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EXPERIMENTO TUSKEGEE

El experimento Tuskegee fue un estudio clínico llevado a cabo entre 1932 y 1972 en la


ciudad estadounidense de Tuskegee (Alabama), por el Servicio de Salud Pública de Estados
Unidos. Entonces, seiscientos aparceros afro estadounidenses, en su mayoría analfabetos,
fueron estudiados para observar la progresión natural de la sífilis si no era tratada y si se
podía llegar hasta la muerte.
Los sujetos utilizados en este experimento no habían dado su consentimiento informado,
no habían sido debidamente notificados de su diagnóstico y fueron engañados al decirles
que tenían «mala sangre» (un término local para referirse a enfermedades que incluían la
sífilis, la anemia y la fatiga). Los tratamientos para la sífilis eran muy tóxicos, peligrosos y
de efectividad cuestionable. Parte de la intención del estudio era determinar si los
beneficios del tratamiento compensaban su toxicidad y reconocer las diferentes etapas de
la enfermedad para desarrollar tratamientos adecuados a cada una de ellas.

EN LA ACTUALIDAD SE ESTÁ PROBANDO LA


EFECTIVIDAD DE DIVERSAS VACUNAS PARA COVID 19.
CONSIDERAS QUE HAY ALGUNA SEMEJANZA CON EL
EXPERIMENTO DE TUSKEGEE.
Considero que la búsqueda de la vacuna contra la covid 19 y el experimento
tuskegee si tiene semejanza ya que en el  experimento tuskegee  los pacientes no
fueron informados de que participaban en un experimento; las punciones
lumbares eran presentadas como «tratamientos» cuando el tratamiento real era
ocultado y evitado; la naturaleza contagiosa de la enfermedad fue también
ocultada. para cuando el experimento acabó, cientos de hombres habían muerto
de sífilis y sus esposas e hijos habían resultado contagiados, y el la vacuna para la
covid 19 las autoridades de estados unidos y otros países deben autorizar un
procedimiento de investigación conocido como “ensayo de exposición en
humanos”. Los ensayos de exposición implican infectar deliberadamente a
voluntarios con la enfermedad, lo que explica la reticencia de las autoridades, a
pesar de que podrían acelerar el desarrollo de una vacuna.

CON LA LECTURA EXPERIMENTO DE TUSKEGEE,


EXPLICA LOS 4 PRINCIPIOS DE LA BIOÉTICA.
Principio de autonomía:
La autonomía expresa la capacidad para darse normas o reglas a uno mismo sin influencia
de presiones. El principio de autonomía tiene un carácter imperativo y debe respetarse
como norma, excepto cuando se dan situaciones en que las personas puedan no ser
autónomas o presenten una autonomía disminuida (personas en estado vegetativo o con
daño cerebral, etc.), en cuyo caso será necesario justificar por qué no existe autonomía o
por qué esta se encuentra disminuida. En el ámbito médico, el consentimiento
informado es la máxima expresión de este principio de autonomía, constituyendo un
derecho del paciente y un deber del médico, pues las preferencias y los valores del
enfermo son primordiales desde el punto de vista ético y suponen que el objetivo del
médico es respetar esta autonomía porque se trata de la salud del paciente.
Principio de beneficencia:
Obligación de actuar en beneficio de otros, promoviendo sus legítimos intereses y
suprimiendo prejuicios. En medicina, promueve el mejor interés del paciente pero sin
tener en cuenta la opinión de este. Supone que el médico posee una formación y
conocimientos de los que el paciente carece, por lo que aquel sabe (y por tanto, decide) lo
más conveniente para este. Es decir "todo para el paciente pero sin contar con él".

Principio de no maleficencia:
Abstenerse intencionadamente de realizar actos que puedan causar daño o perjudicar a
otros. Es un imperativo ético válido para todos, no solo en el ámbito biomédico sino en
todos los sectores de la vida humana. En medicina, sin embargo, este principio debe
encontrar una interpretación adecuada pues a veces las actuaciones médicas dañan para
obtener un bien. Entonces, de lo que se trata es de no perjudicar innecesariamente a
otros. Las implicaciones médicas del principio de no maleficencia son varias: tener una
formación teórica y práctica rigurosa y actualizada permanentemente para dedicarse al
ejercicio profesional, investigar sobre tratamientos, procedimientos o terapias nuevas,
para mejorar los ya existentes con objeto de que sean menos dolorosos y lesivos para los
pacientes; avanzar en el tratamiento del dolor; evitar la medicina defensiva y, con ello, la
multiplicación de procedimientos y/o tratamientos innecesarios.
Principio de justicia:
Tratar a cada uno como corresponda, con la finalidad de disminuir las situaciones de
desigualdad (ideológica, social, cultural, económica, etc.). En nuestra sociedad, aunque en
el ámbito sanitario la igualdad entre todos los hombres es solo una aspiración, se
pretende que todos sean menos desiguales, por lo que se impone la obligación de tratar
igual a los iguales y desigual a los desiguales para disminuir las situaciones de desigualdad.
El principio de justicia puede desdoblarse en dos: un principio formal (tratar igual a los
iguales y desigual a los desiguales) y un principio material (determinar las características
relevantes para la distribución de los recursos sanitarios: necesidades personales, mérito,
capacidad económica, esfuerzo personal, etc.)
EXPERIMENTO DE TUSKEGEE.

La ética en el experimento Tuskegee puede considerarse como restringida al principio del


estudio. En 1932, los tratamientos para la sífilis eran a menudo bastante poco efectivos y
tenían graves efectos secundarios.19Se sabía que la sífilis prevalecía en las comunidades
pobres y afroestadounidenses.20La ética preponderante en la época no contemplaba
el consentimiento informado como se lo conoce en la actualidad, y los médicos ocultaban
de manera rutinaria a los pacientes información sobre su estado de salud.
Con el desarrollo de un tratamiento simple y efectivo para la sífilis como es la penicilina, y
habiendo cambiado el estándar ético, el que el experimento continuase por otros 25 años
fue completamente indefendible; y tras saltar a las portadas de los diarios fue clausurado
en un solo día.21
Los pacientes no fueron informados de que participaban en un experimento;
las punciones lumbares eran presentadas como «tratamientos» cuando el tratamiento
real era ocultado y evitado; la naturaleza contagiosa de la enfermedad fue también
ocultada.20Para cuando el experimento acabó, cientos de hombres habían muerto de sífilis
y sus esposas e hijos habían resultado contagiados.
COVID 19.
La oposición a los estudios de exposición en humanos para la COVID-19 se basa, ante
todo, en consideraciones éticas. Dado que en la actualidad no existe una cura para la
COVID-19, la infección intencional podría provocar complicaciones graves o incluso la
muerte.
Creemos que el argumento de que los adultos dispuestos no pueden consentir arriesgar
su salud por un bien mayor es incompatible con la forma en que la sociedad acepta otros
actos de voluntariado. Los bomberos voluntarios, por ejemplo, también se enfrentan a
peligros desconocidos.

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