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Carrera de Sociología

Facultad de Ciencias Sociales.

La colonidalidad como dominación social de


las corporalidades que habitan Latinoamérica.

Profesora: Viviana Bravo.

Estudiante: Mara Solar.

Fecha de entrega: 18/12/19.

Cátedra de Facultad: Pensamiento


y cultura latinoamericana.
Introducción

A lo largo de la historia del estudio de los dominios de la existencia como instituciones


de la modernidad europea con la colonización del Cono Sur; Latinoamérica, como
nietes de la invasión hemos sido participes de diverso contenido para comprender el
proceso histórico que formuló una identidad universal. Desde poesía, siguiendo con la
metáfora, cantos a la libertad y la liberación de las ataduras coloniales, etc. Además del
área científica, siendo fuente importante de análisis para les historiadores. Hay autores
que destacan en el pensamiento de liberación latinoamericana, algunes más conocides,
como Simón Bolivar o Enrique Dussel, mientras otres quedan en invisibles con ideas y
actos de resistencia y lucha. Asimismo, durante la formación educativa de les nietes del
proceso de colonización, llamades chilenes, en su mayoría, han sido influenciades por
dispositivos de un supuesto escenario de avance y progreso impuestos por la
modernidad occidental, especialmente en el ámbito económico (como si la colonización
no estuviese, aún, de la mano con tales decretos e ideas evolutivas). Nos han enseñado
que terminó la Conquista, que ahora somos independientes, que el 18 de septiembre de
1810 y el 12 de febrero de 1818 fueron el fin de la dependencia a la corona española;
que ahora es nuestra labor como ciudadanes producir nación y protegerla, elegir un
soberano a través de las urnas, como un padre-patria protege a sus hijes indefenses al
desorden y el caos, como un señor y una biblia evangeliza a les pobres indies, para no
tener barbares. Pero la imagen de independencia es invisible e irreal, en lo práctico y no
practico. Un cuento falso como el que trajeron les españoles a Latinoamérica con el don
de la limpieza racial y el favorecimiento económico, político y religioso, al territorio,
disfrazado bajo una manta repleta de matanza, de sangre y llanto. Nos han hecho creer
que el colonialismo terminó. Claramente ya no somos dominados por instituciones tan
evidentes por parte de una corona española. Pero me atrevo a decir que aún somos
colonialidad, este es un poder que transmuta y se moviliza, polimorfa en la historia,
cambia de nombre cada cierto tiempo, y sigue vigente, más que nunca, desde la Corona
Española al Estado Nación Chile, y en todas las colonias del cono sur.

1492 es el día en que se divide momentos, cual línea del tiempo que arrasa con
corporalidades y sus vidas, en el lejano continente no europeo al cual denominaron
América Latina, creyéndose les dueñes del mundo. Latinoamérica, lugar que desde la
llegada de Cristobal Colón y su manada, es testigo de su propio hundimiento,
explotación y violación.

El presente ensayo busca relacionar la vigencia de colonialidad desde el ámbito del


dominio social de género y sexualidad, como uno de los tipos de dominación de la
existencia, importados de la modernidad en el encubrimiento de Latinoamérica, desde la
colonización, con el momento actual reconocido como estallido social por el que viven
les nietes quienes habitan Chile el año 2019. Enfocándose en la oposición al patriarcado
y eurocentrismo que tienen cabida con la hegemonía de género regido por un tipo de
sistema universalizante occidental europeizante.

Social: Género y sexualidad. Heterocapitalismo.

Una de las formas en que Europa se establece como centro con operaciones
hegemónicas occidentales es con la caza de brujas 1, el control de corporalidades con
útero asignadas al encuadre de ser sujete mujer, que para la inquisición significaban
seres que amenazaban con el orden establecido, promulgando que son cuerpos
destinados a reproducirse, a reproducir el sistema. Por ende, enfatizaremos en la
dominación social del género y sexualidad como institución moderna para crear sujetes,
generar estéticas corporales basadas en lo superficial. Esto quiere que decir, cuando
comienza la colonización las mujeres y hombres no existían en Latinoamérica ¿Qué
quiere decir esto? Que antes no se asignaba nombre y/o roles a ciertas interpretaciones
corpóreas. Eso existía en Europa, Occidente. Luego con la invasión al cono sur, cuando
Europa se establece como centro es cuando en el ego-cogito cartesiano piensa “no
tienen a sus mujeres liberadas, por ende, hay que invadir”, hay que controlarlo, vencerlo
y encubrirlo.

Enrique Dussel nos propone un análisis de la modernidad, un acercamiento al


entendimiento de eurocentrismo y el encubrimiento de la otredad, de lo que luce no
europeo, como lo explica en la siguiente cita: “La modernidad ha construido su centro

1
Leonor Silvestri, Pudiendo tener sexo, ¿Quién quiere género? El género como dispositivo Occidental,
tucoypapa, 2019.
en el ego cogito cartesiano, desde el cual se ordena y categoriza todo cuanto existe.
Desde él se concibe a todas las sociedades y sus culturas como útiles, manipulables y
como instrumentos”2.

Entonces con la invasión introdujeron el régimen político de la heteronorma como


regulador. Produciendo el género, concepto que entendemos es una construcción social,
un cuerpo anatómico con supuestas construcciones sociales. Son conductas que se
imponen de manera coercitiva sobre características materiales. Es la materialidad del
cuerpo que surge con el occidentalismo. No está de más decir que no son estáticos, es
decir, cambian constantemente. Son diversos de tamaño, color y forma. Son
casualidades géneticas. Es la simplificación de les sujetes, la reducción de la diversidad.
A veces no todos los cuerpos con útera pueden o quieren tener hijes, a veces no todos
los cuerpos con útero o pene se sienten identificades con supuestas estéticas de género,
en ciertas ocasiones no todos necesitan identificarse con algo creado por occidente. A
veces solo se nace con una pecualiaridad. En otros momentos algunes no quieren
género, porque es sólo una traba en el avance de la deconstrucción de las cárceles
eurocéntricas. Lamentablemente Occidente provoca la perdida de la especificidad.

Ahora bien, para aterrizar al fenómeno que se desenvuelve en el estallido social del 18
de octubre, sin ignorar que es una seguidilla de revueltas, revoluciones y resistencias
desde que Chile se establece como Nación. Es cuando el movimiento de liberación a las
ataduras capitalistas del legado colonial que nos gobierna y controla, privatizando la
vida, los cuerpos y territorio, se rebela en las calles, vuelve a gritar al cielo que no
quiere más injusticia, corre a salvar a sus semejantes. Muchas luchas que parecen
especificas tienen una base, un enemigo común, el patriarcado y capitalismo, como
conceptos claves para atacar y responder al sistema. Sin embargo, las propuestas de
género en el discurso feminista latinoamericano, como el que adopta un fragmento del
feminismo chilene, y una parte del movimiento del estallido social, tiene un carácter
occidental privilegiado feminista, resultando una paradoja, puesto que al comprender
que el género es el medio cultural por el cual el sexo natural o naturaleza sexual se
forma, y eso no existía antes de la colonización, entonces están utilizando un producto
de este poder contra elles mismes. Puede resultar “rebuscada” la propuesta, quizás
contradictorio, pero no podemos negar que antes de la invasión no hay registros sobre
2
Enrique Dussel, El encubrimiento del Otro: hacia el origen del mito de la modernidad,
Colección Académica no. 1., La Paz, 1994, p. 8.
que las corporalidades que habitaban el actual territorio se diferenciaban por género.
Las teorías de género occidentales son herramientas hegemónicas cuando se aplican
universalmente bajo el supuesto de que las experiencias occidentales definen lo
humano. Entonces es necesario renovar la teoría feminista en Latinoamérica,
especialmente en este momento. Porque es el instante en que nuevas inteligibilidades
puede tomar espacio. Hay que desligarnos de la huella occidental hegemónica. No es
necesario hablar de género en el discurso feminista. No es necesario crear diferencias
entre nosotres que provocan asignación de roles, impunidad, injusticia, diferencias y
discriminación. No es necesario replicar el colonialismo en la distinción de género y
razas. No es ineludible utilizar las concepciones de género en esta lucha contra el legado
colonial.

Siguiendo la línea de pensamiento de Dussel, podemos reforzar lo planteado con el


siguiente extracto: “La modernidad ha construido su centro en el ego cogito
cartesiano, desde el cual se ordena y categoriza todo cuanto existe. Desde él se concibe
a todas las sociedades y sus culturas como útiles, manipulables y como instrumentos” 3.
Occidente se rige por la estética, por lo visible. Es por esto, que se crea una hegemonía
de la visión que encuadra características peculiares al sujeto inventado mujer y hombre.
Desde Europa la heterosexualidad se impone como régimen político. De este modo todo
lo que salga de la normativa hetero será denominado como anormal, bárbaro, lo que
requiere de educación occidental. La construcción (constructivismo) es un pilar clave en
el pensamiento positivista eurocéntrico que impone y domina a otras corporalidades del
cono sur; de las colonias, todo lo no europeo.

Chile: un campo de batalla.

El descontento crece disparadamente cuando las personas abren los ojos, cuando
deciden salir de los invisibles privilegios. Es cuando la rebeldía vuelve a apoderarse de
la sangre combatiente. Es el momento en que el bando armado con poder, dinero y
violencia muestran su mejor cara, la de invasores. Estado en el que la colonialidad se
manifiesta en su sentido más directo y sangriento. Con el uso de fuerza intentan callar a
la colonia que grita a mares dignidad. No podemos engañarnos, seguimos enjaulados en
negocios insensibles, por una parte, siguen intentando que seamos espejos del género

3
Enrique Dussel, El encubrimiento del Otro: hacia el origen del mito de la modernidad,
Colección Académica no. 1., La Paz, 1994, p. 11.
que ellos mismos han creado, separándonos entre nosotres entre categorías, y siguen
explotando la naturaleza, no paran, es una guerra interminable desde 1492. Por otra
parte, seguimos siendo dependientes económica y políticamente de los países del norte.

Chile, ejemplo del avance y progreso importado desde Europa. Un campo de batalla
donde viven grupos de elite, fuerza estatal, contra un gran grupo de gente herida,
maltratada, nietes de la invasión, para que coexistan falsamente, para que el país parezca
un oasis, como dijo sin escrúpulo Sebastián Piñera, pero no es así, somos colonia,
dominades, controlades, exterminades. Chile es un escenario de matanza, injusticia y
poderío en aumento progresivo. Donde aún la naturaleza es utilizada como bien
material, al igual que en la colonia. Donde aún cuando nace un nuevo cuerpo humano se
hace un distintivo por la interpretación de género que se le asigna. Donde aún hay un
grupo de personas que concentra el poder y decide monopólicamente, como en un
Reino. Los gobiernos de los países invadidos por el occidente europeo nunca dejaron de
ser colonia. En apariencia nos hemos desprendido, pero en verdad seguimos siendo
colonialidad.

Toda lucha tiene grupos que se enfrentan de una u otra manera. Todo enfrentamiento
sea directo o indirecto posee particularidades. Toda lucha es distinta a la otra por los
emblemas y motivos. Además, todo enfrentamiento posee distinciones significantes por
la “raza” (entre comillas porque no se confía en la distinción raza) y “género” (entre
comillas porque no se cree en el concepto; se apoya la concepción de construcción
sociocultural), y clase social, producto de la modernidad.

Para seguir con la conclusión es necesario recordar que otro tipo de dominación de la
existencia es en la política, cuando desde occidente, luego de las “independencias de las
colonias” imponen que la única posibilidad de participación política es el voto en una
urna, como la consulta ciudadana del 14 y 15 de diciembre del 2019, como única
experiencia de participación en la existencia. Como el legitimo espacio por el cual se
visibilizará la opinión del pueblo. Lo cual es realmente nefasto, porque si el voto fuese a
cambiar algo, lo más probable es que fuese prohibido. Eso ha hecho el occidentalismo y
su universalidad guiada por el imperialismo.

Es necesario producir nuevas inteligibilidades, nuevo conocimiento que se aleje de la


hegemonía. Hay que ser original en el discurso y práctica. Resulta catastrófico tropezar
con la misma piedra de la colonialidad en nuestra existencia como en el lenguaje, e
incluso propuestas que parecen la innovación, como hablar de género, en la lucha del
feminismo en las revueltas sociales a lo largo del S.XX y S.XXI; especialmente desde el
octubre de sangre el 18 de octubre. Por lo tanto, para alejarse de las cadenas de este
proceso que parece interminable de resistencia, es esencial generar conciencia sobre los
lemas utilizados, es primordial originar nuevas opiniones que aporten a la epistemología
del sur. Los motivos de la acción. No quedarse con lo superficial, lo a priori, sino que,
indagar, rebuscar, comprender y adentrarse en la deconstrucción de cada atadero
amarrado como parásito a la historia de poder y represión contra el grupo mestize,
kiltre, pobre, indie, obrere, trabajadore, estudiante, disidente del mundo colonial. Para
esto quiero ejemplificar con la propuesta de Boaventura de Sousa Santos: “Las
epistemologías del sur son el reclamo de nuevos procesos de producción, de
valorización de conocimientos científicos o no, y de nuevas relaciones entre diferentes
tipo de conocimiento a partir de las practicas de las clases y grupos sociales que han
sufrido de manera sistemática, destrucción, opresión y discriminación causadas por el
capitalismo, el colonialismo y todas las naturalizaciones de la desigualdad en las que
se han desdoblado”. 4

4
Boaventura de Sousa Santos, Introducción: Las Epistemologías del Sur, siglo XXI Editores,
2009.
Conclusión

Cada día aumenta la dependencia de estar insertos en la dominación social que nos
cometieron desde 1492. Asignando nombres y roles a corporalidades, como legado
colonial con la bioasignación5. El patriarcado es importado para colonizar. No solo en
Latinoamérica, sino que en casi todo el territorio donde viven huellas del
occidentalismo. El eurocentrismo se edificó como pensamiento universalizante,
condenando todo lo que sea no europeo, todo lo que no sea a su imagen y semejanza.

Aún somos colonias. Aún somos controlados por los imperios de los países del norte.
Aún somos excluides. Aún en las calles se vive racismo, nacionalismo (nazyonalismo).
Aún la heteronorma estructura la sociedad, crea nombres a las corporalidades, crea
sujetes que trabajaran en reproducir el sistema colonial universalizante, denigrante y
violento.

Les quiltres, negres, mestizes,pobres, trabajadores, estudiantes, disidentes de todas las


edades son parte de la masa de corporalidades que transitan en el imaginario Chile, de
Norte a Sur, Este a Oeste. Son parte de la historia turbia que desde 1492 hasta la
actualidad gobiernan, controlan y producen personas, o intentan hacerlo. Desde el 18 de
octubre de 2019 con el estallido social nuevamente es visible la dicotomía civilización y
barbarie. Un enfrentamiento entre Europa y la otredad. En octubre surge la lucha que
representa a les oprimides que históricamente han sido diferenciades, nominades de
barbares, de otredades.

Con el presente ensayo quiero generar un recuerdo, una pequeña, pero necesaria
memoria en contra del régimen político heteronormado que nos singulariza, simplifica,
en base a la discriminación racial y corpórea, respondiendo que toda lucha está
demarcada por las construcciones sociales de raza, género y clase social. Promoviendo
que es posible nuevas concepciones al referirnos a nuestra identidad. Que no
necesitamos erigirnos por género, ni, aunque aparezca innovador hablar de este en el
discurso feminista más radical, porque como se planteó anteriormente es una trampa.
No necesitamos ataduras occidentales. Somos les nietes de corporalidades libres de
categorizaciones.

5
Leonor Silvestri, Pudiendo tener sexo, ¿Quién quiere género? El género como dispositivo Occidental,
tucoypapa, 2019.
Bibliografía

Boaventura de Sousa Santos, Introducción: Las Epistemologías del Sur, siglo XXI
Editores, 2009.

Enrique Dussel, El encubrimiento del Otro: hacia el origen del mito de la modernidad,
Colección Académica no. 1., La Paz, 1994.

Leonor Silvestri, Pudiendo tener sexo, ¿Quién quiere género? El género como
dispositivo Occidental, tucoypapa, 2019.

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