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UNIVERSIDAD SANTO TOMÁS

FILOSOFÍA POLÍTICA

DANNA VALENTINA COKE DAWKINS

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ANÁLISIS DEL BREXIT DESDE LA MODERNIDAD LÍQUIDA DE BAUMAN

El Brexit, o salida del Reino Unido de la Unión Europea, comenzó como una
promesa de campaña del entonces Primer Ministro David Cameron en 2013, quien,
logró la reelección gracias a esta promesa, e hizo posible un referéndum en 2016, en el
que los británicos podrían elegir la continuidad del Estado dentro de la comunidad
política o, por el contrario, el retiro definitivo de Reino Unido, tema que años atrás
había sido de gran controversia debido a la poca familiarización de los británicos con la
Unión Europea. Ahora, el actual Primer Ministro Boris Jonhson, tras haber hecho
realidad el Brexit el 30 de enero de 2020, se encuentra en la etapa más difícil para lograr
completar la salida de Reino Unido, y es pactar los términos de su nueva relación con la
Unión Europea, hecho que deja en total incertidumbre no sólo a los británicos, sino
también a la comunidad política. De acuerdo a la previa contextualización, este texto
tiene el propósito de analizar el Brexit desde la modernidad líquida de Bauman,
(sociólogo, filósofo y ensayista polaco-británico), teoría que nos ayudará a comprender
concretamente el caso de Reino Unido, y los retos que tuvo que asumir tras el Brexit,
hecho completamente incógnito para un Estado de tradición consuetudinaria.

La ruta de desarrollo será la siguiente; en un primer momento, se profundizará acerca


del caso y se expondrán todos los hechos y fenómenos políticos, económicos, sociales y
culturales implicados desde el inicio de este proceso; en un segundo momento, se
analizará el caso desde la modernidad líquida y su analogía con el Brexit, y en un tercer
y último momento, se concluirá acerca de la significación de un fenómeno político de
esta proporción frente al orden del sistema internacional en el mundo contemporáneo.
El brexit supuso un reto en materia política, no sólo para Reino Unido sino también
para la Unión Europea, proceso que se vio fuertemente marcado por desacuerdos por
ambas partes para llegar a un consenso, no obstante, luego de tres años y medio de
fuertes negociaciones, Reino Unido abandonó formalmente la Unión Europea el 31 de
enero del año 2020 entrando en un periodo de transición de once meses, en que que
ambas partes deben redefinir los términos de su nueva relación económica. Como se
mencionó anteriormente, este proceso comenzó con el referéndum realizado por el
entonces Primer Ministro británico David Cameron, quien, tras el resultado, dimite y le
suceden el cargo a Teresa May, siendo ella la responsable de materializar el divorcio,
por lo cual, nueve meses después del referéndum, firma la carta que convoca el artículo
50 del tratado de Lisboa por el que un Estado miembro puede abandonar
voluntariamente a la Unión Europea, con este hecho, se abre el proceso de
negociaciones con Bruselas.

Para ampliar su frágil mayoría parlamentaria, May decide convocar elecciones


generales, pero sus expectativas se derriban al quedarse a ocho escaños de la mayoría
absoluta; tras meses de debates acerca de las nuevas obligaciones y derechos de Reino
Unido fuera de la comunidad política, se fija una fecha para su desconexión: el 29 de
marzo de 2019, por lo que, el 9 de diciembre de 2017, las partes acuerdan: en primer
lugar, la deuda de Reino Unido de 50 millones de euros, en segundo lugar, la garantía
de los derechos de los ciudadanos europeos, y en tercer lugar, que no habrá frontera
dura entre Irlanda e Irlanda del Norte (forma parte de Reino Unido). Ese mismo mes, la
Cámara de los Comunes, aprueba poner a votación el Brexit, dándole al parlamento la
última palabra. May propone un Brexit blando, en el que se mantenga un área de libre
comercio con el fin de evitar volver a la frontera dura de las dos Irlandas.

Por lo que, el entonces desafío de May es conseguir la mayoría parlamentaria,


consiguiendo todo lo contrario al ser rechazado en tres ocasiones su acuerdo de
divorcio, siendo la peor derrota de un gobierno en la historia del Estado, siendo así,
Bruselas ofrece una prórroga con el fin de evitar la tan temida salida sin acuerdo,
fijando como nueva fecha el 31 de octubre de 2019; derrotada y sin ningún otra
alternativa, May dimite sucediéndole el cargo al actual Primer Ministro Boris Johnson,
quien toma una actitud desafiante desde el principio asegurando que Reino Unido
partirá con o sin acuerdo el 31 de octubre. Se destaca una de las acciones más
impopulares del Primer Ministro al suspender el parlamento dos semanas antes del
Brexit con el objetivo de la oposición no vete un Brexit sin acuerdo, decisión que fue
declarada por el Tribunal Supremo como ilegal, más tarde el parlamento aprueba un
proyecto de ley que impide que Reino Unido abandone la UE sin acuerdo, razón por la
cual, Johnson fijó un nuevo plan alternativo el 2 de septiembre de 2019, en el que se
establecían las siguientes condiciones: Respetar las acuerdos de viernes Santo, crear
amplias zonas de colaboración entre Reino Unido e Irlanda, instaurar una zona
regulatoria común (productos agrícolas y manufacturados) hasta 2025 y reconocer que
Irlanda hace parte del territorio aduanero de Reino Unido cuando acabe el periodo de
transición en 2020.

Tras no llegar a un acuerdo con el parlamento, Bruselas acepta nuevamente una


prórroga hasta el 31 de enero de 2020, tras un cuarto intento y para el agrado de
Johnson, logra llegar a un consenso con el parlamento además de la convocatoria de
elecciones anticipadas. La ley del acuerdo del Brexit es aprobada en la Cámara de los
Comunes y en la Euro Cámara, por lo tanto, Londres y Bruselas deberán negociar
durante el periodo de transición, los términos de su nueva relación en materias políticas,
económicas, sociales y de seguridad.

Según lo planteado en la ruta de desarrollo, corresponde, en un segundo lugar, analizar


el Brexit desde la modernidad líquida de Bauman, a quien me remito citar; “La mayor
preocupación de nuestra vida social e individual es cómo prevenir que las cosas se
queden fijas que sean tan sólidas que no se puedan cambiar en el futuro” (Bauman, Z).
Bauman explica que la modernidad en que vivimos es líquida, es decir, vivimos en una
sociedad cambiante e inestable, hecho que puede verse evidenciado directamente con el
caso británico, que después de 47 años de relaciones políticas y económicas decide
retirarse de la UE, demostrando que no todas las relaciones perduran con el tiempo.
Bauman, utiliza las metáforas de fluidez y liquidez para explicar de alguna manera, la
nueva historia de la fase actual, la cual, al igual que los líquidos explica la carencia de
una forma definida; el caso de Reino Unido es supremamente importante para entender
esta teoría y los retos que supuso el Brexit tanto para London como para Bruselas ya
que, por una parte, Reino Unido posee una constitución consuetudinaria, basada en la
costumbre, la cual se vio gravemente enmendada durante este proceso debido a la
ausencia de jurisdicción entorno al Brexit; por otro lado Bruselas, no se había
enfrentado anteriormente a la salida de un Estado de la UE y por lo tanto, no habían
precedentes sobre cómo hacerlo.

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