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Harry Stack Sullivan, La entrevista psiquiátrica.

Introducción

Sullivan, (1947). define la psiquiatría como el campo de estudio de las relaciones


interpersonales, destacando más la interacción de los participantes de una situación social,
que concentrándolo exlusivamente en la economía supuestamente privada de cualquiera de
los participantes.

Entendiendo ésto, la entrevista será una interacción entre dos personas, que no se limita a un
periodo fijo de tiempo, más bien a un curso de hechos interpersonales.

Para Sullivan (1947) pese a que la situación de entrevista psiquiátrica supone una relación en
que el psiquátra ve la entrevista como su trabajo y el paciente como una forma de entender
mejor algunos aspectos de su conducta, lo que parecería trabajar a favor de la comunicación,
en realidad para el paciente no será fácil el hecho de presentar su caso al psiquátra.

Entiendo que la entrevista psiquiátrica se entiende como una interacción entre dos personas,
pero en ésta interacción las evasivas o resistencias del paciente tendrán que ser observadas y
elaboradas por el psiquatra en favor de una mejor comunicación.

“El fin de la entrevista no es elminiar esos movimientos, sino reconocerlos, explorar sus
orígenes y llegar a un entendimiento, a una comprensión de su significado en la situación que
se estudia.” (Sullivan, 1947. p 14)

Desde ésta perspectiva entonces el trabajo del psiquatra consiste en que el paciente se de
cuenta de sus propias evasivas, ansiedades y resistencias para lograr una mejor comprensión
de los propios comportamientos ya que muchas veces el lenguajes es más un modo de defensa
que de comunicación.

Para Sullivan la comprensión de los obstáculos de la comunicación, que reflejen ansiedad y


anticipación al daño procedente de otro ser humano es uno de los principales objetivos de la
entrevista psiquiátrica. (1947)

Entonces, el estudio de la entrevista se convierte en un estudio del proceso o la interacción


que resulta de la presencia de los participantes dentro de la misma.

Capítulo primero, conceptos básicos de la entrevista psiquiátrica.

Definición de la entrevista psiquiátrica.

De acuerdo con Sullivan, (1947) la entrevista es una situación de comunicación vocal, en un


grupo de dos, más o menos voluntariamente integrado, sobre una base progresivamente
desarrollada de experto-cliente, con el propósito de elucidar pautas, características de vivir
del sujeto entrevistado, el paciente o cliente, y qué pautas o normas experimenta como
particularmente productoras de dificultades o especialmente valiosas y en la revelación de las
cuales espera obtener algún beneficio.
La definición me queda clara, aunque la parte que más me llama la atención es, más o menos
voluntariamente integrado, ya que considera la posibilidad de que el paciente no esté ahí de
forma voluntaria.

El carácter oral de la entrevista.


“Al comienzo de mi definición de la entrevista psiquiátrica, expresa que tal entrevista es una
situación de comunicación principalmente oral o vocal, no solamente comunicación verbal.”
(Sullivan, 1947. p 27.)

Me parece, ya habiendo avanzado un poco más en la lectura que Sullivan se refiere no sólo a
las palabras que dice el paciente sino también a cómo es que dice esas palabras, la parte de
tono e emotividad en la voz.

Grupo de dos
Sullivan, (1947) opina que es prácticamente imposible explorar la mayor parte de las zonas
significativas de la personalidad, ya que si bien hay dos personas en la habitación, existe una
cantidad mayor de personas más o menos imaginarias que influyen en el proceso de
entrevista.

Es decir que las personas suelen hablar de lo que les pasa en relación a terceros, y son éstos
sujetos los que forman una parte importante y significativa de la entrevista.

Integración voluntaria de los participantes.


Sullivan (1947) piensa que la gama de participantes que se someten al proceso te entrevista
es muy amplia, desde los que se someten voluntariamente al proceso hasta los que se ven
obligados por la ley, y el resultado es que la gente espera a menudo que el psiquiatra sea o
bien un maravilloso genio, o un perfecto asno.

Las expectativas del sujeto respecto del proceso de entrevista influyen en el mismo de una
manera importante, para algunos el psicoterapeuta será esa figura “sabia” que les va a resolver
todos sus problemas y para otros será una figura autoritaria impuesta que genera resistencia e
incluso hostilidad.

Las relaciones entre el profesional y el cliente.


Para Sullivan (1947) el experto en psiquiatría debe poseer la capacidad de comprender el
campo de las relaciones interpersonales, y se espera del mismo que manifieste una
extraordinaria habilidad en las relaciones con un sujeto o paciente.

Entiendo entonces que el analista será un experto analista de la relación que se establece
dentro de la entrevista, es decir, un experto en la entrevista misma.

Las normas características de vida del paciente.


Sullivan (1947) dice que la entrevista no debe tratarse de enterarse de lo que “sufre” el
paciente, sino que han de comprenderse correctamente los problemas del paciente, el
psiquiatra debe comprenderlo en su principales características referentes a su trato con los
demás.
Entiendo entonces que la vida tiene situaciones que la hacen “difícil” de vivir, como alguna
cuestión orgánica de malfuncionamiento físico, sin embargo, la terapia se tendría que
encargar de ver todo aquello que por razones culturales, educación, moral, etc. el paciente no
ve, o ve de forma poco clara.

La esperanza de beneficio del paciente.


Sullivan (1947) piensa que existen situaciones de entrevistas en las que no se presta atención
a lo que el paciente obtiene de la propia entrevista, es decir, el paciente siempre tiene por lo
menos alguna esperanza de mejoramiento o de obtener algún beneficio personal como
consecuencia de la entrevista.

Se debe entender entonces que el paciente siempre va con el objetivo de obtener algo de su
terapia, de su entrevista, de su proceso y es necesario entonces que no perdamos de vista ese
objetivo.

El psiquiatra como observador participante.


Para Sullivan (1947) el psiquiatra debe tener antecedentes, un pasado y hacer referencia a
ellos, para poder deducir, por medio de puras operaciones intelectuales, el significado de la
serie de actos humanos que puede tener su paciente, movimientos de las manos, pies, ojos,
tono de voz, etc.

El psiquiatra tiene entonces la tarea de observar a su paciente, pero participa de esa


observación al echar mano de sus experiencias personales.

“Cuanto más convencionales son las declaraciones de una persona, más dudoso es,
naturalmente, que uno tenga la menor idea de lo que en realidad quiere decir.” (Sullivan,
1947. p 43)

Quiere decir entonces que no debemos dar por hecho que sabemos exactamente de lo que
habla un paciente, ya que aunque parezca que se está tratando un tema totalmente
convencional y claro, podría no ser así.

El concepto de la distorsión paratáctica.


Sullivan (1947), esta quiere decir que además de las personas tangibles existentes en cada
situación se añaden fantasías a las conductas de éstas y aparecen personajes imaginarios,
espectaculares, extraños. Al mismo tiempo la distorsión paratáctica puede ser un oscuro
intento de comunicar algo que verdaderamente necesita ser comprendido por el terapeuta.

Entiendo entonces que las verdaderas características de las otras personas puede estar muy
alejadas de cómo son percibidas por el propio paciente, es decir, prejuicios positivos o
negativos.
Capítulo II, la estructuración de la situación de la entrevista.
El papel cultural del psiquiatra como experto.

Sullivan (1947), piensa que si una persona llega a la entrevista psiquiátrica esperando un
cierto patrón de hechos y luego no los materializa es muy probable que no vuelva; asimismo,
no dirá cosas agradables sobre el entrevistador.

Entiendo que entonces lo que se le ha enseñado al paciente que debe esperar es, de hecho, lo
que se debe lograr.

De acuerdo con Sullivan (1947) el experto en psiquiatría debe tener una comprensión poco
común del campo de las relaciones interpersonales, una comprensión muy extensa y
detallada. Se supone que él estará, cuando menos, familiarizado con prácticamente todo lo
que hacen las personas en su relación mutua y que sabe más que su cliente sobre las
relaciones interpersonales en cualquier campo de interés que pudiera ser discutido. Posee una
comprensión de la técnica de observación participante, capta mucho más y está más
informado de lo que ocurre en sus relaciones con los demás, se espera que demuestre su
pericia en la conducción con el paciente.

Entiendo que, en resumen, un experto en psiquiatría es considerado culturalmente como un


profesional capaz de conducir con éxito una entrevista psiquiátrica.

“El experto tiene derecho a que se le suministren los datos pertinentes y significativos, y por
lo tanto, se empeña en conseguirlos… El entrevistador tiene derecho también a ejercitar su
habilidad para desalentar las trivialidades, impertinencias, gestos graciosos para su diversión o
repeticiones de cosas que ya ha oído.” (Sullivan, 1947. pp. 53-54)

Entiendo entonces que de algún modo, se deben buscar aquellos datos que sean necesarios
para la entrevista, siempre con respeto y con un trato ético y humano y al mismo tiempo
evitar las trivialidades que pueden resultar al tratar temas incómodos.

Según Sullivan (1947). el psiquiatra se priva a sí mismo de la satisfacción de cualquier


curiosidad respecto a las cuestiones en las cuales no existe razón alguna para investigar.

Simplemente dice que si no es necesario preguntar algo, entonces no debe hacerse.

Los obstáculos culturales en la labor del psiquiatra.


De acuerdo con Sullivan, (1947) existen diferentes trabas para poder llegar a tener una
entrevista psiquiátrica exitosa, en primera la enseñanza cultural de no deber necesitar ayuda,
al miso tiempo está la herencia cultural de que las personas deben conocerse a sí mismas, y
por lo tanto poder distinguir de manera automática entre lo bueno y lo malo. Otra idea
generalizada es que uno debería avergonzarse si no le ha sido posible elevarse y superar las
limitaciones de su pasado y finalmente la creencia de que el sujeto debe ser independiente, sin
necesitar de nadie.

Creo que todas éstas, combinadas con otras tantas, efectivamente, entorpecen el proceso de
trabajo del psiquiatra.
El empleo del procedimiento metódico para superar los obstáculos personales
“Hay en todos los casos una cierta medida de impedimento o desventaja que surge de la
ignorancia, por parte de la psiquiatría, de los factores interpersonales, ignorancia que estorba
o impide su participación como experto en ciertas fases de las relaciones doctor-paciente”
(Sullivan, 1947. p. 59)

Creo que de forma casi, “lógica” ningún psiquiatra o terapeuta realmente espera que sea
posible evitar todos éstos impedimentos o desventajas.

Sullivan (1947) opina que la entrevista psiquiátrica puede ser considerada como compuesta
por una serie de etapas que son;

1) el comienzo formal: incluye la recepción formal de la persona que viene a la entrevista y un


interrogatorio muy breve sobre las circunstancias de su visita.
2) el reconocimiento: debe iniciarse lo más naturalmente posible y consiste en obtener un
bosquejo general de la historia social o personal del paciente.
3) la investigación o interrogatorio: depende del propósito de la entrevista, y siempre se debe
tener presente que la entrevista es para permitir a un experto en relaciones humanas que
contribuya el éxito de vivir de otra persona.
4) la terminación: no se refiere al proceso de cierre de todo el proceso, sino más bien a que el
entrevistador ha visto a su cliente todo el tiempo que va a atenderlo ese día y por lo tanto
debe anunciarse la terminación con una declaración final.

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