Está en la página 1de 8

ESQUIZOFRENIA, TRASTORNO

ESQUIZOFRENIFORME Y TRASTORNO
DELIRANTE (PARANOIDE)

PSICOPATOLOGIA DE LOS ADULTOS II

ALUMNA: IRAIS ESMERALDA PENILLA ROBLES


[Dirección de la compañía]
La esquizofrenia y sus trastornos relacionados han sido reconocidos en la mayoría
de las culturas y descritos a través de la historia documentada. Para los clásicos,
los términos manía y frenesí eran términos genéricos que se referían a un amplio
catálogo de enfermedades psicóticas. Retratos literarios tales como el de la locura
de Orestes en la Orestíada de Esquilo y el de las musitaciones del Pobre Tom en
el Rey Lear, nos muestran que las psicosis graves han sido reconocidas desde
hace muchos años hasta por el pueblo llano. Aparecen descripciones más
técnicas en libros como el Descubrimiento de la Brujería de Reginald Scot en el
siglo XVI o en los escritos clásicos de Phillipe Pinel del siglo XVIII.
Aunque otros autores como Karl Ludwig Kahlbaum (1828-1899) habían rondado
anteriormente el tema de los diferentes subtipos de psicosis, Emil Kraepelin (1856-
1926) es considerado generalmente como el definidor de la esquizofrenia,
principalmente en cuanto al curso y desenlace de la misma. Entre los pacientes
afectos de grave enfermedad mental, que trataba en Dorpat y más tarde en
Heidelberg y Munich, Kraepelin observó que algunos de ellos empezaban con
síntomas tales como delirios y vacío afectivo a una edad relativamente temprana y
que estos pacientes tenían con mayor probabilidad un curso crónico y
deteriorante. Trabajó estrechamente con su colega Alois Alzheimer (1864-1915) ,
quien estudiaba pacientes con grave deterioro cognitivo y deterioro de inicio en
edad más tardía. Hoy en día estos pacientes se dice que están afectos de la
enfermedad de Alzheimer. Con el fin de distinguir los pacientes que desarrollaban
s u «demencia» a una edad temprana de los que la iniciaban tardíamente,
Kraepelin se refirió a los primeros casos como afectos de «demencia precoz» .
Kraepelin diferenció la demencia precoz, no sólo de la enfermedad de Alzheimer,
sino también de un tercer grupo de enfermedades a las que denominaba
«enfermedad maníaco-depresiva» . La enfermedad maníaco-depresiva se
distinguía de la demencia precoz en que su inicio podía darse a lo largo de la vida
y en que su curso era más episódico y menos deteriorante.
La importancia de realizar la distinción entre la demencia precoz y la enfermedad
maníaco-depresiva fue rápidamente establecida debido a su utilidad pronóstica y
sigue siendo una de las distinciones más fundamentales en la psiquiatría
moderna. Sin embargo, a instancias de Eugen Bleuler (19857-1939), se cambió la
denominación de demencia precoz por la de «e s q u i z o f r e n i a» . B l e u l e r,
quien también afinó su habilidad clínica y diagnóstica a través de la estrecha
observación de un gran número de pacientes a lo largo de extensos períodos de
tiempo, estaba convencido de que para definir la esquizofrenia era más importante
el estudio transversal de los síntomas que su curso y desenlace. Recalcó que la
anormalidad fundamental y unificadora en la esquizofrenia era el deterioro
cognitivo, al cual metafóricamente conceptualizó como una «d i s o c i a c i ó n» o
una «r e l a j a c i ó n» en la «fábrica de los pensamientos». Por este motivo
pensaba que el «trastorno del pensamiento» era el síntoma esencial y
patognomónico de la esquizofrenia y denominó la enfermedad a partir de este
síntoma: e s q u i z o f r e n i a, es decir, división de la capacidad mental. Bleuler
también creía que el aplanamiento afectivo, el pensamiento peculiar y
distorsionado (autismo), la abulia, el deterioro atencional y la indecisión conceptual
(ambivalencia) eran prácticamente de la misma importancia. A este grupo de
síntomas se refirió como al «f u n d a m e n t a l» , m i e ntras que otros síntomas
tales como los delirios y las alucinaciones los consideró «a c c e s o r i o s» , ya
que también podían darse en otros trastornos como en la enfermedad maníaco-
depresiva. Por otro lado, Bleuler señaló que algunos pacientes con esquizofrenia
se recuperan totalmente mientras que otros tienen un curso relativamente crónico
pero no se deterioran. Finalmente añadió que había estudiado pacientes en los
que los síntomas de esquizofrenia habían empezado a los veinte, treinta y
cuarenta años. Por todas estas razones, la denominación de esquizofrenia parece
preferible a la de demencia precoz.
Las ideas de Bleuler adquirieron una aceptación creciente tras la publicación en
1911 del que es su clásico como libro de texto, Dementia Praecox, or the Group of
Schizophrenias, y que durante décadas constituyó la descripción estándar de la
esquizofrenia en la mayor parte de Europa, incluyendo Inglaterra, y en los Estados
Unidos. Varias generaciones de psiquiatras aprendieron a recitar las «Cuatro A»
de Bleuler (en ocasiones extendidas a cinco o seis si se quería reflejar de forma
más fidedigna lo que Bleuler propugnó): asociaciones, afecto, autismo y
ambivalencia. De entre ellas se consideraba la más importante el trastorno del
pensamiento, o las asociaciones laxas. A diferencia de los delirios y las
alucinaciones, los síntomas bleulerianos fundamentales forman un continuo con la
normalidad y pueden presentarse en formas relativamente moderadas, y algunos
de ellos, tal como la ambivalencia, pueden encontrarse corrientemente incluso en
individuos normales. En consecuencia, a medida que la psiquiatría cobraba ímpetu
y se consolidaba durante el período de la posguerra y durante las décadas de los
cincuenta y los sesenta, fueron desarrollándose una definición y una
conceptualización cada vez más amplias de la esquizofrenia. Este fenómeno
ocurrió especialmente en los Estados Unidos, donde conceptos tales como
«esquizofrenia latente» y «esquizofrenia pseudoneurótica» venían siendo
prominentes.
Hacia finales de los sesenta hubo una serie de factores que intervinieron en el
clima de cambio. Gracias a los estudios comparativos sobre la práctica diagnóstica
en los Estados Unidos, Inglaterra y otras naciones, los americanos se dieron
cuenta de que sus diagnósticos eran demasiado amplios e imprecisos. Por
ejemplo, el Proyecto de Diagnóstico Estados Unidos/Gran Bretaña (Cooper y col.,
1972) permitió entender por qué la prevalencia de la esquizofrenia era mayor en
Nueva York que en Londres y ocurría a la inversa con el trastorno maníaco-
depresivo. Los investigadores se encontraron con que algunos pacientes recibían
diagnósticos distintos en países distintos debido a diferencias teóricas y de
concepto en los diferentes sistemas diagnósticos. En el Estudio Piloto
Internacional sobre la Esquizofrenia (International Pilot Study of Schizophrenia
IPSS; World Health Organization, 1975) , en el que se estudió la esquizofrenia en
nueve países, se puso de manifiesto que en siete de los nueve países se
utilizaban criterios similares, pero en los Estados Unidos y en la Unión Soviética
los criterios eran más amplios.
En el contexto de estos estudios, surgió el interés por la fiabilidad diagnóstica
que condujo a la creación de entrevistas estructuradas como el P r e sent State
Examination ( PSE; Wing y col., 1967). Las entrevistas estructuradas requerían
una definición de los síntomas que asegurara mayor acuerdo entre dos clínicos
distintos. Los síntomas bleulerianos no se ajustaron a tales técnicas debido a su
amplitud e imprecisión. En cambio, el uso de los delirios y las alucinaciones
como características definitorias ponía el énfasis en fenómenos claramente
discontinuos de la normalidad y que son relativamente fáciles de identificar. El
PSE ayudó a introducir los conceptos del psiquiatra alemán Kurt Schneider
(1887-1967) y su énfasis en los «síntomas de primer rango» en el mundo
angloparlante. Estos factores contribuyeron a remodelar el concepto de la
esquizofrenia en forma de un trastorno psicótico relativamente grave que se
acercaba a las ideas originales de Kraepelin.
Finalmente, y quizás lo más importante, fue que el desarrollo de tratamientos
eficaces como los neurolépticos, los antidepresivos y en su momento el
carbonato de litio, hizo del diagnóstico un tema clínico importante. Si un
paciente con un trastorno bipolar o con depresión era diagnosticado
erróneamente de esquizofrénico por causa de atenerse a un concepto
excesivamente amplio, podía verse privado del tratamiento más eficaz para su
enfermedad y ser potencialmente condenado a un curso innecesariamente
crónico de la misma.
Tal como esta breve revisión histórica indica, el concepto de esquizofrenia ha
variado enormemente a través del tiempo y el espacio. La definición de
Kraepelin era concisa y restringida. Para él, la demencia precoz era una
enfermedad cuya edad de inicio característica era la primera década o a
principios de la segunda, que era progresiva de forma ininterrumpida y que
conducía, durante gran parte de su trayectoria, a un deterioro cognitivo y
emocional relativamente grave. Kraepelin creía que este trastorno sería
entendido algún día a través de mecanismos cerebrales neuropatológicos dado
el carácter relativamente grave de su curso. A pesar de que recalcó la
importancia del deterioro cognitivo («d e m e n c i a»), no escogió ningún
síntoma como característico o patognomónico; más bien, su descripción de los
fenómenos clínicos apunta a una combinación de ideas delirantes,
alucinaciones, signos y síntomas motores, aplanamiento emocional, abulia,
retraimiento social, etc. Las ideas de Bleuler por lo contrario, ampliaron el
concepto y simultáneamente acentuaron la importancia de un grupo de
síntomas relativamente más restringido. No sólo eso, sino que mientras
Kraepelin daba importancia a características longitudinales del trastorno como
el curso y el pronóstico, Bleuler minimizaba su importancia. En los setenta, el
énfasis en los síntomas schneiderianos reintrodujo otro grupo de síntomas
transversales, ideas delirantes específicas y alucinaciones que era bastante
distinto de los síntomas de Bleuler.
TRASTORNO ESQUIZOFRENIFORME
Los síntomas característicos del trastorno esquizofreniforme son idénticos a los de
la esquizofrenia (Criterio A). El trastorno esquizofreniforme se distingue por su
diferente duración: la duración total de la enfermedad, incluidas las fases
prodrómica, activa y residual, es de al menos 1 mes pero menor de 6 meses
(Criterio B). El requisito de duración del trastorno esquizofreniforme se encuentra
entre el del trastorno psicótico breve, que dura más de 1 día y remite antes de 1
mes, y el de la esquizofrenia, que dura al menos 6 meses. El diagnóstico de
trastorno esquizofreniforme se realiza en dos situaciones: 1) cuando un episodio
de la enfermedad dura entre 1 y 6 meses y el sujeto ya se ha recuperado, y 2)
cuando un individuo tiene síntomas durante menos de los 6 meses requeridos
para diagnosticar una esquizofrenia pero todavía no se ha recuperado. En este
caso, el diagnóstico debe anotarse como "trastorno esquizofreniforme
(provisional)", puesto que no es seguro que el individuo vaya a recuperarse del
trastorno dentro del período de 6 meses. Si la alteración persiste más allá de los 6
meses, el diagnóstico debe cambiarse a esquizofrenia.
Otra característica que distingue al trastorno esquizofreniforme es la ausencia de
un criterio que requiera deterioro del funcionamiento social y laboral. Aunque, en
potencia, dichas alteraciones puedan estar presentes, no son necesarias para
diagnosticar el trastorno esquizofreniforme. Además de los cinco dominios
sintomáticos identificados en los criterios diagnósticos, la evaluación de los
dominios de síntomas cognitivos, depresivos y maníacos es fundamental para
realizar distinciones de importancia crítica entre los diferentes trastornos del
espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos.
ESQUIZOFRENIA
Los síntomas característicos de la esquizofrenia comprenden todo un abanico de
disfunciones cognitivas, conductuales y emocionales, aunque ningún síntoma
concreto es patognomónico del trastorno. El diagnóstico conlleva la identificación
de una constelación de signos y síntomas asociados con un deterioro del
funcionamiento laboral o social. Los sujetos con este trastorno variarán de manera
sustancial en la mayoría de las características, ya que la esquizofrenia es un
síndrome clínico heterogéneo. Al menos dos de los síntomas del Criterio A deben
estar presentes durante una proporción de tiempo significativa, durante un período
de 1 mes o más. Al menos uno de esos síntomas debe ser la presencia clara de
delirios (Criterio Al), alucinaciones (Criterio A2) o discurso desorganizado (Criterio
A3). También se pueden presentar comportamientos muy desorganizados o
catatónicos (Criterio A4) y síntomas negativos (Criterio A5). En las situaciones en
las que los síntomas de la fase activa remiten antes de 1 mes en respuesta al
tratamiento, el Criterio A se sigue cumpliendo si el clínico estima que habrían
persistido en ausencia de tratamiento. La esquizofrenia implica un déficit en una o
más áreas principales del funcionamiento (Criterio B). Si el trastorno se inicia en la
infancia o en la adolescencia, no se alcanza el nivel de funcionamiento esperado.
Puede resultar útil comparar al individuo con los hermanos no afectos. La
disfunción persiste durante un período sustancial a lo largo del curso del trastorno
y no parece ser el resultado directo de ningún síntoma concreto. La abulia (es
decir, la disminución de la motivación para realizar actividades dirigidas a lograr
una meta, Criterio A5) está relacionada con la disfunción social descrita en el
Criterio B. También hay muchos datos que relacionan la disfunción cognitiva
(véase más adelante la sección "Características asociadas que apoyan el
diagnóstico" de este trastorno) y los déficits en el funcionamiento de los individuos
con esquizofrenia.
Algunos signos del trastorno deben persistir durante un período de tiempo
continuo de al menos 6 meses (Criterio C). Los síntomas prodrómicos a menudo
preceden a la fase activa y puede haber síntomas residuales posteriores, que
consisten en formas leves o por debajo del umbral de alucinaciones o delirios. Los
sujetos pueden expresar una variedad de creencias poco habituales o extrañas
que no son de proporciones delirantes (p. ej., ideas referenciales o pensamiento
mágico); pueden tener experiencias perceptivas poco habituales (p. ej., sentir la
presencia de una persona que no está a la vista); su discurso puede ser
comprensible en general, pero difuso; su comportamiento puede ser poco habitual,
pero no muy desorganizado (p. ej., murmurar en público). Los síntomas negativos
son comunes en las fases prodrómica y residual y pueden ser graves. Los
individuos que habían sido socialmente activos pueden retraerse de sus hábitos
previos. Estos comportamientos a menudo son el primer signo del trastorno. Los
síntomas del estado de ánimo y los episodios del estado de ánimo completos son
comunes en la esquizofrenia y pueden ser concurrentes con la sintomatología de
la fase activa. Sin embargo, a diferencia de un trastorno del estado de ánimo con
características psicóticas, el diagnóstico de esquizofrenia requiere la presencia de
delirios o alucinaciones en ausencia de episodios del estado de ánimo. Además,
los episodios del estado de ánimo, en total, deben estar presentes sólo durante
una parte minoritaria de la duración total de los períodos activo y residual de la
enfermedad. Además de los cinco dominios sintomáticos identificados en los
criterios diagnósticos, la evaluación de los dominios de síntomas cognitivos,
depresivos y maníacos es fundamental para realizar distinciones de importancia
crítica entre los diferentes trastornos del espectro de la esquizofrenia y otros
trastornos psicóticos.
TRASTORNO DELIRANTE (PARANOIDE)
La característica esencial del trastorno delirante es la presencia de uno o más
delirios que persisten durante al menos 1 mes (Criterio A). No se realiza el
diagnóstico de trastorno delirante si el sujeto ha tenido alguna vez una
presentación clínica que cumpliese el Criterio A de la esquizofrenia (Criterio B).
Aparte del impacto directo producido por los delirios, el deterioro del
funcionamiento psicosocial puede estar más circunscrito que en otros trastornos
psicóticos, como la esquizofrenia, y el comportamiento no es manifiestamente
extravagante o extraño (Criterio C). Si se producen episodios del estado de ánimo
de manera simultánea a los delirios, la duración total de estos episodios del estado
de ánimo es breve en comparación con la duración total de los períodos delirantes
(Criterio D). Los delirios no se pueden atribuir a los efectos fisiológicos de una
sustancia (p. ej., la cocaína) o de otra afección médica (p. ej., la enfermedad de
Alzheimer), y no se explican mejor por otro trastorno mental, como el trastorno
dismórfico corporal o el trastorno obsesivo-compulsivo (Criterio E). Además de los
cinco dominios sintomáticos identificados en los criterios diagnósticos, es
fundamental la evaluación de los dominios de los síntomas cognitivos, depresivos
y maníacos para llevar a cabo las distinciones que tienen importancia crítica entre
los diferentes trastornos del espectro de la esquizofrenia y otros trastornos
psicóticos.

CONCLUSIONES
DE ACUERDO A LO QUE LEI EN EL CAPÍTULO 12 DEL TRATADO DE
SIQUIATRÍA Y A ALGUNOS OTROS ARTÍCULOS QUE LEÍ Y APOYANDOME
TAMBIÉN EN EL DSM-V PUEDO CONCLUIR QUE LA ESQUIZOFRENIA ES LA
SICOSIS MAS CONOCIDA O COMUN PARA LA GENTE Y SE CARACTERIZA
PORQUE ES UNA RUPTURA CON LA REALIDAD, ES DECIR SE PIERDE LA
CONSCIENCIA DE LO QUE ES REAL Y LO QUE NO ES REAL Y SE TIENEN
ALUCINACIONES Y SI LAS PERSONAS QUE ESTAN EN CONTACTO CON EL
PACIENTE EQUIZOFRENICO LE DICEN QUE ESAS ALUCIONES NO SON
REALES, EL PACIENTE PUEDE REACCIONAR DE MANERA VIOLENTA Y
PUEDE INCLUSO SER PELIGROSO.
LA ESQUIZOFRENIA SE CARACTERIZA POR 2 TIPOS DE SINTOMAS, LOS
POSITIVOS QUE SON LOS QUE PERMITEN AL SIQUIATRA DEFINIR QUE EL
PACIENTE PADECE DE ESTE TRASTORNO, ESTOS SINTOMAS POSITIVOS
SON LAS ALUCINACIONES AUDITIVAS, SI LAS ALUCINACIONES SON
VISUALES ENTONCES EL SIQUIATRA TIENE QUE PREVEER QUE LA
PERSONA TIENE ALGUN PROBLEMA NEUROLOGICO O BIEN QUE LA
SICOSIS ESTE SIENDO INFLUENCIA POR ALGUN TIPO DE MEDICAMENTO
O POR CONSUMO DE SUSTANCIAS SICOTROFICAS.
LOS SINTOMAS NEGATIVOS SON CUANDO EL PACIENTE NO TIENE
ALUCINACIONES, SOLO SE VUELVE UNA PERSONA RETRAIDA Y AUSENTE,
SE AISLA DE LA GENTE Y SE ENSIERRA EN SU CUARTO.
LA ESQUIZOFRENIA ES UNO DE LOS TRASTORNOS QUE DEFINIERON A LA
SIQUIATRIA, EN NUESTRO PAÍS CERCA DEL 1 % DE LA POBLACIÓN LA
PADECE Y ES EN LOS HOMBRES EN LOS QUE SE DA CON MAYOR
FRECUENCIA; LOS HOMBRES INICIAN ESTE PADECIMIENTO ENTRE LOS 12
Y LOS 15 O 20 AÑOS DE EDAD Y LAS MUJERES ENTRE LOS 20 Y 30 AÑOS.
PUEDE EXISTIR UNA PREDISPOSICIÓN GENÉTICA A LA ENFERMEDAD, SI
LOS PADRES PADECEN DE ESTE TRASTORNO, EXISTE UN 60% DE
PROBABILIDAD DE QUE LOS HIJOS LA PADEZCAN.
NO EXISTE UNA CURA PARA ESTA ENFERMEDAD, EL TRATAMIENTO ES
PRINCIPALMENTE MEDICAMENTO PARA BAJAR LA DOPAMINA Y
MANTENER CONTROLADO AL PACIENTE.
EN LO PERSONAL CONSIDERO QUE ES MUY TRISTE CUANDO UN
INTEGRANTE DE LA FAMILIA PADECE DE ESTE TRASTORNO, YA QUE
DESTRUYE POR COMPLETO EL VINCULO DE LA FAMILIA, MI ESPOSO TIENE
UN CLIENTE QUE TIENE UN HIJO CON ESTE TRASTORNO Y CADA QUE VE
A SU CLIENTE MI ESPOSO QUEDA MUY IMPRESIONADO DE LAS COSAS
QUE LE PLATICA DE SU HIJO, EL SEÑOR A TENIDO QUE SEPARARSE DE SU
ESPOSA Y AHORA VIVE SOLO EN OTRA CASA PORQUE SU HIJO SOLO
PUEDE VIVIR CON LA MAMA, ELLA ES LA UNICA QUE LOGRA MANTENERLO
RELATIVAMENTE ESTABLE, AUNQUE EN VARIAS OCASIONES SU HIJO A
DESTRUIDO LA CASA Y GOLPEADO A SU PROPIA MAMA, Y
APARENTEMENTE EN EL HOSPITAL SIQUIATRICO NO LO QUIEREN RECIBIR
PARA ATENDERLO.

También podría gustarte