Lo primero que debería de hacer es “EVITAR EL PROBLEMA”; Nada
de posponerlo, mirar hacia otro lado, buscar atajos, alternativas…
lo primero, lo más básico, es aceptarlo. Armarme de paciencia, armarme de valor y pensar que un problema en realidad puede verse como un reto, como una forma de probarse a uno mismo. No es algo imposible, es una prueba, tal vez muy dura, que me hará mejor y de la que saldré victorioso. Convertir los problemas en oportunidades implica, antes que nada, mirarlos de frente.
Por ellos aceptando mi problema estoy teniendo más
oportunidades como por ejemplo a mí me dan miedo los perros cerca de mi casa que ladran cuando paso, pero si los afronto y paso de frente sin mirar me doy cuenta en realidad no muerden solo ladran de ahí me di cuenta que todo problema puede convertirse en una oportunidad, porque todo problema son sucesos que tienen origen, desarrollo y fin.
En conclusión para que esto suceda son necesarios los esfuerzos y
la habilidad de conversión. Porque si todos convirtieran fácilmente sus problemas en oportunidades ¿Qué tipo de mundo se tendría hoy en día? Convertir problemas en oportunidades no es fácil, pero es un proceso que se encuentran al alcance de todos