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Marco TEÓRICO

Teniendo en cuenta este escenario, se provocará un incremento en los precios, en el


nivel de producción y, asimismo, del empleo. (Barros Et. Al., citado en Cabal, F. & Blanco,
J., 2018). A partir de esto, es pertinente definir la inflación, fuertemente relacionada con las
decisiones y políticas monetarias estipuladas, como un incremento constante y mantenido
del nivel general de los precios a lo largo del tiempo. (BanRep, s.f).

“…las autoridades económicas, utilizando su capacidad para crear dinero,


pueden aumentarlo, aun haciendo crecer los precios, con la esperanza de que
ello traiga mayor crecimiento económico, siempre que el aumento del dinero
se destine a estimular la inversión. Los autores de tales planteamientos
suponen que el sistema económico tiene suficiente flexibilidad de respuesta, y
así, lo que en un principio es exceso de dinero para financiar el sector
productivo, se compensa cuando la inversión dé frutos, porque hay una
mayor capacidad de oferta de la economía y esta lleva, finalmente, a un
ajuste y estabilidad de los precios en el mediano y largo plazo” (BanRep, s.f)

Asimismo, ante cualquier modificación de la cantidad de dinero se genera el


fenómeno de inflación en un nivel mayor, razón por la que se afirma que la inflación es un
evento monetario. (Giraldo citado en Cabal, F. & Blanco, J., 2018). Por esto, se consideran
algunos aspectos que evalúan la inflación como optima, ya que, ante una inflación
relativamente baja, se dará un uso apropiado de los recursos productivos, incentiva la
inversión y amplifica la certeza de un futuro rendimiento de esta (BanRep, s.f).

Por otro lado, es conveniente vincular junto a ello y destacar el desempleo como
una condición correspondiente a la excesiva demanda de empleo y la reducida oferta de
este y según la OIT, las personas desempleadas son aquellas que se encuentran sin trabajo,
disponibles para acceder a un trabajo y que estén gestionando la búsqueda de un empleo.
(OIT, 2014)

“El desempleo keynesiano se refiere a una situación en que la cantidad de


personas que buscan trabajo supera el número de empleos disponibles y
remunerados con el salario corriente, y se explica por la ausencia de una
demanda efectiva de bienes y servicios. A veces se lo denomina también
desempleo cíclico por su relación con los ciclos económicos”. (OIT, 2014)

Para identificar el estado del mercado laboral, es adecuado evaluar la tasa de


desempleo. Si se presenta una tasa alta, el mercado laboral no se encuentra muy activo, por
el contrario, con una tasa baja, se evidencia un mercado más dinámico que permite
encontrar empleo fácilmente. Esta tasa de desempleo tenderá a la baja cuando se presentan
políticas expansivas. Sin embargo, el ciclo económico se basa, no solamente en las
fluctuaciones de empleo, sino en los niveles de producción, medido a través del PIB, el cual
mide directamente las necesidades de trabajo (García, Y.,2014).

Dentro de los efectos del desempleo sobre la economía, se presentan la disminución


de la renta y el consumo, ya que las familias disponen únicamente de subsidios por
desempleo y, en consecuencia, disminuye la demanda; debido a esto, aumenta el déficit
público, pues aumenta el gasto para poder cumplir con el pago de los subsidios por
desempleo (García, Y., 2014).

Marco histórico

Asimismo, esta Junta Monetaria duro casi 30 años activa hasta la constitución de
1991 cuando el Banco de la República (Banrep) empezó a tomar decisiones autónomas sin
necesidad del Gobierno Central. El nuevo objetivo principal del Banrep era “brindar niveles
de oferta monetaria que resultaran acordes con los niveles de producción, sin la alteración
de precios y está estabilidad de precios se convirtiera en el principal objetivo de la política
monetaria” (Fernández & Armenta, 2005, p.p.38).

Por otro lado, desde 1923 en la fundación del Banco de la Republica se dieron a
disposición instrumentos de autoridad monetaria, como lo son la tasa y los cupos del
descuento de títulos en el instituto emisor, los niveles de encajes, los depósitos previos de
importación, las operaciones de mercado abierto y la tasa de interés. La ley 25 de 1923 le
concedió a la directiva del Banco de la Republica fijar la tasa y el cupo de descuento a los
distintos agentes económico institucionales. Después de la creación del Banco Emisor, la
junta directiva del banco de la republica realizo una firme política de reducción en los
niveles de tasa de descuento.
Desde 1950 las tasas de descuento se incrementaron a 9 tasas diferenciales con el
propósito de reforzar la política de crédito para sectores como el industrial y el agrícola, las
tasas siempre fueron estables solamente se evidenciaron dos cambios hasta 1966, esto
sirvió para la colocación del crédito selectivo entre sectores.

En Colombia rigió de forma relativamente estable un límite ordinario (45% del


capital y reservas) lo mismo que dos líneas de descuento especial, una por el 75% del valor
descontado de bonos de prenda que cubrieran artículos producidos domésticamente y otra,
una cuota especial para préstamos de desarrollo, por el 50% de la cantidad en que los
préstamos bancarios excediesen el mínimo estipulado equivalente a un 36% del total de
activos productivos (Jaramillo,1966, citado por Fernández & Armenta, 2005).

El Decreto 756 de 1951 también le otorgo a la autoridad monetaria la libertad de


establecer encajes marginales hasta del 100% para el incremento de depósitos en el futuro.
Además, la junta directiva del banco de la republica autorizo la inversión del mencionado
encaje en préstamos hacia sectores específicos, y fue intensificado con la Ley 7ª de 1973.
Hasta finales de los años 70 el uso recurrente de los encajes para hacerle frente a la
acumulación de divisas provenientes de la bonanza cafetera, mostro deficiencia ante la
magnitud del choque en las reservas internacionales.

Otro instrumento de regulación monetaria fue el depósito previo de importación


(DPI). Este fue concebido como un instrumento cambiario con el objetivo de imponer
restricciones al gasto de divisas en épocas de escasez o una agilización de los pagos al
exterior en los tiempos de abundancia. Adicionalmente, en los años 80s otro instrumento
que complemento los instrumentos mencionados anteriormente, fueron las operaciones de
mercado abierto (OMAS). Las OMAS funcionaban mediante la emisión y colocación de
papeles representativos de deuda pública a su favor, denominados Títulos de Participación
(TPS), estas fueron cogiendo cada vez más fuerza gracias a la flexibilidad.

Finalmente, el último instrumento desarrollado es la tasa de interés (instrumento


tradicional en Colombia). Pues las autoridades monetarias buscaron dejara que la tasa de
cambio dejara de ser fijo a ser flexible, es decir, determinada por el mercado y esto también
contribuyo a una liberalización del sistema financiero. Así pues, se abandonó la banda
cambiaria en 1999 y se implementó la meta de inflación.

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