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Nota: Este material que puede ser usado por cualquier estudiante universitario, sólo debe
mencionar la fuente.
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INTERCULTURALIDAD A TRAVÉS DE LOS PUNTOS


DE CULTURA
CONTENIDO

I. El concepto Cultura.
1.1 La controversia en la conceptualización de Cultura.
1.2 El concepto Cultura en la UNESCO.
1.3 El concepto Cultura Viva en los Puntos de Cultura.
II. La Interculturalidad.
2.1 La Interculturalidad como superación del multiculturalismo.
2.2 La Interculturalidad en la normatividad nacional.
2.3 La Interculturalidad en las normas internacionales
III. Los Puntos de Cultura.
3.1 La Ley 30487- Ley de Promoción de Puntos de Cultura.
3.2 La concepción de Punto de Cultura.
3.3 Las 4E o dimensiones de los Puntos de Cultura.
IV. El concepto Cultura Viva en los Puntos de Cultura.
V. Política intercultural a través de los Puntos de Cultura.
VI. Conclusiones y Recomendaciones.
VII. Anexos.

ADVERTENCIA.

Es de advertir que la transcripción de varios textos de Celio Turino ( responsable de la


Secretaria de Ciudadanía Cultural del Brasil, durante el primer gobierno del Presidente
Lula) se justifica por ser el creador del diseño de los Puntos de Cultura del Programa
Cultura Viva en el Brasil, que sirvieron de base para que el Parlamento del MERCOSUR
Cultural aprobara (el año 2009) el Anteproyecto de Norma sobre el Programa de Puntos
de Cultura; enviado y puesto a consideración de los respectivos parlamentos nacionales.
Habiendo brotado en tierras brasileña, Puntos de Cultura resultaba aplicable a todos los
países latinoamericanos al constatarse que en todos ellos existen fenómenos culturales
similares.

En cuanto a la bibliografía, se ha recurrido a documentos oficiales del Ministerio de


Cultura, organismos internacionales (como la ONU, UNESCO, OIT), Gobiernos
Regionales, organismos públicos diversos e instituciones de la sociedad civil.
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I. EL CONCEPTO CULTURA.

1.1 La controversia en la conceptualización Cultura.

Desde el siglo XIX importantes sociólogos, antropólogos y etnólogos han debatido sobre
un asunto tan controversial como la Cultura, haciendo importantes contribuciones a su
conceptualización. Entre los muchos aportes se reconoce el del etnólogo Edward B. Tylor,
quien en su obra La Cultura Primitiva definió Cultura de la siguiente manera:

“… aquel todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el
derecho, las costumbres y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el
hombre. La situación de la cultura en las diversas sociedades de la especie humana, en la
medida en que puede ser investigada según principios generales, es un objeto apto para
el estudio de la leyes del pensamiento y la acción del hombre “.

Sin embargo, llegado los años 50 el término “Cultura” había dado lugar a más de
doscientas definiciones en el campo de las ciencias sociales. El proceso de llegar a una
definición universal, ajustada a la realidad y a los tiempos hubo de tardar más de treinta
años. Hicieron su contribución corrientes como los Evolucionistas, Culturalistas,
Funcionalistas-estructuralistas, Simbolistas, eco-evolucionistas, Materialistas culturales,
Iglesia católica, entre otras.

Como ilustración leamos, por ejemplo, lo que se expresó en el Concilio Vaticano II


(1965):

“Con la palabra Cultura se indica, en sentido general, todo aquello con lo que el hombre
afina y desarrolla sus innumerables cualidades espirituales y corporales; procura someter
el mismo orbe terrestre con su conocimiento y trabajo; hace más humana la vida social,
tanto en la familia como en toda la sociedad civil, mediante el progreso de las costumbres
e instituciones; finalmente a través de los tiempos expresa, comunica y conserva en sus
obras grandes experiencias espirituales y aspiraciones para que sirvan de provecho a
muchos, e incluso a todo el género humano “

1.2 El concepto de Cultura en la UNESCO.

Es de vital importancia claridad en el concepto Cultura porque -como veremos más


adelante- la actividad de los Puntos de Cultura se sustenta en el concepto de
Cultura en su sentido más amplio.

El concepto Cultura en su sentido más amplio aparece formulado en la Declaración de


la Conferencia Mundial sobre las Políticas Culturales, México D.F., 26 de julio - 6 de
agosto de 1982. Sería enriquecido a lo largo de los años siguientes.
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En la mencionada Declaración se lee:

“… la comunidad internacional ha decidido contribuir efectivamente al acercamiento entre


los pueblos y a la mejor comprensión entre los hombres.

“Así, el expresar su esperanza en la convergencia última de los objetivos culturales y


espirituales de la humanidad, la Conferencia conviene en:

• “que, en su sentido más amplio, la cultura puede considerarse actualmente como


el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y
afectivos que caracterizan a una sociedad o un grupo social . Ella engloba, además
de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales al ser
humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias,

•y que la cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que


hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente
comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través
de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un
proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente
nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden.”

El año 2001, la Declaración Universal de la UNESCO sobre Diversidad Cultural se


reafirmaría en esa misma concepción. Y en su capítulo VI se lee:

“Ciertamente no es fácil definir la diversidad cultural y para ello se requiere un amplio


debate en las esferas políticas, académicas y culturales. En el núcleo de su acepción,
siempre se llega al concepto de cultura, el cual tampoco ha sido fácil definir, pero sí
ha probado ser fuente de inspiración creativa . Los intelectuales occidentales, desde
hace tiempo, apoyan una visión restrictiva de que la cultura se refiere al escalón más alto
del patrimonio de una sociedad: literatura, pintura, arquitectura y artes tradicionales del
espectáculo (teatro, danza, ópera, etc.), las que debieran protegerse para mostrarlas a
una amplia variedad de audiencias. Los Ministerios de Cultura europeos fueron creados
en la última mitad del siglo XX con esta perspectiva en la mira. Los científicos sociales
progresivamente han ampliado el campo semántico de la palabra, para concebir la
cultura como un proceso de “incorporación”: reglas de conducta social y formas de
relación con otros y el mundo, que lentamente son asimiladas por cada miembro de
una comunidad dada. Gregory Bateson y Margaret Mead, dos de los antropólogos más
célebres del siglo XX, se preguntaron, mientras estaban investigando en la isla de Bali,
cómo un bebé podía “convertirse” en balinés, sólo con comer, jugar, dormir, caminar,etc.
La cultura ha llegado así a entenderse como la matriz fundamental de la vida en sociedad.
La UNESCO mantuvo la definición tradicional de “arte y letras” hasta principios de
los años ’80. La Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales de 1982
(MONDIACULT, Ciudad de México) supuso una ruptura importante al integrar
audazmente la cultura dentro de un marco antropológico. Así surgió la definición
generalmente admitida hoy: “[...] cultura comprende el conjunto de rasgos distintivos,
espirituales, materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o grupo
social, y [...] abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, las formas de
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vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y creencias”. Esta definición se ha
mantenido en el Preámbulo de la Declaración Universal de la UNESCO sobre Diversidad
Cultural.”

Allí, bajo la noción Patrimonio Cultural se “comprende las obras de sus artistas,
arquitectos, músicos, escritores y sabios, así como las creaciones anónimas, surgidas del
alma popular, y el conjunto de valores que dan sentido a la vida, es decir, las obras
materiales y no materiales que expresan la creatividad de ese pueblo; la lengua, los
ritos, las creencias, los lugares y monumentos históricos, la literatura, las obras de arte y
los archivos y bibliotecas."

Es interesante recordar como antecedente el Informe UNESCO titulado “Nuestra


Diversidad Creativa” del año 1996, en cuyo primer capítulo aparece, como epígrafe, el
siguiente texto:

“Cuando no se distingue entre “cultura” en el sentido humanista del término y “cultura” en


su acepción antropológica, es decir, el conjunto de rasgos distintivos que caracterizan
el modo de vida de un pueblo o de una sociedad, se origina gran confusión tanto en el
discurso académico como en el político. Desde el punto de vista antropológico la
expresión “relación entre cultura y economía” carece de sentido, puesto que la economía
forma parte de la cultura de un pueblo…” (Marshall Sahlins).

2. INTERCULTURALIDAD.

2.1 La Interculturalidad como superación del multiculturalismo.

Carlos Iván Degregori uno de nuestros más prestigiados científicos sociales sostiene que
“superados los estructuralismos duros y los paradigmas homogenizadores “, en relación al
tema de la diversidad cultural, el “multiculturalismo” ocupó el escenario produciendo
“torrentes bibliográficos” con serias repercusiones sociales y políticas.

“El multiculturalismo - escribe el mencionado antropólogo - como reivindicación del


derecho a la diferencia ha sido clave para fortalecer las autoestima de grupos
discriminados, conquistar derechos y desarrollar programas de acción afirmativa o
discriminación positiva. Pero tiende a concebir (y ayuda a construir) comunidades
homogéneas, nítidamente demarcadas y cerradas sobre sí mismas… su ideal es la
equidad en la relación entre grupos y la tolerancia hacia los Otros, más no el
enriquecimiento y la transformación mutua a partir de la interacción entre diferentes”. Es
en América Latina, a fines de la década del 70, donde surge el concepto de
“interculturalidad” (y “educación intercultural”) como superación del multiculturalismo. “El
término comienza a usarse- dice Degregori- en el campo de la educación,
específicamente en la educación bilingüe, en contraposición a la noción de biculturalidad
surgida en los EEUU”.

“Es cierto – dice Degregori citando a Luis Enrique López- que casi al mismo tiempo
aparece la noción “interculturalidad” en Europa; pero, claro está, menos rica que la
versión latinoamericana donde “antropólogos y lingüistas construíamos el imaginario de
una sociedad multiétnica, pluricultural y multilingüe en un momento en el cual nuestra
región redescubría el proyecto democrático y de ello surgía la necesidad de superar la
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exclusión y marginación históricas que había afectado a colectivos que, irónicamente, en


no pocos casos constituían verdaderas mayorías nacionales” El concepto
“interculturalidad” traspasó los linderos de la problemática educativa y terminó
ingresando al de la diversidad cultural, “enfatizando – afirma Degregori- la noción de
proceso, ubicándose en la historia y sorteando los esencialismos, avanzando de la mera
tolerancia a la posibilidad de enriquecimiento mutuo entre diferentes cada vez más
conectados por la globalización”.

Los textos han sido tomados de: “No hay país más diverso- Compendio de Antropología
Peruana”. Cap.1. IEP, Año 2000

2.2 La Interculturalidad en la normatividad nacional.

En el documento “Política nacional para la Transversalización del Enfoque Intercultural”,


aprobado con Decreto Supremo N°003-2015-MC, aparecen dos formulaciones referidas a
la Interculturalidad. Una como “paradigma ético-político (que) parte del
reconocimiento de las diferencias culturales como uno de los pilares de la
construcción de una sociedad democrática, fundamentada en el establecimiento de
relaciones der equidad e igualdad de oportunidades y derechos”; y la otra, como
“proceso de intercambio, diálogo y aprendizaje que busca generar relaciones de
equidad entre diversos grupos étnico-culturales que comparten un espacio; a partir
del reconocimiento y valoración positiva de sus diferencias culturales.”

Afirmando, además, que el “Enfoque Intercultural implica que el estado valorice e


incorpore las diferentes visiones culturales para la generación de servicios con
pertinencia cultural, la promoción de una ciudadanía intercultural basada en el
diálogo y la atención diferenciada a los pueblos indígenas y la población
afroperuana”.

Es en base a esas consideraciones que el Viceministerio de Interculturalidad se divide en


dos Direcciones Generales: una de Ciudadanía Intercultural y la otra de Derechos de los
Pueblos Indígenas.

Entendiendo por Ciudadanía Intercultural: “Ciudadanos y ciudadanas que asumen la


diversidad cultural en forma positiva, respetando y valorando todas las culturas y grupos
culturales que conviven en un territorio, desarrollando diálogos horizontales y relaciones
armoniosas”.

Y como Derechos de los Pueblos Indígenas: “Derechos que tienen por sujeto a los
pueblos indígenas, reconocidos en la Constitución Política del Perú, en el Convenio 169
de la OIT, así como por los tratados internacionales ratificados por el Perú y la legislación
nacional. Incluye, entre otros, los derechos a la identidad cultural; la participación de los
pueblos indígenas; a la consulta; a elegir sus prioridades de desarrollo; a conservar sus
costumbres, siempre que estas no sean incompatibles con los derechos fundamentales
definidos por el sistema jurídico nacional ni con los derechos humanos internacionalmente
reconocidos; a la jurisdicción especial; a la tierra y el territorio, es decir al uso de los
recursos naturales que se encuentran en su ámbito geográfico y que utilizan
tradicionalmente en el marco de la legislación vigente; a la salud con enfoque intercultural;
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y a la educación intercultural.(Artículo 3, Reglamento de la Ley N° 29785- Consulta


Previa).

En la página WEB del Ministerio de Cultura se recoge esas mismas ideas en los
siguientes términos:

“Enfoque intercultural del Ministerio de Cultura.

“Durante muchos años, los vínculos sociales en el país han estado marcados por
situaciones de conflicto, por incomprensión, discriminación y por relaciones asimétricas de
dominación política y económica. Esta situación ha configurado un país con grandes
brechas en donde pueblos y grupos culturales se encuentran en situación de exclusión.

El Ministerio de Cultura se compromete a construir una convivencia democrática y


pacífica, apostando por políticas de reconocimiento y de valoración positiva de la
diversidad cultural, que se conjuguen con aquellas orientadas a lograr que haya igualdad
de derechos entre todos los ciudadanos, sin discriminación y sin renunciar a sus propias
costumbres y valores. Esta es la base para construir una ciudadanía intercultural, es decir,
ciudadanos y ciudadanas capaces de respetar las diferencias culturales y de tender
puentes de diálogo y enriquecimiento mutuo que contribuyan a la cohesión social.

Así mismo, es imprescindible transformar un Estado que se ha visto a sí mismo como


culturalmente homogéneo, por uno que sea representativo de su diversidad cultural y
garante de los derechos de pueblos y grupos culturales, históricamente excluidos. El
Ministerio de Cultura afirma que la interculturalidad debe ser transversal y
multisectorial a las políticas de gobierno. En ese sentido, el Viceministerio de
Interculturalidad tiene un importante rol normativo que tiene como propósito dictar la
política intercultural del Estado en coordinación con los demás sectores y niveles de
gobierno.”

2.3 La Interculturalidad en las normas internacionales.

La ya mencionada Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural


(2001) resulta de gran importancia porque su comprensión íntegra es equivalente a la
conceptualización de Interculturalidad.

La Declaración fue aprobada en la 31ª. Reunión de la Conferencia General de la


UNESCO, en Paris, el 2 de noviembre del 2001. Por su trascendencia transcribimos la
presentación que hizo el Secretario General Koichiro Matsuura:

“La Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural se aprobó por


unanimidad en una coyuntura muy singular: acababan de producirse los acontecimientos
del 11 de septiembre de 2001 y la 31ª reunión de la Conferencia General de la UNESCO
constituía el primer gran encuentro de nivel ministerial después de aquel día aciago. Ello
brindó a los Estados la ocasión de reafirmar su convicción de que el diálogo intercultural
es el mejor garante de la paz, y de rechazar categóricamente la tesis que auguraba un
choque ineluctable entre las culturas y civilizaciones.
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Un instrumento de esta envergadura es algo novedoso para la comunidad internacional.


En él se eleva la diversidad cultural a la categoría de “patrimonio común de la
humanidad”, “tan necesaria para el género humano como la diversidad biológica
para los organismos vivos”, y se erige su defensa en imperativo ético indisociable
del respeto de la dignidad de la persona.

La Declaración aspira a preservar ese tesoro vivo, y por lo tanto renovable, que es la
diversidad cultural, diversidad que no cabe entender como patrimonio estático sino como
proceso que garantiza la supervivencia de la humanidad; aspira también a evitar toda
tentación segregacionista y fundamentalista que, en nombre de las diferencias culturales,
sacralice esas mismas diferencias y desvirtúe así el mensaje de la Declaración Universal
de Derechos Humanos.

La Declaración insiste en el hecho de que cada individuo debe reconocer no sólo la


alteridad en todas sus formas sino también el carácter plural de su propia identidad dentro
de sociedades igualmente plurales. Sólo así es posible conservar la diversidad cultural en
su doble dimensión de proceso evolutivo y fuente de expresión, creación e innovación. De
esta manera queda superado el debate entre los países que desean defender los bienes y
servicios culturales “que, por ser portadores de identidad, valores y sentido, no deben ser
considerados mercancías o bienes de consumo como los demás”, y los que esperaban
fomentar los derechos culturales, pues la Declaración conjuga esas dos aspiraciones
complementarias poniendo de relieve el nexo causal que las une: no puede existir la una
sin la otra.

La Declaración, que se acompaña de las grandes líneas de un plan de acción, puede


convertirse en una formidable herramienta de desarrollo, capaz de humanizar la
mundialización. Desde luego, en ella no se prescriben acciones concretas sino que se
formulan más bien orientaciones generales que los Estados Miembros, en colaboración
con el sector privado y la sociedad civil, deberían traducir en políticas innovadoras en su
contexto particular.

Esta Declaración, que a la cerrazón fundamentalista opone la perspectiva de un mundo


más abierto, creativo y democrático, se cuenta desde ahora entre los textos fundadores
de una nueva ética que la UNESCO promueva en los albores del siglo XXI. Mi deseo es
que algún día adquiera tanta fuerza como la Declaración Universal de Derechos
Humanos.

III. LOS PUNTOS DE CULTURA

3.1 LA LEY N° 30487 - LEY DE PROMOCIÓN DE LOS PUNTOS DE CULTURA.

El 15 de julio del 2016 fue promulgada la Ley N° 30487 “Ley de Promoción de los Puntos
de Cultura” (*). La promulgación de esta ley fue el resultado de cuatro años de trabajo
continuo y conjunto de las organizaciones que forman parte de la Red Nacional de Puntos
de Cultura. Ella permitirá: a) Fomentar el acceso a la producción, disfrute y difusión de
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diversas manifestaciones culturales como un derecho para todos los ciudadanos y


ciudadanas a lo largo de territorio nacional, priorizando a las poblaciones más vulnerables
de nuestro país. b) Generar mecanismos concretos que permitan hacer un uso más
eficiente de los recursos públicos para la promoción de las organizaciones reconocidas
como Puntos de Cultura por el Ministerio de Cultura.; c) Potenciar el trabajo de las
organizaciones culturales comunitarias que ya vienen trabajando a favor de su
comunidad; a través del impulso de una red de intercambios y sinergias para su
fortalecimiento. (Fuente: Pág. Web Ministerio de Cultura/ Puntos de Cultura)

La definición de Punto de Cultura.

La Ley N° 30487 “Ley de Promoción de los Puntos de Cultura” en su Artículo 3 define


Punto de Cultura de la siguiente manera:

“Es toda organización sin fines de lucro, reconocida por el Ministerio de Cultura como tal,
que trabaja desde el arte y la cultura de modo autogestionario, colaborativo y sostenido,
promoviendo el ejercicio de los derechos culturales y el desarrollo local, contribuyendo a
la construcción de una sociedad más inclusiva, democrática y solidaria que reconozca y
valore su diversidad, memoria y potencial creativo.”

Los Puntos de Cultura van desde grupos de arte comunitario (danza, teatro, circo, artes
visuales, recursos audiovisuales, fotografía y otros), así como organizaciones vinculadas
a la recuperación de lenguas indígenas, saberes ancestrales y protección e impulso del
patrimonio arqueológico. Todos tienen en común que encuentran en el arte y la cultura el
camino para impactar positivamente en los ciudadanos y comunidades con las que
trabajan. (Fuente: Pág. Web Ministerio de Cultura / Puntos de Cultura)

Principios de la promoción de los Puntos de Cultura.

En el Art. N° 5 de la Ley de Promoción de Puntos de Cultura establece tres principios.

Alianza Estado- Puntos de Cultura. Los Puntos de Cultura son aliados para garantizar
el ejercicio de los derechos culturales y fomentar una cultura de paz. El Estado fomenta el
trabajo articulado con ellas.

Autonomía de las organizaciones. La promoción se funda en el reconocimiento del rol


que juegan los Puntos de Cultura en el desarrollo integral individual y colectivo,
reconociéndolos como protagonista de los cambios que generan y respetando la
autonomía de los procesos culturales que fomentan.

Diálogo y participación. La promoción se basa en el concepto de ciudadanía activa y en


la participación comprometida y responsable de los actores involucrados.

Mecanismos para la promoción de los Puntos de Cultura.

En el Artículo N° 6 de la Ley de Promoción de Puntos de Cultura, Ley N° 30487 se


establecen cuatro mecanismos para esa promoción:

Protagonismo y visibilidad. Incorporación a la RED de Puntos de Cultura y, por


consiguiente, participación en las acciones que sobre el particular implementa el
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Ministerio de Cultura, acceso a la plataforma WEB del programa, medios de comunicación


masivos del estado y diversos recursos de comunicación impulsados por el Ministerio de
Cultura y sus Direcciones Desconcentradas.

Financiamiento a través de convocatorias a concursos de proyectos. El Ministerio


de Cultura está facultado para conceder premios dinerarios no reembolsables con cargo a
su presupuesto asignado en la ley de presupuesto de cada año, en concordancia con el
plan anual que determine el Ministerio de Cultura para la promoción de Puntos de Cultura.

Capacitaciones, intercambios y generación de conocimientos. El Ministerio de


Cultura propicia espacios de formación, intercambio de experiencias, encuentros
regionales y nacionales, descentralizados, entre los Puntos de Cultura, así como la
generación de estudios sobre el aporte de la cultura al desarrollo humano. Para este
propósito se generan alianzas con universidades, centros de investigación y otras
instancias del sector público y privado, dentro y fuera del país.

Monitoreo y acompañamiento. El Ministerio de Cultura se encarga se encarga de


realizar un monitoreo y acompañamiento de las actividades de los Puntos de Cultura,
ajustándose al Reglamento de la Ley.

3.2 LA CONCEPCIÓN DE PUNTO DE CULTURA.

Célio Turino- creador de la propuesta “Puntos de Cultura” – conceptúa el Punto de


Cultura como “la unidad, la base de una red, sin dimensiones o forma pre-determinadas.
El Punto de Cultura –afirma- es independiente de la forma, pero se realiza en el espacio y
es, por tanto, localizable e identificable en el territorio. Como la Cultura también es una
abstracción, la mejor palabra para dar forma a un concepto igualmente abstracto sería
“Punto”, o punctos, que, en latín se refiere a un lugar determinado en el que se da la
intersección de condiciones para realizaciones específicas. Basta una pequeña señal para
que la cultura ocurra, pero como ella también es infinita, sería necesaria la utilización de
una palabra que representase esa señal sin límites y que, al mismo tiempo, estuviese
constituido por infinitas partes. De ahí el Punto de Cultura, como una forma de expresión
de la micro-red, realizada en el territorio.”

Turino precisa que “no podemos interpretar un Punto de Cultura como un simple punto de
conexión, o apenas como un punto de recepción e irradiación de cultura, sino como un
espacio libre para la interpretación y realización de la cultura. Un punto de ebullición,
en el que ocurren cambios cualitativos, que dependen de las condiciones de presión y
temperatura. De esta forma, cada Punto es diferente del otro, pues, en cada uno, las
realidades son distintas, las personas, las historias, los recursos, el ambiente, las
condiciones, todo es diferente. Pero al mismo tiempo tienen algo igual, o próximo. Y, por
consiguiente, hay que identificar esos puntos de aproximación.

La fórmula PC = (a+ p) r

En su escrito “La Ecuación de la Cultura Viva: PC= (a+p)r”, Celio Turino utilizando esa
fórmula matemática expresa de manera sintética la esencia de la fortaleza de los Puntos
de Cultura. Donde “a” significa autonomía; “p”, protagonismo; “r”, red.
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Autonomía – escribe Turino- es libertad, es la capacidad de gobernarse por los propios


medios y, en este sentido, es la propia realización de la voluntad humana de
autodeterminarse. Sin embargo, cuanto más avanzan las civilizaciones en la explotación
de los recursos y en la construcción de sistemas de distribución y control de los recursos,
más se aleja la humanidad de la autonomía. Cultura no es siempre sinónimo de
liberación, pues también hay cultura que oprime, la historia de la colonización de
América Latina es prueba viva de ello. Así, como forma de dominación, ella también se
vale de los mismos mecanismos de heteronimia empleados por los poderes político,
económico, religioso o social: dependencia, sumisión y subordinación.”

Una cultura que libera – dice Celio Turino- necesita caminar en sentido opuesto, no
pudiendo ser paternalista, patriarcal, asistencialista. Es difícil, pues incluso personas,
movimientos y partidos que se presentan como progresistas y libertarios normalmente
ceden a la tentación de perpetuarse en el mando a partir de la reproducción de relaciones
de dependencia, sumisión y subordinación de los otros. Pero hay que perseverar y cultivar
los medios para que las personas ejerciten su autonomía, de modo que gestionen
libremente sus vidas y a partir de sus propias elecciones.

Junto a ello- continúa Turino- hay que fomentar el protagonismo de las comunidades. Del
latín proto– principal, primero – y agonistes– luchador. Hay que asumir el palco, hay que
hablar con la propia voz, hay que tomar la narrativa de la historia “para sí”.
Protagonismo es otro componente del cual una acción cultural que se pretenda
emancipadora nunca podrá prescindir. El “indio por el indio”, “el joven de las calles por
el joven de las calles”, “las comunidades por las comunidades”, “las mujeres por las
mujeres”, “las comunidades tradicionales por las comunidades tradicionales”.

Cultivar autonomía y protagonismo- escribe el mencionado autor- es apoderarse de los


grandes espejos de la sociedad y de sus medios de narrativa. No basta hablar apenas en
las comunidades, con las comunidades y para las comunidades, hay que ir más allá y
asumir los medios de producción y difusión audiovisual y de construcción del discurso,
sea realizando los propios filmes, documentales, ficción, registrando las propias
imágenes, contando las propias historias, haciendo su propio arte. E ir para afuera, y
hablar con los otros, por sí y para sí.

La autonomía y el protagonismo – agrega Turino- son condiciones indispensables para


romper jerarquías sociales y construir nuevas legitimidades. No como un proceso
impositivo, de negación del otro, sino para que se establezca una nueva relación de
equilibrio y diálogo entre las personas, entre clases y grupos sociales y entre vida y
sistemas. Pero aun así no basta. Cuando circunscritas a apenas un punto, la autonomía y
el protagonismo pierden potencia, pudiendo transformarse, incluso, en base para nuevos
fundamentalismos, para verdades acabadas y falta de diálogo. Necesitamos ir más allá y
conectar cada uno de esos puntos en una gran plataforma de inteligencia y acción
colectiva para la Cultura Viva entre los pueblos. Ahí es donde la articulación en red
gana un papel estratégico, pues solamente a través de la potencia de las redes,
establecida por la intersección entre puntos autónomos y protagonistas, será
posible dar un salto cualitativo (tal cual la transformación del agua entre los estados
líquido, gaseoso o sólido) en las relaciones sociales, políticas, económicas y culturales.
En el fondo, este debe ser el gran objetivo de un Punto de Cultura: la emancipación
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humana. Es una emancipación realizada con afecto, de ahí la importancia del arte, de la
alegría y de la solidaridad”. ( Libro: Puntos de Cultura-Cultura Viva en movimiento”).

LA RED ES IMPRESCINDIBLE

Para Célio Turino la importancia de la RED es tal que afirma categóricamente: “un Punto
de Cultura sólo puede existir si está organizado en RED. Puede haber una labor
cultural frenética en la comunidad que puede, incluso, ser desarrollada con autonomía y
protagonismo local, pero si no hay ninguna predisposición para escribir y ofrecer formas
de interpretar y hacer cultura, si no hay una disposición para escuchar a los “demás”,no
será un Punto de Cultura”.(Celio Turino en “Cultura Viva Comunitaria: La Política del Bien
Común”)

Es decir, que la pertenencia de un Punto de Cultura a una RED hace que él adquiera
nuevas propiedades que no tiene como elementos separados. Allí radica su
potencialidad. Y eso hace posible que la política pública cultural-Puntos de Cultura se
convierta en una herramienta eficiente por “la democratización de la política, el Arte,
la Comunicación y la Cultura”. En la Teoría de Redes Sociales una “Red Social” se
define como “un conjunto bien delimitado de actores – individuos, grupos,
organizaciones, comunidades, sociedades globales, etc.- vinculados a otros a través de
una relación o conjunto de relaciones sociales.” (Carlos Lozares. Teoría de Redes
Sociales).

3.3 DIMENSIONES DE LOS PUNTOS DE CULTURA. LAS 4E.

Tras haber sido responsable del diseño y la implementación del programa Cultura Viva y
Puntos de Cultura- manifiesta CelioTurino- diría que la Cultura debe estar siempre
acompañada de las palabras que empiezan por «E», esas tres «E» identificadas al
principio: Ética, Estética, Economía, aunque ahora creo que deberíamos incorporar una
palabra más que empieza por «E»: Educación. Esas serían las 4 «E» de la cultura.

La dimensión simbólica. “La dimensión del arte no puede limitarse al campo simbólico.
Más allá de la producción de símbolos, el arte implica habilidades, todas las capacidades
humanas (del latín artem, habilidad) y la interpretación a través de los sentidos, a través
de una percepción sensorial. El Punto de Cultura implica romper las narrativas
tradicionales, monopolizadas por pocos, en que compartir lo sensible es estratégico para
este desvío narrativo, en el que los “invisibles” pasan a ser vistos y a tener una voz. No se
trata de la defensa metafísica de la “belleza universal” o del “arte gratuito”, sino de la
propia realización de la estética. El arte refleja las aspiraciones y contradicciones de su
contexto histórico y es, a la vez, producto y vector de transformaciones sociales. Además
de la preocupación exclusiva con la belleza, se busca todo lo que permita la afirmación
cultural de la subjetividad de las personas, grupos y clases sociales. Esa búsqueda debe
hacerse con encanto, belleza y calidad, porque sin esos atributos no se pueden romper
las barreras y los estereotipos permanecen vivos.”

La dimensión ciudadana. “Lo mismo ocurre con la dimensión ciudadana. La conquista


plena de los derechos y la inclusión en el diálogo cultural son esenciales, pero ver los
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Puntos de Cultura solo como generadores de ciudadanía o como hacedores de cultura


popular es una limitación. Mucho más grave son los discursos de “inclusión cultural” o
“inclusión social a través de la cultura”. Punto de Cultura actúa con la cultura popular, la
inclusión social y tiene un papel claro en la ciudadanía, pero es, sobre todo, un programa
de cultura: cultura como interpretación del mundo, expresión de valores y sentimientos,
cultura como mutuo entendimiento y acercamiento desde el punto de vista ético.”

La dimensión económica. En la dimensión económica, ¿qué economía queremos? Celio


Turino responde: “El capitalismo se apropia de todas las riquezas y bienes producidos en
la Tierra, ya sean bienes inmateriales o sólidos, transformándolos en mercancía (… y
también se apropia el capitalismo de lo que produce la Tierra en su interior, y en el futuro
se apropiará de lo que haya más allá del planeta). Insertar la cultura en ese proceso de
comercialización y alienación de la vida no es el objetivo del Punto de Cultura. En Puntos
de Cultura aislados, en lugares o contextos en los que no hace falta profundizar sobre el
sentido de la economía, el pragmatismo y la sumisión al mercado pueden ocurrir; pero si
no sucede, al menos se está a la espera que suceda (en parte porque los que quieren
vender no siempre encuentran compradores), pero el camino de una red social de la
economía va en otra dirección. El entendimiento que se construye en el proceso
establece que, si la economía determina la cultura, la cultura también determina la
economía. Al adoptar una nueva actitud cultural podemos modificar las relaciones
económicas, allanando el camino para una economía basada en la solidaridad, con
consumismo consciente, comercio justo y trabajo colaborativo.

Alrededor del Punto de Cultura – dice Célio Turino- se desarrollan numerosas acciones,
que actúan como centrales de fuerza, inundando las organizaciones culturales con
nuevas preguntas e ideas: Cultura y Salud, Escuela Viva (integración escuela / comunidad
/ cultura), Puntos Pequeños (la cultura infantil y lúdica), Maestros de la Cultura Popular y
Griôs (acercando conocimientos tradicionales y educación), Mídia Libre (fortalecimiento
de los medios de difusión de la cultura, sobre todo sitios web y blogs independientes, TV y
radios comunitarias), Interacciones Estéticas (incentivando la experimentación artística a
partir de la integración entre la comunidad y artistas profesionales)“.

La dimensión educativa. En su libro Puntos de Cultura-Cultura Viva en movimiento,


Turino escribe: “En cada escuela un Punto de Cultura. Debería ser así. Pero no lo es. Las
escuelas están presas en padrones antiguos de aprendizaje, cerradas en sí mismas y
repetidoras de pedagogías desconectadas de la vida…La búsqueda de una Escuela Viva
presupone la conquista de una educación liberadora, que emancipe …la escuela podría
ser un espacio privilegiado para el acceso a bienes y servicios culturales, para las
manifestaciones (cualquier tipo de manifestaciones) de las comunidades, la
potencialización de los individuos y los grupos y la propagación de sentimientos y
comportamientos de afectividad, respeto mutuo, solidaridad y cultura de paz. Es evidente
que hay una distancia entre la escuela que queremos y la escuela que tenemos. Y es ahí
que entra la acción integral entre el Punto de Cultura y la escuela.”

IV. EL CONCEPTO CULTURA VIVA EN LOS PUNTOS DE CULTURA.

Sobre el particular recogemos el pensamiento de Célio Turino. “El concepto “Cultura


Viva surge con la experiencia brasileña de los Puntos de Cultura, pero existe en la
14

práctica desde hace décadas en miles de comunidades de los países


iberoamericanos. Cultura viva comunitaria es, por lo tanto, una expresión creada para
dar nombre, sentido y visibilidad a dinámicas culturales que vienen surgiendo en la región.
¿Por qué viva? Porque es pulsante, mutante, diversa.

¿Por qué comunitaria? Porque es donde nace, donde se organiza. Y porque la idea es
beneficiar prioritariamente a los pueblos, grupos y comunidades en situación de
vulnerabilidad social y con reducido acceso a los medios de producción, registro, disfrute
y difusión cultural.”

El concepto Cultura Viva nos permite romper con el concepto antropológico clásico de
Cultura, en la que ella se opone polarmente a Naturaleza. “Al asumir el concepto Cultura
+ Naturaleza = Cultura Viva, la Cultura Viva se distancia del concepto occidental (o
europeo) de cultura para aproximarse al concepto y ética de los pueblos originarios de
este continente que vino a llamarse América. Es cuando la Cultura Viva se encuentra
con el Buen Vivir, otro sustantivo compuesto. Sumak kawsai, en quechua, Suma
qamaña, en aimara, Tekó porã, en guaraní, una filosofía que está en nuestro alma
ancestral, que significa “vivir en aprendizaje y convivencia con la naturaleza”. Aquí
no se trata apenas de asumir la cosmología de los primeros pueblos de las Américas, sino
de resignificar un concepto político, económico y social que hace referencia a la visión de
esos pueblos, a partir de ellos y con ellos. Somos “parte” de la naturaleza (o “polvo del
universo”, como la física ya demostró) y, para nuestra propia supervivencia como especie,
es preciso romper, de una vez por todas, con la idea de que podemos continuar viviendo
“al margen” de la naturaleza.” “La Cultura Viva como Buen Vivir se afirma en la profunda
conexión e interdependencia con la naturaleza, en la vida a pequeña escala, sostenible y
equilibrada, teniendo como fundamento las relaciones de producción autónomas y
autosuficientes. También se expresa en la articulación política de la vida, en prácticas
construidas en espacios comunes de socialización, colectivos culturales y artísticos,
juegos y manifestaciones en parques, jardines, teatros, museos, bibliotecas, huertas
urbanas o palacios; no importa el local, porque la vida se extiende en abundancia y ocurre
donde puede ocurrir.”

El programa Cultura Viva…ha establecido nuevos parámetros de gestión y democracia,


aplicando radicalmente conceptos como “Estado-red” (Manuel Castells) y “Estado
ampliado” (Antonio Gramsci). Teniendo como base de apoyo los Puntos de Cultura – o
sea, las entidades o colectivos culturales certificados por el Ministerio de Cultura –, el
programa invirtió el orden, apostando por un proceso desde abajo hacia arriba, dando
fuerza y reconocimiento institucional a organizaciones de la sociedad civil que ya
desarrollaban actividades culturales en sus comunidades, afirma Celio Turino.

“Con ese modelo de política pública- continúa el autor- en vez de imponer acciones y
conductas, el Estado reconoce la importancia de la cultura producida en cada localidad.
En vez de imponer una programación cultural, reconoce y potencia las iniciativas
culturales de la comunidad en el lugar donde ocurren, conforme sus necesidades y planes
de trabajo. Autonomía y protagonismo social son palabras clave de ese proceso continuo
que inspira cada vez más países (y ciudades) en Iberoamérica... Entiéndase
por organizaciones culturales comunitarias las que desarrollan una acción cultural,
educacional y/o de comunicación popular vinculada a un determinado territorio,
15

permanentemente y no directamente vinculadas al ámbito estatal o al mercado de bienes,


productos y servicios culturales.

“Son Cultura Viva iniciativas desarrolladas en/por centros culturales, radio o televisión
comunitaria, diarios barriales, grupos de teatro, danza, circo, artes visuales, grupos que
trabajan con cine, literatura, rescate de identidad, saberes tradicionales, alternativas
económicas solidarias y colaborativas… Son muchas las posibilidades de actuación en las
comunidades, teniendo en vista el estímulo a la creatividad y el respeto a la dinámica
local. Y es así, relacionando cultura y territorio, cultura e identidad, que se va
construyendo una nueva historia de políticas públicas en el contexto iberoamericano. “

V. LA INTERCULTURALIDAD A TRAVÉS DE LOS PUNTOS DE CULTURA.

Es evidente que todo lo que hemos afirmado sobre los Puntos de Cultura se sustenta en
el concepto de cultura en su sentido más amplio (UNESCO). Si sobre esa base
analizamos las funciones del Viceministerio de Interculturalidad -asignadas en la Ley N°
29565- encontraremos que existe una relación significativa con las cuatro dimensiones
(Estética, Ética, Económica y Educativa) de la actividad de los Puntos de Cultura. Es
decir que tales funciones, también, podrían ejercerse con éxito a través de esas
formas de organización de la sociedad civil. Considerando, además, que los Puntos de
Cultura no son unidades errantes o volantes sino que pertenecen y realizan una actividad
sostenida en el tiempo y autogestionaria en un territorio determinado.

Veamos las funciones del VMI establecidas en la Ley de Creación del Ministerio de
Cultura- Ley N° 29565, Artículo 15° y señalemos las correspondientes dimensiones
predominantes de los Puntos de Cultura en cada caso.

Dimensiones
Funciones del Viceministerio de Interculturalidad de la actividad de los
Puntos de Cultura.
Promover y garantizar el sentido de la igualdad social y
respeto a los derechos de los pueblos del país de Dimensión Ética.
conformidad con el Convenio 169 de la Organización Dimensión Económica.
Internacional del Trabajo (OIT) y la Declaración de las Dimensión Educativa
Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos
Indígenas.

Formular políticas de inclusión de las diversas expresiones Dimensión Estética.


culturales de nuestros pueblos y generar mecanismos para Dimensión Económica.
difundir una práctica intercultural en el conjunto de la Dimensión Educativa.
sociedad peruana, sustentada en una cultura de paz y
solidaridad. Se recogen todos los conocimientos ancestrales
en ciencia y tecnología
Proponer mecanismos para evitar cualquier tipo de exclusión
o discriminación de los diferentes pueblos del país, Dimensión Ética,
asegurando la construcción de una identidad nacional Dimensión Educativa.
Coordinar, orientar y supervisar las actividades que cumplen
los órganos del Ministerio de Cultura, los organismos Dimensión Estética.
16

públicos y demás entidades correspondientes al sector, para Dimensión Ética


promover la construcción de políticas que permitan Dimensión Educativa.
conocernos mejor y que reconozcamos las diversas culturas
que existen en nuestro país y que su respeto y valoración
permitan construir una ciudadanía intercultural.

Formular, ejecutar y supervisar políticas y normas que


promuevan prácticas vigilantes para evitar expresiones de Dimensión Ética
discriminación contra los ciudadanos y pueblos del país. Dimensión Educativa.

Y en cuanto a las Líneas de Acción del Viceministerio de Interculturalidad.

Dimensiones
Líneas de Acción del Viceministerio de Interculturalidad de la actividad de los
Puntos de Cultura.

Construcción de un Sistema Nacional de Políticas


Dimensión Ética.
Interculturales, que brinde la plataforma de coordinación de las Dimensión Educativa
políticas públicas en materia de pueblos indígenas, población
afrodescendiente y lucha contra la discriminación étnico-racial.

Generar una política nacional dirigida a atender las Dimensión Ética


Dimensión Educativa.
necesidades y problemas particulares de la población Dimensión Económica.
afroperuana con miras a promover su desarrollo.

Construir herramientas y generar las capacidades para


Dimensión Educativa.
denunciar y desterrar las prácticas discriminatorias y promover Dimensión Ética,
la construcción de una ciudadanía intercultural a partir del
reconocimiento positivo de la diversidad cultural.

Afianzar los instrumentos de participación y consulta a los


Dimensión Ética
pueblos indígenas. Dimensión Educativa.
1. Consolidar las reservas indígenas como instrumento de
Dimensión Ética
protección de los pueblos en aislamiento y contacto inicial. Dimensión Educativa.

Desarrollar una política de valorización, formalización y Dimensión Ética.


Dimensión Estética
difusión de las lenguas indígenas y sus distintas expresiones.

Similar análisis podría hacerse extensivo con las funciones específicas correspondientes
a sus dos Direcciones Generales (Ciudadanía Intercultural y Derechos de los Pueblos
Indígenas) y seis Direcciones (Políticas Indígenas, Políticas para la Población
Afroperuana, Diversidad Cultural y Eliminación de la Discriminación Racial, Consulta
Previa, Lenguas Indígenas, Pueblos Indígenas en Situación de Aislamiento y Contacto
Inicial).
17

EN LA DIRECCIÓN GENERAL DE CIUDADANÍA INTERCULTURAL.

Para la Dirección de Políticas Indígenas

Dimensiones
Funciones de la actividad de los
Puntos de Cultura.
Proponer y coordinar con las instituciones nacionales
competentes y con los gobiernos Regionales las políticas para Dimensión Ética.
la protección y registro de los conocimientos tradicionales Dimensión Educativa
de los pueblos indígenas vinculados al uso de la biodiversidad.

Promover y diseñar, en el marco de sus competencias,


Dimensión Estética
políticas para la igualdad social y el respeto a los derechos Dimensión Ética,
de los pueblos del país de conformidad con el Convenio 169 Dimensión Económica.
de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Dimensión Educativa.
Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas en relación a las materias específicas
establecidas.

Coordinar las acciones necesarias para culminar con los


Dimensión Ética
procesos de saneamiento físico legal territorial de los
pueblos indígenas y población afroperuana.
1.

Para la Dirección de Políticas para la población Afroperuana.

Dimensiones
Funciones de la actividad de los
Puntos de Cultura.
Formular, supervisar y evaluar de manera concertada Dimensión Estética
Dimensión Ética.
la política pública intercultural de desarrollo de la Dimensión Económica.
población afroperuana Dimensión Educativa

Brindar asistencia técnica para el desarrollo e


Dimensión Estética
implementación de planes y programas nacionales que Dimensión Ética.
incluyan a los gobiernos locales para el desarrollo de la Dimensión Económica.
población afroperuana, desde un enfoque intercultural. Dimensión Educativa

Generar mecanismos para difundir y visibilizar el


18

aporte de la población afroperuana a la historia y Dimensión Estética.


Dimensión Ética.
desarrollo nacional, desde un enfoque intercultural, Dimensión Educativa.
evidenciando principalmente el papel de las mujeres y las
niñas.
Promover, en el marco de sus competencias, el pleno
Dimensión Ética.
respeto de los derechos sociales, económicos y culturales Dimensión Educativa
de los/las afroperuanos respetando su identidad social y Dimensión Estética
cultural, sus costumbres, tradiciones e instituciones. Dimensión Económica

EN LA DIRECCIÓN GENERAL DE DERECHOS DE PUEBLOS INDÍGENAS.

Para la Dirección de Diversidad y eliminación de la Discriminación Racial.

Dimensiones
Funciones de la actividad de los
Puntos de Cultura.
Coordinar y brindar apoyo técnico para el diseño y la
ejecución de programas y planes de los distintos sectores y Dimensión Ética.
niveles de gobierno, relacionados con el reconocimiento Dimensión Educativa
positivo de la diversidad cultural y prácticas de  no
discriminación.
Generar mecanismos y acciones para promover
Dimensión Ética.
prácticas interculturales, de reconocimiento de la diversidad Dimensión Educativa
cultural y no discriminación.
Promover y realizar estudios e investigaciones que
Dimensión Ética.
contribuyan a comprender nuestra diversidad cultural y las Dimensión Educativa
particularidades culturales de los pueblos indígenas.

Para la Dirección de Consulta Previa

Dimensiones
Funciones de la actividad de los
Puntos de Cultura.
Concertar y coordinar con las entidades promotoras la
Dimensión Ética.
realización de procesos de consulta previa en el marco de Dimensión Educativa
la normatividad vigente sobre consulta previa. Dimensión Económica.
Brindar capacitación a las entidades promotoras y a las
Dimensión Ética.
organizaciones representativas y a sus representantes del o Dimensión Educativa
de los pueblos indígenas u originarios, para implementar los
procesos de consulta previa.
Emitir opinión, de oficio o a pedido de cualquiera de las
entidades facultadas para solicitar la consulta, sobre la
calificación de la medida legislativa o administrativa Dimensión Ética
proyectada por las entidades responsables, sobre el ámbito de
la consulta y la determinación de los pueblos a ser
19

consultados en el marco de la normativa vigente sobre el


derecho de consulta previa.

Para la Dirección de Lenguas Indígenas.

Dimensiones
Funciones de la actividad de los
Puntos de Cultura.
Concertar con todas las entidades públicas y gobiernos
regionales y locales la promoción y garantía de los derechos Dimensión Ética.
lingüísticos establecidos en el artículo 4º de la Ley Nº 29735. Dimensión Educativa

Proponer, concertar, promover, supervisar y evaluar


la política nacional para la conservación, la Dimensión Ética.
recuperación, el desarrollo, la promoción y el uso de las Dimensión Educativa
lenguas indígenas u originarias del Perú.
Proponer e implementar programas, planes y
acciones para la conservación, la recuperación, el Dimensión Ética.
desarrollo, la promoción y el uso de las lenguas Dimensión Educativa
indígenas u originarias del
Perú.
Estimular el uso de las lenguas indígenas u originarias y Dimensión Ética.
fomentar su aprendizaje. Dimensión Educativa
Coordinar con otras entidades públicas la elaboración, Dimensión Ética.
oficialización y actualización del mapa etnolingüístico del Dimensión Educativa
Perú.
Promover programas y otras acciones necesarias para que
las entidades públicas de nivel nacional, y los gobiernos Dimensión Ética.
regionales y locales brinden servicios públicos en las Dimensión Educativa
lenguas indígenas en las localidades en las que estas
predominen.

Para la Dirección de Pueblos Indígenas en Situación de Aislamiento y Contacto Inicial


(PIACI)

Dimensiones
Funciones de la actividad de los
Puntos de Cultura.
Concertar y promover acciones dirigidas a proteger la vida
y su salud de los pueblos en situación de aislamiento
y/o contacto inicial, desarrollando prioritariamente Dimensión Ética.
acciones y políticas preventivas, dada su posible Dimensión Educativa
vulnerabilidad frente a las enfermedades transmisibles, a
través de programas y planes concertados, en
20

coordinación con las entidades del Ministerio de Salud y de


los Gobiernos Regionales.
Promover mecanismos que garanticen el respeto de los
pueblos en situación de aislamiento y/o contacto inicial, Dimensión Ética
a su decisión en torno a la forma y el proceso de su Dimensión Educativa.
relación con el resto de la sociedad nacional y con el Estado
Concertar y promover acciones para la protección de su
cultura y sus modos tradicionales de vida, de los pueblos Dimensión Educativa.
en situación de aislamiento y/o contacto inicial, Dimensión Ética,
reconociendo la particular relación espiritual de estos
pueblos con su hábitat, como elemento constitutivo de su
identidad.
Concertar y promover acciones para garantizar el libre
acceso y uso extensivo de las tierras y los recursos Dimensión Económica.
naturales, de los pueblos en situación de aislamiento Dimensión Ética.
y/o contacto inicial, para sus actividades tradicionales de Dimensión Educativa.
subsistencia.
Concertar y promover acciones para el establecimiento
reservas indígenas, las que se Dimensión Ética
determinarán sobre la base de las áreas que ocupan los Dimensión Educativa.
pueblos en situación de aislamiento y/o contacto inicial y a
las que hayan tenido acceso tradicional, hasta que
decidan su titulación en forma voluntaria.

Una relación y acción mancomunada entre las áreas orgánicas “Puntos de Cultura” e
“Interculturalidad”, además, se corresponden con el Enfoque Intersectorial establecido en
la “Política para la Transversalización del Enfoque Intercultural “,Decreto Supremo N° 003-
2015-MC.

Enfoque que considera que: “el desarrollo pleno de la política intercultural depende
de una eficiente coordinación y cooperación intersectorial, interinstitucional e
interdisciplinaria, la misma que es necesaria fomentar y desarrollar en todos los niveles
de gobierno, como condición fundamental para que la Política Nacional de
Transversalización del Enfoque Intercultural pueda implementarse de manera eficaz”. La
Política Nacional de Transversalización de Enfoque Intercultural -se lee en el mencionado
Decreto Supremo- “es de aplicación obligatoria para todos los sectores e instituciones
del Estado y diferentes niveles de gobierno. Para el sector privado y sociedad civil la
Política Nacional servirá como un instrumento de carácter orientador.”

Lo dicho se corresponde con uno de los principios establecidos en la Ley de Promoción


de los Puntos de Cultura- Ley N° 30487, Artículo 5°, numeral a): “Alianza Estado-
Puntos de Cultura. Las organizaciones reconocidas como Puntos de Cultura son
aliadas para garantizar el ejercicio de los derechos culturales y fomentar una
cultura de paz; por tanto, el Estado fomenta el trabajo articulado con ellas.”

Claro está que, en la práctica, existe una inevitable vinculación entre la actividad de
los Puntos de Cultura e Interculturalidad. Sea entendida la Interculturalidad como
“paradigma ético-político que parte del reconocimiento de las diferencias culturales” o
como “proceso de intercambio, diálogo y aprendizaje que busca generar relaciones de
21

equidad entre diversos grupos étnico-culturales”. Es decir, más allá de las razones,
válidas o no, en las que se sustenta la actual ubicación orgánica del Programa Nacional
de Puntos de Cultura.

Las cuatro dimensiones (4E: Estética, Ética, Economía y Educación) de los Puntos de
Cultura ensamblan bien con los Enfoques y Ejes de Política de la mencionada “Política
para la Transversalización del Enfoque Intercultural”.

a. Enfoque Intercultural.

La interculturalidad desde un paradigma ético-político parte del reconocimiento de las


diferencias culturales como uno de los pilares de la construcción de una sociedad
democrática, fundamentada en el establecimiento de relaciones de equidad e igualdad de
oportunidades y derechos.

El Enfoque Intercultural implica que el Estado valorice e incorpore las diferentes visiones
culturales, concepciones de bienestar y desarrollo de los diversos grupos étnico-culturales
para la generación de servicios con pertinencia cultural, la promoción de una ciudadanía
intercultural basada en el diálogo y la atención diferenciada a los pueblos indígenas y la
población afroperuana.

b. Enfoque de Derechos Humanos.

El enfoque de derechos establece la responsabilidad política, jurídica y ética del Estado


para hacer cumplir, y generar las condiciones de ejercicio pleno de la ciudadanía y de los
derechos humanos. El enfoque de derechos requiere interpretar y analizar la realidad de
los seres humanos a partir de su reconocimiento como titulares de derechos.

Este enfoque señala que los derechos son inherentes a todos los seres humanos, se
fundan en el respeto de la dignidad de la persona humana y son interrelacionados,
interdependientes e indivisibles. El enfoque se basa en el derecho internacional de los
derechos humanos y el derecho humanitario, desde los cuales se establecen estándares
que permiten hacer operativa su protección y promoción.

El enfoque pone énfasis en identificar las variables o contenidos de los derechos, su titular
y garante y la ruta de acceso que lo hace efectivo.

c. Enfoque de Género.

El enfoque de género es una forma de mirar la realidad identificando los roles y tareas
que realizan los hombres y las mujeres en una sociedad; así como las asimetrías,
relaciones de poder e inequidades que se producen entre ellos. Este enfoque permite
conocer y explicar las causas que producen esas asimetrías y desigualdades; y
contribuye a la formulación de medidas (políticas, mecanismos, acciones afirmativas y
normas) para la superación de las brechas sociales de género.
22

El Plan Nacional de Igualdad de Género 2012-2017 señala que la igualdad de género


alude a la justicia en el tratamiento de varones y mujeres de acuerdo a sus respectivas
necesidades y establece que se requiere un tratamiento diferencial para corregir
desigualdades y asegurar la distribución justa entre todas las personas, sin distinción de
su orientación sexual o identidad de género, de las oportunidades, recursos y beneficios,
a fin de que puedan alcanzar su pleno desarrollo y la vigencia de sus derechos humanos.
Se postula que la igualdad no solo se orienta al acceso a oportunidades, sino al goce
efectivo de los derechos humanos, lo que implica la necesidad de desmontar la cultura,
los valores y los roles tradicionales de género que reproducen y mantienen la
subordinación de las mujeres (Plan Nacional de Igualdad de Género 2012-2017).

d. Enfoque intersectorial.

El desarrollo pleno de la política intercultural depende de una eficiente coordinación y


cooperación intersectorial, interinstitucional e interdisciplinaria, la misma que es necesaria
fomentar y desarrollar en todos los niveles de gobierno, como condición fundamental para
que la Política Nacional de Transversalización del Enfoque Intercultural pueda
implementarse de manera eficaz.

EJES DE POLÍTICA.

Eje 1: Fortalecimiento de la capacidad de gestión intercultural del estado peruano.

Lineamiento 1: Desarrollar una institucionalidad para transversalizar el enfoque


intercultural en las políticas públicas, planes, programas y proyectos de los sectores,
organismos constitucionalmente autónomos y gobiernos regionales y locales.

Lineamiento 2: Garantizar estándares de calidad en la prestación de servicios públicos a


la ciudadanía que cumplan con criterios pertinentes a las realidades socioculturales y
lingüísticas de los diversos grupos culturales.

Eje 2: Reconocimiento positivo de la diversidad cultural y lingüística.

Lineamiento 1: Promover y gestionar la producción de información y conocimiento sobre


la diversidad cultural del país.

Lineamiento 2: Promover la salvaguarda de los saberes y conocimientos de las distintas


culturas del país, valorizando la memoria colectiva de los pueblos.

Eje III: Eliminación de la discriminación étnico-racial.

Lineamiento 1: Garantizar el derecho a la igualdad, no discriminación y la prevención del


racismo.

Lineamiento 2: Promover la formación de ciudadanos y ciudadanas interculturales.

Eje IV: Inclusión social de los pueblos indígenas y la población afroperuana.


23

Lineamiento 1: Promover la atención de los Pueblos indígenas y la población


Afroperuanas desde un enfoque intercultural.

Lineamiento 2: Garantizar el ejercicio de los derechos colectivos de los pueblos indígenas


mediante la consolidación del marco jurídico y el fortalecimiento de la institucionalidad en
materia de interculturalidad.

VI. CONCLUSIONES.

a. Interculturalidad se conceptúa como “paradigma ético-político que parte del


reconocimiento de las diferencias culturales” o como “proceso de intercambio, diálogo y
aprendizaje que busca generar relaciones de equidad entre diversos grupos étnico-
culturales”.

b. El enriquecido concepto de Cultura que hoy han adoptado los organismos


internacionales como la ONU, UNESCO y OIT y la actual normatividad del Ministerio de
Cultura, marcan la superación de aquella concepción que reducía Cultura a la tradición o
a las artes creativas.

c. Las funciones del Viceministerio de Interculturalidad y de sus correspondientes


Direcciones Generales - establecidas en la Ley N° 29565, Ley de Creación del Ministerio
de Cultura y en el ROF - guardan correspondencia con las cuatro dimensiones de la
actividad de los Puntos de Cultura (Estética, Ética, Económica y Educativa). Y, por
consiguiente, las actividades concretas de las diferentes Direcciones pueden realizarse a
través de ellos.

d. Puntos de Cultura tanto por su definición – establecida en la Ley N° 30487, Ley de


Promoción de Puntos de Cultura-- como por su conceptualización, constituyen una
plataforma apropiada para la implementación de actividades interculturales y aplicación
de la Política Nacional de Transversalización del Enfoque Intercultural” (DS N° 003-2016-
MC).

e. Los Puntos de Cultura pueden convertirse en excelentes medios para asegurar


continuidad en el tiempo a las actividades del Vice Ministerio de Interculturalidad,
Direcciones Generales y Direcciones, gracias a su naturaleza de red social y ubicación
territorial.

f. Más allá de las razones, válidas o no, en las que se sustenta la actual ubicación
orgánica del Programa Nacional de Puntos de Cultura, lo que en la práctica realizan los
auténticos Puntos de Cultura es actividad intercultural.

g Los Puntos de Cultura son mediadores entre el Estado y la sociedad civil, “son aliados
para garantizar el ejercicio de los derechos culturales y fomentar una cultura de paz”,
gozando de autonomía en la realización de “los procesos culturales que fomentan” (Art .
5°, Ley 30487).
24

h. “Puntos Cultura” no es una actividad es un Programa. El Programa Nacional de Puntos


de Cultura fue creado y declarado de interés nacional por Ley N° 30487-Ley de
Promoción de Puntos de Cultura. En el PESEM 2017-2021 aparece considerado como
“política pública cultural emblemática de trascendencia latinoamericana “.

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