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Índice de Contenidos
1.1 Introducción
1.1.1 Antecedentes
La especie del “Homo sapiens”, ha poblado el planeta durante los últimos 100.000
años. De una forma u otra, la especie humana ha estado produciendo, desde
entonces, toda una serie de efectos negativos sobre el medio ambiente producto de
su actividad.
Hasta mediados del siglo XVIII, este impacto de la actividad humana sobre el
medio ambiente no fue especialmente significativo, pero con la Revolución
Industrial, con el consiguiente aumento de la producción, transporte de productos y
consumo por la población, la integridad del medio ambiente comenzó a dañarse.
Por otro lado, a falta de una legislación estricta y de los correspondientes controles,
la contaminación del medio ambiente crecía de forma exponencial.
A la vez, y quizá esta sea una de las situaciones que más afectan la opinión del
ciudadano, la falta de medidas preventivas había causado en esas fechas, y
anteriores, accidentes industriales de importancia:
Los daños producidos al medio ambiente por una Organización, excepto graves
accidentes, no eran tenidos en cuenta por la misma tanto a nivel ambiental como,
sobre todo, a nivel económico, por lo que ésta no tenía motivos justificados para
dejar de dañar al medio ambiente (Ilustración 1).
Pero esta situación de crisis ecológica tuvo respuesta en tres actuaciones que
significaron la toma de conciencia internacional del problema que se planteaba:
“Los límites del crecimiento” fue un informe, de 1972, del Instituto Tecnológico de
Massachusetts (MIT) por encargo del Club de Roma, una ONG, creada en 1968,
formada por políticos, empresarios y científicos para mejorar el futuro del mundo a
largo plazo de manera interdisciplinar y holística.
1
Se parte de la idea de que si quienes contaminan se ven obligados a sufragar los costes relacionados
con el daño causado, reducirán sus niveles de contaminación hasta el punto en que el coste marginal de
la contaminación resulte inferior al importe de la indemnización que habrían tenido que abonar. De esta
manera, el principio de responsabilidad ambiental hace posible la prevención de los daños y la
internalización de los costes ambientales.
Ahora bien; superada la crisis coyuntural del petróleo, y aun habiendo proclamado
el final del desarrollismo, las Organizaciones continuaron con la cultura del derroche
y del consumo masivo, marcándose como único objetivo los beneficios económicos
y el aumento del Producto Interior Bruto (PIB) de la nación.
1982, Central térmica, Tacoa, Venezuela: más de 200 muertos por la explosión
de un tanque con residuos derivados del petróleo.
1984, Fábrica de pesticidas, Bhopal, India: 1.754 muertos según cifras oficiales;
8.000 según otras fuentes (pero, probablemente, fueron muchas más). Más de
500.000 personas sufrieron en mayor o menor grado las consecuencias de este
accidente que se produjo por una fuga de isocianato de metilo (MIC).
1986, Central nuclear, Chernóbil, Ucrania: 31 muertos directos y la evacuación
de unas 135.000 personas. Alarma internacional al detectarse radioactividad en
diversos países de Europa septentrional y central.
1988, Plataforma “Piper Alpha”, Mar del Norte, Reino Unido: 167 muertos por la
explosión de la plataforma.
1989, Gaseoducto de gas natural, Ufa, Rusia: 600 pasajeros muertos en la
destrucción de dos trenes de pasajeros del Transiberiano que circulaban en
aquel momento por el lugar de la fuga de gas natural que explosionó.
En esta década, las Naciones Unidas (ONU) encargaron, en 1984, un informe a
la Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo en un intento de
integrar el desarrollo económico y social con la preservación del medio
ambiente.
“Aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de
las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”.
No obstante, hay que tener un concepto claro, y es que a pesar de que el hecho de
proteger y asegurar la calidad de vida y el bienestar suponga, sólo a corto plazo
como estudiaremos más adelante, un coste añadido para las Organizaciones,
podemos afirmar, con toda seguridad, que este coste será infinitamente inferior al
que poseen conceptos como la calidad de vida y el bienestar de la humanidad, sin
olvidar la posterior recuperación de la inversión y beneficio de la misma
Organización.
En este sentido, una Política Ambiental bien concebida puede ayudar a reducir
costes mediante ahorros de energía y materias primas, y a generar beneficios
marginales por la comercialización de los residuos, además de llegar a unos
segmentos de mercado especialmente rentables.
Resulta obvio que para que la actividad de una Organización resulte más eficiente,
la introducción de criterios ambientales se debe de realizar a través de sus procesos
de producción, y es, por este motivo, que el diseño de una correcta gestión
medioambiental de la Organización juega un papel fundamental.
Una Organización respetuosa con el medio ambiente ha de cumplir con todas las
obligaciones impositivas que marca la legislación vigente emanada por el órgano
competencial de los poderes públicos.
EJEMPLO
Las obligaciones más importantes para las Organizaciones en el Estado Español en
materia de autorizaciones, licencias y tasas relacionadas con el medio ambiente
son:
Licencia de Actividad Clasificada, que expide el ayuntamiento previo informe
vinculante de la Comisión Territorial de Actividades Clasificadas.
Autorización de vertido de aguas residuales, que emite la administración titular
del colector donde se conecta.
Declaración de la carga contaminante al organismo competente (Junta de
Saneamiento o el que proceda en cada autonomía) para determinadas
actividades.
Alta en el Registro de Productores Industriales (en la Junta de Residuos o en el
organismo competente en cada autonomía) y efectuar la declaración anual de
residuos industriales.
1.2.1 Introducción
Las normas del estándar ISO 14000, de carácter internacional, tienen como razón
de ser la de proporcionar a las Organizaciones todos aquellos elementos necesarios
para que la gestión ambiental sea válida y, sobre todo, efectiva en su afán por
alcanzar los objetivos ambientales y económicos previstos.
1.2.2 Normas
1.3.1 Introducción
El contenido del estándar también ha sido revisado. Esto afecta a las definiciones
por un lado y en áreas temáticas por el otro. A continuación, indicamos los cambios
y su impacto en la gestión de calidad para las empresas y sus partes interesadas:
Información documentada
Con la intención de hacer el sistema de gestión más flexible y trazable, los actuales
términos “documentos”, “registros”, “procesos documentados” etc. serán
reemplazados por el término genérico “información documentada”. En la práctica
para la empresa significa que el actual borrador requiere menos procedimientos
documentados. Por lo tanto, la empresa tiene que decidir el grado necesario de
información documentada que considere necesario para asegurar la efectividad del
sistema de gestión.
Los principios básicos en los que se asienta la norma ISO 14001:2015 son:
Dentro del contexto que debemos analizar tenemos al contexto externo e interno
de ésta.
El análisis del contexto externo representa el análisis del medio en el que se mueve
la organización y su influencia sobre la misma.
Los factores externos se refieren a las fuerzas de fuera de la empresa que tienen
una influencia directa sobre la cultura empresarial. La cultura nacional o local del
lugar donde esté situada la empresa, la cultura de la industria en la que la empresa
opera o la cultura profesional de los empleados inciden en la fijación y aceptación
de determinados valores. También pueden considerarse como factores externos las
características del entorno, la regulación de los mercados, el grado de competencia
entre las empresas, etc. Los factores externos son una restricción para la dirección
ya que no se puede actuar sobre ellos.
Factores Económicos
Debemos analizar si los factores económicos pueden afectar a la gestión
medioambiental de los miembros de la organización, por ejemplo, la existencia y/o
retirada de ayudas para la gestión de residuos como la sustitución de maquinaria,
realización de actividades formativas, etc.
Factores Sociales
La organización desarrolla su actividad en un contexto externo dentro del cual
existen unas convecciones sociales o cultura en materia medioambiental que, en
muchos casos se relaciona con aspectos regulados a través, por ejemplo, de
convenios colectivos.
En muchos casos, estos factores sociales generan, a su vez, la aprobación por parte
de la administración de normas y reglamentos que regulan la actuación de la
empresa y que deben ser tenidos en cuenta en el desarrollo de la acción
preventiva.
Por otra parte, en la sociedad se va creando una mayor cultura medioambiental que
ejerce presión sobre las empresas y las administraciones. Esta influencia debe ser
tenida en cuenta, la organización tiene que tener en cuenta lo que significa el
medioambiente en su entorno geográfico o su entorno de trabajo (zona geográfica
de distribución de productos y servicios).
Factores Tecnológicos
La tecnología evoluciona continuamente, aparecen diferentes medios de control,
gestión de residuos, depuración de aguas, etc., nuevas técnicas de trabajo que las
organizaciones van implantando en su sistema de producción y gestión.
Factores Competitivos
En muchos casos el medio ambiente se ha convertido en un elemento competitivo.
Cada día podemos ver más anuncios en los que además de la calidad del producto
se hace incidencia sobre su comportamiento con el medio ambiente. Estos factores
de competitividad, en relación con la competencia, deben ser tenidos en cuenta,
fundamentalmente en la acción futura, si conocemos las tendencias
medioambientales de la sociedad, podemos anticiparnos a sus requisitos.
Estructura formal
La estructura organizacional de una empresa suele ser el reflejo de su cultura y
tiene una fuerte influencia en la gestión. Por ejemplo, la implicación con el medio
ambiente puede verse reflejada en el nivel de control de consumo de energía (por
ejemplo, la oficina tiene siempre la luz encendida, incluso por la noche).
Los procesos
Es importante que se haya realizado una clara definición de los procesos de trabajo
de la organización, una misma actividad puede generar un mayor o menor riesgo
medioambiental en función de cómo se integra dentro de los procesos de la
empresa.
Conocer los procesos de la organización nos va a permitir posteriormente definir los
diferentes factores de riesgo medioambiental.
La tecnología disponible
En función de los medios tecnológicos de la organización los riesgos pueden verse
disminuidos o incrementados, Por ejemplo, las antigüedades de los equipos de las
instalaciones van a influir mucho en la probabilidad de materialización de los
factores de riesgo medioambientales.
En la mayoría de los casos las redes formales están claramente definidas, pero las
redes informales no suelen ser tenidas en cuenta.
Las partes interesadas son cualquier individuo, grupo u organización que formando
parte o no de la organización se ven afectadas por ésta en materia medioambiental
para los trabajadores. Cada organización tiene sus partes interesadas, también
conocidas como grupos de interés o públicos de interés. A menudo se adopta
directamente el término inglés "stakeholder". Cada una de las partes interesadas
influye en el desarrollo de nuestro sistema, ya sea de forma directa o indirecta.
evaluarla y, por último, considerar dicha información para el desarrollo del sistema
de gestión.
Clientes, en cuanto a los requisitos que nos establecen para los productos y
servicios, las materias primas que nos ponen a disposición, el ciclo de vida del
producto, etc.
Proveedores de servicios o suministros, las actividades que realizan en nuestras
instalaciones, cómo nos entregan las mercancías, si nos suministran energía,
¿mantiene las instalaciones de acuerdo a los requisitos legales?, etc.
Usurarios del entorno, como consecuencia de que nuestras instalaciones se
encuentran en el mismo y por lo tanto se ven afectados por nuestras
actividades, por ejemplo, si hacemos una obra, cómo afectamos a la circulación
en su entorno, cómo les afectan nuestros vertidos, etc.
Administración pública en general, en relación con el cumplimiento de la
legislación, por ejemplo, cómo tenemos que suministrar la información que nos
solicitan, cómo cumplimos y demostramos el cumplimiento de los requisitos
legales, etc.
Seguros, cómo suministramos la información, cómo transferimos el riesgo, qué
aseguramos, etc.
Trabajadores con su actitud ante el medio ambiente, qué nos solicitan, cómo les
formamos, cómo serán los cauces de comunicación, etc.
La organización debe definir cuáles son las partes interesadas, establecer qué
requisitos le establece cada una de ellas en materia medioambiental o que afecten
a ésta y tenerlos en cuenta en el desarrollo del sistema.
La norma permite que se defina un alcance global o parcial del sistema de gestión.
Esto quiere decir que el sistema debe gestionar y controlar todo aquello que esté
dentro del alcance.
Es importante tener en cuenta que, aunque la definición del alcance sea limitada,
dentro del alcance estarán incluidas todas aquellas actividades que, aun externas al
mismo, puedan afectar al desempeño del sistema. Por ejemplo, si el sistema aplica
a un centro de trabajo, pero si las compras están centralizadas, en todo en lo que
afecten al centro deben estar incluidas dentro del sistema de gestión.
Los estudiosos de la gestión de las empresas han hablado mucho sobre liderazgo,
pero todavía realmente no sabemos qué es o por qué es necesaria la existencia de
liderazgo en las organizaciones. No obstante, todos ellos han concluido la necesidad
de que éste exista y que las organizaciones donde existe son organizaciones
exitosas.
Por otra parte, el liderazgo implica “compromiso”, es decir que, cuando la alta
dirección establece la necesidad de implantar el sistema de gestión
medioambiental, debe comprometerse a cumplir con sus propios requisitos y los de
la norma. El compromiso implica que no sólo decimos lo que queremos conseguir,
sino que, también, ponemos todos los medios (recursos humanos y materiales)
necesarios para su consecución.
Como podemos ver todos los puntos que nos incluye la norma están relacionados
con el concepto de liderazgo carismático. No obstante, no podemos medir el grado
de liderazgo de la alta dirección, lo único que podemos valorar es si el sistema tiene
en cuenta todos los aspectos indicados en la norma y, dar por hecho que si los
cubre, el apartado de liderazgo está cubierto.
La política no puede ser un mero documento para colgar en la pared y que las
visitas la lean.
Ejemplos:
Especial atención debe ser dada a las condiciones de las licencias y permisos
ambientales concedidos por las autoridades ambientales. Es fundamental demostrar
que todas ellas son cumplidas y en caso de eventuales desvíos entre las
condicionantes y las condiciones de operación de la organización, se defina un plan
de acción en común acuerdo con el agente regulador.
Cuando hemos analizado los aspectos ambientales hemos definido aquellos factores
de nuestra organización impactan en el medio ambiente.
Podemos definir la gestión como “El arte para establecer objetivos”. Las personas y
las organizaciones necesitan disponer de objetivos para poder orientar y desarrollar
su trabajo.
Las metas deben cubrir los mismos aspectos que los objetivos.
2.4.1 Recursos
Los recursos están compuestos por los medios técnicos, humanos y económicos
que la alta dirección pone a disposición de la organización para la gestión y
desarrollo del sistema.
Los recursos deben ser adecuados a las necesidades del sistema y el sistema ser
coherente con los recursos de los que dispone la organización, si no hay coherencia
o lo que es lo mismo, recurso, el sistema no se podrá desarrollar adecuadamente.
2.4.2 Competencia
Pero no sólo deben estar capacitados en relación con el medio ambiente, también
deben estar capacitados para gestionar y cumplir los requisitos de todo tipo del
sistema.
Como hemos visto, las competencias van más allá de la formación, por lo que
establecer simplemente un plan de formación medioambiental, no sería suficiente
para cumplir este requisito de la norma.
2.4.4 Comunicación
La organización debe establecer qué, cuándo, cómo y a quién debe ser realizada la
comunicación y qué información debe incluir.
La política medioambiental.
Los objetivos anuales establecidos y sus resultados-
Los resultados de la revisión del sistema.
Las funciones y responsabilidades de cada uno de sus miembros.
Los resultados de la investigación de sucesos.
Las actuaciones en caso de emergencia.
La comunicación externa, sin embargo, puede ser materia delicada y puede llevar a
problemas de responsabilidad contra terceros, entre otras cosas. La misma
apertura amplia e irrestricta que resulta en el descubrimiento de problemas
ambientales y en sus soluciones puede también crear informaciones que no todas
las empresas desean desvendar a entidades externas. Esto es especialmente
verdad para las empresas que operan en un ambiente reglamentado, cuyas leyes
ya exigen la difusión de gran cantidad de informaciones.
Por ello, la organización debe definir qué hace que la comunicación sea “relevante”
y que cómo responde a “entidades interesadas”. Esto significa que la organización
es quien decide lo que es comunicación relevante y que, por lo tanto, ella no
necesita responder a todos y a cualquier entidad sobre cualquier asunto. El
Por ello, el criterio a tener en cuenta es que “debemos documentar todo aquello
que de no estarlo se ponga en peligro el desempeño del sistema”.
Esta libertad, sin embargo, en muchos casos, hace al diseñador del sistema más
complicado establecer la documentación que cuando se le imponía una estructura
documental determinada, inicialmente quedamos desconcertados por no existir una
estructura documental establecida como las clásicas normas de sistemas han
venido desarrollando (Manual, procedimientos, instrucciones y registros) y tenemos
que definirla nosotros.
Hay que entender que la norma no busca una burocratización del sistema, busca
una orientación a resultados, dando por ello pocas indicaciones sobre la información
documentada indicándonos solamente algunos documentos de carácter obligatorio
y dejando en manos del diseñador que decida qué documentación adicional debe
documentarse. Por otra parte, nos podemos encontrar que parte de la información
documentada se encuentra en otros sistemas de la organización (mantenimiento,
recursos humanos, etc.) por lo que tampoco tiene sentido crear documentos
repetidos o duplicados.
Ante esta situación los diseñadores, lo primero que se plantean es dónde y cómo
incluir muchos aspectos de la norma en la documentación.
Todo documento del sistema debe estar correctamente identificado por lo que debe
contar con:
Título
Fecha de entrada en vigor o aprobación.
Edición.
Aprobador.
Dentro del documento, debe quedar claro, al inicio del mismo, cuál es su objeto
u objetivo (para qué sirve), con el fin de no dar lugar a confusión en su
utilización.
En relación con la documentación suministrada por las partes interesadas, dado que
estarán en el formato y medio que cada parte interesada haya considerado más
adecuado, el sistema debe establecer cómo se controlará y archivará ésta, de tal
forma que sea accesible a todos los que la necesiten.
Existen una gran cantidad de factores que pueden ser controlados por la
organización, pero debemos tener en cuenta que todo control tiene un coste
(económico y de dedicación) por ello no todo lo que puede ser controlado debe
serlo. Para ello establecemos una jerarquización de los controles en función del
análisis de riesgos, los factores de riesgos identificados, los resultados del
desempeño del sistema y la siniestralidad, etc.
En otros casos, los controles los podemos fijar en relación con criterios definidos
externamente, por ejemplo, los periodos de tiempo entre inspecciones de
mantenimiento establecidas en la legislación, el fabricante, etc. El resultado de
estos controles nos irá dando información sobre si el criterio que hemos establecido
es razonable y, en caso de no serlo, cambiarlo.
Las sistemáticas de actuación deben quedar documentas y ser conocidas por todos
los miembros de la organización que puedan verse involucrados en las mismas.
Todo el personal debe estar capacitado para actuar en las medidas de emergencia
en las que puede verse implicado.
¿Cuándo actuar?
¿Cómo actuar en las diferentes situaciones?
¿Cómo?, ¿qué?, ¿a quién? y ¿cuándo? se deben comunicar, en particular la
coordinación con medios de emergencia ajenos a la organización.
¿Cómo actuar durante la emergencia?
¿Cómo actuar después de la emergencia? (muy importante en relación con las
posibles contaminaciones resultado de la emergencia: residuos tóxicos, vertidos
de agua, etc.
El seguimiento del sistema tiene por objetivo de ir adecuándole con el fin de que no
se produzcan desviaciones sobre los objetivos y planificación realizada, así como,
establecer los criterios para la mejora continua.
circunstancias y por ello utiliza una serie de pasos que le garantizan un grado
relativo de éxito.
El análisis, en general, debe llegar a las causas que generan los fenómenos. En
efecto, cuando se considera una determinada circunstancia que se desea
analizar, se pueden observar distintos elementos a considerar; no obstante,
algunos se subordinan a otros. Un análisis correcto dará cuenta de cuáles son
las causas y cuáles los efectos.
3. La evaluación se trata de un acto donde debe emitirse un juicio en torno a un
conjunto de información y debe tomarse una decisión de acuerdo con los
resultados que presente.
La evaluación puede ser cuantitativa o cualitativa. La primera implica establecer
una serie de valores que deben alcanzarse para considerar que el resultado es
correcto (por ejemplo, el nivel de un contaminante en el agua), la evaluación
cualitativa emite un juicio de valor en función de criterios subjetivos utilizados
por el evaluador, por ejemplo, la evaluación del sistema por parte de la
dirección.
4. El seguimiento es un proceso continuo que debe detectar lo más rápidamente
posible las posibles desviaciones, por ello, el seguimiento será más importante
en sistemas de nueva implementación que en aquellos que ya están rodados
adecuadamente. En cada caso, el sistema debe definir qué es necesario seguir y
cada cuánto se debe hacer.
La norma nos indica que deben realizarse auditorías internas a espacios de tiempo
regulares, sin indicarnos cuáles deben ser los plazos. Lo normal es que se
establezca un periodo de auditoría anual, aunque, transcurrido determinado tiempo
y si el sistema va teniendo un desempeño adecuado, podemos ir ampliando los
plazos.
Como es lógico el periodo entre auditorías debe estar en consonancia con el periodo
entre las revisiones del sistema dado que para realizar las revisiones debemos
haber realizado previamente una auditoría interna.
La auditoría debe ser realizada por personal interno y/o externo a la organización,
pero en cualquiera de los casos la organización debe establecer los requisitos
mínimos a cumplir por los auditores. Estos requisitos incluirán, como mínimo:
formación y experiencia en auditorías medioambientales.
Pero no sólo debemos establecer lo que vamos a hacer, una vez realizado debemos
valorar la eficacia de la acción, lo cual, en la mayoría de los casos requiere su
tiempo. En el ejemplo anterior, debemos esperar un tiempo para comprobar que no
vuelven a aparecer extintores sin revisar.