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UNIVERSIDAD ANDINA SIMON BOLIVAR – ECUADOR

PROGRAMA DE MAESTRIA EN ESTUDIOS DE LA CULTURA


MENCION POLITICAS CULTURALES.
2006 – 2007
Ensayo no. 2 Michael Foucault, el Orden del Discurso.
Asignatura: Teorías Culturales Contemporáneas.
Docente: Roque Espinosa.
Estudiante: Elsy Ortega Eraso.
Resumen
En este discurso el autor plantea los problemas o hechos que tienen efectos sobre El Orden
del Discurso, así pues, inicia con los 3 sistemas de exclusión:
-La palabra prohibida: es decir aquel cuidado que el autor tiene para no nombrar algunas
cosas, o seleccionar palabras que no trastoquen al oyente. (Esto me remite a la llamada
“autorregulación” que en pro de la “responsabilidad social” se le ha solicitado a los medios de
comunicación en Colombia, a propósito del conflicto armado interno).
- La separación de la locura: aquí Foucault plantea la exclusión de aquellos discursos que
no son aceptados por aquel discurso dominante, el cual es “racional” coherente, y no
fragmentado o disparatado como el del loco, pero a la vez plantea aquel carácter de “genio” o
“profeta” que se le da a los locos. (A propósito de este modo de exclusión pienso que el
discurso del loco al ser marginado de la sociedad y del discurso predominante, se convierte en
una manera de protegerse de ella, cuando se posee verdades inminentes que afectarían el poder
establecido. Por ejemplo, Hamlet, que finge estar loco para protegerse del poder del Rey, su tío
Claudio y su madre Gertrudis. El Rey David que se finge loco para que no sea identificado
como el valiente que había acabado con “diezmiles” de los Filisteos. Al estar en esta lucha de
poder el fingirse locos fue una estrategia que les permitió a estos personajes, protegerse, al
menos por un momento, de quienes detentaban el poder y que estarían amenazados con la
“verdad” que poseían estos personajes.) Con esto paso a la siguiente exclusión.
- La voluntad de verdad: la cual según el autor, es una “maquina destinada a excluir”,
puesto que determina qué es aceptado como falso y que como verdadero. De una manera
maniqueísta, en la que solo puede existir una verdad y una falsedad, y no dos verdades,
excluyendo así los umbrales, las fisuras, las fracturas etc. Así el discurso es aquello que permite
perder, mantener o acceder al poder, y la verdad está determinada por la voluntad, que a la vez
se modifica con el tiempo.
Una vez planteados los sistemas de exclusión, Foucault pasa a determinar los
Procedimientos de Control del Discurso: Externos e Internos, entre los procedimientos Internos,
está el comentario, con el cual lo que se dice del discurso, aquello que se interprete, o analice irá
a alterar o afectar al discurso. También está el Autor, el creador del discurso legitimado por la
sociedad, legalizado por el discurso jurídico, (los derechos de autor), le otorga un valor
agregado al discurso, su grado de credibilidad, es decir quien tiene la autoridad, el saber para
decir qué sobre determinado tema. De esta manera se ejerce un control sobre la producción del
discurso. Por último están las disciplinas, dadas por esas “sociedades discursivas” que hacen
clasificaciones, crean conceptos etc. En determinada área del saber.

Apreciación
El Orden del Discurso, es un texto provocador, que invierte y subvierte aquellos
paradigmas instalados en el “logos”, que nos hacen creer que las verdades son descubrimientos
y no construcciones.
En esencia lo que Foucault hace, es develar que los discursos son compuestos,
construidos, fabricados para controlar y ejercer poder, para construir saber, y en ultimas como
superobjetivo, los discursos se proponen determinarnos como sujetos, así los discursos
configuran unos ordenes al azaroso caos de la vida y el ser. Los discursos son constructos que
nos dicen qué somos, quiénes somos, cómo tenemos que ser, qué no tenemos que ser, cómo
debemos pensar y cuáles son las verdades que debemos aceptar, es decir la “Verdad de la
época”.
Foucault es tremenda y extremadamente revelador al identificar “los tipos de
exclusiones” de los ordenes discursivos, (la palabra prohibida, la separación de la locura, la
voluntad de verdad), de esta manera no sólo quita vendas, sino que dirige nuestra mirada más
allá del punto final, de los márgenes, de los límites, de las clausuras, más allá de las formas
restrictivas que se asumen como verdades absolutas e irrebatibles. Despierta nuestro largo y
profundo dormir en los “órdenes discursivos” imperantes, para reconocer a los otros discursos,
esos que se dicen y desaparecen, esos otros dentro de los otros, los discursos velados, y los
discursos nunca dichos que esperan ser dichos.
Así se nos impone una nueva tarea como investigadores o estudiosos de la cultura, la de
tratar de ecualizar la escucha domesticada, y saltar al intento de oír lo que los mismos discursos,
los predominantes, callan o velan detrás de las palabras entre el comienzo y el punto final,
intentar oír lo que pretenden ocultar en sí mismos, es decir no sólo abordar lo que dejan por
fuera, lo que excluyen, lo que relegan, sino lo que fingen, lo que está en el fondo. El Orden del
Discurso viene a ser una metodología para abordar los sistemas de pensamiento que configuran
a las culturas, a las ciencias y a los sujetos.
Además, me deja herramientas para abordar temas de actualidad, tales como la
legalización del negocio de las drogas, la legalización del aborto, la legalización de la dosis
personal, o discursos como el de la seguridad democrática, la violencia o la paz en Colombia.
Pues cabe preguntarse cuáles son los discursos que construyen estos temas, quiénes los
enuncian, quiénes los amplifican y los ponen en circulación, y cuáles son los discursos que
acerca de los mismo temas quedan detrás, ocultos, en las fisuras, límites o umbrales del
Discurso imperante.
Y al respecto, paso a ejemplificar o a aplicar estos develamientos que me deja el Orden del
Discurso, a una situación específica, la legalización de la dosis personal en Colombia, tema que
muy hábilmente supo explotar la campaña de Álvaro Uribe para contrarrestar la campaña de su
oponente más cercano, Carlos Gaviria Díaz, candidato por Polo Democrático. :

Esta declaración se suma al ataque que desde el gobierno se viene gestando desde hace varios
días hacia la campaña de Carlos Gaviria y que empezó con una falsa información entregada
por la campaña de Uribe al noticiero CMI, continuó con la declaración del presidente en
contra de la sentencia de la Corte Constitucional que despenalizó el consumo mínimo de droga
(conocido como dosis personal) cuando Carlos Gaviria era magistrado, a la cual se sumó un
informe del Ministerio de Protección Social que afirma que el consumo de droga en Colombia
aumentó, haciendo énfasis en los niños; y concluyó ayer con una columna de Rafael Nieto que
llegó incluso a relacionar a Carlos Gaviria con las Farc.

Con razón, el candidato presidencial del Polo Democrático Alternativo dijo este jueves en
Popayán: “Presidente, juegue limpio. No calumnie, ni deje que sus asesores calumnien”.
http://www.polodemocratico.net/article.php3?id_article=1209Oficina de Prensa
Viernes 5 de mayo de 2006

“No se guarda proporción en un país que extradita 400 personas y al mismo tiempo permite el
libertinaje de la dosis personal. No hay consistencia en un país cuyos erradicadores son
asesinados en el Parque Nacional de La Macarena, cuyos policías son asesinados por el
narcotráfico y se permite el libertinaje de la dosis personal. No hay consecuencia en un país
cuyos periodistas son asesinados por el narcotráfico y se permite el libertinaje de la dosis
personal”, dijo el Presidente de la República.

Un reclamo y un vacio.

“Tenemos un vacío –dijo–. No hay control al consumo, los científicos me dicen –y me lo decían
cuando era Gobernador de Antioquia y me lo repiten hoy los profesores- que las labores de
prevención y educación se dificultan, no dan buenos resultados, porque no están acompañadas
de la sanción al consumo”.

Refirió que el reclamo por el tema de la drogadicción se lo han hecho madres de familia, las
cuales le han informado que los barrios están azotados por los expendios y los consumidores de
droga. “Frenen el consumo de droga, que eso amenaza a convertirnos los niños en criminales”,
le han dicho ellas.

Recordó que en cierta ocasión lo abordó el hijo de una persona extraditada, quien le dijo: “mi
papá fue extraditado por comerciar con coca. ¿Por qué Colombia permite el consumo?”.

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