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I.

E COLEGIO TECNICO AGUEDA GALLARDO DE VILLAMIZAR


FORMANDO BUENOS CRISTIANOS Y HONESTOS CIUDADANOS
ASIGNATURA: EDUCACION RELIGIOSA ESCOLAR (ERE)
DOCENTE: EMELIDA ZABALAQUIROZ

Nombres y
apellidos del
estudiante
Ficha # 1 taller 4 periodo 2020
Eje temático El evangelio Social y la
construcción de una nueva
sociedad
Indicador de Analiza y comprende la
Desempeño realidad social a la luz de la fe
cristiana
Grado Once
Fecha de entrega 30 de Octubre 2020
1. Por favor leer los ejercicios y contestar en el
cuaderno las preguntas; copiando preguntas y
respuestas
2. Subrayar las guías de contenido señalando los
conceptos.

______________________________________________________
Correo: stars.eme@gmail.com
Contacto: 3224399091
ANÁLISIS CRISTIANO
DE LA REALIDAD SOCIAL
No todas las personas leemos la realidad de la misma manera. El meteorólogo ve un
9
tornado como un fenómeno natural, mientras que las demás personas lo ven como una
amenaza. Los cristianos, por su parte, leen la realidad procurando adoptar la perspectiva
con la que Dios mira al mundo.

Analiza y comenta
1 Las imágenes de esta página se
pueden interpretar de muy diversas
maneras. ¿Qué ves en cada una de
ellas?

2 ¿Estás de acuerdo con la frase:


“Un cristiano quiere ver el mundo
con los ojos de Dios”?, ¿cómo sería
esa mirada?
En la red

w
www.e-sm.net/11ere09
Infórmate sobre “Encargarse,
cargar y hacerse cargo de
la realidad”.

¿Sonrisa?

M.C. ESCHER, Relatividad

¿Lengua de muerte? Nada es verdad ni es mentira,


todo depende del cristal con que se mira.
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1 HACERSE CARGO DE LA REALIDAD

1 En los textos siguientes se El primer paso para un análisis cristiano de la realidad social es percibir la
habla de leer la realidad social en realidad tal cual es, no como nosotros imaginamos que debería ser. A esta per-
profundidad, desde las raíces que la cepción “neutra” de la realidad, el teólogo y filósofo Ignacio Ellacuría la llamaba
configuran. ¿Qué opinas del análisis “hacerse cargo de la realidad”.
que encuentra «estructuras de
pecado» en los cimientos sociales?, Hacerse cargo, cargar y encargarse de la realidad
¿cómo se manifiesta ese pecado
El ser humano está inmerso en la realidad desde tres dimensiones. Su
estructural en la realidad colombiana?
inteligencia se hace cargo de esta, desentrañando las “fuerzas” que laten en
su interior.
La realidad exige a las personas un compromiso ético: cargar con ella.
Por último, la tarea de comprender la realidad no es un acto meramente inte-
lectual, no se pretende tanto comprender el mundo sino, sobre todo, transfor-
marlo: encargarse de la realidad.
Inteligencia, compasión y servicio componen así el triángulo de todo acerca-
miento honrado a la realidad.

Ver, comprender, liberar


No es lo mismo ver que comprender lo que se ve. En el relato del Éxodo, Dios
se fija en los israelitas y “comprende” su situación (Éx 2, 25). Otros ojos quizás
hubiesen visto un pueblo explotado, pero al que al fin y al cabo se le pagaba por
su trabajo; los israelitas trabajaban de sol a sol, sin embargo no faltaba comida
para alimentar sus estómagos. La mirada de Dios comprende otra cosa: los
israelitas son esclavos y sufren bajo la opresión del faraón.
La lectura que Dios hace del mundo como una realidad injusta en la que
existen opresores y oprimidos se mantendrá como una constante en la lectura
cristiana de la realidad social. En el trasfondo late el drama de un pecado estruc-
tural que condena a las mayorías a la pobreza más absoluta, mientras que una
minoría acumula el 90% de los recursos que pertenecen a todos.
Todo acercamiento honrado a la realidad acaba encontrándose con una
injusticia estructural a la que habrá que responder. Dios vio, comprendió y liberó.

Ir a la raíz de los males En esto está la diferencia entre la clase de análisis


sociopolítico y la referencia formal al «pecado» y a las
«Pecado» y «estructuras de pecado», son categorías
«estructuras de pecado». Según esta última visión, se
que no se aplican frecuentemente a la situación del
hace presente la voluntad de Dios tres veces Santo, su
mundo contemporáneo. Sin embargo, no se puede
plan sobre los hombres, su justicia y su misericordia.
llegar fácilmente a una comprensión profunda de la
Dios «rico en misericordia», «Redentor del hombre»,
realidad que tenemos ante nuestros ojos, sin dar un
«Señor y dador de vida», exige de los hombres acti-
nombre a la raíz de los males que nos aquejan.
tudes precisas que se expresan también en acciones u
Se puede hablar ciertamente de «egoísmo» y de omisiones ante el prójimo. Aquí hay una referencia a
«estrechez de miras». Se puede hablar también de la llamada «segunda tabla» de los diez Mandamientos
«cálculos políticos errados» y de «decisiones econó- (cf. Ex 20, 12-17; Dt 5, 16-21). Cuando no se cum-
micas imprudentes». Y en cada una de estas califica- plen estos se ofende a Dios y se perjudica al prójimo,
ciones se percibe una resonancia de carácter ético- introduciendo en el mundo condicionamientos y obs-
moral. En efecto la condición del hombre es tal que táculos que van mucho más allá de las acciones y de la
resulta difícil analizar profundamente las acciones y breve vida del individuo.
omisiones de las personas sin que implique, de una
Afectan asimismo al desarrollo de los pueblos, cuya
u otra forma, juicios o referencias de orden ético.
aparente dilación o lenta marcha debe ser juzgada
Esta valoración es de por sí positiva, sobre todo si también bajo esta luz.
llega a ser plenamente coherente y si se funda en la
JUAN PABLO II, Sollicitudo rei socialis, 36-37
fe en Dios y en su ley, que ordena el bien y prohíbe
el mal.
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2 CARGAR CON LA REALIDAD

1 Según los siguientes textos, Los estudios antropológicos insisten en la necesaria neutralidad del antro-
¿qué relación existe entre justicia y pólogo con respecto al grupo humano observado. A mayor neutralidad más
compasión? ¿Crees que un juez debe fiabilidad en los datos obtenidos. Cuando la realidad observada se manifiesta
tomar partido por el más débil? en forma de estructuras sociales injustas, no se puede ser neutral. La misericor-
dia es la reacción espontánea ante el sufrimiento ajeno. Ante el dolor hay que
tomar partido.

Honradez con lo real


Honradez con lo real significa responder primariamente a la exi-
gencia misma de la realidad. Esto significa, dicho en lenguaje todavía
—¡He visto la opresión de mi muy genérico, que cuando no se aprisiona la verdad de la realidad con
pueblo en Egipto, he oído el cla- la injusticia, de ella misma surge un incondicional “sí” a la vida y un
mor que le arrancan sus opresores y incondicional “no” a la muerte. El “no” de la realidad es a su misma
conozco sus angustias! negación, a la ausencia, carencia y aniquilación de vida. En termino-
logía bíblica es el “no” al fraticida de Caín, el “no” a la opresión de
Voy a bajar para librarlo del
poder de los egipcios. Lo sacaré Egipto, el “no” de los profetas a los que venden al justo por un par de
de este país y lo llevaré a una tie- sandalias. No hay teología ni teodicea subsecuente que pueda acallar o
rra nueva y espaciosa, a una tierra relativizar ese “no” primario de la realidad.
que mana leche y miel, a la tierra Dicho de forma positiva, la honradez ético-práxica es la misericordia
de los cananeos, hititas, amorreos, ante la realidad. Misericordia que no se reduce aquí a lo emocional-
pereceos, jeveos y jebuseos. afectivo (aunque lo puede acompañar), sino que significa reacción
El clamor de los israelitas ha lle- ante el sufrimiento ajeno que se ha interiorizado, que se ha hecho una
gado hasta mí. He visto también misma cosa con uno mismo, para salvar. Es reacción primera y última,
cómo son oprimidos por los egip- desde la cual cobrarán sentido otras dimensiones del ser humano, pero
cios. Ve, pues; yo te envío al faraón sin la cual ninguna otra cosa llega a ser humana. En esta misericordia
para que saques de Egipto a mi pue- se realiza el ser humano cabal, como dice Lucas en la parábola del buen
blo, a los israelitas. samaritano; con ella los Evangelios tipifican al mismo Jesús –quien tan-
Ex 3, 7-10
tas veces actúa “movido a misericordia”-, con ella tipifican al mismo
Dios a quien se le enternecen las entrañas y por ello acoge y abraza al
hijo pródigo. La misericordia es, pues, el modo correcto de responder a
la realidad, y es también el modo último y decisivo, como lo sanciona la
parábola del juicio final. Todo, absolutamente todo, depende del ejer-
—Conozco tus obras y no eres cicio de la misericordia. De ella depende la salvación trascendente, pero
ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío también el vivir ya en la historia como seres humanos salvados.
o caliente! Pero eres solo tibio; ni
JON SOBRINO, Espiritualidad y seguimiento de Jesús
caliente ni frío. Por eso voy a vomi-
tarte de mi boca.
Ap 3, 15-16 «Es difícil entender la justicia sin sentir compasión» ADELA CORTINA, FILÓSOFA
–¿Se puede educar en el sentimiento? –Sí, y nos abre mundos desconoci-
—¿Acaso olvida una madre a su dos. Quien no tiene compasión no puede tener sentido de la justicia. Para apre-
niño de pecho, y deja de querer al ciar que algo es injusto no vale solo la razón lógica, tienes que sentir compasión.
hijo de sus entrañas? Pues aunque
–La «compasión» suena más optativa que la justicia. –Lo justo es entender
ella se olvide, yo no te olvidaré.
lo que corresponde a cada uno. Si no, se tiende a entender que lo justo es lo
Fíjate: te llevo tatuada en la palma
que beneficia a la persona o al grupo. La compasión entiende lo que conviene
de mis manos.
a todos y, sobre todo, a los más vulnerables.
Is 50, 15-16
–Defina compasión. –Es com-padecer. Padecer el sufrimiento y la alegría de
otros. Tenemos una idea del «Pathos» muy deprimente, como si solo fuera sufrir,
pero también es alegrarse. El que entra en un campo de concentración y piensa
métodos para eliminar a las personas no tiene compasión. El egoísta tampoco
se alegra con los otros. Ninguno de los dos se interesará por la justicia o la
solidaridad. Te solidarizas con algo valioso, que tiene un valor como el tuyo, que
merece la pena. Si no, solo podrás hacerlo con tu grupo, sea la familia, sean los
amigos y lo demás no te importará nada.
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3 ENCARGARSE DE LA REALIDAD

1 Los textos hablan de acciones “Vana es la palabra de aquel filósofo que no remedia ninguna dolencia huma-
concretas con repercusiones globales. na”. Esta cita del filósofo griego Epicuro resume bien lo que se entiende por
Haz una lista de acciones humanitarias “conocimiento comprometido”. El desvelamiento de las “estructuras de pecado”
que conozcas poniendo a su lado el presentes en el subsuelo de la realidad social mueve a los cristianos a crear
cambio estructural al que contribuyen. “estructuras de gracia” en las cuales se puede vivir ya las promesas del Reino
de Dios. Esto es encargarse de la realidad.

¡Manos a la obra!
El siglo XXI se encuentra
con una humanidad heri-
da por enfermedades muy
graves. La más dolorosa de
estas enfermedades es, sin
—“Son cosas chiquitas. No aca- duda, la pobreza que vamos
ban con la pobreza no nos sacan transmitiendo de generación
del subdesarrollo, no socializan los en generación y que afecta a
medios de producción y de cambio, millones de personas.
no expropian las cuevas de Alí Babá.
Pero quizá desencadenen la alegría Esta visión del mundo nos
de hacer, y la traduzcan en actos. Y al llama a la acción, a participar
fin y al cabo, actuar sobre la realidad en la lucha de la humanidad,
y cambiarla aunque sea un poquito, aquí y ahora, en la Tierra,
Es la única manera de probar que la con el hombre y para el hom-
realidad es transformable”. bre, ¡Manos a la obra!
EDUARDO GALEANO No podemos esperar a
que las grandes actuacio-
nes a nivel global arreglen
el mundo. Los ciudadanos
tenemos que intervenir.
Porque las acciones pequeñas
suman una grande. En realidad, todo el trabajo de los hombres y las
mujeres ordinarios puede curar las heridas de la sociedad.
Cuando veo un hombre muriéndose, siento el mismo dolor que él
tiene. Es la vida misma que se estremece.
La causa de mi dolor por otro es la compasión, palabra que justifica
«Quien salva a un hombre salva a la intercomunicación de las penas y las alegrías entre los hombres. Pero
la humanidad entera». la raíz de esta compasión es mucho más profunda; y es origen, a su
Proverbio judío vez, del impulso innato que tenemos los seres humanos de ayudar al
que sufre.
Tenemos que llevar a cabo la revolución silenciosa de la hermandad;
que el amor fraterno, la solidaridad viva, y la acción buena se infiltren
en la sociedad y la transformen en verdadera humanidad. Que de una
vez por todas triunfe la luz, la bondad, la grandeza del ser humano.
Y para que sea eficaz, todos hemos de contribuir en esta inmensa
tarea, con hechos concretos, cada uno ha de tomar un compromiso
que repare el centro de gravedad moral de toda la Humanidad. Los
millones de ciudadanos libres poseen en potencia más responsabilidad.
Ha llegado la hora de hacer un llamamiento firme y sincero, para que
toda la sociedad se dé cuenta de que tiene que actuar a un fuerza que los
insuficientes medios oficiales para liberar la pobreza.
VICENTE FERRER, Fundador del Fondo de Desarrollo Rural

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4 LEER LOS «SIGNOS DE LOS TIEMPOS»

1 Los textos reflejan distintas El Concilio Ecuménico Vaticano II, que en 2012 celebró cincuenta años de haber-
lecturas de la realidad por parte de la se convocado, se propuso la tarea de conocer y comprender el mundo en que vivi-
Iglesia. ¿Qué lectura de los tiempos mos, sus esperanzas, sus aspiraciones... (Gaudium et spes, 4). Una mirada al mundo,
actuales haces tú? Nombra tres retos que va más allá de análisis sociológicos. A través de la lectura de los ”signos de los
urgentes que el mundo de hoy lanza a tiempos” la Iglesia discierne los retos que cada época histórica le plantea.
la Iglesia?
Una mirada atenta a los documentos de la Iglesia permite conocer cómo esta ha
ido leyendo la cambiante realidad histórica.

1. Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las Al servicio del hombre
angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre
3. En nuestros días, el género humano, admirado de
todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez
sus propios descubrimientos y de su propio poder, se
gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discí-
formula con frecuencia preguntas angustiosas sobre
pulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano
la evolución presente del mundo, sobre el puesto y la
que no encuentre eco en su corazón. La comunidad
misión del hombre en el universo, sobre el sentido de
cristiana está integrada por hombres que, reunidos en
sus esfuerzos individuales y colectivos, sobre el desti-
Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su pere-
no último de las cosas y de la humanidad. El Concilio,
grinar hacia el reino del Padre y han recibido la buena
testigo y expositor de la fe de todo el Pueblo de Dios
nueva de la salvación para comunicarla a todos. La
congregado por Cristo, no puede dar prueba mayor de
Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria
solidaridad, respeto y amor a toda la familia humana
del género humano y de su historia.
que la de dialogar con ella acerca de todos estos proble-
Destinatarios de la palabra conciliar mas, aclarárselos a la luz del Evangelio y poner a dis-
posición del género humano el poder salvador que la
2. Por ello, el Concilio Ecuménico Vaticano II, Iglesia, conducida por el Espíritu Santo, ha recibido de
tras haber profundizado en el misterio de la Iglesia, se su Fundador. Es la persona del hombre la que hay que
dirige ahora no solo a los hijos de la Iglesia católica y salvar. Es la sociedad humana la que hay que renovar.
a cuantos invocan a Cristo, sino a todos los hombres, Es, por consiguiente, el hombre; pero el hombre todo
con el deseo de anunciar a todos cómo entiende la entero, cuerpo y alma, corazón y conciencia, inteligen-
presencia y la acción de la Iglesia en el mundo actual. cia y voluntad, quien será el objeto central de las expli-
Tiene pues, ante sí la Iglesia al mundo, esto es, la caciones que van a seguir.
entera familia humana con el conjunto universal de Al proclamar el Concilio la altísima vocación del
las realidades entre las que esta vive; el mundo, teatro hombre y la divina semilla que en este se oculta, ofrece
de la historia humana, con sus afanes, fracasos y vic- al género humano la sincera colaboración de la Iglesia
torias; el mundo, que los cristianos creen fundado y para lograr la fraternidad universal que responda a esa
conservado por el amor del Creador, esclavizado bajo vocación. No impulsa a la Iglesia ambición terrena
la servidumbre del pecado, pero liberado por Cristo, alguna. Solo desea una cosa continuar, bajo la guía del
crucificado y resucitado, roto el poder del demonio, Espíritu, la obra misma de Cristo, quien vino al mundo
para que el mundo se transforme según el propósito para dar testimonio de la verdad, para salvar y no para
divino y llegue a su consumación. juzgar, para servir y no para ser servido.
(Gaudium et spes, 1)

Desde siempre la Iglesia se ha sentido con el derecho-deber de hacer pública su lectura de la


realidad. Así, la encíclica Rerum novarum de León XIII habla de las causas del malestar de los obre-
ros, refiriéndose al “yugo” que un “reducidísimo número de adinerados” les impone; la Quadragésimo
anno de Pío XI juzga que la situación de la sociedad de la época es tal que favorece la violencia y
las luchas; el Concilio Ecuménico Vaticano II, describiendo los desequilibrios del mundo moderno,
concluye que conducen a desconfianzas, conflictos y males dirigidos contra el hombre; la Populorum
progressio de Pablo VI no duda en denunciar como injustas las relaciones entre los países desarro-
llados y los que están en vías de desarrollo; la Laborem exercens de Juan Pablo II dice que, también
en la actualidad, diversos sistemas ideológicos son causa de injusticias flagrantes; la Sollicitudo rei
socialis, también de Juan Pablo II, critica la división del mundo en dos bloque (Este-Oeste) y las con-
secuencias negativas que se derivan de ellos para las naciones en vía de desarrollo; la primera encí-
clica de Benedicto XVI, Deus caritas est, se ocupa del amor de Dios en un mundo en el cual a veces
se relaciona el nombre de Dios con la venganza o incluso con la obligación del odio y la violencia.

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73
CORRESPONSABLES

«Pecado estructural»

iertas expresiones teológicas, que luego resul- Todas esas expresiones terminológicas ponen de

C tan ser muy profundas, a veces surgen fortui-


tamente. Tal es el caso de los “signos de los
tiempos”. Utilizada ocasionalmente por los papas
relieve que esto es contrario a los proyectos de Dios,
por lo que, a la luz de la fe, se constituye en un verda-
dero pecado. Ese pecado queda más de manifiesto
Pío XII y Juan XXIII, y que con el Concilio Ecuménico cuando se descubre la mala voluntad de enfrentarse
Vaticano II pasó a ser una de las líneas maestras con esa situación. En efecto, a lo largo de la historia
de una nueva comprensión teológica. Algo pareci- han existido siempre desigualdades sociales intole-
do ocurre con el “pecado estructural”. Inicialmente, rables y multitudes viviendo en condiciones infrahu-
la idea surge en el Documento de Medellín (1968). manas. Sin embargo, en el pasado resultaba mucho
Habla él de “situación de injusticia” y de “situación más difícil el acceso al conocimiento de esta realidad
de pecado” de “estructuras opresoras” y “estructuras brutal; y, sobre todo, era mucho más difícil la bús-
injustas”. Ya el Documento de Puebla (1979) recoge queda de una solución. Hoy, en cambio, bastaría el
algunas de esas expresiones y añade otras. Habla empleo adecuado de los recursos disponibles para
tanto de “estructuras injustas” como de “estructuras poder atender a las necesidades básicas de toda la
de pecado”, que nacen del corazón del hombre, pero humanidad. Y si no se hace así, es porque existen
que están inspiradas también por el capitalismo libe- fuerzas interesadas en mantener la actual situación
ral y por el colectivismo marxista; como causas de de enfrentamiento con los planes divinos.
miseria, es preciso modificarlas. En otras partes, el
Persona y sociedad interactúan dialécticamente la
mismo documento, señalando el pecado como raíz
una en la otra; son relaciones de índole doble: de
y fuente de toda opresión, injusticia y discrimina-
las personas a la sociedad y de la sociedad a las
ción prefiere hablar directamente de “pecado social”.
personas. Al mismo tiempo que la sociedad es afec-
Tenemos, pues, que en textos teológicos se multipli-
tada por las personas, las personas lo son por las
can las expresiones para hablar de una misma rea-
sociedades. En otros términos, no se niega nada de
lidad: “situación de pecado”, “estructura de pecado”,
lo que siempre se ha dicho sobre la permanencia
“estructuras pecaminosas”, “pecado social”, “pecado
del pecado personal; únicamente se insiste en algo
socio-estructural”.
decisivo. Siguen existiendo pecados realmente per-
sonales, pero también existen pecados estructurales.
Aunque el pecado estructural no sea una mera suma
de pecados individuales, tampoco es un pecado sin
pecador. Por el contrario, esa concepción presupone
exactamente que nadie puede lavarse las manos y
declararse inocente. Las personas y los grupos se
hacen corresponsables de varios modos, pero más
en particular por la introyección, por la reproducción
y por la omisión. Introyectar significa aceptar acríti-
camente los “valores” dictados por esas estructuras
de pecado. La reproducción se concreta en la medi-
da en que se asumen a escala menor esos valores
dictados por las estructuras del pecado. A su vez, la
omisión significa cruzarse de brazos ante lo que se
tiene delante, bien por comodidad, bien por juzgarse
impotente. Está claro que, justamente en la omisión,
se pone de manifiesto que la responsabilidad per-
sonal es muy diversificada, de acuerdo con la capa-
cidad de cada persona y con las funciones que se
ejercen en la sociedad.
[www.redes-sm.net A. Moser (fuente: www.mercaba.org)
Pastoral social. Visita la página de la
JACQUES CHERY, PAÑO DE CUARESMA
Conferencia Episcopal de Colombia.

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74
RAÍCES DE LA DOCTRINA
SOCIAL: NUEVO TESTAMENTO
“Pasó haciendo el bien”, “amigo de pecadores”, “hombre para los demás”, son algunas ex-
10
presiones aplicadas a Jesús que intentan poner de relieve su cercanía y compromiso con los
marginados de su época. Una cercanía que lo fue “impurificando” hasta el punto de morir
en la cruz como un malhechor.

Analiza y comenta
1 Relaciona la imagen de las manos
manchadas de barro con la pintura
de Nicolás Poussin.

2 ¿Qué te sugiere la expresión: “no


se puede caminar por el fango sin
mancharse los pies”?

3 Con respecto al texto de Pablo


Gutiérrez, ¿qué grupos sociales son
considerados impuros hoy en día?
¿Cómo “mancharía” a una persona
una acción en su favor?

En la red
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Identifica el deseo de Dios acerca
de la misericordia.
NICOLÁS POUSSIN,
Curación del ciego de Jericó

«Si reenvía este email a 15 perso- lones y borrachos, se autoinvita a la


nas puede salvar la vida de J. L. R. casa del publicano Zaqueo.
ingresada con una enfermedad No podía salir indemne de tanta
grave en el hospital de S. Louis, impureza. Quien se mete en el fango
Missouri». de la vida se mancha los pies de
Mensajes como este aparecen barro. Era comprensible la indig-
periódicamente en la bandeja de nación del Sumo Sacerdote ante la
entrada de nuestros correos elec- vista blasfema de un Dios emba-
trónicos. Un “clic” de ratón salva rrado. El Dios puro, inmaculado,
una vida. No hay que moverse de ¡cubierto de lodo hasta el cuello! Era
casa, no necesitamos conocer a la necesario que uno muriera por el
persona enferma. pueblo. Morir como el más impu-
ro de los impuros, en la cruz, como
Jesús de Nazaret se sitúa a años
un malhechor.
luz de estas “solidaridades de
ratón”, no cura a distancia, toca al Ninguna amenaza de cruz tras el
leproso, se deja enjugar los pies con clic del ratón. Poco o nada que ver
las lágrimas de la pecadora pública, con Jesús el Nazareno.
moja en el mismo plato que comi- PABLO GUTIÉRREZ,
“¿Memoria subversiva?”

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1 CIEGOS, SORDOS, COJOS... EXCLUIDOS

1 Lee los textos bíblicos de estas Maestro, ¿por qué nació ciego este hombre? ¿Fue por un pecado de él o de
dos páginas y destaca los momentos sus padres? (Jn 9, 2). La pregunta que los discípulos hacen a Jesús sobre el ori-
en los que Jesús “toca” a alguien gen de la ceguera muestra claramente cómo, en el tiempo de Jesús, la enferme-
impuro. ¿Conoces otros pasajes del dad física estaba íntimamente ligada a las acciones morales y, más concretamen-
Nuevo Testamento donde se dé la te, al cumplimiento o no de la Ley. La enfermedad es síntoma de incumplimiento
misma circunstancia? de los preceptos religiosos y, como consecuencia, es un motivo de exclusión del
círculo de los puros. En este contexto de exclusión hay que enmarcar las cura-
ciones de Jesús. Los milagros de curación no son importantes en cuanto a la
supuesta ruptura de las leyes de la naturaleza, sino en cuanto a la ruptura de las
leyes que legitimaban el sufrimiento para convertirlo en merecido castigo.

Jesús no tenía ningún reparo en comer con los margi-


nados, lo cual era una amenaza para la moralidad fun-
damental de la sociedad. Los marginados eran produc-
to de un ordenamiento legal que determinaba lo que
era aceptable o inaceptable, lo que era puro o impuro,
lo que era bueno o malo. Pasar por alto la barrera entre
lo bueno y lo malo significaba que, a la hora de practi-
car la misericordia, el mal tenía tanto derecho como el
bien y, consiguientemente, se eliminaba todo tipo de
distinciones significativas.
WALTER BRUEGGEMANN, La imaginación profética. Sal Terrae

EMIL NOLDE, La última cena

Un fariseo invitó a Jesús a comer. Entró, pues, Estaba todavía hablando, cuando uno de casa del
Jesús en casa del fariseo y se sentó a la mesa. En esto, jefe de la sinagoga llega diciendo: «Tu hija está muer-
una mujer, pecadora pública, al saber que Jesús esta- ta. No molestes ya al Maestro.»
ba comiendo en casa del fariseo, se presentó con un
Jesús, que lo oyó, le dijo: «No temas; solamente ten
frasco de alabastro lleno de perfume, se colocó a los
fe y se salvará.»
pies de Jesús, y llorando comenzó a humedecer con
sus lágrimas los pies de Jesús y a enjugárselos con los Al llegar a la casa, no permitió entrar con Él más
cabellos de la cabeza, mientras se los cubría de besos que a Pedro, Juan y Santiago, al padre y a la madre
y se los ungía con el perfume. Al ver esto el fariseo de la niña. Todos la lloraban y se lamentaban, pero Él
que lo había invitado, pensó: «Si este fuera profeta, dijo: «No lloréis, no ha muerto; está dormida». Y se
sabría qué clase de mujer es la que lo está tocando, burlaban de Él, pues sabían que estaba muerta.
pues en realidad es una pecadora». (Lc 7, 36-39) Él tomándola de la mano, dijo en voz alta: “Niña,
”Entonces, una mujer, que padecía hemorragias levántate”.
desde hacía doce años y que había gastado en médi-
Retornó el espíritu a ella, y al punto se levantó; y Él
cos todo lo que tenía sin que ninguno la hubiera
mandó que le dieran a ella de comer. (Lc 8, 43-55)
sanado, se acercó por detrás, tocó el borde de su
manto, y en el acto cesó la hemorragia” (Lc 8,43-44)
Jesús dijo: «¿Quién me ha tocado?» Como todos
negasen, dijo Pedro: «Maestro, las gentes te aprietan
y te oprimen».
Pero Jesús dijo: «Alguien me ha tocado, porque he
sentido que una fuerza ha salido de mí».
Viéndose descubierta la mujer, se acercó temblo-
rosa, y postrándose ante Él, contó delante de todo
el pueblo por qué razón le había tocado, y cómo al
punto había sido curada.
Él le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz».

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76
2 JESÚS, PROFETA DE LA MISERICORDIA DE DIOS

1 Además de los dichos y hechos Jesús, profeta


“proféticos” de Jesús a los que se
Jesús es el profeta del reinado de Dios. Su anuncio se enmarca dentro de la
hace referencia en este tema, existen
tradición profética de la unión entre culto a Dios y justicia.
muchos otros. Indica al menos cinco
de ellos. Al comienzo de su ministerio, Jesús hace suyas las palabras del profeta Isaías:
“... me ha ungido para anunciar la buena noticia a los pobres; me ha enviado a
proclamar la liberación a los cautivos, dar vista a los ciegos y liberar a los opri-
midos ...” (Lc 4, 18).

... El que quiera ser importante entre ustedes, que ron; enfermo, y me visitaron; en la cárcel, y fueron
sea su servidor; y el que quiera ser el primero entre a verme».
ustedes, que sea esclavo de todos. (Mc 10, 43-44) «Les aseguro que cuando lo hicieron con uno de
¡Qué difícilmente entrarán en el reino de Dios los estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicie-
que tienen riquezas! Es más fácil para un camello ron». (Mt 25, 34-36. 40)
pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar Se le acercó un leproso y le suplicó de rodillas:
en el Reino de Dios. (Lc 18, 24)
—Si quieres, puedes limpiarme.
Les doy un mandamiento nuevo: Ámense los
unos a los otros. Como yo los he amado, así tam- Jesús, compadecido, extendió la mano, lo tocó y
bién ámense los unos a los otros. (Jn 13, 34) le dijo:
«Vengan, benditos de mi Padre, tomen posesión —Quiero, queda limpio.
del Reino preparado para ustedes desde la creación Al instante le desapareció la lepra y quedó limpio.
del mundo. Porque tuve hambre, y me dieron de (Mc 1, 40-42)
comer; tuve sed, y me dieron de beber; era un extra-
ño, y me hospedaron; estaba desnudo, y me vistie-

Jesús, compasivo
La compasión formó parte del ser de Jesús. Fue un hombre rico en miseri-
cordia (Ef 2, 4) que hacía suyo el dolor ajeno. El término griego aplicado con
frecuencia a sus acciones: splanjnidsomai, significa abrazar visceralmente, con
las propias entrañas, los sentimientos o la situación de otro.
La autoridad y poder que acompañaban sus actos de liberación, lejos de
situarlo en un plano superior al de la enfermedad curada o el pecado perdona-
do, lo “manchaban” de sufrimiento e impureza. Jesús no ejerció la compasión
mediante el poder sino con el servicio. La magia del curandero conjura el dolor
para aniquilarlo, la compasión permite al paralítico cargar con su camilla y cami-
nar hacia su casa.

Al ver a la gente, sintió compasión de ellos, porque estaban cansados


y desorientados como ovejas sin pastor. (Mt 9, 36)
Cuando Jesús desembarcó y vio aquel gran gentío, sintió compasión
de ellos y sanó a los enfermos que traían. (Mt 14, 14)
¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados quedan perdonados, o decir:
Levántate y camina? Pues ahora sabrán que el Hijo del hombre tiene en
la tierra poder para perdonar los pecados.
Entonces se dirigió al paralítico y le dijo:
—Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
Él se levantó inmediatamente en presencia de todos, tomó la camilla
en que lo llevaban y se fue a su casa, alabando a Dios. (Lc 5, 24-25)

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EL «PRINCIPIO-MISERICORDIA»

El «principio-misericordia»
l «principio-misericordia» informa todas las independencia de ello, siempre aparece como

E dimensiones del ser humano: la del conoci-


miento, la de la esperanza, la de la celebra-
ción y, por supuesto, la de la praxis. Cada una de
trasfondo de la actuación de Jesús el sufrimiento
de las mayorías, de los pobres, de los débiles, de
los privados de dignidad, ante quienes se conmue-
ellas tiene su propia autonomía, pero todas ellas ven las entrañas. Y esas entrañas conmovidas son
pueden y deben ser configuradas y guiadas por las que configuran todo lo que él es: su saber, su
uno u otro principio fundamental. En Jesús –como espera, su actuar y su celebrar.
en su Dios-, pensamos que ese principio es el de
Así, su esperanza es la de los pobres que no tie-
la misericordia.
nen esperanza y a quienes anuncia el reino de
La misericordia no es lo único que ejercita Jesús, Dios. Su praxis es en favor de los pequeños y
pero sí es lo que está en su origen y lo que confi- los oprimidos (milagros de curaciones, expulsión
gura toda su vida, su misión y su destino. A veces de demonios, acogida de pecadores...). Su «teoría
aparece explícitamente en los relatos evangélicos social» está guiada por el principio de que hay
la palabra «misericordia», y a veces no. Pero, con que erradicar el sufrimiento masivo e injusto. Su
alegría es júbilo personal cuando los
pequeños entienden, y su celebración
es sentarse a la mesa con los mar-
ginados. Su visión de Dios, por últi-
mo, es la de un Dios defensor de los
pequeños y misericordiosos con los
pobres. En la oración por antonoma-
sia, el «Padre nuestro», es a ellos a
quienes invita a llamar Padre a Dios.
Para Jesús, la misericordia está en el
origen de lo divino y de lo humano.
Según este principio se rige Dios y
deben regirse los humanos, y a ese
principio se supedita todo lo demás.
Y que esto no es pura reconstrucción
especulativa se ve bien claro en el
decisivo pasaje de Mt 25: quien ejer-
cita la misericordia –sea cual sea el
ejercicio de otras dimensiones de su
realidad humana- «se ha salvado»,
ha llegado a ser para siempre el ser
humano cabal. El juez y los juzgados
están ante la misericordia, y solo ante
ella. Lo que hay que añadir es que el
criterio que emplea el juez no es arbi-
trario: el mismo Dios se ha mostrado
como quien reacciona con misericor-
dia ante el clamor de los oprimidos, y
por eso la vida de los seres humanos
se decide en virtud de la respuesta a
ese clamor.
JON SOBRINO, El principio-misericordia.
UCA Editores

REMBRANDT, El regreso del hijo pródigo

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