REFLEXIONES SOBRE EL PROTESTO EN LOS TÍTULOS VALORES

El protesto es aquel acto jurídico de prueba donde se deja constancia de la negativa

de pago por parte del girado. De esta manera, esta figura es imprescindible para
que así el tenedor pueda ejercitar las acciones cambiarias que permiten hacer el
cobro del importe contenido en el título. Por esta razón, se deberá analizar las
ventajas y desventajas que genera el protesto.

Mediante el protesto se demostrará de manera precisa y concreta la actitud negativa

del librado o aceptante que evitan aceptar o pagar el título valor que se generó. Es
decir, el protesto ejercitará la acción cambiaria contra aquellos que se encuentran
obligados al pago.

De esta manera, la falta de aceptación o cumplimiento del pago solo podrá

acreditarse por medio del protesto notarial que sea formulado en el tiempo y forma
establecido por ley ya sea para el caso de letra de cambio, el cheque, el pagaré,
puesto que no existe prueba documental, ni testigos que sea aceptaba.

Asimismo, el protesto podrá ser eximido mediante la cláusula sin la necesidad de

realizar algún tipo de gasto tanto en la letra como en el cheque, puesto que la letra
de cambio es un título valor que contiene la orden incondicional que el girador da a
otra llamada girado para pagar una suma de dinero a un tercero denominado
beneficiario, es decir, es una prueba fehaciente.

Sin embargo, el cheque al ser un título de crédito en virtud del cual el librador
ordena incondicionalmente a una institución de crédito el pago de una suma de
dinero a favor del beneficiario, dicha situación genera que en cuanto al protesto, si el
prestatario desaparece no hay manera de cobrar el dinero que generó la relación
cambiaria.

De este modo, el protesto es una condición esencial para ejercer las acciones
cambiarias propias de la letra de cambio, porque su omisión causará que el tenedor
no pueda demostrar la mora en el pago. Entonces, tiene efectos probatorios por vía
directa y demostrativa para con los obligados conforme al título.