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Sin la pasión por enseñar hasta lograr que el alumno aprenda, y que aprenda sobre todo
esa pasión por aprender y por esforzarse para ser y vivir mejor, se te borra el brillo en la
mirada. Si la sentís y la vivís, entonces la transmitís y no sólo te brilla la mirada: te brilla el
alma. Y sos feliz en tu trabajo. Mónica, 63 años, Profesora y Directora jubilada después de
37 años de ejercicio de esta hermosa profesión.
Se nace con el espíritu educador pero también lo descubres en los caminos de la vida, sin
darte cuenta porque alguien te da la oportunidad de transmitir conocimientos. Me ha
tocado esa enorme suerte. Es real cuando menciona el brillo de la mirada, he tenido
profesores que tenían ese brillo especial. En el secundario tuve a un profesor de Historia
allá en Formosa que me transformó en un lector empedernido de ella.
¡La educación transforma, y vaya forma de poder hacerlo! Sabiendo que con palabras y
nuestros gestos podremos sacar adelante a los educandos, para que ellos aprendan
desde lo que nosotros podamos enseñarles, y dándole para adelante.
Estoy convencido de que sí existen profesores verdaderamente comprometidos con su
labor, que se esfuerzan en que los estudiantes adquieran verdaderamente los
conocimientos necesarios no solo para que aprueben la materia, sino para que crezcan en
saber y como individuos, como es el caso de Hernán, Vero, Martín y todos los profesores
que alguna vez han marcado en nuestra vida académica. Bien dicho que no solo el
compromiso es lo que mueve a los maestros a sacar adelante a los alumnos que
presenten dificultades en el aula, sino el que ellos esté conscientes de que pueden ser
fundamentales para que el alumno tenga un futuro exitoso, o no, y que tengan sentido de
urgencia, desde la perspectiva de que no le dejen a otro profesor el intento de apoyar a
sus alumnos cuando ellos están teniendo la posibilidad frente a ellos. Sin duda alguna
estos profesores fueron clave en la vida de los alumnos no solo para que culminaran
exitosamente sus estudios, sino para que también tuvieran una mejor visión del mundo y
que funcionasen como agentes de cambio en el ámbito sea cual sea en el que se estén
desarrollando. Un buen maestro al que le brillan los ojos cuando imparte cátedra en el aula
puede cambiarte la vida.