EGIPTO
Dinastia O
Desde los anos ‘60, y especialmente en la ultima década, se ha avanzado sustancialmente
en el conocimiento de! proceso formativo de la primitiva historia de Egipto.
Es propdsito de este trabajo presentar un estado actual de la cuestién sobre estos temas.
aleman K. Sethe elaboro una
Sugestivareconstrucciéndelos
corigenes historicos del antiguo Egip-
to. Inmerso como estaba en la men-
telidad histonogratica de su época,
‘que consideraba el Proximo Oriente
asiatico como la ‘cuna de la civilize
ign’, Sethe crela que en os uitimos
sigloS del Predinéstico, el Delta del
Nilo, en contacto directo con el Le-
vante, habria visto surgir una civilize
ion mucho més préspera y cultural
‘mente deserrollade que el Alto Egip
to, hundido’ en Arica. Para explicar
la entrada en la civiizacién de esta
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E 1 los afios '30 el egintéiogo
Texto: Josep Cervelld Autuor.
Enterramiant preinistico del Ato
Enipto. La ceria roa de bordes
nogros es carcteristica do Badarinse,
Ultima regién, dela que, en definitiva
rocederia la primera dinastia de fax
Faones, Sethe postulaba una con:
gusta precndstca cel Sur por pate
fel Norte, previa ala defintiva unif-
caacion en sentido contrerio, De este
‘modo, las genuinas tradiciones cu
turales egipcias, que Sethe creiafra-
{guadas en el Norte, se habrian dfun-
{ido por todo el pais. El egiptélogo
aleman deducie los hechos que pos-
tulaba a partir de una interpretacién
en clave histoica del mito del com-
bate entre Horo y Set y de a victoria.
del primero sobre el segundo: en
epoca dinastica, enefecto, estos dos
dioses simbolizarianrespectivamen-
teelB2joyel AlioEgipto.Lastesisde
Sethe, asumidas como hechos pro
bados por dversos autores, gozaron
de gran precicamento aun hasta los
aos "60-70,
Sin embargo, le reconstruccién de
Sethe adolacia do dos limites. Por
Unaparte,ninggnhistoridorni estu-
dioso de las reliiones acepta hoy
une lectur literal e histéricofactualdolosmitos cosmogénicos ocosmo-
lgicos, como el de Hora y Set: los
rmitos son creaciones religiosas, no
rnarraciones noveladas dehechoshis-
trios. Por otra parte, el conoci
rmignto arqueoldgico que se poseis
ena primera mited de nuestro siglo
sobre las etapes formativas de la
‘ivlizecion egincia era escasisimo,
insignificante comparado con el que
tenemos hoy. Asi, las investigacio-
nes canducidas desde los anos "60
(cuando las campanas de la UNES-
CO) hastalaactualidady, sobre todo,
‘en|a.utima décade, han transforma
do profundamente nuestra vision de
‘esas etapas, hasta el punto de con-
‘tadecir por completo la reconstruc
cién de Sethe. Es propésito de este
trabajo presentarunestadoactual de
la cuestion sobre estos temas,
Una vez que las poblaciones del
valle del io egipcio se hubieron
neolitizado%, se formaron dos areas
bien diferenciadas de cuturas neol-
tico-predinasticas
Las del Bajo Egioto se caracterizan
por la reatva independencia de sus
Yacimientos, que no parecen heber
Consttuido una ciilzacion homogé-
‘ea. Los niicieos mejor conocidos
son los de Merimda (en el extremo
suroccidental del Delta, fechado en-
tte fines del VI milenio y fines del V)
YEIOmari (al sur de EICair, fechado
fn la segunda mitad del V milenio)
Estas cultures se caracterzan, des-
de el punto de vista social, por la
ausencia de jererquizaciény, desde
el punto de vista tecnolégico, por el
desoonocimiento de cualaviertorma
de trabajo del metal. En cuentoasus
‘ontactos @ influencias, éstos pare-
‘cen haber sido muy variados, depen-
diendo de las etapas: se observan
relacionesconla civizacién neoltica
Ges oasis yo atlas de Saha
£2 ofiental(desiertolbico egipcio) y
Conia del Levante asitico. Mencion
‘parte merece la cultura del oasis de
E] Fayum, que se desarrollo desde
‘mediados del VI milenio hasta fines
del V, v que, clasfcada tradicionat
mente entre las culturas neolticas
del Bajo Egioto, debe ser considere-
da mds bien como otra manifeste-
cin dela mencionada civiizacién de
los oasis del Séhara egipci.
Enla primera mitad del V mileio,
cl panorama del Delta se-modifics
ratablemente. Se introduce el uso
7dl metal, la sociedad empieza a
jetarquzarsey, sobre todo los distin-
{os nucleos presentan una cultura
mashomogénea, querecibe e! rom
bre de Masciense, a partir del yacr
miento de Maad, al sur de El Caro
Esteimportante centroproto-urbano
parece haber sido un activo ndcleo
comercial, favorecido por su post
ciéninternediaentreelLevanteasis-
tio, el Delta y el Alto Egjpto. Otros
yacimientos maadionses que en la
‘ctualdadempiezanaser excavados
yepnonds sonHekdpois urtoaé|
airy Buto en pleno Delta septen-
‘tional Todos parecen ser nicieos
présperos y activos, y en algunos
aspectos de Su culture materi se
(observan importantes infuencias le-
vanunas y mesoptimicas isume-
ras)
‘Apartirde mediados del V ili
8 produce la progreswva susttucion
de aculturameadiense porlaciviiza-
on de Negada,originaia de un Alto
Egipto snore en expansion (ct. na.
En Tall el Farein, arnigua Buto, el
Instituto Aleman de Arqueologia de
ElCairovienerealizando desde fines
-
to medio, hasta ol area’ de Abido,
pero hay hallazgos esporédicos mas
al sur, hasta Hieracompols. El yaci-
Imignto epGnimo es el de Badan, si-
tuado en el centro de la region focal
‘A/Badariense e sucede sin ruptures
ol Predindstico propiamente dicho
(Ge hecho, este término deberia o-
servarse solo para las culturas del
Alto Eaipto en el IV milenio),
ElPredinéstcosesubdivideentres
fases quesesuceden gualmentesin
solucién de continuidad: el Amra-
‘lense o Negada| n. 4000-35002.)
el Guerzeense 0 Nagads Il (h. 3500-
3300 aC] yel Predinéstico tarcio 0rotodinéstico o Nagade Il (n.3300-
3100.a.C)) El Amraciense se extien-
de geograticamente desde Matmar
hasta la primera catarata, siendo ia
‘ocupacidn especialmente densa en-
te Aigo y Hlrecompos. Su vac
iento epdnimoes ElAmra al surde
Abido. E! Guerzeense emprende, en
cambio, un répido proceso de expan-
sion, que le leva @ superponerse al
Meedienseenel830Egpto, derodo
que su ree de dfusién es ya todoel
valle del Nioegipcio, desde la prime-
"a catarata hasta el Delta. Su yacr
miento epérimo os El Guera, 2 la
altura de El Fayur. Le expansion del
Guerzeense no pareve ir acomparia-
ade ninguna forma de actividad
liter se tratarfa de la asuncion, por
parte de as comunidades del Datta,
de las dindmicas formas cultuales
el Sur
TTimidamente ya desde el Bado-
tiense, pero sobre todo desde el
Amraciense, la cwilizacién altoegip-
fhaza yal "Seog
‘eo Animales
cia emprende un proceso de fuerte
jererquzacion social. Este proceso
ulmi, probeblemente ya a fines
del mismo Amraciense, con ls apar-
cin de las rimeres formas de jfa-
ture, que bien podrian responder al
prottipo del rey’; hacedr-decuvia
african, como een H, Frankfort y
4. Vercoutter, correspondiente a lo
‘que nosotros mismos hemos lama-
do “ealeza divin fetche africana
Se tata de jfaturas en las que la
funcén cosmica del ‘ey’ en tanto
que meciador entre las fuerza dela
Naturlezay fa sociedad, y en tanto
que gerante de orden universal y de
‘bundanciaalimentcia sera propon
detente sobre, cualauier forms de
poder poltico®
Durante a primera tad del Guer-
zeense se entrevén enel Alto Egpto