Está en la página 1de 1

“… duerme tranquilamente que no temeré, aquellos que amaste están aquí conmigo, busca sobre

el camino un lugar para mí, que tan pronto esté listo buscaré mi camino y viviré eternamente…”

no dejo de pensar esa frase mientras esta madrugada tan nublada, oscura y fría me tiene con ese
sentimiento de intranquilidad, siento el impulso de tomar las llaves de mi coche e irme a las
montañas a ver el amanecer, pero lo que me cuestiona es el porqué de dicha intranquilidad…

¿aún se me dificulta olvidar y pasar página? Lo dudo, de todo he sabido sacar el aprendizaje y eso
me ha bastado. Muy en el interior mi humanidad se agota, me siento imperturbable, insensible
hasta podría decirse que tiendo a obrar por el impulso o estimulo adecuado. Que tan vacío sonó
eso ja… me enseñé a no temer por nada, a nunca sentir vergüenza, pero tampoco a saborear la
libertad.

Hundido en mis pensamientos me doy cuenta que ya estoy llegando a el punto más alto de la
ciudad y el triunfo del alba sobre las tinieblas se hace visible, mientras veo el amanecer recapitulo
sobre varias cosas que han sucedido, a ella le ofrecí curar su corazón roto con todo lo que podía,
vivimos una vida sin ninguna clase de límites y vi en ella más allá de lo que otros pudieron, a lo que
ella me preguntaba si me quedaría con ella por siempre.

¿Cómo vivir sin aquellos que amo? El tiempo sigue tomando las páginas de un libro que se está
quemando, el lugar y el tiempo siguen en mi mente y pensar que aún tengo tantas cosas que
decirte, pero estas tan alejada.

La última canción su última petición con toda esta confusión ahora necesito intentar encontrar un
lugar en mi mente preguntarme si tú puedes quedarte, si puedes quedarte lejos por siempre.

También podría gustarte