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Daños por actividad médica – 31 agosto 2006 15772

Considera la Sala que para definir la causa petendi, la demanda debe ser interpretada de
manera integral, para entender que el daño sufrido es producto de las fallas en la prestación
del servicio. A este respecto reitera la Sala la jurisprudencia que ha sostenido en decisiones
anteriores, las cuales se ha considerado que es deber del juez interpretar la demanda como
un todo armónico deber que no constituye una mera liberalidad sino el cumplimiento de los
artículos 228 y 229 de la Constitución, que consagran como principios de la administración
de justicia la prevalencia del derecho sustancial y la garantía a su acceso. La falta de técnica
en la demanda no es óbice para que el juzgador desentrañe su sentido, aunque, claro está,
teniendo buen cuidado de no alterar el propósito expresado por el actor y siempre que no se
contravenga el derecho de defensa de la otra parte
El tema cobra particular importancia cuando se trata de la responsabilidad por los daños
causados con la actividad médica, la que por regla general está estructurada por una serie de
actuaciones que desembocan en el resultado final y en las que intervienen, en diversos
momentos varios protagonistas de la misma, desde que el paciente asiste al centro
hospitalario, hasta cuando es dado de alta o se produce su deceso. Esa cadena de
actuaciones sobre el paciente no es indiferente al resultado final y por ello, la causa
petendi en estos juicios debe entenderse comprensiva de todos esos momentos, porque la
causa del daño final bien puede provenir de cualquier acción u omisión que se produzca
durante todo ese proceso.
La Corporación en materia de responsabilidad médica acogió en su jurisprudencia, la tesis
de la “pérdida de un chance u oportunidad”, consistente en que la falla en la prestación del
servicio de salud configura responsabilidad, por el sólo hecho de no brindar acceso a un
tratamiento, incluso si desde el punto de vista médico la valoración de la efectividad del
mismo, muestra que pese a su eventual práctica (es decir si se hubiera practicado y no se
hubiera incurrido en la falla en la prestación del servicio), el paciente no tenía expectativas
positivas de mejoría.
La Imputabilidad es la atribución jurídica que se le hace a la entidad pública del daño
antijurídico padecido y que por el que en principio estaría en la obligación de responder,
bajo cualquiera de los títulos de imputación de los regímenes de responsabilidad, esto es,
del subjetivo (falla en el servicio) u objetivo (riesgo excepcional y daño especial).

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