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Instituto Tecnológico de Las Américas

Tecnología en Desarrollo de Software


Historia Dominicana

Sustentante:
Alan Emil Villar Del Jesús

Matrícula:
2020-9210

Grupo:
06

Profesora:
Elisa Yoelkis Gerónimo Burgos

Santo Domingo
2020
Investigar

- Populismo

El populismo con una «significación peyorativa» es el uso de «medidas de gobierno


populares», destinadas a ganar la simpatía de la población, particularmente si esta posee
derecho a voto, aun a costa de tomar medidas contrarias al Estado democrático.

El populismo, según la RAE, es una tendencia política que pretende atraerse a las clases
populares. Su origen es un movimiento ruso del siglo XIX, llamado narodnismo
(Narodnichestvo, народничество), término que se traduce al español como populismo,
derivado del lema "ir hacia el pueblo", que obraba como guía para los movimientos
democráticos rusos de la segunda mitad del siglo XIX.

Aunque se trata de un concepto difícil de definir con exactitud ya que designa realidades
diferentes, en algunas corrientes de las ciencias sociales es concebido como
una ideología que se basa en la diferenciación y la oposición dualistas entre «el pueblo»
(que es visto como una entidad soberana) y «la élite» (concebida como una expresión de
desigualdad política no deseada). Por otro lado, el uso del calificativo «populista» se hace
habitualmente en contextos políticos y académicos, de manera peyorativa, sin que del
término se desprenda por sí mismo una evidente identificación ideológica, sino estratégica
dentro del espectro izquierda-derecha.

Quienes piensan que el populismo constituye una corriente política con características
objetivas, destacan aspectos como la simplificación dicotómica, el antielitismo (propuestas
de igualdad social o que pretendan favorecer a los más débiles), el predominio de los
planteamientos emocionales sobre los racionales, la movilizacion social, etc. Otros
estudiosos consideran que el populismo es la contracara del elitismo y que el sistema
político más adecuado es el pluralismo, que no cae en ninguno de ambos extremos,
haciendo que el poder fluctúe entre todos los agentes políticos, equilibrando las
diferencias, está visión cuestiona la idea inicial de la constitución de estados unidos, "We
the people" (Nosotros el pueblo), para sostener que no existe "el pueblo", sino que existen
múltiples pueblos en cada país.

La relación que tiene con la trayectoria de la política en este país

El populismo es un fenómeno que históricamente ha afectado sociedades con niveles de desarrollo


muy desiguales, en circunstancias históricas determinadas y en épocas muy distintas. Es un
fenómeno complejo y polifacético que ha estado presente en la historia política de muchos países
de América Latina. Una de las fases históricas de la evolución de este concepto es el llamado
populismo clásico que se desarrolló en América Latina entre la pos-crisis económica de 1929 y la
década de los años 60. En República Dominicana la dictadura de Trujillo (1930-1961) se sitúa en
ese mismo período histórico en que el populismo clásico se desarrolló en América Latina. En este
artículo se examina el régimen de Trujillo desde los postulados que definen el populismo clásico.
Estudiando a los principales autores del populismo clásico y a los historiadores dominicanos, se
analiza el contexto en el que surge y el discurso y las prácticas que desarrolló el régimen de
Trujillo, a partir del liderazgo autoritario, mesiánico y personalista, las políticas de industrialización
vía sustitución de importaciones, el discurso sobre el pasado, la clase obrera y el campesinado, la
movilización del pueblo y el manejo de un discurso de carácter nacionalista.
-Clientelismo

El clientelismo político es un intercambio extraoficial de favores, en el cual los titulares


de cargos políticos regulan la concesión de prestaciones, obtenidas a través de su función
pública o de contactos relacionados con ella, a cambio de apoyo electoral. Los
politólogos Cas Mudde y Cristóbal Rovira Kaltwasser lo definen como «un modo particular
de intercambio entre grupos de electores y políticos, gracias al cual los votantes obtienen
bienes (pagos directos o acceso privilegiado a empleo, bienes y servicios, por ejemplo) a
condición de que apoyen a un patrón o partido”. Aspectos ya definidos en décadas anteriores
por los politólogos Guillermo O`Donnell, Javier Auyero y Miguel Trotta en el mismo sentido.
En un sistema de clientelismo, el poder sobre las decisiones del aparato administrativo del
Estado se utiliza para obtener beneficio privado; el patrón —sea directamente un funcionario,
u otra persona dotada de suficiente poder como para influir sobre los funcionarios— toma
decisiones que favorecen a sus clientes, y que estos compensan con la perpetuación en el
poder del funcionario implicado o de su entorno. La relación puede fortalecerse mediante la
amenaza de utilizar esa misma capacidad de decisión para perjudicar a quienes no colaboren
con el sistema. Resulta paradigmática, a este respecto, la habitual relación entre los
principales medios de comunicación comerciales y privados, y los principales partidos
cercanos a cualquiera de los más importantes organismos de poder, fenómeno
particularmente característico de sistemas con fuerte consolidación o predominio de
situaciones de bipartidismo. En general, los sistemas clientelares aparecen donde la
necesidad de integrar rápidamente un elevado número de participantes a un sistema político
sin tradición organizativa lleva al desarrollo de sistemas de mediación informal entre la acción
estatal y las necesidades de las comunidades.
La relación que tiene con la trayectoria de la política en este país
El clientelismo plantea relaciones informales de intercambio reciproco de favores y
mutuamente beneficios entre dos sujetos en la cual existe la diferencia de poder y control
de recursos. En la misma existe un patrón y un cliente. El patrón proporciona bienes
materiales, protección y acceso a recursos diversos y, el cliente ofrece en cambio
servicios personales, lealtad, apoyo político o votos.

En la dinámica social el clientelismo tiene facetas diferentes, pero el clientelismo político


adquiere relevancia por sus implicaciones en la dinámica de la sociedad y sus
instituciones. Es una práctica oculta e informal que no está regulada legalmente, en la
cual, el objeto del intercambio son los recursos públicos o del Estado.

En la Republica dominicana el clientelismo político, en las últimas décadas, se ha


convertido en una práctica cotidiana y normal. Impulsada por la clase gobernante. Corroe
y socava el sistema democrático penetrando los más importantes estamentos del Estado.
Desvirtúa la misión de servicios y de interés público de las instituciones, Infringiendo los
aspectos técnicos de gestión, pues, se convierten en reservorios clientelares.

El clientelismo político es una actividad propia de políticos inescrupulosos, no tienen


ideologías, programas o agendas sociales. Como practica apartada del derecho y la moral
social está indisolublemente ligada a la corrupción tanto en el quehacer político,
institucional como en el social.
-Indulto

El indulto es una causa de extinción de la responsabilidad penal, que supone el perdón de


la pena. Es una situación diferente a la amnistía, que supone el perdón del delito, ya que
por el indulto la persona sigue siendo culpable, pero se le ha perdonado el cumplimiento
de la pena. El indulto puede ser total o parcial. A su vez puede ser general y particular.

 El indulto total comprende la remisión de todas las penas a que hubiere sido
condenado el reo y que aún no hubieren sido cumplidas.
 El indulto parcial supone la remisión de alguna o algunas de las penas impuestas o su
conmutación por otras menos graves.

La relación que tiene con la trayectoria de la política en este país


El indulto es una institución jurídica histórica que ha sido acogida por la mayoría de las
Constituciones del mundo. Es una medida de gracia en la que un individuo que ha sido
declarado culpable de una infracción a las normas penales, obtiene el perdón del
cumplimiento de la pena por parte de la autoridad competente. Es un acto de generosidad
individual e indulgencia del poder público. No borra el acto delictuoso y deja subsistir
ciertas incapacidades accesorias. Puede ser total, parcial, puro y simple y condicional.
El indulto es total cuando incluye la totalidad de la pena y el pago de la multa; parcial,
cuando se concede respecto de una de las penas impuestas en la sentencia
condenatoria; puro y simple, cuando no se establece ningún tipo de condiciones y
condicional, cuando su concesión se sujeta a razones convenientes.

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