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INSTITUTO TECNOLOGICO DE LINARES

DESARROLLO SUSTENTABLE

DOCENTE: HIPOLITO CANO RUIZ

TRABAJO DE INVESTIGACION

ALUMNO: PABLO ARAM MONTELONGO RAMOS

NO. CONTROL: 18720066

FECHA: 28 DE SEPTIEMBRE DEL 2020


ANTESCEDENTES DEL DESARROLLO SUSTENTABLE
Al seguir un modelo de gestión que incorpora la RSE como uno de sus pilares
fundamentales, las empresas inician el camino de la sustentabilidad corporativa o la
denominada “triple sustentabilidad”. El Término de la sustentabilidad corporativa o “triple
sustentabilidad”, implica ser “una empresa altamente competitiva y económicamente
exitosa (sustentabilidad económica), al mismo tiempo que hace todo lo posible por
impactar el mínimo en el medio ambiente más allá de cualquier legislación ambiental
(sustentabilidad ambiental) y contribuir a la igualdad de oportunidades y disminución de
la pobreza, ya sea a través de sus mismos productos o servicios, o de acciones específicas
(sustentabilidad social)”.
El desarrollo sustentable se origina del hecho de tener unos recursos naturales limitados
(nutrientes en el suelo, agua potable, minerales, etc.), susceptibles de agotarse, de la
misma manera una creciente actividad económica sin más criterio que el económico
produce, tanto a escala local como planetaria, graves problemas medioambientales que
pueden llegar a ser irreversibles.
El concepto de desarrollo sustentable se hizo conocido mundialmente a partir del informe
“Nuestro Futuro Común”, publicado en 1987 con motivo de la preparación para la
Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo,
realizada en Río de Janeiro, Brasil, en 1992. Sustentabilidad significa satisfacer las
necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones
futuras de satisfacer sus propias necesidades. Para lograrla hay que tomar en cuenta los
factores implícitos en esta definición, que son: bienestar, desarrollo, medio ambiente y
futuro.
La Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo, establecida por las Naciones
Unidas en 1983, definió el desarrollo sustentable como el “desarrollo que satisface las
necesidades del presente sin comprometer las capacidades que tienen las futuras
generaciones para satisfacer sus propias necesidades”. El desarrollo sustentable implica
pasar de un desarrollo pensado en términos cuantitativos basado en el crecimiento
económico a uno de tipo cualitativo, donde se establecen estrechas vinculaciones entre
aspectos económicos, sociales y ambientales, en un renovado marco institucional
democrático y participativo, capaz de aprovechar las oportunidades que supone avanzar
simultáneamente en estos tres ámbitos, sin que el avance de uno signifique ir en deterioro
de otro.
Como parte del programa de trabajo sobre Indicadores de Desarrollo Sustentable,
adoptado por la Comisión sobre Desarrollo Sustentable (CDS) en 1995, se generó un
conjunto de 58 indicadores, con una guía de estimación revisada para cada uno de ellos.
El término desarrollo sustentable se aplica al desarrollo socio-económico y fue
formalizado por primera vez en el documento conocido como Informe Brundtland (1987),
fruto de los trabajos de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones
Unidas. El desarrollo sustentable no se centra exclusivamente en las cuestiones
ambientales. En términos más generales, las políticas de desarrollo sustentable afectan a
tres áreas: económica, ambiental y social. En apoyo a esto, varios textos de las Naciones
Unidas, incluyendo el Documento Final de la Cumbre Mundial de 2005, se refieren a los
tres componentes del desarrollo sustentable, que son el desarrollo económico, el
desarrollo social y la protección del medio ambiente, como “pilares interdependientes que
se refuerzan mutuamente”.
El concepto de Desarrollo Sostenible, comenzó a formularse en los años setenta bajo el
término de “eco-desarrollo” y fue perfilándose a lo largo de las dos siguientes décadas. Se
basa, en la constatación, corroborada por otra parte por el sentido común, de que en la
naturaleza nada crece indefinidamente, sino que, al alcanzar determinados umbrales
máximos, en todo proceso se produce el colapso y la degradación y las componentes
degradadas o fragmentadas pasan a formar parte de nuevos procesos de desarrollo.
La Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural (UNESCO, 2001) profundiza aún más
en el concepto al afirmar que “… la diversidad cultural es tan necesaria para el género
humano como la diversidad biológica para los organismos vivos”; Se convierte en “una de
las raíces del desarrollo entendido no sólo en términos de crecimiento económico, sino
también como un medio para lograr un balance más satisfactorio intelectual, afectivo,
moral y espiritual”. En esta visión, la diversidad cultural es el cuarto ámbito de la política
de desarrollo sostenible.
Por otra parte, el “desarrollo verde” generalmente es diferenciado del desarrollo
sostenible en que el desarrollo verde puede ser visto en el sentido de dar prioridad a lo
que algunos pueden considerar “sostenibilidad ambiental” sobre la “sostenibilidad
económica y cultural”.

QUE ES DESARROLLO SUSTENTABLE, CUANDO Y PORQUE SURGE


El concepto desarrollo sustentable es el resultado de una acción concertada de las
naciones para impulsar un modelo de desarrollo económico mundial compatible con la
conservación del medio ambiente y con la equidad social. Sus antecedentes se remontan a
los años 50 del siglo XX, cuando germinan preocupaciones en torno a los daños al medio
ambiente causados por la segunda guerra mundial. Sin embargo, es hasta 1987 cuando la
Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo (CMMAD) de las Naciones Unidas,
presidida por la Dra. Gro Harlem Brundtland, presenta el informe “Nuestro Futuro
Común”, conocido también como “Informe Brundtland”, en el que se difunde y acuña la
definición más conocida sobre el desarrollo sustentable:
“Desarrollo sustentable es el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin
comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias
necesidades”. (CMMAD, 1987:24) El desarrollo sustentable se ha constituido un
“manifiesto político”, es decir, se ha elevado como una poderosa proclama que se dirige a
ciudadanos, organizaciones civiles, empresas y gobiernos para impulsar acciones,
principios éticos y nuevas instituciones orientadas a un objetivo común: la sustentabilidad.
En concordancia con lo anterior, el desarrollo sustentable se afirma sobre tres ejes
analíticos:
1. Un desarrollo que tome en cuenta la satisfacción de las necesidades e las
generaciones presentes.
Esta tesis intrageneracional se refiere a que se requiere de la participación política
para crear nuevas instituciones al compás de cambios culturales que permitan reducir
la exclusión social, esto es, que reorganicen la vida cotidiana y la reproducción social.
Para ello se requiere abordar aspectos como:
A. El patrón demográfico. La reducción de la mortalidad y los grandes
contingentes de población que se están integrando a la sociedad de consumo,
entre otros aspectos, han ocasionado un crecimiento exponencial en la
demanda de alimentos, que deriva en una crisis alimentaria en algunas partes
del mundo; es por esto que se requiere actuar sobre el patrón demográfico,
por ejemplo, introduciendo una regulación voluntaria de los nacimientos que
nos lleve a una gradual estabilización de la población.
B. La equidad social. La solidaridad intrageneracional es otro aspecto elemental
en el desarrollo sustentable. Para esto se requiere redefinir políticas y metas
para lograr una mayor equidad en la distribución del ingreso y reducir así las
brechas entre países desarrollados y en desarrollo. Para alcanzar la equidad es
necesario que haya crecimiento económico pero que éste genere empleos; que
sea más equitativo, es decir, que los frutos del trabajo beneficien a todos y no
sólo a unos cuantos; que incluya las voces de las comunidades a través de la
democratización; que sea un crecimiento que afiance la identidad cultural; un
crecimiento que cuide los recursos naturales y el medio ambiente para avanzar
hacia un futuro más certero.
C. Nuevas políticas para nuevas instituciones. La reforma política es una condición
necesaria para el desarrollo sustentable y a través de ella reducir la
desigualdad social y evitar la destrucción del medio ambiente, promoviendo
decisiones políticas integrales que cuando, por ejemplo, traten aspectos
económicos no dejen de lado el impacto social o ambiental que esa política
tendría. Asimismo, la reforma institucional requiere modificar los procesos de
cooperación internacional y de la gobernabilidad mundial.
D. Una nueva cultura civilizatoria. La evolución histórica se ha visto insostenible
en lo relativo a la situación ambiental, económica y social. Las
transformaciones necesitan llegar a lo más profundo del ser mediante un
cambio civilizatorio, de valores, de redefinición de prioridades, de opciones
sustanciales que coloquen lo material en su justa dimensión para que el ser
humano se realice plenamente y en armonía con su entorno natural y con la
comunidad a la que pertenece.
2. Un desarrollo respetuoso del medio ambiente
La premisa central que sostiene esta tesis implica que el desarrollo no debe degradar el
medio ambiente biofísico ni agotar los recursos naturales. Esta premisa es la que le ha
dado sentido a toda la concertación internacional desde la Cumbre de Estocolmo en 1972,
que pasa por el informe “Nuestro Futuro Común” en 1987, pero sobre todo con un
sentido estratégico a partir de la Cumbre de Río en 1992, promoviendo la reflexión sobre
cómo compatibilizar las necesidades y aspiraciones de las sociedades humanas, con el
mantenimiento de la integridad de los sistemas naturales. Además, se reconoce que el
deterioro ambiental de las actividades humanas no es un fenómeno homogéneo, sino que
depende de los estilos de desarrollo, el modo de vida y las condiciones del entorno.

3. Un desarrollo que no sacrifique los derechos de las generaciones futuras


Si bien es difícil definir cuáles podrían ser las necesidades básicas de las generaciones
no nacidas, qué deberán satisfacer y cómo lo harán, la justicia intergeneracional es
una condición ligada tanto a la equidad social como a la conservación del medio
ambiente en el momento actual. En otras palabras, la pobreza no puede aumentar
ahora ya que los pobres no pueden ser más pobres en el futuro y los sectores y países
ricos deben necesariamente reducir sus niveles de vida y de consumo a fin de no
hipotecar el presente y el futuro del planeta. Asimismo, mantener a largo plazo la
integridad del ecosistema planetario es también un requisito de la sustentabilidad de
las generaciones presentes.
De esta manera, la noción de desarrollo, centrada principalmente en el crecimiento
material progresivo, ha sido desafiada por una visión más amplia, compleja y holística
–donde lo cuantitativo está subsumido en lo cualitativo– que articula el cuidado del
medio ambiente, así como la integridad de los ecosistemas, las relaciones sociales
solidarias orientadas hacia la equidad y los entornos institucionales de la política para
el ejercicio de la gobernanza democrática, ejes constitutivos de la visión holística del
desarrollo sustentable.

En efecto, desde esta perspectiva, el concepto desarrollo sustentable emerge como


una propuesta conceptual holística que articula al menos cinco dimensiones: la
económica, la ambiental, la social, la política y la cultural. Dentro de estas dimensiones
se abarcan temas como la equidad, las oportunidades de empleo, el acceso a bienes
de producción, los impactos ambientales, el gasto social, la igualdad de género, el
buen gobierno, una sociedad civil activa en términos de participación social, entre
otros, considerándose tanto aspectos cuantitativos como cualitativos del desarrollo.
QUE ES EL INFORME BRUNDTLAND
El libro “Nuestro Futuro Común” (nombre original del Informe Brundtland) fue el
primer intento de eliminar la confrontación entre desarrollo y sostenibilidad.
Presentado en 1987 por la Comisión Mundial Para el Medio Ambiente y el Desarrollo
de la ONU, encabezada por la doctora noruega Gro Harlem Brundtland, trabajó
analizando la situación del mundo en ese momento y demostró que el camino que la
sociedad global había tomado estaba destruyendo el ambiente por un lado y dejando
a cada vez más gente en la pobreza y la vulnerabilidad.
El propósito de este informe fue encontrar medios prácticos para revertir los
problemas ambientales y de desarrollo del mundo y para lograrlo destinaron tres años
a audiencias públicas y recibieron más de 500 comentarios escritos, que fueron
analizados por científicos y políticos provenientes de 21 países y distintas ideologías.
Como indica el libro, el trabajo de tantas personas con historia y culturas diferentes
hizo que fuera necesario fortalecer el diálogo, por lo cual el resultado es más de lo que
cualquiera de ellos hubiera conseguido individualmente. Dicho documento postuló
principalmente que la protección ambiental había dejado de ser una tarea nacional o
regional para convertirse en un problema global. Todo el planeta debía trabajar para
revertir la degradación actual.

También señaló que debíamos dejar de ver al desarrollo y al ambiente como si fueran
cuestiones separadas. El Informe dice que “ambos son inseparables”.
Señala que el desarrollo dejaba de ser un problema exclusivo de los países que no lo
tenían. Ya no se trataba de que los “pobres” siguieran el camino de los “ricos”. Como
la degradación ambiental es consecuencia tanto de la pobreza como de la
industrialización, ambos debían buscar un nuevo camino. La importancia de este
documento no sólo reside en el hecho de lanzar el concepto de desarrollo sostenible
(o desarrollo sustentable), definido como aquel que satisface las necesidades del
presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones, sino que este
fue incorporado a todos los programas de la ONU y sirvió de eje, por ejemplo, a la
Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro en 1992.
En defensa de la tesis del desarrollo sostenible, el documento sugiere que los países
adopten medidas de control poblacional, garantizando las necesidades básicas de
salud, educación y vivienda; seguridad alimentaria; acceso al agua potable y el
saneamiento; conservación de la biodiversidad y la reducción del consumo de
combustibles fósiles, incentivando la adopción de fuentes renovables de energía.
El Futuro Común fue la base de todas las discusiones que nortearon la Conferencia de
las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, en 1992 (Rio 92), dando origen a
importantes documentos que en conjunto han cambiado toda la perspectiva
ambiental hasta entonces desarrollada.

PRINCIPIOS Y DIMENSIONES DE LA SUSTENTABILIDAD


Los principios de la sustentabilidad se visualizan desde la perspectiva de la biosfera:
1) “una sola tierra” con un “futuro común” para la humanidad.
2) “pensar globalmente y actuar localmente”.
3) El principio de precaución. Este sugiere la necesaria adopción de medidas
protectoras frente a una acción determinada, cuando no existe certeza científica
de las consecuencias para el medio ambiente y los seres vivos.
4) Responsabilidad colectiva y equidad social.
5) Justicia ambiental y calidad de vida de las generaciones presentes y futuras.
DIMENSIONES
La dimensión se entiende como aspecto, del que resulta posible definir una medida física;
así mismo, permite describir el concepto de escenario, el cual se asume como “el lugar
donde se desarrolla una acción o un suceso” o como “el conjunto de circunstancias o
ambiente que rodean a una persona o situación”. El escenario comprende al menos tres
elementos centrales: la gente, el territorio en su dimensión geomorfológica y el tiempo.
Existen cuatro dimensiones del Desarrollo Sostenible: la sociedad, el medio ambiente, la
cultura y la economía, que están interconectadas, no separadas. La sostenibilidad es un
paradigma para pensar en un futuro en donde las consideraciones ambientales, sociales y
económicas estén equilibradas en la búsqueda de una mejor calidad de vida. Por ejemplo,
una sociedad próspera depende de un ambiente sano que provea alimentos y recursos,
agua potable y aire limpio para sus ciudadanos.

Cabe preguntarse cuál es la diferencia entre el Desarrollo Sostenible y la Sostenibilidad. A


menudo se piensa en la Sostenibilidad como una meta a largo plazo (p. ej., un mundo más
sostenible), mientras que el Desarrollo Sostenible se refiere a los muchos procesos y
medios para lograrlo (p. ej., la agricultura y la silvicultura sostenibles, la producción y el
consumo sostenibles, el buen gobierno, la investigación y la transferencia de tecnología, la
educación y la capacitación, etc.).

EN QUE CONSISTE LA AGENDA 2030


SDG Ambition es una iniciativa aceleradora que tiene como objetivo desafiar y apoyar a las
empresas participantes del Pacto Mundial de las Naciones Unidas a establecer objetivos
corporativos ambiciosos y acelerar la integración de los 17 Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS) en la gestión empresarial central. SDG Ambition permite a las empresas
ir más allá del progreso incremental y el cambio transformador progresivo,
desbloqueando el valor empresarial, creando resiliencia empresarial y permitiendo el
crecimiento a largo plazo.
La necesidad de SDG Ambition hoy es clara. El mundo no está logrando avances hacia los
ODS al ritmo y la escala necesarios. Si bien aún es posible cambiar el mundo hacia una
trayectoria de 1.5 ° C y alcanzar los ODS para 2030, se necesitarán acciones urgentes,
escalables y de múltiples partes interesadas para acelerar drásticamente el progreso. Las
empresas deben adoptar una posición clara y demostrar un liderazgo audaz para
transformar los modelos de negocio y las economías para que sean más justas e inclusivas,
sin dejar a nadie atrás. Esta es nuestra línea de partida cuando lanzamos SDG Ambition.
Dirigido por el Pacto Mundial de las Naciones Unidas en asociación con SAP y Accenture,
SDG Ambition empoderará y equipará a las empresas participantes del Pacto Mundial de
las Naciones Unidas para desarrollar e implementar estrategias comerciales innovadoras
que aumenten significativamente su impacto positivo en los ODS. A través de las Redes
Locales del Pacto Mundial en más de 60 países, las compañías participantes evaluarán el
desempeño actual, identificarán áreas de riesgo, descubrirán nuevas oportunidades en las
unidades y funciones comerciales y tomarán medidas comerciales ambiciosas para lograr
los ODS.
La nueva agenda consiste en un plan de acción para las personas, el planeta, la
prosperidad, la paz y el trabajo conjunto. Habrá de impulsar sociedades pacíficas, justas e
inclusivas y exigirá la participación de todos los países, partes interesadas y demás
individuos. Esta ambiciosa agenda se propone acabar con la pobreza de aquí a 2030 y
promover una prosperidad económica compartida, el desarrollo social y la protección
ambiental para todos los países. La nueva agenda se compone de 17 objetivos, incluido un
objetivo independiente para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres
(ODS 5) y metas con sensibilidad de género en los demás objetivos.
Se trata de la primera agenda de desarrollo en cuya negociación participaron todos los
Estados Miembros y que es válida para todos ellos durante los próximos 15 años. El
documento final reitera la apropiación y el liderazgo nacionales en la implementación de
la agenda.
En septiembre de 2015, al terminar el periodo de cumplimiento de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio (ODM), más de 180 estados miembros de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU) acordaron un nuevo plan de acción a partir del balance de los
ODM. Así, se estableció la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, mejor conocida
como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
El nuevo conjunto de objetivos mundiales se basan en lo alcanzado por los ODM e
incluyen nuevas metas globales como el crecimiento sustentable, prosperidad energética
con cuidado al medio ambiente, así como la seguridad, la paz y la igualdad de género.

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