Lizeth Juliana Ortiz Leal 20201577031
Bartleby El Escribiente
Primer A. Autor, Segundo B. Autor, Jr., y Tercer C. Autor, miembro del IEEE
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U n hombre quien es aparentemente el narrador de la
historia se desempeña como abogado, tiene en su despacho de
Wall Street a tres empleados; dos copistas llamados Turkey y
Nippers y un ayudante de mandados Ginger Nut. Un buen
equipo de trabajo, muy eficientes, sin embargo, la carga
laboral aumentaba y ya no daban abasto con tanto papeleo, así
que se toma la decisión de contratar un nuevo empleado que se
desempeñe como copista y es allí donde hace su aparición
Bartleby. Un hombre pálido, de apariencia pulcra y que
aparentaba dar paz a el sitio de trabajo.
El narrador le asigna a su nuevo empleado un lugar a un
costado de su oficina, para poder tener contacto con él con
mas rapidez. En sus días de inicio Bartleby realiza un trabajo
arduo y eficiente, tanto que no se levanta de su lugar ni
siquiera para almorzar. Al terminar su primera tarea de
copista, el narrador le pide que revisen junto a su equipo todo
el manuscrito y el responde con una peculiar frase:
“Preferiría no hacerlo” y se dirige de nuevo a su puesto a
continuar con lo que estaba haciendo.
Bartleby cumple con sus obligaciones de trabajo al pie de la
letra, pero actúa tan sombrío y extraño que su jefe piensa en
como puede emplearlo en mas cosas que solo como copista y
de esta manera hacer que actúe de otra forma. El abogado opta
por poner otras tareas a su cargo para, cosas como pedirle que
se dirija a revisar el correo o simplemente haga un llamado a
sus compañeros, a lo que Barletby se niega diciendo
“preferiría no hacerlo”.
El narrador va analizando a lo largo de los días como es
posible que Bartleby tenga una actitud de tal manera que solo
lo veía trabajando todo el tiempo y jamás se levantaba de su
lugar para nada, que comía pequeñas cosas que enviaba a
conseguir al mandadero de la oficina, incluso seguía en la
posición de rehusarse a revisar sus trabajos junto a su propio
equipo.
Un domingo el abogado, muy pensativo y queriendo
encontrar respuestas a el comportamiento de su copista decide
ir a su despacho y se encuentra con la sorpresa de que
Bartleby se encontraba viviendo allí, por eso siempre era el
primero en estar en el despacho y aparentemente el ultimo en
irse, cuando en realidad se encontraba allí las 24 horas del día.
La situación continua así al pasar del tiempo, hasta que un
día Bartleby decide dejar de escribir, el abogado intenta
ponerlo a ejercer otro oficio, a lo él que se niega rotundamente
y responde con su famosa frase “preferiría no hacerlo”.
Luego de este acontecimiento, a causa de que Bartleby se
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niega a seguir haciendo algo, se toma la decisión de
despedirlo, pero él se niega a abandonar el edificio en donde
se encuentra el despacho. El abogado se encarga de decirle
que debe irse, que ya no trabaja allí, que se ofrece a ayudarlo
con los gastos si así lo necesitase o si en su situación
necesitara buscar a un familiar o alguien allegado, que se lo
hiciera saber, también lo ayudaría a encontrarlo, a lo que
Bartleby no da respuesta, ni positiva, ni negativa.
Siguen transcurriendo los días y Bartleby continua sin
abandonar el edificio, incluso se rehúsa a recibir algún tipo de
pago. El abogado sin encontrar una solución de como hacer
que Bartleby abandone su lugar de trabajo, toma la decisión de
trasladar su despacho a otro lugar y así con ello librarse del
hombre. La oficina se cambia y el narrador se despide así de
Bartleby, que sigue decidido a no abandonar el lugar.
Al pasar de los días, había vuelto aparentemente la
tranquilidad en el despacho, pero al abogado lo empieza a
agobiar un pensamiento de preocupación por su ex-copista.
Con ello un día llegan personas, entre ellos el dueño del
anterior edificio que le pide al abogado que por favor se
presente allí y saque a Bartleby del lugar, ya que estaba
molestando a las personas que ocupaban dicho edificio en
Wall Street. Efectivamente el abogado se presenta e intenta
tener una conversación con Bartleby, además haciéndole
algunas propuestas de trabajos que le permitieran hacer lo que
el quisiera, pero el hombre se niega y nuevamente dice
“preferiría no hacerlo”. Luego de estos intentos fallidos el
abogado abandona el edificio sin poder hacer nada más.
Bartleby es capturado y acusado de ser vagabundo, así
enviado a la cárcel sin objeción alguna.
El abogado se entera de lo que ha pasado con aquel hombre
que fue su empleado, así que decide ir a visitarlo en la cárcel y
se da cuenta que lo dejan caminar libremente por el lugar, ya
que se demuestra que no es ningún peligro contra nadie; en su
visita ve que aún así, Bartleby estando entre asesinos y
ladrones, sigue actuando de la misma manera que siempre,
sombrío y frio, ante todo. Además, en esta visita el abogado
paga a un cocinero para que le de a Bartleby todas las comidas
que el quiera, y se retira de la cárcel.
Días después vuelve el abogado a visita en la cárcel, al
entrar no encuentra de primera vista a Bartleby, así que los
guardias de la cárcel le informan que lo habían visto en el
patio. De camino a el patio, el abogado se cruza con el
cocinero quien le manifiesta que Bartleby se niega a comer y
cuando se le pregunta que si quiere hacerlo le responde
“preferiría no hacerlo”. El abogado se dirige en busca del
prisionero y cuando llega allí se da cuenta que esta muerto, le
cierra los ojos y allí termina la historia de Bartleby.
 Lizeth Juliana Ortiz Leal 20201577031 2

Tiempo después se da un indicio tal vez de lo que habría sido

el anterior empleo de Bartleby, se dice que posiblemente fue
quien manejaba las cartas muertas en la oficina de
Washington, y a causa de ella había convertido su
personalidad en lo que era, después de presenciar tantas cartas
no entregadas a personas que tal vez las esperaban.

RECONOCIMIENTO

REFERENCES
[1]

Biografía Autor(es)