de la naturaleza, aquel reino de lo imperfecto, no es
siquiera fruto de la imitación de la naturaleza, al contrario la naturaleza tiene que imitar al arte
para ascender a la belleza. El artista no se entrega a lo que puede observar, impone que nada es
menos poético que la naturaleza o las cosas naturales, fue el hombre quien puso el velo, la
imagen, el símbolo, la espiritualidad ennoblecedora, la belleza suprema que sustituye cualquier
naturalismo por la creación del hombre, el artista sigue la lúcida voluntad de deshumanizarse. La
evasión significa la fuga del yo de la vida, es la búsqueda y construcción de un nuevo mundo
imaginario, que sirve de recipiente de sueños y aspiraciones, esto sucede tanto como en el lector
como escritor, el origen de esta necesidad de evadirse se da por diversos motivos: El conflicto
con la sociedad, refugiándose en la literatura porque el hombre genio quiere ser uno, por ende ser
solitario. Problemas y sentimientos íntimos que torturan el alma del escritor de los que este huye,
como la ansia de una realidad desconocida. Recusación de un universo finito, absurdo y
radicalmente imperfecto, búsqueda de lo infinito.
La evasión del escritor puede realizarse en el plano de la creación de diferentes modos:
transformando la literatura en auténtica religión, evasión en el tiempo, evasión en el espacio, la
infancia, la creación de personajes o el ensueño, los paraísos artificiales, la tendencia a soñar
ilusorias felicidades y aventuras, y a creer en el ensueño así tejido. Esto hace que la lectura resulte
más llena de un sentimentalismo, realización ficticia de deseos no confesados, forma de ilusión
de compensar frustraciones existenciales.
BIBLIOGRAFÍA
Aguiar Silva, Victor Manuel. (1999). II Funciones de la literatura. Teoría de la literatura (10°
reimpresión). Editorial Gredos S.A
PRESENTADO POR
Tomas Alejandro Medina Pardo