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El tiempo litúrgico de Adviento: vivir sus riquezas

Redacción Odres Nuevos

Como bien sabemos, el tiempo de Adviento tal y como lo celebramos ahora son las semanas que
preceden y preparan la Navidad. Este año, el primer Domingo de Adviento cae el 29 de noviembre.

"Adviento" significa "venida", por ello en este tiempo nos disponemos para acoger la venida del
Señor. El Adviento, la espera de la venida del Señor, es el primer paso de esta historia anualmente
revivida en el Año Litúrgico.

Origen y significado

Este tiempo tiene un claro origen hispano: en el Concilio de Zaragoza, año 380, se prescribe que
los fieles vayan a la iglesia desde el 17 de diciembre hasta la Epifanía para orar y reunirse
frecuentemente. Dicha práctica se consolidó en Francia a lo largo del siglo V, cuando Perpetuo de
Tours (490) establece un ayuno de tres días a la semana desde San Martín (11 de noviembre)
hasta Navidad. Pero el Adviento romano no se fija sino hasta el siglo VI con los Sacramentarios y
Leccionarios que nos han transmitido sus formularios litúrgicos. Curiosamente, cabe destacar que
solo en Roma el Adviento fue, desde el principio, una institución litúrgica, mientras que en los
demás lugares fueron consideraciones ascéticas lo que constituyó el punto de arranque y las
normas de su evolución.

El sentido del Adviento Romano queda perfectamente definido en los siglos VI-VII. En primer lugar,
es, según la concepción de las Galias, un tiempo de preparación a la solemnidad de Navidad, pero
también un tiempo de "espera": espera para la Navidad y espera del retorno glorioso del Señor al
final de los tiempos. De este modo, la espera cristiana, halla su expresión espontánea en los textos
proféticos inspirados por la espera del Mesías: Isaías y Juan Bautista, las dos grandes voces de la
liturgia del Adviento.

En este sentido, cabe recordar que el Adviento comienza cuatro domingos antes de la Navidad. El
primer domingo miramos hacia la última venida de Cristo; el segundo y tercero, a Juan Bautista; y
el cuarto, a María, la Madre de Dios. Aunque también cabe destacar en su estructura dos etapas:
Desde el primer domingo de Adviento hasta el 16 de diciembre (invitación a prepararnos en la
esperanza y en la conversión para la venida del Señor a nuestras vidas); desde el 17 hasta el 24
(más directamente orientada hacia las fiestas de Navidad).

Características y peculiaridades de este tiempo 

Palabras que resuenan en Adviento: 

Emmanuel: Expresión hebrea que significa "Dios con nosotros" (Is 7, 10-14). Signo de la presencia
salvadora de Dios en medio del pueblo.

Marana tha: Expresión aramea, "¡Señor nuestro, ven!". Que las comunidades mantuvieron intacta
(1Cor 16,22). Es la expresión del anhelo del retorno de Jesús. Nuestra traducción es "Ven, Señor,
Jesús"
Mesías: Palabra hebrea que significa "ungido". En la antigüedad los reyes, sacerdotes y profetas
eran ungidos con aceite como signo de la fuerza de Dios. El Mesías era el "elegido" para liberar al
pueblo de Israel. La traducción griega de "Ungido" es "Cristo" y así llama el NT a Jesús. 

Precursor: Es el que anuncia o prepara algún acontecimiento o venida de alguna persona. Se aplica
a Juan el Bautista.

Profeta: Significa mensajero de Dios, el que habla en nombre de Dios. No es un adivino, aunque a
veces predice acontecimientos. Isaías es el más representativo del Adviento.

Actitudes: 

Esperanza: esta es la palabra que más resuena. En dos sentidos: la encarnación y la venida
definitiva.

Disponibilidad: "preparad el camino al Señor" es la consigna de este tiempo, es la llamada que


Juan Bautista hacía en el Jordán a todos aquellos que se acercaban.

Alegría: no tenemos que guardarnos toda para Navidad. El tiempo de "preparación" también es
una alegría (por ejemplo, un banquete o una fiesta).

Oración: la Navidad que nos ofrecen los medios de comunicación social no debe desviar nuestra
atención de lo verdaderamente importante, nuestra espera vigilante y oración como preparación a
la encarnación del Mesías.

Paciencia: el Adviento es una invitación a trabajar sin desfallecer, un año más, en espera: "Tened
paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. Firmes en la fe.

Signos del Adviento: 

Austeridad litúrgica: no se trata de una "cuaresma", sino de una espera gozosa (no se suprime el
Aleluya, solo el Gloria). Eso sí, es un tiempo litúrgico austero: color morado, ausencia de flores,
etc.

Corona de adviento: tradición proveniente del norte de Europa pero ya arraigada (no preceptiva).
Sentido catequético (4 velas - 4 domingos).

El “Nacimiento”: La mejor manera de terminar el Adviento es preparando el Belén. Pero tenemos


que tener en cuenta que el "Niño" debemos colocarlo el 24 de diciembre por la noche (Misa del
Gallo) o el mismo 25. 

Repertorio musical en adviento 

Importancia del "propio".

El canto de entrada nos introduce en el Misterio y, en el caso concreto de los cuatro domingos de
Adviento, en el tiempo litúrgico que celebramos.

El Salmo (como de costumbre, no debe ser alterado).

Aprovechar para cantar los mismos cantos los 4 domingos; reservando un repertorio propio de
Adviento que solo se utilice en este tiempo litúrgico.
Peculiaridades del "ordinario"

El gloria es el gran canto de Navidad, por este motivo durante los domingos de Adviento no se
canta.

Otras cuestiones: 

El "Ave María" es un canto apropiado para el ofertorio del IV Domingo de Adviento.

El canto para encender la vela de la Corona de Adviento debe ser adecuado, es decir, que haga
referencia y mención al tiempo litúrgico que celebramos.

Conservar cantos de la tradición. Sería ideal que pudiésemos utilizar en cada tiempo litúrgico un
canto de nuestro tesoro musical.

¿Villancicos? Debemos hacer lo posible por NO utilizarlos en nuestras celebraciones litúrgicas


hasta el día 25 de diciembre; porque estos son expresión del Misterio que celebramos a partir de
ese día. Obviamente debemos cuidad el contenido de los textos.

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