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La juventud: Estado de construcción del ser humano del mañana

En el capítulo 2 de la novela el Retrato de Dorian Gray, el autor Oscar Wilde

plantea que la belleza y la juventud son sinónimos de poder, libertad y rebeldía;

esta síntesis se basa en que al tener estas dos cualidades, te eximes de

obligaciones ligadas a los ideales que representa la adultez, como la

responsabilidad de las acciones. A su vez, el autor quiere reflejar los lazos que

unen la juventud y la libertad, romantizándola con la famosa frase “carpe diem,

vita brevis”; pero, ¿la juventud y la belleza te eximen realmente de los deberes y

responsabilidades que conlleva vivir en una sociedad?, ¿la libertad es lo mismo

que el libertinaje? Desde mi concesión, es válido disfrutar, sentir y vivir sin

cohibirse, porque la libertad es un derecho innato con el que los humanos nacen,

es el sentido amplio y capacidad de obrar según la propia voluntad; por el

contrario, el libertinaje es la actitud irrespetuosa de la ley, la ética o la moral de

quien abusa de su propia libertad con menoscabo de la de los demás. Por ello, la

palabra libertad jamás debe confundirse con el libertinaje, se debe entender que

las acciones cometidas bajo este pensar causan estragos, dolor y arrepentimiento;

y sobre todo, el actuar de esta forma sólo por poseer belleza y juventud no te

eximirán de la responsabilidad judicial y social. Lo peor, es que durante la

juventud, se tiende a confundir estos términos, creyendo que se tiene el mundo

entre las manos, que el poder es eterno, escuchando personas que sólo quieren

arruinar tu vida, puesto que ellos jamás tendrían ese estilo de vida. Erróneamente

se cae en el pensamiento de que disfrutar la vida al máximo, implica volverse

seres sin criterio, rebeldes, e irresponsable, actuando en nombre de la libertad; sin


tener en cuenta que este tiempo sólo es un estado de formación y construcción del

ser humano del mañana. Hoy en día, hay tantos casos donde durante la juventud

se vivió sin límites, bajo la insensatez, inmoralidad e irresponsabilidad; y el tiempo

y la vida se cobraron de forma abrupta los actos cometidos en el pasado. Por lo

tanto, al reconocer los límites de la libertad y lo que conlleva el libertinaje se podrá

disfrutar de manera responsable los placeres de la juventud, sabiendo que esta no

es eterna y que toda acción tiene una reacción.

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