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SOBRE LA CRISIS MUNDIAL

Estamos viviendo una crisis ecológica planetaria a gran velocidad a causa del ser humano, que está provocando
grandes desequilibrios en la biosfera que acabarán volviéndose contra nosotros. El crecimiento en el uso de
recursos naturales y funciones de los ecosistemas está alterando la Tierra hasta trastocar los grandes ciclos
bioquímicos del planeta.
Esta crisis es triple.
- energética: en crisis por la falta de fuentes.
- Climática: debido a los sumideros de energía que calientan el planeta
- Biodiversidad.

Esta crisis nos muestra que estamos viviendo por encima de nuestros medios en un mundo lleno (entre 1800 y
2005 la población se ha multiplicado por 6). Estamos gastando un 30% más de lo que la tierra puede ofrecernos.
La desigualdad en la toma de decisiones y en la apropiación del capital ecológico por parte de los países
industrializados es el principal problema ambiental del planeta y su principal problema de desarrollo.
Es necesaria redefinir la economía. Esta se ha entendido siempre cmo el estudio de la asignación de recursos
escasos. Con un mundo lleno, este bien escaso es la naturaleza. Si queremos seguir manteniéndola, deberíamos
reducir nuestras emisiones de GEI entre un 60 y un 80% para el 2050.

Los hombres vivimos en dos mundos conectados: Biosfera y tecnosfera. Los procesos lineales de este último,
chocan violentamente con los procesos cíclicos de la biosfera.
Se debe rediseñar la tecnosfera:

- hacer que los procesos sean cíclicos o cuasi-cíclicos.


Biomímesis
- un sistema energético basado en la luz solar
Por otra parte, es la dinámica de los sistemas complejos adaptativos los que conducen a la suficiencia.
(debemos tener la suficiente energía, ni mucha ni poca, porque si no los sistemas se vuelven caóticos).
- limitar el tamaño de los sistemas socioeconómicos con medidas de autocontención.
Es necesario rechazar la idea capitalista de bienestar y adoptar la idea de que el bienestar se consigue
con la riqueza de bienes, riqueza de tiempo y riqueza relacional.
Como vemos es necesario un cambio moral, social y cultural para cambiar la estructura económica
capitalista y así alterar nuestro modo de vida.
Nuestra cultura muestra una serie de rasgos degenerativos:
- renuncia a saber
- irresponsabilidad
- ilusiones de omnipotencia
El capitalismo tampoco ayuda:
- prohíbe planificar parea el bien de todos
- Se niega a redistribuir
- Tiende a la expansión sin límites
Luego un elemento clave para la sostenibilidad es el anti-capitalismo. La lucha por la sostenibilidad es una
revolución.

ALIMENTAR A LA POBLACIÓN HUMANA

Estamos en un mundo lleno, con un nivel de desigualdad inaudito y con perspectivas de un colapso a causa del
aumento de las temperaturas.
Las características de nuestro sistema agroalimentario:
- Los alimentos son considerados como otra mercancía más.
- Trabajamos con monocultivos
- Bajo coste a causa de las externalidades
- Una rápida distribución.
Debemos darnos cuenta de que este sistema no parece posible que pueda prolongarse durante mucho más
tiempo. Por otra parte, podríamos alimentar a toda la población, pues no es una cuestión técnica, sino ético-
política.

Los problemas que hay en la actualidad vienen derivados de las políticas que apoyaban la tecnolatría,
mercadolatría, individualismo posesivo y consumismo nihilista (políticas neo conservadoras y neo liberales de
los años 80), cuando ya se había superado la biocapacidad del planeta y las políticas deberían haber sido otras.

Desde el 2007 se está viviendo una crisis por varios frentes:


El cambio climático + la subida del petróleo + economías emergentes + agrocombustibles + especulación con
los alimentos básicos + crisis económica mundial, lo que deriva en un paro y una menor cantidad de ingresos. Y
el dinero pasa a especular aun más con los alimentos.

Como vemos, el hambre no es una catástrofe natural, ni un problema técnico. Sino que surge por falta de acceso
al alimento y de falta de fuente de ingresos monetarios en momentos críticos. Es a causa por lo tanto de la
desigualdad social. Existen desequilibrios. (existe otro desequilibrio, que se da en la malnutrición: La mitad de
la población está malnutrida por exceso o por defecto.)

En países desarrollados el consumo de carne es mayor, pero estos animales consumen productos (piensos a
partir de cereales) que podrían ser consumidos directamente por los humanos. En este proceso hay una pérdida
de entre el 70 y el 95% de la energía bioquímica de los vegetales), y se consumen un 40% de cereales para
alimentar al ganado. Esta ganadería no es solo negativa desde este punto de vista.
- Resultan campos de concentración para los animales no humanos.
- Consumen una gran cantidad de energía petroquímica
- Producen GEI y contaminan las aguas
- La necesidad de cantidades mayores de cereales provoca la destrucción de selvas tropicales.

Las soluciones a este problema pasan por vías individualistas y colectivas (desde el estado).
En el primer caso deberíamos optar por una dieta:
- vegetariana
- con productos:
- locales
- de temporada
- ecológicos
En el segundo caso:
- cultivemos más y mejores alimentos ( no en monocultivos, sino aplicando el principio de Biomímesis)
- mejoremos las infraestructuras para la distribución de los alimentos
- combatamos la pobreza
- favorezcamos la autosuficiencia regional.

La manera de llevar a buen puerto esta utopía realizable es aceptando y llevando a cabo una serie de puntos
clave:
- ECOEFICIENCIA
- BIOMÍMESIS
- EQUIDAD (justicia en el reparto)
- SEGURIDAD ( desarrollar las zonas rurales y garantizar la alimentación)
- AUTOLIMITACIÓN

HACIA UNA AGROÉTICA:

Hacia una ética agroecológica


Las prácticas dominantes en la moderna agricultura y ganadería generan problemas éticos. Sin embargo, no han
sido demasiados los filósofos morales contemporáneos que se han preocupado por una posible ética
agroecológica o agroambiental, y menos en el ámbito de lengua castellana: entre los autores anglosajones el
debate está más avanzado. En tiempos recientes, las cosas han empezado a cambiar: así, en 1999 se fundó la
Sociedad Europea para la Ética Agrícola y Alimentaria (European Society for Agricultural and Food Ethics,
abreviado EurSAFE), que celebra congresos anuales

Los alimentos como haces de relaciones socioecológicas


Las cuestiones sociopolíticas de justicia y los problemas ecológicos de sustentabilidad aparecen a cada paso en
ese entramado de relaciones. Si hablamos de producción y consumo agropecuario, detrás de cada elección
política o económica hay importantes cuestiones éticas. La consideración de tales cuestiones éticas debería
realizarse en el contexto de la seguridad alimentaria, el uso sostenible de los recursos agrícolas, la salvaguardia
de la biodiversidad y “una combinación equilibrada de tecnologías tradicionales y modernas para aumentar la
seguridad alimentaria y promover la agricultura sostenible”.

De qué se ocupa la ética


La ética se ocupa, por lo menos, de lo que hacemos al otro mediante nuestras acciones y omisiones. Aquí
podemos distinguir enseguida dos cuestiones: quién es ese otro (lo que dará origen a una teoría sobre los sujetos
y objetos morales), y qué podemos decir sobre esas acciones y omisiones (lo que desembocará en una teoría de
la acción moral).
En el caso de la posible agroética que aquí nos ocupa, y con respecto a la primera de ambas cuestiones, los
“otros” a quienes hemos de incluir dentro de nuestras consideraciones morales no son exclusivamente nuestros
semejantes humanos contemporáneos: también han de contar como “pacientes” morales los animales de granja,
y hemos considerar a las generaciones humanas futuras como parte de nuestra comunidad moral.
Con respecto a la segunda pregunta se dan numerosos y preocupantes fenómenos de daño causado por
actividades agropecuarias que podemos situar bajo dos esquemas conceptuales: el primero, las consecuencias no
intencionadas de nuestras acciones y omisiones; el segundo, que en el mundo industrial contemporáneo las
consecuencias de la acción –intencionadas y no intencionadas-- llegan mucho más lejos de lo que lo hacían en
épocas y sociedades anteriores.
A medida que el potencial de daño ínsito en la agricultura industrial moderna se ha materializado, disminuye la
posibilidad de alegar ignorancia y aumenta correlativamente la obligación de explorar con mucho mayor
detenimiento las posibles consecuencias no deseadas de un curso de acción antes de emprenderlo.
Por otra parte, en un mundo donde (a) la crecida potencia tecnocientífica prolonga enormemente los impactos
de nuestra acción en el tiempo y en el espacio; donde (b) la globalización económica tiende a convertir el
“terreno de juego” moral en un solo mundo para todos; y donde (c) la producción agropecuaria se entrevera tan
estrechamente con la tecnociencia y con la globalización, parece fuera de duda que la responsabilidad de los
sujetos morales se amplía notablemente. Quizá cultivar maíz o comer carne no fueran acciones éticamente
significativas hace dos milenios, pero sin duda lo son hoy.

La rastreabilidad de las mercancías, una cuestión ética capital

Pues lo importante no es sólo el producto final: Aparte de las propiedades y la calidad del producto, nos
interesan mucho las propiedades y la calidad del proceso.
Sin embargo, las reglas de juego impuestas en el marco de comercio mundial de la OMC, a partir de 1995, van
precisamente en sentido contrario. Los principios de “nación más favorecida y de “trato nacional”se refieren a
like products (productos similares), e impiden a los gobiernos distinguir entre productos con historias sociales y
medioambientales diferentes. Dicho de otra forma: la OMC prohíbe discriminar entre productos sobre la base de
sus procesos y métodos de producción. Con ello se cierran las puertas a las propuestas de comercio justo y
consumo ético, lo que resulta a mi juicio inaceptable.
Sin conocer el lugar de captura y las artes de pesca empleadas en la captura de un determinado atún, es
imposible tomar una decisión de compra moralmente informada. Sin saber en qué medida se han respetado los
derechos humanos y sindicales de los jornaleros, no cabe ejercer un consumo responsable de los productos de la
agricultura tropical de plantación, como el café.
Sólo si cuentan con la información suficiente, la consumidora o el consumidor podrán adoptar sus decisiones
sobre la base de los impactos socioecológicos diferenciados de los diversos bienes y servicios, desenmarañando
las intrincadas madejas que, en el mundo de la globalización capitalista, pueden guiar a la acción político-moral
fuera del laberinto.
Externalidades, economía y agroética

El ethos implícito en el paradigma dominante de la agricultura industrial es utilitario y antropocéntrico: Se


valoran las diversas actividades e iniciativas en función de su potencial para mejorar el balance de costes y
beneficios de la producción agropecuaria, y no se tienen en cuenta más que los costes y beneficios para los seres
humanos.
Y no obstante, incluso dejando fuera de la cuenta los problemas distributivos o los daños y perjuicios para los
animales no humanos, un problema general aqueja a los procedimientos de optimización para la toma de
decisiones propios de la ética utilitarista. Se trata de las enormes dificultades que en la práctica existen para
obtener una información completa y fiable sobre todas las consecuencias relevantes de nuestras decisiones: en
particular, y en el ámbito que nos ocupa, aparece a menudo como un problema de “externalidades”.
Una parte sustancial del trabajo que han realizado los economistas del medio ambiente versa sobre la cuestión
de las externalidades: costes (daños) no compensados que soportan terceros, para la actividad extractiva o
productiva que estemos considerando.
La actividad económica, en las sociedades altamente industrializadas, produce de forma sistemática daños a
terceros: algunos de estos daños podrían ser compensables, “internalizando” las externalidades, mientras que
otros, por ser irreversibiles, no son ni serán nunca compensables.
La reducción de costes no son más que exportación de daños. La “eficiencia” de que se precian las empresas del
“agrobisnes” sólo resulta plausible si no se tienen en cuenta los costes de la pérdida de diversidad biológica, la
contaminación causada por los agroquímicos, los impactos sobre el clima del planeta, la destrucción de la
soberanía alimentaria y de las culturas rurales... El sistema no podría funcionar sin ese continuo y gigantesco
trasiego de daños desde el centro hacia las periferias. Por eso, ahí donde los economistas hablan asépticamente
de externalidades, hemos de insistir en que se trata de daños exportados: y que otros los sufren. Para que la
actividad productiva sea éticamente aceptable –en todos los terrenos, y en particular en el de la producción
agropecuaria-- , no debe generar externalidades no compensables; y aquellas externalidades que son en teoría
compensables han de compensarse de hecho. Dando un paso más allá, hay que aspirar a reconstruir la economía
de manera que los sistemas productivos (en nuestro caso, los agrosistemas) sean estructuralmente incapaces de
exportar daño: esto serían sistemas de verdad sustentables. La clave para ello se encuentra en la idea de
biomímesis,
Los daños causados por la agricultura química convencional son hoy “externalidades”, costes ocultos que se
descargan sobre el resto de la sociedad, las generaciones futuras y los demás seres vivos con quienes
compartimos la biosfera. No se puede comparar la agricultura industrial convencional con las agriculturas
alternativas sin hacer una estimación de estos costes ocultos, aun a sabiendas de las insuficiencias de los
métodos de cuantificación de los daños ambientales y sanitarios.

SOBRE LA ÉTICA y LOS ANIMAL.

Estamos caminando hacia una mega-extinción. Estamos realizando una serie de prácticas dañinas hacia seres
sensibles:
- crianza industrial
- destrucción de ecosistemas
Es necesaria un autocontención.
Tenemos una doble moral. Una hacia los seres humanos, que podríamos clasificar de kantiana y otra hacia los
animales, utilitarista. Esto es así a causa de la tesis de la diferencia antropológica que apoya la idea de la
existencia de un abismo entre los humanos y el resto de los animales (tesis que no está apoyada por la ciencia).
Si aceptamos esta visión tenemos una visión antropocentrista, la cual puede contraponerse a una bilogicista, la
cual asegura que tienen igual consideración todos los seres vivos. Siempre que estas dos posturas sean
defendidas desde una postura fuerte, serán incompatibles, no así si son débiles.

Debemos pensar las diferencias con el resto de los animales como límites dentro de un continuo de niveles
físico-biológico-social-cultural. Cada uno de estos niveles depende del inferior, pero con autonomía.

Los animales deben incluirse en la comunidad moral, porque:


- son seres sintientes.
- Como tal, pueden valorar positiva o negativamente los sucesos, y tener intereses por aquello que ellos
consideren positivo (agradable, si se quiere).
- Aquel que vive moralmente es quien concede la misma importancia a la buena vida de todos los seres
humanos.
- Excluir a los animales por ser de otra especie resulta algo tan arbitrario como excluir en razón de sexo o
raza. Sería especismo.
- Luego los animales deben estar en la comunidad moral, aunque no como agentes, si como pacientes
(como los niños).
Si no aplicamos la idea del especismo, bien podemos también aplicar la ética de la compasión, que lo que
nos indica, es que nos pongamos en la situación del otro.

ENERGÍA NUCLEAR

HISTORIA:

1945: 16 de julio-primera bomba


6 de agosto- bomba Hiroshima
9 de agosto- bomba Nagasaki
Será este el comienzo de la era nuclear, poniendo en tela de juicio la supervivencia de la especie.

1949: 4 de abril- se constituye la OTAN


Comienza la proliferación nuclear y la carrera armamentística.
1950: bomba de hidrógeno
1955: manifiesto Russell – Einstein, lo que dará lugar al movimiento antinuclear.
1973: frenazo, por causas financieras.
- la crisis del petróleo provocó una inflación que encarecería los costes de financiación.
- la crisis afectó a una menor demanda eléctrica.

PROBLEMAS:

SEGURIDAD

Una central nuclear de 1000 MW contiene radiación equivalente a 1000 bombas como la de Hiroshima.
Esto conlleva un peligro que ninguna aseguradora quiere cubrir. Todo el riesgo para la salud y el ecosistema
que produce una central, tanto el potencial, como el real, no es cubierto por ningún seguro. Las centrales no
tienen un funcionamiento, ya que descargan radiactividad a la atmósfera y a las aguas (se ha detectado leucemia
infantil en las proximidades).
Las centrales pueden ser objeto de ataques terroristas y se puede traficar con los materiales, haciendo que se
puedan crear bombas sucias, con gran facilidad.

DAÑOS AL MEDIO AMBIENTE

Un plan de expansión nuclear masivo, requeriría la construcción de 32 centrales cada año hasta el año 2050,
algo imposible, pero tan solo reduciría un 4% las emisiones de GEI, cuando lo que necesitamos es entre un 60 y
80 %. La energía nuclear no es la solución para el cambio climático.
Tampoco puede serlo a causa de la escasez de material radiactivo.
Por otra parte, la refrigeración de las centrales requiere una gran cantidad de agua (algo poco beneficioso), pero
tampoco se podría llevar a cabo tal refrigeración con el calentamiento que se avecina.
En las extracciones del material se producen emisiones de C02, + del que probablemente luego se ahorre.

COSTES
Central nuclear: 6.000 millones
Carbón. 1300 millones
Gas: 500 millones

La construcción de una central nuclear lleva entre 10 y 20 años y una gran cantidad de dinero, que viene de
subvenciones del estado que deberían usarse para otro tipo de energías.
Al construir las primeras centrales no se tuvo en cuenta el coste que se originarían al cerrarlas, y es el estado el
que actualmente carga con esos gastos no imprevistos. Aunque podía parecer barato, era a causa de esas
externalidades que no se tuvieron en cuenta, pero que llevamos pagando desde hace tiempo.
RESIDUOS

Los residuos deben ser almacenados. Los de alta actividad son almacenados de forma transitoria en las piscinas
refrigeradas. Estos residuos son de una peligrosidad que se extiende en el espacio y en el tiempo (250.000
años). Los cementerios que se crean a base de cerámicas de silicatos aguantarán a lo sumo, 1.400 años.

SOLUCIÓN
Existe un plan para lograr un suministro energético sostenible para el mundo. Mediante fuertes
inversiones (un 8% más sería suficiente) en generación de energía renovable, se podría proporcionar la mitad de
la energía mundial en 2030, ahorrar 14 billones de euros, proteger el clima y reducir las emisiones de CO2.
Este proyecto es planteado por Greenpeace.
BIOÉTICA

Nace en el juicio de Nuremberg contra militares y médicos nazis (1947). Nace el código de Nuremberg para
sentar las bases médico-paciente.
-autonomía del paciente al tener que estar informado para dar su consentimiento.
- cualquier acto médico irá precedido por ensayos en animales.
- se pretende evitar el sufrimiento.

Un año después es la Declaración de los derechos humanos, donde se sentaron las bases de la bioética.
Se pretende regular jurídicamente completamente los problemas relacionados con la vida (humana).
El problema surge cuando se piensa que debe haber una ley para todo y pensar por lo tanto que estamos en
constante peligro. En ocasiones es mejor no tener ley a tenerla mala.
La bioética debe identificar mejoras y bienes, no ser un apagafuegos.
En el área de la ciencia, desde la medicina y la biología, a partir del año 1953 hasta hoy se ha incentivado la
reflexión sobre los procesos genéticos algo que también afecta a la aparición de la bioética en un sentido
reflexivo.

En los años 70 se dan una serie de movimientos sociales:


- feminista a favor del aborto
- a favor del paciente
- ecologista
- frente de liberación animal
Se propicia el reconocimiento de la bioética. Estos movimientos inculcaban una nueva conciencia en la
sociedad, de modo que la bioética tenía dos brazos: uno político y otro más social y activo. Hoy en dia estos
movimientos se han ido apaciguando.
También estos años se fundan academias donde se estudia este campo, lo que también tendrá un impacto
social.
Se critica un exceso de utilitarismo en esta rama por una influencia anglosajona.
Se crearán comités, entre ellos, algunos que asesoren a los gobiernos. En el caso de España, depende
demasiado del gobierno, tiene poca autonomía.

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