Este paradigma se basa en asumir que los indicadores de gestión son
instrumentos que se utilizan para medir si el trabajador debe ser despedido o por el contrario que continúe con su trabajo, pero los indicadores de gestión no son utilizados de esta forma por el contrario estos permiten medir el nivel del cumplimiento de los objetivos de calidad pero no con el objetivo de despedir a los colaboradores sino por el contrario se utilizan para conocer por medio de datos cuantitativos los niveles de calidad de la empresa con el fin de establecer el plan de acción preventivo o correctivo que permite aumentar la productividad y calidad de los productos y servicios. Este paradigma es el más frecuente en las organizaciones dado que a los colaboradores tienen la percepción que la medición precede del castigo. Cuando una organización pretende la implementación de indicadores de gestión se debe socializar a los colaboradores que se pretende obtener a través de dicha medición para evitar el pánico colectivo, se tiene que ser claros y específicos con los colaboradores que se busca realizar mediciones para buscar estrategias, evaluar, diagnosticar y buscar soluciones a los procesos de la organización para ser más eficientes y eficaces en los procesos. Y de esta manera ayudar a entender a los altos ejecutivos si hay necesidad de incorporar más personal de las operaciones. La medición es el claro reflejo de lo que estamos realizando, como lo estamos realizando y como deberíamos realizarlos. Y algo muy claro y conciso para los colaboradores que lo de no medimos no lo podemos controlar y no lo podemos mejorar.