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ENERGÍA HIDRÁULICA
Este recurso puede obtenerse aprovechando los recursos tal y como surgen
en la naturaleza, por ejemplo una garganta o catarata natural, o bien
mediante la construcción de presas. Desde hace siglos existen pequeñas
explotaciones en las que la corriente de un río mueve un rotor de palas y
genera un movimiento aplicado, por ejemplo, en molinos rurales. Sin
embargo, la utilización más común hoy en día la constituyen las centrales
hidroeléctricas de las presas.
Cuando se quiere producir energía, parte del agua almacenada se deja salir
de la presa para que mueva una turbina engranada con un generador de
energía eléctrica. Así, su energía potencial se convierte en energía cinética
llegando a las salas de máquinas. El agua pasa por las turbinas a gran
velocidad, provocando un movimiento de rotación que finalmente se
transforma en energía eléctrica por medio de los generadores.
Cada día se genera residuos sólidos urbanos (RSU) en las ciudades que son
transportados a vertederos. Éstos son enterrados, y con el tiempo terminan
generando gas metano que puede llegar a la atmósfera, donde se transforma
en dióxido de carbono, principal causante del calentamiento a nivel global.
Dicho metano puede ser aprovechado para la generación de energía,
evitando el grave perjuicio que supone su liberación a la atmósfera.
La valorización de los residuos o su transformación en energía útil, es
considerada como una opción de aprovechamiento de una fuente de energía
renovable, aunque más compleja que otras, por lo que cuenta con
detractores y defensores. La combustión de residuos orgánicos, genera
componentes químicos que pueden ser perjudiciales para la atmósfera, sin
embargo muchos coinciden en que es un método limpio y renovable en su
totalidad. Además, el hecho de que los propios ciudadanos adquieran al
hábito de separar la basura, sirve para aprovechar aún más dichos residuos
para la obtención de energía. No obstante, el primer paso siempre consistirá
en la reducción en la generación de residuos.
Imagen: vertedero con aprovechamiento del biogas (50% metano) o
recuperador e gas para producir energía.
GESTIÓN AMBIENTAL
Según la autora de esta nota, Ana María Cabello Quiñones “esto implica
estudios de factibilidad, inversión, tiempo de implantación, tecnología y vida
útil de la inversión”. http://biblioteca.iapg.org.ar, Gestión energética en el
marco del desarrollo sustentable [ consulta: 12 feb 2019 ]
BIOMASA
BIOMASA RESIDUAL
La biomasa residual es el subproducto o residuo generado en las actividades
agrícolas como podas o aclareos (ej. sarmientos, leña), y en las actividades
silvícolas y ganaderas, así como residuos de la industria agroalimentaria (ej.
cascara de almendra, hueso de aceituna) y en la industria de transformación
de la madera (ej. serrín)
Hay que recordar que, a diferencia de lo que sucede con los cultivos usados
como alimentos o como materia prima en la industria, no se necesita ningún
requisito especial en cuanto a condiciones del suelo o condiciones cismáticas
se refiere. Al contrario, lo que se busca es el tipo de cultivo que mejor se
acomode a las características del suelo y a las condiciones del lugar,
intentando obtener la mayor rentabilidad económica y energética. Así,
interesa conseguir un alto rendimiento en la transformación energética y una
alta producción anual.
Para los primeros, los alcoholes son una alternativa a las gasolinas, bien
como elemento de sustitución total o como elemento que mejora su índice de
octano. El alcohol etílico de origen vegetal, o bioetanol, se obtiene por
fermentación de materias primas azucaradas con un grado alcohólico inicial
del 10 al 15%, pudiéndose concentrar más tarde por destilación hasta la
obtención del denominado alcohol hidratado, 4-5% de agua, o llegar hasta el
alcohol absoluto tras un proceso específico de deshidratación.
Las materias primas utilizadas para producir este tipo de alcoholes deben ser
productos hidrocarbonados de bajo coste, ya sean de tipo azucarado o
amiláceo, susceptibles de sufrir un proceso de fermentación directamente,
como la fructosa, la glucosa o la sacarosa, o tras un proceso de hidrólisis,
como es el caso del almidón o la inulina. Cultivos como la caña de azúcar, el
sorgo azucarero o la remolacha entre los del primer grupo y cereales,
mandioca, patatas, entre los del segundo, pueden resultar económicamente
interesantes en algunas circunstancias para la producción de etanol
carburante.
Repostando bioetanol
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