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Balcón de Velázquez

Este sitio de arquitectura neocolonial sencilla, desde el cual se disfruta la vista de las
tejas rojas del barrio del Tivolí y de una fabulosa vista de la bahía santiaguera. Debe
su nombre a la creencia de que Diego Velázquez mandó a construir el primer fortín
de la ciudad, sin embargo, estudios posteriores demostraron que en 1538, Hernando
de Soto dispuso edificar un pequeño bastión o revellín en el lugar, que fue terminado
en 1544, veinte años después de la muerte de Velázquez. En el siglo XIX se edificó
en el lugar una casa de dos plantas. En 1906 funcionó como cuartel y en 1920, pasó
a formar parte del Colegio La Salle.

En 1950 el alcalde Luis Casero Guillén dispuso demoler el edificio para construir un
mirador que se denominó Balcón de Velázquez. Actualmente desde el Callejón de
Mangachupa (Lino Boza) ubicado en la parte posterior, es posible visualizar restos
de los muros originales del revellín. El interior está ambientado con las efigies del
indio Guamá y el Padre de las Casas.

En 1997 la edificación fue restaurada por los arquitectos Gina Solano y Omar López
Rodríguez.

A partir del 2003 se ubica un punto de ventas que brinda servicios de gastronomía
ligera con productos que no necesitan elaboración. También un pequeño muestrario
de ventas de bisutería y textiles de Casa de las Américas. En su interior bancos,
farolas y plantas diversas completan el ambiente tranquilo, de reposo y observación
que caracteriza el lugar. (Fuente: Oriente de Cuba. Guía de Arquitectura, Oriente de
Cuba y Revista Ciudad Cultural, abril, 2014.)

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