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¿Cómo conceptualizamos la acción política con Hannah Arendt?

Para responder la pregunta de “¿Cómo conceptualizamos la acción política


con Hannah Arendt?” creo que es necesario primero explicar qué entiende por
acción la pensadora. Para Arendt, la acción es la actividad política humana central
y, para comprender la naturaleza de la acción, es necesario distinguirla de las otras
dos actividades fundamentales humanas: la labor y el trabajo. Siguiendo al texto de
Oro Tapia (2008) vemos cómo tanto la labor, que se ocupa de la producción de todo
lo necesario para la renovación de la vida, como el trabajo, que se ocupa a producir
los enseres necesarios para llevar una vida confortable, están subordinadas al
imperio de la necesidad. En este sentido, la acción se diferencia de las otras
actividades en que es libre, no está sometida a este imperio de la necesidad
nombrado anteriormente, y en que es la única actividad que se da entre la gente sin
la mediación de los objetos.
Una vez hecha la distinción entre la acción del resto de actividades humanas
me parece importante aclarar que esta acción es parte de lo que Arendt llama vita
activa junto con la labor y el trabajo. Estas tres actividades son fundamentales para
la autora porque cada una corresponde a una de las condiciones básicas bajo las
que se ha dado al hombre la vida en la tierra. En el caso de la labor la condición
humana es la misma vida. En el caso del trabajo es la mundialidad, el hecho de que
estamos en un mundo al que hemos equipado y que podemos encontrar en
cualquier sociedad humana. Por último, en el caso de la acción la condición humana
es la pluralidad, en el sentido de la diversidad de los seres humanos.
Es en esta última condición donde se encuentra, para mi, la clave del
concepto de política de Hannah Arendt: “la política se basa en el hecho de la
pluralidad de los hombres”. En este sentido, tomo lo que nos dice Oro Tapia en su
texto de cómo entendemos la política nosotros desde la tradición moderna y como
Arendt la entiende con los cánones del paradigma clásico. Frente a la visión
moderna de la política entendida como la estatalidad y la función legislativa, la
filósofa nos contrapone una imagen del mundo político como el ámbito del consenso
entre iguales. En este sentido, la política se distingue de un comportamiento
simplemente social ya que nos comunicamos a partir de intereses y objetivos que no
son los mismos. Entonces podemos decir que para Arendt la verdadera actividad
política consiste en conciliar por medio de la palabra los antagonismos que se
suscitan de la pluralidad. De esta conciliación de valoraciones diferentes resulta la
vida política, el mundo político.

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