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pulsiones y destinos de pulsión

 Freud va a empezar a definir uno de los conceptos más oscuros y difíciles, pero también
importantes del psicoanálisis, que es el concepto de pulsión. 
 Empieza el texto comparando la pulsión con el estímulo, va a decir que la pulsión bien podría ser
un estímulo para lo psíquico. Freud piensa siempre el psiquismo en términos energéticos, y dice
que éste está regulado por el principio de placer, o el principio de placer - displacer, lo cual
significa que el incremento de tensión que hay en el psiquismo, el psiquismo lo va a sentir como
displacer y va a buscar descargarlo, esta descarga lo va a sentir como placer, y es lo que va a
buscar para mantener siempre la tensión en un mínimo, que va a ser el principio de constancia. 
 La diferencia entre el estímulo y la pulsión va a ser que el estímulo es externo, y al ser externo
entonces uno se puede sustraer de su influencia mediante el mecanismo de la huida, por ejemplo:
vos tenes la mano en un lugar que está muy caliente y enseguida al sentís ese incremento de
tensión displacentera, sentís esa sensación de quemarse y te sustraes del alcance de ese estímulo,
y así evitas ese incremento de tensión. Pero ese mecanismo de la huida, no sirve para la pulsión,
porque la pulsión es interna, entonces por ejemplo, cuando uno siente sequedad en la mucosa de
la garganta y acidez en la mucosa estomacal entonces va a sentir la necesidad de la sed o del
hambre, y a estas las va a llamar pulsiones y va a decir que esta pulsión actúa con una fuerza
constante, es decir no pasa una vez, no es que sentís hambre en un segundo y después no sentís
más, sino que es constante hasta que es satisfecha esa pulsión. En cambio, el estímulo funciona de
un golpe.
 Freud va a dar una definición de la pulsión, va a decir que es un concepto fronterizo entre lo
anímico y lo somático lo que significa que es algo que está en el límite entre lo somático (lo
corporal) y lo anímico (lo psíquico). La pulsión es aquella representación psíquica que representa
una excitación proveniente de lo corporal, proveniente de los somático, podemos usar el ejemplo
del hambre que dijimos anteriormente y decir que la acidez sentida en la mucosa estomacal, esta
excitación proveniente de los somático tiene un representante psíquico que es la representación
del hambre, y esta representación es lo que fue va a llamar pulsión.
 Freud da cuatro elementos de la pulsión, que son el esfuerzo, la meta, el objeto y la fuente. 
 El esfuerzo vendría a ser el factor motor de la pulsión, es decir aquello que nos mueve a la
movilidad, lo que nos mueve al movimiento.
 La meta va a ser siempre la satisfacción, la pulsión siempre busca ser satisfecha.
 El objeto es lo más variable de la pulsión, el objeto va a ser aquello donde la pulsión se satisface,
pero esto lo particular es que en el hombre varía mucho, un animal, que tiene instinto, distinto de
la pulsión, por ejemplo una vaca si tiene hambre, siempre va a satisfacer la pulsión del hambre con
el objeto pasto, pero esto no es lo mismo en los humanos, en los cuales la pulsión del hambre
puede ser satisfecha en varios objetos distintos, para cada humano va a ser distinto, e incluso
puede ser distinto en distintos momentos de la vida, o en distintos momentos del día etcétera. 
 La fuente es lo somático, es decir de dónde proviene la excitación.
 Después va a distinguir dos grupos de pulsiones que van a ser las pulsiones yoicas o de
autoconservación, es decir aquellas que buscan la afirmación y la conservación del yo, y las
sexuales que en principio buscan el placer de órgano, brotan de diferentes fuentes y recién cuando
se es adulto, cuando se llega a una a una etapa del desarrollo sexual más elevada, se unen estas
fuentes al servicio de la reproducción, pero en principio cada una es particular, por ejemplo: en la
oralidad, todo lo que te llevas a la boca satisface esa pulsión sexual, independientemente de todas
las demás, y va a decir por ejemplo que esta satisfacción sexual que busca el placer de órgano, el
placer de la boca, es autoerótica y se apuntala en las pulsiones yoicas ¿Cómo se apuntalan en las
pulsiones yoicas? por ejemplo, en este caso de la oralidad, cuando el niño tiene hambre y llora
porque tiene hambre y la mamá viene y lo amamanta, satisface esta pulsión yoica del hambre,
pero asimismo también se satisface una pulsión, que es la pulsión del mamar, esa pulsión que es
solamente el placer de órgano, que es la pulsión sexual, no existe por sí misma en principio, sino
que primero la mamá amamanta al chico, y después de a poco se va diferenciando la necesidad
del hambre con la necesidad de chupar, y de ahí las dimensiones como por ejemplo el chupete
que satisface esa pulsión sexual oral.
  Vamos a hablar entonces de los destinos de la pulsión, pueden ser bien entendidos como
variedades de la defensa contra la pulsión, son estos cuatro:
 - trastorno hacia lo contrario
 - vuelta a la persona propia
 - represión 
 - sublimación
 El trastorno hacia lo contrario, se trata de dos procesos diversos y que son tratados por separado,
que es por un lado el trastorno hacia lo contrario en cuanto a la meta, de activo o pasivo, por
ejemplo, en el par de opuestos sadismo-masoquismo y voyerismo-exhibicionismo, lo que dice es
que la meta activa del martirizar en el sadismo, del mirar en el voyerismo, es vuelta pasiva, en ser
martirizado en el masoquismo, y ser mirado en el exhibicionismo.
 En cuanto al trastorno hacia lo contrario en el contenido, va a decir que se trata de la mudanza de
amor en odio.
 En cuanto a la vuelta a la persona propia, lo cambia es el objeto, por ejemplo, el masoquismo
puede ser bien entendido como un sadismo vuelto hacia el propio yo, al igual que el
exhibicionismo incluye el mirar la persona propia.
Como ya vimos, tanto en el caso del sadismo-masoquismo y el voyerismo-exhibicionismo, el
trastorno hacia lo contrario y la vuelta sobre el propio yo coinciden, entonces por eso propone
explicarlo mejor.
 Lo explica con el caso del masoquismo, va a decir que el masoquismo tiene una primera etapa A,
que es la etapa del sadismo originario, en la cual hay una acción violenta, o una afirmación de
poder, dirigida a una persona como objeto, y luego en la etapa B, este objeto es sustituido por el
propio yo, y la meta se muda en pasiva, y luego hay una etapa C, en la cual se busca una nueva
persona que juegue el rol activo, para uno poder jugar el rol pasivo, este último caso, el caso C,
corresponde al caso del masoquismo, el caso B correspondería al caso de la neurosis obsesiva, de
ahí los autoreproches, automartirios, etc.
 El exhibicionismo tiene un transcurso parecido, tiene una etapa A, en la cual uno mismo mira una
persona tomada como objeto, y luego ese objeto es sustituido de vuelta por el propio yo y la meta
se vuelve pasiva (etapa B), y luego una etapa C, en la cual se busca una nueva persona que toma el
rol activo y que nos mira a nosotros en posición pasiva, Freud va a decir que la única diferencia, va
a ser que antes de la etapa A del exhibicionismo, hay una etapa previa, en la cual uno mismo
miraría el propio cuerpo. 
 Estas etapas no desaparecerían cuando son sucedidas, cuando cuando sucede la etapa siguiente,
sino que se conservan unas a otras y tanto en el caso del trastorno hacia lo contrario, como la
vuelta sobre el propio yo tienen un sello de satisfacción narcisista.
 Luego va a tratar el trastorno hacia lo contrario en cuanto al contenido, es decir la transformación
de amor en odio, pero va a decir ahora que no hay una sola oposición al amor, sino que hay tres:
 - el amar - odiar
 - el amar - ser amado 
 - el amor - la indiferencia
 Estas oposiciones tienen que ver con el sometimiento de las pulsiones a las polaridades de la vida
anímica, estas polaridades son tres:
 - sujeto - objeto: es decir yo - mundo exterior 
 - placer - displacer 
 - activo - pasivo 
 En un principio el niño hace una distinción, va a decir, de estos estímulos me puedo sustraer,
puedo huir, puedo escapar y estos los va a distribuir al mundo externo, mientras que de otros
estímulos no va a poder huir, no va a poder escapar y los va a atribuir al mundo interno, y éstas
van a ser obviamente las pulsiones, y de ahí se va a crear una primera distinción entre el yo y lo
que no es yo, lo que es el mundo externo.
 Dado que las pulsiones se satisfacen autoeróticamente en su mayoría, entonces el placer va a
estar puesto sólo en lo que tiene que ver con el yo, y esto Freud lo va a llamar una etapa
narcisista,  en la cual va a haber placer o amor puesto en el yo, e indiferencia con el mundo
exterior, y luego va a venir una segunda etapa, en la cual con la introducción del principio del
placer - displacer, se va a dar cuenta que hay ciertos objetos del mundo exterior que le producen
placer, y entonces la tendencia en el niño va a ser de atraer estos objetos, de tratar de
incorporarlos al yo, de introyectarlos, y luego a su vez también van a haber otros estímulos, otras
pulsiones que les generan displacer al yo, al yo del niño, entonces va a tratar de alejarse de esas
pulsiones, de defenderse, tirándolas, proyectándolas al mundo exterior, de modo que de vuelta
queda lo placentero en lo que tiene que ver con el yo, y esta vez la indiferencia del mundo exterior
se mudó no sólo en indiferencia, sino en displacer, y en este caso lo que es displacentero se lo
trata de alejar, se lo odia. Entonces sujeto coincide con placer y objeto, mundo exterior, coincide
con lo odiado.
 En este momento va a hacer un paréntesis y hablar del diferente transcurso que lleva el amor por
un lado y el odio por el otro, va a decir que en principio, en cuanto a la relación con el mundo
exterior, en cuanto a la relación con el objeto, el odiar es más antiguo que el amar, se odia al
mundo exterior antes de que se lo ame porque ya que el amar proviene de satisfacer las pulsiones,
del placer que viene de la satisfacción de las pulsiones, y las pulsiones se satisfacen de forma
autoerótica, entonces el amar va a estar vinculado en principio con un amor narcisista, va a ser un
amor al propio yo, mientras que todo aquello que es displacentero va a ser rechazado, y va a ser
arrojado hacia el mundo exterior y odiado.
 También va a decir Freud que, en un principio, en las etapas libidinales oral y anal, no hay una
distinción tan clara del amar como contrario de odiar, sino que más bien están mezclados. En el
caso de la etapa oral, en el incorporar o el devorar el objeto, y en el caso de la etapa anal en este
apoderamiento, sin importar si se daña o si se destruye el objeto, es recién en la etapa genital
donde el amar va a surgir como el contrario del odiar.
 Luego hace un paralelismo y va a decir que el amor va a tener va a tener que ver con la
satisfacción de las pulsiones sexuales y que aquello que tiene que ver con las pulsiones de
autoconservación, va a tener más que ver con el odiar que con el amar, y de hecho dice que por
eso en aquellas etapas, como la etapa anal en la cual hay un rol tan primordial de las pulsiones de
autoconservación, no se distingue tanto el amar del odiar y así es como explica Freud también
porque cuando una relación de amor se interrumpe, se suele ver el caso en el cual el amor parece
mudarse en odio, como antes llamaba a la persona que ahora que ahora ya no está y ahora se la
odia, entonces da la impresión de que el amor se mudó en odio, pero lo que dice Freud es que
desde este punto de vista, lo que se entiende es que no es que el amor se haya mudado en odio,
sino que se ha hecho una regresión a la etapa anterior, a la etapa anal, y que ese odio es un odio
de carácter erótico, y sirve para que continúe un vínculo de amor con el objeto perdido.
 La oposición del amar con ser amado, tiene que ver con la oposición entre activo y pasivo, y va a
concluir su texto haciendo una clasificación de estas tres polaridades de la vida anímica, la de
sujeto - objeto es la real, de activo - pasivo es la biológica, y la de placer - displacer es la
económica.

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