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Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

Facultad de Filosofía y Letras


Colegio de Lingüística y Literatura Hispánica
Investigación Lingüística
Karla Loranca Viveros

El análisis del discurso

Discurso proviene del grigo logos “como capacidad de servirse de la lengua”


(López, 13), esto implica su carácter social. Esta palabra en la actualidad dentro del campo
de la lingüística es polisémica, pero el significado que nos interesa es aquel desprendido de
la idea de que el discurso es “una actividad y representación social” (López, 16) con una
amplia carga semántica.

Según Fairclough, el discurso es un “uso lingüístico concebido como práctica


social” (176) y cada evento discursivo tiene tres facetas: como texto, como práctica
discursiva y como práctica social (174). Como texto tiene la cualidad de ser multifuncional,
Halliday (169) nombra a estas funciones como ideacional, interpersonal y textual; la
primera se divide en experiencial y lógico, se refiere a la significación y experiencia de la
realidad; la segunda se relaciona con la interacción entre los participantes del evento
discursivo; y el textual con la información dada y la forma con la que es presentada.

Autores como Sayago consideran el análisis del discurso como una herramienta de
análisis cualitativo y cuantitativo, mientras que otros como Van Dijk lo consideran una
disciplina teórica. Esto depende del autor con el que se trabaje, por mi parte prefiero
afiliarme a la idea de Van Dijk.

En resumen, el análisis del discurso es una disciplina teórica multidisciplinaria que


se encarga de analizar la relación que existe entre la forma y contenida del texto con el
contexto en que se haya a nivel espaciotemporal interaccional e histórico, y a partir del
enfoque que se le otorgue se pueden estudiar desde las relaciones de poder hasta la
configuración de los estereotipos o la mitigación.

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