órganos: un estudio
musical sobre los
monasterios, conventos
y colegiatas gallegos
Francisco Javier Garbayo Montabes
Izquierda: ÓRGANO DEL CORO DE LA IGLESIA MONASTERIAL DE SAN CLODIO (LEIRO, OURENSE)
D E C Ó D I C E S , VO C E S Y Ó R G A N O S : U N E S T U D I O M U S I CA L S O B R E L O S M O NA S T E R I O S , C O N V E N TO S Y C O L E G I ATA S G A L L E G O S 213
mitad del siglo XIX con la invasión francesa, las sucesivas LA MÚSICA EN LOS MONASTERIOS salmos, himnos y antífonas. Todo hace pensar que estos y, de das sobre todo a los ritos de bautismos y al Ordo Missae. Con
desamortizaciones y la posterior exclaustración a la que fue- GALLEGOS DURANTE la misma manera, las prácticas musicales que los acompaña- ellas, Profuturo pretendía lograr el equilibrio entre una serie
ron sometidas las comunidades religiosas en toda España. LA EDAD MEDIA ban, no debían diferir mucho de los que Egeria conocía en la de prácticas que diferenciaban la peculiaridad religiosa del
Galicia, tierra rica en fundaciones, se vio especialmente tierra de donde era oriunda, pues no debemos olvidar que, reino suevo, la erradicación de supersticiones de origen cél-
afectada por estos hechos, de manera que una importante La tradición de la vida monástica en Galicia es antiquísi- en definitiva, sobre los primitivos ritos cristianos implanta- tico-germánico inmersas en la cultura popular y, a la vez y
cantidad de documentos pasaron a enriquecer los fondos de ma, y su origen se mezcla con la pervivencia de peculiarida- dos en la Hispania tardorromana, tuvieron gran peso los ele- sobre todo, conservar su diferenciación de las disposiciones
diferentes archivos civiles —como el Histórico Nacional de des del tipo de vida y prácticas priscilianistas, que hicieron mentos de origen oriental llevados por los pueblos bárbaros seguidas en el resto de la Península, dominada por los visi-
Madrid, los Archivos Históricos Provinciales y Archivos que en sus orígenes no concuerde completamente con los en su avance imparable hacia el Finisterrae y que en algunos godos arrianos.
Municipales de las principales ciudades y villas gallegas—, modelos monásticos orientales que acabarían imponiéndose casos pervivieron en sus cristianización. Mantener estas peculiaridades fue posible hasta la con-
así como también los Archivos Capitulares de las catedrales por toda Europa. No podemos descartar, sin embargo, la lle- quista del reino suevo por los visigodos en 585. Con la pos-
y los histórico-diocesanos. gada de la influencia de estos modos de vida y ordenación terior conversión de estos al cristianismo, Galicia entró de
En todos ellos permanece una buena parte de la docu- litúrgica, a través de los peregrinos gallegos que acudieron a
IMPULSORES DE LA CREACIÓN DE UN lleno en los usos y ritos de este pueblo, promoviéndose la
mentación monástica de Galicia todavía sin estudiar, por lo visitar Tierra Santa, como fueron Avito, Baquiario, Idacio,
ORDENAMIENTO LITÚRGICO COMÚN unidad litúrgica de toda la Península a partir del IV Concilio
que, a la hora de abordar un panorama general del papel Orosio y sobre todo la monja Eteria (Egeria), u otros lugares Tras los convulsos tiempos de herejía vividos en la de Toledo, que tuvo lugar en el año 633. Fue entonces cuan-
desempeñado por la música en la vida ceremonial cotidiana santificados. Gallaecia sueva del siglo V, los principales impulsores del pri- do toda la antigua Hispania adoptó sin excepción el llamado
de estos centros, tenemos que hacer hincapié en la necesidad mitivo monacato en Galicia fueron los obispos de Braga, San rito hispano-visigodo o mozárabe, hasta que en 1080 o 1081
de establecer previamente un mapa global de la distribución Martín Dumiense (ca. 515-580), a partir de la segunda mitad el Concilio de Burgos decidió implantar en el territorio la lla-
de las fuentes que contienen documentación musical en los
PEREGRINOS GALLEGOS del siglo VI, y sobre todo San Fructuoso († 665), en la prime- mada lex romana, común ya al resto de Europa por la labor
diferentes archivos. A partir de ello sería posible trazar las Eteria, religiosa de familia noble, parece que fue abadesa ra mitad del siglo siguiente. La labor del primero fue de unificadora llevada a cabo por Pipino el Breve y su sucesor
líneas de un riguroso proceso de investigación necesaria- de una comunidad femenina posiblemente situada en El enorme importancia en la creación desde su cátedra de un Carlomagno en colaboración con los pontífices romanos
mente lento y laborioso, pero que supondría un avance nota- Bierzo cuando en el siglo IV esta zona formaba parte de la ordenamiento litúrgico común que afectase a toda la antigua Esteban II y León III, y cuya principal consecuencia fue la
ble en el conocimiento de esta faceta tan importante como Gallaecia. Egeria peregrinó en el año 383 hasta Tierra Santa y provincia romana y que puede considerarse entre los ritos imposición de los ritos dictados desde la ciudad eterna.
casi desconocida de nuestra cultura. recogió las impresiones de su largo y arriesgado viaje en un primitivos propios de la Iglesia católica, al igual que sucedió Como sucedió en otros territorios (pero especialmente en la
Itinerarium que ha llegado hasta nosotros en un códice del en la Galia, Milán o en otras diócesis y reinos asentados Galia), en toda la Península la nueva ordenación devocional
siglo XI, localizado en 1883 en la Biblioteca della Fraternita sobre el antiguo Imperio. De hecho, en la Hispania de ese y litúrgica conllevó una serie de problemas derivados de la
dei Laici de Arezzo, aunque seguramente proceda de la momento, había dos tradiciones litúrgicas de gran peso: la renovación y sustitución de unos ritos muy arraigados en el
importante biblioteca del monasterio de Montecasino. Tan de la Gallaecia, que se correspondía con el reino de los suevos clero —tanto en sus elementos textuales como melódicos—
peculiar crónica de viaje es una de las fuentes históricas más y con la diócesis de Braga a su frente, y la Tarraconense o por otros nuevos, lo que se hizo además en un período breve
importantes para establecer cómo eran las liturgias cristianas visigoda. de tiempo.
originarias difundidas por el naciente y que precedieron a la La Regla de San Fructuoso aportó, por su parte, una Hasta ese momento, en toda Hispania la letra que se utili-
multiplicidad de ritos asentados en Europa, antes de la gran intensificación de la vida de oración, por medio de un mayor zaba para escribir códices era la escritura visigoda, que en
Reforma Gregoriana del siglo X. Por su lenguaje cuidado y número de horas litúrgicas que las usuales, con la observan- los últimos decenios del siglo XI fue sustituida por la letra
su estilo marcadamente narrativo, la crónica de Egeria pare- cia de la prima y el añadido de las horas segunda y duodé- carolingia, de lectura mucho más fácil y extendida por los
ce concebirse, de manera específica, pensando en que fuese cima, cada una de ellas con una compleja estructura ceremo- reinos hispanos a través de los monjes de Cluny en su poco
leída a su vuelta por sus hermanas de comunidad, a las cua- nial. En todas era fundamental el canto de los salmos tanto exitoso intento evangelizador pro romano de estas tierras. A
les se dirige de manera constante, transmitiéndoles con ver- en un solo coro como en dos, es decir, de manera antifonal pesar de ello, en las catedrales de Santiago y Ourense, en el
dadero lujo de detalles todo el valor testimonial y espiritual con sus respectivos responsorios —un elemento de origen Archivo Histórico Provincial de esta misma ciudad y como
de su experiencia. La gran propiedad en los usos terminoló- particularmente oriental, que ya describe Egeria en su suponemos que pasa en los otros archivos gallegos que
gicos de sus descripciones ha hecho pensar a los estudiosos Itinerario respecto de Jerusalén—: el de los Laudes como cán- todavía tienen sin estudiar este aspecto, se conserva una
en su familiaridad con un tipo de liturgia parecido a los ritos ticos esencialmente aleluyáticos y las Benedictiones. nutrida colección de fragmentos de códices pertenecientes a
de los que fue testigo, especialmente en la ciudad santa de El interés por unificar la liturgia local sin apartarse estos años de tránsito del siglo XI al XII donde se contienen
Jerusalén —Oficio de las Horas, Epifanía, Presentación, mucho de la ortodoxia marcada por Roma había comenza- ya las formas de los ritos romanos, con sus anotaciones
Cuaresma, liturgia de la Semana Mayor o Semana Santa, do en la Gallaecia unos años antes del establecimiento del musicales escritas en neumas de una perfecta tradición aqui-
Pascua, Fiesta de la Dedicación, Catequesis y Bautismo—, dumiense, con las consultas entre 537 y 539 del metropolita- tana, que será la que acabará imponiéndose a partir de este
con continuas alusiones a la presencia en ellos de cánticos: no de Braga, Profuturo, a Virgilio, pontífice romano, referi- momento. Pero a pesar de ello su escritura alfabética sigue
Superior: DETALLE DEL libro de horas DE ALFONSO EL MAGNÁNIMO
224 D E C Ó D I C E S , VO C E S Y Ó R G A N O S : U N E S T U D I O M U S I CA L S O B R E L O S M O NA S T E R I O S , C O N V E N TO S Y C O L E G I ATA S G A L L E G O S
comisionándose a uno de los cardenales capitulares para que
los recogiese y guardase. Este dato, además, da relieve a
otros que en principio pueden parecer anecdóticos pero que
proceden también de este centro: la biblioteca capitular de
esta catedral custodia un valioso libro de misas, provenien-
te del monasterio y que llegó a su nuevo destino seguramen-
te con la exclaustración. Se trata de un magnífico ejemplar,
editado por Iacobus Modernus en Lyon en 1540, al que, en la
parte baja de la orla tipográfica de su página de inicio, se le
añadió a mano el compás y el espejo, símbolos del monaste-
rio celanovense.
El libro contiene misas y motetes de conocidos composi-
tores franceses de ese siglo —como Pierre Moulou, Françoise
de Layole, Jean Richafort, Jean Mouton, Guillaume Prévost,
Clément Ianequin, Pierre de Viliers, Antoine Gardane y otros
(Sartón, Lupus)— adornados con preciosas miniaturas
impresas con motivos religiosos, y numerosos añadidos y
correcciones manuales (sobre texto y música), sintomáticos
de haber sido bastante utilizado, además de anotaciones
manuscritas de carácter doctrinal, aunque muy confusas, en
sus páginas finales.
Por último, es posible que este monasterio sea también el
origen de las Completas a 8 voces distribuidas en dos coros
de Joan Cererols que conserva el archivo de música catedra-
licio. Esta colección de partichelas, que contiene los salmos
de dicho oficio, es la única muestra que tenemos en Galicia
de una composición de este monje montserratino que fue
uno de los más importantes compositores del siglo XVII en
MONASTERIO DE SAN SALVADOR España. Su origen parece directamente catalán —segura-
DE CELANOVA mente del propio Montserrat— y probablemente fueron traí-
La relación de este último centro con la capilla de la cate- das por algún monje desde allí, ya que cuentan con indica-
dral ourensana aporta también una serie de datos que permi- ciones sobre su interpretación escritas en esa lengua.
te suponer que en este monasterio hacia finales del siglo XVI Podemos dar por cierta su procedencia monástica —celano-
se cantaba la mejor polifonía del momento, como también se vense o no— aunque cabe barajar esta hipótesis dada la
hacía en la propia catedral: Duro Peña transmite que, en importancia del espolio de este centro, que pasó a la catedral
1593, las actas capitulares de la sede auriense recogen la noti- con la exclaustración, además, por el hecho de que en su por-
cia de como “los libros de Morales de canto de órgano, nue- tada lleva escrita la leyenda: Completas de mi padre maestro Fr.
vos y viejos, andan perdidos, y uno de ellos en Celanova”, Juan Cereroles monje benito.
Superior: OBRA CON MÚSICA DEL SIGLO XVI QUE SE GUARDA EN LA BIBLIOTECA DE LA CATEDRAL DE OURENSE Y QUE, SEGURAMENTE, PROCEDE DEL MONASTERIO DE
SAN SALVADOR DE CELANOVA (OURENSE). Derecha: ÓRGANO DE LA IGLESIA DEL MONASTERIO DE SAN SALVADOR DE CELANOVA (OURENSE)
226 D E C Ó D I C E S , VO C E S Y Ó R G A N O S : U N E S T U D I O M U S I CA L S O B R E L O S M O NA S T E R I O S , C O N V E N TO S Y C O L E G I ATA S G A L L E G O S
Son, en definitiva, datos aislados, como lo son también el Tanto durante las desamortizaciones como durante la
nombre de algunos de los cantores que vivieron o profesaron exclaustración de 1835, muy pocas de estas colecciones que-
en Celanova a lo largo de los siglos y que aporta Zaragoza daron intactas, ya que a estos cantorales tan abundantes
Pascual, tomándolos de modo directo del Archivo de la injustamente se les dio muy poco valor, siendo muchos de
Congregación de San Benito de Valladolid, conservado en ellos saqueados y vendidos —a veces como pergamino a
Silos: fray Rosendo Carrasco, fray Felipe Pérez, fray Juan de peso—, e incluso una buena parte comprados por extranje-
Vilar, todos ellos profesos en 1613, siendo el último también ros… Como puede observarse, una auténtica barbaridad his-
prior y maestro de novicios; fray Pedro Ruiz de Ibarreta, tórica cuyas consecuencias son irreversibles. Por ello, en
monje proveniente del monasterio de Nájera, profeso en algunos casos, como pueden ser las bibliotecas de los merce-
1634 y maestro de coro en Celanova hacia 1660; fray darios de San Xoán de Poio, o de los cistercienses de Santa
Jacinto Díez, profeso de Celanova María a Real de Oseira (con anti-
que fue cantor del monasterio de quísimos ejemplares que se
San Benito de Sevilla y falleció remontan al siglo XV), existen
en esa ciudad en 1731; fray enobios próximos so- cantorales antiguos que fue-
Agustín Azero, vallisoletano, ron adquiridos por la comuni-
también profeso en San
licitaban a los músi- dad en tiempos modernos
Salvador; Leandro y Vicente cos catedralicios para enriquecer sus fondos,
Rodríguez, naturales de Tui que pero que nunca pertenecieron
tomaron hábito en 1765 y 1767 a dichos monasterios.
respectivamente, profesando Los referentes a Celanova
como cantores; o fray Juan de Valenzátegui, nacido en Oñate, cobran especial valor si se enmarcan en el contexto de la
quien tomo hábito en 1817 y fue cantor mayor del monaste- reforma de la orden benedictina llevada a cabo primero por
rio. el obispo de Catania (que lo visitó en 1490) y después por la
El monasterio de Celanova nos ha legado, además, una Congregación de San Benito de Valladolid. Esta congrega-
colección de 21 cantorales en pergamino, de gran tamaño, ción concedía mucha importancia al canto en la liturgia,
escritos en canto llano entre los siglos XVII y XVIII y que como se demuestra a través de las diferentes constituciones,
eran los que, al igual que sucedía en las catedrales y colegia- capítulos y otros documentos emanados a lo largo de los
tas, se colocaban en el facistol central del coro para las partes siglos XVI al XVIII. En ellos encontramos constantes referen-
de canto colectivo en los oficios y misas. cias a la presencia de canto llano en los oficios y al empeño
Otras colecciones similares, aunque muy variables en que los monjes debían poner en su estudio e interpretación.
ejemplares e importancia, son las de los monasterios de San Un caso donde se pone de relieve la complejidad de estas
Paio de Antealtares, San Martiño Pinario, San Xoán de Poio prácticas musicales, y el cultivo en los monasterios benitos
o San Benito de Lérez en Pontevedra (esta última depositada de la polifonía, puede verse en el Capítulo General que la
en el museo de la ciudad), Sobrado en A Coruña, Samos en Congregación celebró en 1583, donde se ordenó que en la
Lugo, Xunqueira de Ambía u Oseira en Ourense, y en gene- iglesia siempre se cantara en “canto llano y en ninguna manera
ral las de todos los centros monásticos gallegos donde se han canto de órgano” (es decir, polifonía), con un resultado funes-
conservado libros similares, que eran de uso habitual en to, pues el acta del siguiente Capítulo General, celebrado tres
todas las comunidades. años después, habla de cómo:
Derecha: ÓRGANO DE LA CAPILLA DEL MONASTERIO DE NUESTRA SEÑORA DE VALDEFLORES (VIVEIRO, LUGO)
Izquierda: ÓRGANO DEL CONVENTO DE LA MAGDALENA (SARRIA, LUGO). Superior: ÓRGANO DE LA IGLESIA DE SAN ESTEVO DE RIBAS DE SIL (NOGUEIRA DE RAMUÍN,
OURENSE) // ÓRGANO DE LA IGLESIA DEL CONVENTO DE SAN FRANCISCO (SANTIAGO DE COMPOSTELA)
Izquierda: CORO Y ÓRGANOS DE LA IGLESIA DE SAN XULIÁN DE SAMOS (SAMOS, LUGO) // ÓRGANO DEL CORO DE LA IGLESIA DE LOS PADRES FRANCISCANOS DE LU-
GO. Derecha: ÓRGANO DE LA IGLESIA DE LA UNIVERSIDAD COMPOSTELANA
D E C Ó D I C E S , VO C E S Y Ó R G A N O S : U N E S T U D I O M U S I CA L S O B R E L O S M O NA S T E R I O S , C O N V E N TO S Y C O L E G I ATA S G A L L E G O S 247
— Monasterio de San Martiño Pinario (Santiago de
Compostela). Este caso que nos ocupa es realmente un
homenaje más visual que sonoro, ya que los órganos de San
Martiño Pinario ocultan tras sus fachadas una estructura rui-
nosa. Se trata de dos espléndidos instrumentos colocados de
manera enfrentada en el limitado espacio que ofrece el coro
de Mateo de Prado que se sitúa tras el altar mayor del tem-
plo. La profusión ornamental y cromática de sus cajas, así
como la fantasía de sus esculturas, hacen pensar en el esplen-
dor de su sonido en el pasado, y su visión de conjunto cons-
tituye una de las estampas más impresionantes de la
Compostela barroca.
La caja de cada uno de ellos se estructura en siete calles,
todas ellas cóncavas a excepción de la central, destacando
una excepcional capacidad para adaptarse al difícil espacio
limitado por abajo con la tribuna situada sobre el coro y la
curva de la bóveda en la parte superior en un efecto magní-
fico, que confunde los límites de la escultura y la arquitectu-
ra. Los dos instrumentos fueron realizados, en 1773, por el
maestro organero tudense fray Manuel Rodríguez de
Carbajal y el taller de Miguel de Romay se encargó de la ela-
boración de sus magníficas cajas. Hay entre ellos alguna
diferencia: es más potente en posibilidades musicales el que
se sitúa al lado de la Epístola, que sería seguramente utiliza-
do en ocasiones más solemnes, mientras que su compañero
lo debió ser de una manera más cotidiana.
Ambos órganos sufrieron los rigores de la invasión napo-
leónica y de la posterior exclaustración, durante las que reci-
bieron brutales agresiones que acabaron destrozándolos por
completo, a pesar de lo cual —indica Filgueira— fueron ala-
bados por la gran clavicembalista polaca Wanda Landowska
(1879-1959) en una visita que hizo a Santiago durante una de
sus estancias a España. A la vista de su inutilidad, y dada la
necesidad ya comentada de la presencia del órgano en la
liturgia de los monasterios, al lado del de la Epístola, el ilus-
tre organero compostelano Mariano Tafall construyó, a fina-
les del siglo XIX, otro órgano de menores dimensiones y
mayor sobriedad, pero con mayores recursos expresivos, al
uso del gusto musical de la época, a pesar de su también
lamentable estado de conservación.
Superior: ÓRGANO DE LA IGLESIA DEL CONVENTO DE SANCTI SPIRITUS (MELIDE, A CORUÑA). Derecha: RESTOS DEL CORO DE LA COLEGIATA DE SANTA MARÍA DE XUNQUEIRA
DE AMBÍA (OURENSE). Siguiente: CORO DEL CONVENTO COMPOSTELANO DE SAN PAIO DE ANTEALTARES, CUYO ÓRGANO FUE FABRICADO EN 1782
especial a los monasterios. Una buena parte de ellos, sobre ANDRADE CERNADAS, J. M.: Monxes e mosteiros na Galicia Medieval. Castille”, Estudios dedicados a Menéndez Pidal, vol. II, Madrid, 1951. 503-565.
todo los que se encontraban fuera de las ciudades, fueron Santiago de Compostela, Servicio de Publicacións e Intercambio Científico,