CULTURA ANGLOSAJONA
La Influencia Anglosajona en la
Contratación Internacional: Un
enfoque en el Principio de Buena Fe y
Trato Justo
La mayoría de los contratos comerciales hoy en día se escriben sobre la base de
modelos contractuales del Reino Unido o de los Estados Unidos,
independientemente de si la relación jurídica regulada por los contratos se rige por
una ley que pertenece a un sistema de derecho anglosajón o no. Estos modelos
de contrato están redactados en función de los requisitos y la estructura del
sistema de Derecho anglosajón respectivo en el que se suponía originalmente
debían operar.
Por lo tanto, estos modelos pueden ser parcialmente ineficaces o redundantes, si
la ley aplicable pertenece a un sistema de derecho civil. Para superar esta tensión
entre el Derecho anglosajón y el Derecho civil, a veces se recomienda someter los
contratos internacionales a fuentes de derecho no estatales (también
denominadas derecho transnacional, lex mercatoria, o soft law). Sin embargo, esto
tampoco proporciona una solución, en particular con respecto al principio de
buena fe y trato justo.
Esta actitud ha sido la posición central del Reino Unido durante siglos y todavía
tiene en los intercambios comerciales internacionales, particularmente en los
campos de derecho marítimo, finanzas y seguros. En estas áreas, se espera que
las partes cuiden de sus propios intereses, no esperan que el sistema legal los
proteja y los patrocine, sino que esperan que el sistema legal les brinde las
herramientas para hacer cumplir con lo que han acordado.
Esto resulta en contratos extensos y detallados que regulan todos los aspectos del
trato y apuntan a ser autosuficientes en lugar de depender de las reglas y
principios que están implícitos en la ley y podrían de alguna manera integrar el
contrato mediante la aplicación de la ley vigente, si dicha ley que rige pertenece a
un sistema de Derecho Civil.
Esto puede conducir a una serie de tensiones, entre ellas la tensión que involucra
el principio de buena fe y trato justo. Esta es una tensión entre el contrato y
cualquier principio de la ley vigente en la cual las partes puedan haber confiado,
pero que no se haya mencionado en el contrato. Esto será particularmente
relevante para reglas que asuman buena fe y trato justo.
Todo el contrato puede ser redactado en base a una estructura que niega la
relevancia de la buena fe y el trato justo, prefiriendo la interpretación literal de los
mecanismos que están expresamente regulados en el contrato. Sin embargo, una
de las partes puede haber aceptado esta estructura contractual porque sabía que
la ley de gobernada era la de derecho civil y que allí intervendría en caso de
dificultad o conducta contraria a la buena fe, etcétera. Por el contrario, las partes
podrían haber elegido a propósito una técnica de redacción de derecho anglosajón
para poder confiar en la doctrina de interpretación de derecho anglosajón y crear
una regulación exhaustiva de su relación.
En primer lugar, puede mencionarse la escasa o limitada relevancia que tiene para
el Derecho inglés la distinción entre contratos en general y contratos especiales.
Lo anterior es una consecuencia de lo explicado en la sección anterior: que los
principios del Derecho de los Contratos han sido desarrollados principalmente por
decisiones judiciales, de modo que dichos principios son aplicables en general a
todos los contratos
Una interesante consecuencia práctica del enfoque general de los contratos que
adopta el sistema inglés tiene que ver con la redacción de los contratos. Dada la
escasa regulación especial que tienen los contratos en el Derecho inglés, las
partes usualmente buscarán precisar los términos del contrato de la manera más
precisa posible, disminuyendo al máximo cualquier espacio para la interpretación o
intervención judicial. Ello explica la razón por la cual podríamos esperar que los
contratos redactados en Inglaterra sean más extensos y detallados que aquellos
contratos redactados en un sistema continental, donde las partes pueden confiar
en la regulación especial y someterse a cláusulas estándar del contrato en
cuestión.