Recordamos que la valencia es la cifra que revela cómo se puede combinar un
átomo con otros para la formación de un compuesto. Esto se debe a que la valencia indica la cantidad de electrones de los que dispone un elemento químico al formar un enlace con otro. La valencia también refleja el número de oxidación del elemento.
El número de oxidación ( también llamado estado de oxidación ) es un número
entero que sirve para representar la cantidad de electrones que recibe un átomo o bien que brinda a otros para que dispongan de ellos a la hora de formar un determinado compuesto, y esto se expresa con un signo menos o un signo más respectivamente.
En otras palabras, si este número es positivo, entonces el átomo pierde o
comparte electrones (esto último tiene lugar si existe un segundo átomo, el cual se capaz de captarlos). Del mismo modo, un numero de oxidación negativo indica que el átomo gana electrones, o bien los comparte con uno que tienda a cederlos para la escritura de este valor indicado se utilizan números romanos precedidos del signo correspondiente.
La tretavalencia, de este modo, indica que el elemento químico tiene una
tendencia a vincularse a través de cuatro enlaces covalentes. Esta particularidad está asociada a la estructura presentan una geometría tal que existe un átomo en el centro y éste se enlaza químicamente con cuatro sustituyentes, uno en cada esquina de un tetraedro. Es importante señalar que un sustituyente es un grupo funcional, grupo alquilo o heteroátomo que en un hidrocarburo, ocupa el puesto de un átomo de hidrógeno o bien el de un grupo saliente si hablamos de cualquier compuesto orgánico. Entre las especies químicas que representan en este tipo de geometría tetraédrica se encuentran en el ion amonio, el fosfato y el metano.
Puede decirse, en otras palabras, que la tretavalencia señala que un elemento
cuenta con cuatros valencias: es decir, cuanto enlaces entre los elementos que disponen de tetravalencia se encuentra el carbono.
Gracias a la tetravalencia, el carbono tiene una amplia capacidad de combinación.
Sus átomos, por lo tanto, se pueden vincular en estructuras complejas ya que cuentan con un cuádruple chance de establecer enlaces. Estos cuatros enlaces se sitúan de modo simétrico en el espacio, dirigiéndose a las líneas que vinculan en el núcleo del tetraedro con sus vértices. En la actualidad se conocen unos dieciséis millones de compuestos de carbono.
IMPORTANCIA DE LA QUIMICA
La palabra química no es sinónimo de malo o artificial, pues desde que
despertamos estamos en contacto con la química; por ejemplo al tener contacto con la pila del despertador, el jabón, shampoo, desodorante, gel para el cabello, perfume, pasta de dientes, el material del peine o el cepillo para el cabello, el teflón del sartén que utilizamos al preparar el desayuno, inclusive el aceite para freír unos huevos, el fósforo del cerillo con el que encenderemos el gas de la estufa, los tintes naturales y sintéticos que llenan de color los objetos que nos rodean y las ropas que vestimos, los equipos de tecnología que hacen que nuestras labores sean más cómodas y placenteras. En 1837, Jean-Baptiste Dumas consideró la palabra química para referirse a la ciencia que se preocupaba de las leyes y efectos de las fuerzas moleculares. En 1947, se le definió como la ciencia que se preocupaba de las sustancias: su estructura, sus propiedades y las reacciones que las transforman en otras sustancias (caracterización dada por Linus Pauling). En 1988, la definición de química se amplió, para ser «el estudio de la materia y los cambios que implica», según palabras del profesor Raymond Chang. La química es fascinante para muchas personas, aprender sobre el mundo que nos rodea puede conducirnos a invenciones interesantes y útiles y al desarrollo de nuevas tecnologías. La química es fundamental para la comprensión de muchos campos, por ejemplo la agricultura, la astronomía, la geología, la medicina, la bilogía molecular, la ciencia de los animales, la ciencia de los materiales, los nuevos métodos de fertilización, la medicina nuclear y radioactiva, las nuevas ciencias de genética, inclusive para aquellos campos en que aparentemente no hay relación con la química, como son la ingeniería civil, ingeniería eléctrica, ingeniería mecánica, ingeniería industrial, el diseño y la comunicación. Algunos jóvenes no planean trabajar en áreas qué estén en contacto directo con la química, indistintamente todos utilizamos la química en la vida diaria para enfrentar nuestro mundo tecnológico. Aprender de los beneficios y riesgos asociados con los productos químicos nos ayuda a ser ciudadanos informados capaces de resolver problemas de forma inteligente y de comunicarnos con otros de forma organizada y lógica.
Hoy en día la química tiene tanta presencia en nuestras vidas y en nuestro
bienestar, que muchas veces no nos paramos a pensar realmente en su influencia actual, y el papel que ha tenido en lo que somos hoy. Seguramente, si de repente desapareciese la química de nuestras vidas, nada sería lo que es. Sin duda, el avance de nuestra civilización, en gran parte, se lo debemos a esta ciencia.
En 200 años nuestra civilización se ha desarrollado más rápidamente que en los
cuatro mil años antes. El hombre ha aprendido a ser más independiente del medio que lo rodeaba, controlándolo y usando la química, entra otras cosas, ha avanzado a pasos agigantados, ahora sólo queda que sepa vivir en armonía con ese medio del que creyó independizarse tiempo atrás. Nos encontramos tan sólo, al inicio de todos estos enormes progresos que se han conseguido gracias a la química, pero aún, los secretos más profundos de la naturaleza no son conocidos, y sin duda, la química formará parte de ellos y su explicación al mundo.
Los químicos han llegado a comprender la estructura y funcionamiento de los
átomos, aprendiendo a utilizarlos de diversas maneras, pero aún no da respuesta a que cosa hace diferente la materia viva de la que no lo es, ya que por ejemplo no se llega a entender totalmente porque las hormonas en nuestro cuerpo producen los increíbles efectos que conocemos, no se llega a profundizar demasiado en ciertos mecanismos, que sin dudarlo se llegarán tarde o temprano a dar respuesta, tanto a éstas como a muchas otras preguntas sin respuesta, gracias al incansable trabajo de las distintas ramas de la química. Sabemos así que asistimos al inicio, y no a la culminación de la ciencia química, a la cual aún le queda mucho que enseñarnos. Cada nuevo descubrimiento, cada nuevo avance, va seguido de nuevas preguntas, lo que hace interesablemente interminable a las posibilidades de esta ciencia. No existe ninguna rama de la ciencia que sea tan extensa como la química y que a su vez, guarde la estrecha relación que ésta posee con tantas otras ciencias. Cuando se escucha hablar de la química, y no se sabe de ella, se tienen a pensar, en mezclas, laboratorios y experimentos, pero ya sabemos que la química es muchísimo más que eso. Los seres vivos estamos compuestos de elementos químicos, nos alimentamos de sustancias que nos dan energía, gracias a la realización de procesos químicos. Nuestro hogar, nuestro entorno, está rodeado de química, al cocinar, se puede decir que estamos en un laboratorio, donde transformamos y hacemos reaccionar alimentos, en nuestro jardín utilizamos insecticidas, utilizamos aparatos con energía, usamos jabones, perfumes, cuando nos ponemos enfermos, usamos medicinas, las vacunas, vitaminas todo esto depende absolutamente de la química, hasta el aire que respiramos y nos permite seguir viviendo, a pesar de ser un producto natural, está ligado a la química, y a las funciones que nos permite realizar. Así como también el agua, sustancia esencial para todo ser vivo, gracias a la química la potabilizamos, y la hacemos de uso cotidiano. El petróleo, es otro producto natural que utilizamos en la vida diaria en tantas cosas, desde la construcción, hasta la joyería, pasando por la industria. Los plásticos y tejidos sintéticos, las fuentes energéticas como la electricidad, que se obtiene de la transformación de diversas energía.
HISTORIA DE LA QUIMICA ORGÁNICA
La química orgánica se constituyó o se instituyó como disciplina en los años
treinta. El desarrollo de nuevos métodos de análisis de las sustancias de origen animal y vegetal, basados en el empleo de disolventes, como el éter o el alcohol, permitió el aislamiento de un gran número de sustancias orgánicas que recibieron el nombre de "principios inmediatos". La aparición de la química orgánica se asocia a menudo al descubrimiento, en 1828, por el químico alemán Friedrich Wöhler, de que la sustancia inorgánica cianato de amonio podía convertirse en urea, una sustancia orgánica que se encuentra en la orina de muchos animales. Antes de este descubrimiento, los químicos creían que para sintetizar sustancias orgánicas, era necesaria la intervención de lo que llamaban ‘la fuerza vital’, es decir, los organismos vivos. El experimento de Wöhler rompió la barrera entre sustancias orgánicas e inorgánicas. Los químicos modernos consideran compuestos orgánicos a aquellos que contienen carbono e hidrógeno, y otros elementos (que pueden ser uno o más), siendo los más comunes: oxígeno, nitrógeno, azufre y los halógenos. Por ello, en la actualidad, la química orgánica tiende a denominarse química del carbono. En 1856, Sir William Henry Perkin, mientras trataba de estudiar la quinina, accidentalmente fabricó el primer colorante orgánico ahora conocido como malva de Perkin. La diferencia entre la química orgánica y la química biológica es que en la química biológica las moléculas de ADN tienen una historia y, por ende, en su estructura nos hablan de su historia, del pasado en el que se han constituido, mientras que una molécula orgánica, creada hoy, es sólo testigo de su presente, sin pasado y sin evolución histórica La química orgánica que estudia las reacciones y la combinación de átomos de carbono, hidrocarburos y derivados de ambos, y su relación con los elementos naturales y los tejidos orgánicos. La química inorgánica estudia todos los minerales y productos artificiales conseguidos gracias a las reacciones químicas.