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Novena Clase Grados Octavos A y B
Novena Clase Grados Octavos A y B
NOVENA CLASE
Estimados estudiantes, les recomiendo tener en cuenta los
siguientes aspectos.
“La Doctrina Monroe fue una declaración hecha por el presidente de los EE.UU.
James Monroe en 1823 delineando la política norteamericana hacia Latinoamérica.
La doctrina establecía como punto central que los EE.UU. protegerían activamente la
soberanía de las nuevas naciones independientes latinoamericanas y que trabajarían
para prevenir que ninguna potencia europea tratara de restablecer un imperio colonial
en la región.
“La Doctrina Monroe tuvo una variada recepción en América Latina. Mientras que
algunos la interpretaron como una declaración progresista de anticolonialismo, otros la
vieron con suspicacia, especialmente cuando se hizo evidente que los EE.UU.
carecían de la habilidad de hacer cumplir sus disposiciones. Los líderes
norteamericanos protestaron ante el intento de invasión española a México en 1829,
frente a incursiones francesas contra México en 1838 y en la década de 1860, y
contra el restablecimiento del dominio colonial español en la República Dominicana en
la década de 1860. Pero, en las primeras décadas del siglo XIX, las fuerzas armadas
estadounidenses no eran lo suficientemente numerosas ni poderosas como para
ofrecer alguna protección real a Latinoamérica, mientras que la Guerra Civil impidió la
aplicación plena de la Doctrina Monroe en la década de 1860.
“Otros detractores de la doctrina insistían en que era simplemente una careta bajo la
cual los EE.UU. podrían expandir su influencia en Latinoamérica en el espíritu del
“Destino Manifiesto”. Ciertamente, los EE.UU. expandieron su control territorial,
económico y cultural en muchas áreas de América Latina en el siglo XIX (Guerra con
México en 1846-1848, Guerra con España por Cuba, Puerto Rico y las Filipinas en
1898). A inicios del siglo XX el presidente norteamericano Theodore Roosevelt
propuso un “corolario” a la Doctrina Monroe para justificar la expansión de la influencia
norteamericana, ocasionando nuevas críticas en Latinoamérica”.
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“Destino Manifiesto fue un concepto utilizado por los líderes norteamericanos para
justificar la expansión territorial en el siglo XIX. Las adquisiciones territoriales
basadas en la noción del Destino Manifiesto en esa época [1840-1850] estuvieron
limitadas principalmente al Territorio de Oregón en el Oeste y a los territorios
mexicanos que hoy forman el Sudoeste de los EE.UU. Al final del siglo XIX los
promotores del Destino Manifiesto utilizaron la teoría para justificar la expansión de la
influencia política y económica norteamericana mediante un ‘imperialismo informal’.
“Para fines del siglo XIX, los líderes estadounidenses ya no buscaban activamente la
expansión territorial como la forma de cumplir el Destino Manifiesto. Desde el final de
la Guerra con México, los EE.UU. cambiaron su atención hacia el asentamiento de las
tierras adquiridas en el Oeste. Además, surgieron en los EE.UU. varios movimientos
anti-imperialistas para protestar contra el expansionismo del gobierno. Para inicios
del siglo XX el significado del Destino Manifiesto se había matizado y muchas políticas
norteamericanas dirigidas a expandir su influencia económica y cultural mediante un
‘imperialismo informal’, en lugar de la adquisición directa de territorios. La
participación norteamericana en lograr la independencia de Cuba y en adquirir los
territorios de Puerto Rico y las Filipinas en la Guerra [con España] de 1898, se
consideran entre los mejores ejemplos del Destino Manifiesto en el contexto del
‘imperialismo informal’. La influencia norteamericana, especialmente en América
Central y el Caribe, se incrementó en las primeras décadas del siglo XX. El gobierno
aseguró el dominio norteamericano negociando el tratado [1903] para construir un
Canal en Panamá [inaugurado en 1914], y expandiendo su presencia militar a través
de la región. Intereses económicos privados [de compañías norteamericanas]
obtuvieron una posición dominante en las economías locales, y las políticas
gubernamentales estadounidenses con frecuencia buscaron proteger esos intereses a
expensas de la soberanía latinoamericana”.
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