Conclusión sobre el documental: “Dilema de las Redes Sociales”
En este documental realizado por varias personas influyentes en el desarrollo de las
plataformas digitales más grandes del mundo como lo son Twitter, Facebook, Google, Snapchat, Tik-Tok, se presentan dos temas principales: el primero trata sobre la adicción a las redes sociales (y la forma en la que han logrado que sean tan adictivas) y la segunda, es el resultado de eso: la manipulación de la conducta y el criterio de las personas. Para que podamos entender estos dos temas nos explican cómo funciona la inteligencia artificial detrás de todas estas aplicaciones; el uso de algoritmos dentro las redes sociales ya no es más un secreto y la mayoría de las personas estamos conscientes de que nuestros micrófonos, nuestras búsquedas y cualquier cosa que pueda ser captada por los dispositivos, funcionan como información para modificar nuestros motores de búsqueda y los diferentes tipos de anuncios que veremos. La inteligencia artificial ha sido enfocada y desarrollada para tener la capacidad de predecir los pensamientos y los deseos de los usuarios. En los últimos años, gran parte de los programadores y diseñadores de estas aplicaciones se han enfocado en deconstruir el funcionamiento psicológico de los procesos mentales y de las conductas humanas para así perfeccionar sus sistemas artificiales, de tal manera que no sólo puedan predecir nuestras acciones, conductas, pensamientos o deseos, sino que sean capaces de modificarlos, todo esto basándose en la información que recopilan sobre nosotros, desde dónde vivimos, hasta cuántos segundos nos quedamos viendo una foto. El principal objetivo de la inteligencia artificial es mantenernos más tiempo mirando la pantalla, porque eso les asegura que veremos más publicidad, lo que se traduce en mayores ganancias. Y las anunciantes están dispuestos a financiar este tipo de sitios porque literalmente son el mercado más grande del mundo. Como gran parte de nuestra atención está puesta en las redes sociales, eso nos transforma en potenciales clientes. El punto más preocupante es la personalización del algoritmo, del hecho de que se adapte a lo que pensamos, porque hace que terminemos creyendo que cualquier cosa se volverá una verdad absoluta (ejemplo al respecto que aparece en el documental: “todos conocemos Wikipedia que es una enciclopedia digital en la que vemos la misma información acerca de personas o acontecimientos reconocidos y si cada persona tuviera un Wikipedia personalizado de acuerdo a su algoritmo y a sus búsquedas, o sea que cada biografía y toda la información que está dentro de Wikipedia estuviera adaptada a nuestros pensamientos, causaría un enorme caos puesto que nadie estaría de acuerdo en nada porque todos tendríamos informaciones diferentes sobre los mismos temas. Y esto es justo lo que hacen todas las redes sociales. El algoritmo es incapaz de hacer distinción entre una noticia falsa (“fake new”) y una real, y desde el punto de vista de los anunciantes no tiene ningún tipo de repercusión ya que lo único que quieren es anunciarse sin importarles si se trata de una noticia verdadera o no. Así que cuando buscamos algo en Google o vemos algo en Facebook, no significa que sea verdad, aunque veamos los mismos datos una y otra vez, o aunque nos parezca que estamos encontrando mucha “evidencia” sobre alguna cosa, ese resultado es una adaptación a nuestras búsquedas y a la información que le dimos al algoritmo sobre nosotros. La inteligencia artificial en estas aplicaciones está diseñada para complacernos, no para cuestionarnos nada, porque de esta manera vamos a permanecer más tiempo en la plataforma que, como expresé anteriormente, es el objetivo más importante que busca. Esta personalización de la realidad ha afectado de muchas maneras al mundo, la polarización política y social jamás había sido tan grande. Toda la gente cree que tiene la razón absoluta sobre cualquier tema. Las manifestaciones, los reclamos, los movimientos sociales y la desconfianza en la democracia, son “moneda corriente” en nuestros días. ¿Qué lugar se le da al cuerpo? ¿Cómo pensar los cuerpos en tiempos tecnológicos? ¿Qué pasa con nuestros sentidos? Y la pregunta que cada uno se puede hacer. La relación que encuentro al uso de estas plataformas (y de internet mismo) con el lugar que se le da al cuerpo, es que cada vez nos vamos volviendo seres más inmóviles, sedentarios e individuales. El uso de la tecnología facilita el aislamiento, ya no es necesario salir de nuestras casas para hacer compras ni socializar y, en esos términos, está generando la formación de individuos cada vez más conectados con el mundo pero más desconectados entre sí, lo que provoca depresión, sobre todo en los adolescentes (quienes están construyendo su personalidad, por lo que la necesidad de agradar se vuelve indispensable y el “bullying”, que puede llegar desde las plataformas, no sólo que no contribuye a transitar adecuadamente esta etapa, sino que podría ser un disparador de la depresión. También es de destacar que las ediciones de fotografía, de audios, de videos, hacen cada vez más fácil que no podamos distinguir hechos reales de hechos ficticios, lo que nos trae consecuencias negativas como por ejemplo estados de estrés, crisis de pánico, violencia, etc. También nos puede generar inconvenientes en el ámbito laboral, estudiantil y personal, ya que incentiva la distracción y la programación. Nos vuelve personas menos creativas y con menor razonamiento por el simple hecho de pensar “que ya está todo resuelto en internet” (por ejemplo, si tenemos una dolencia física, lo primero que hacemos es “googlear” las posibles causas y sus tratamientos y, muchas veces, “nos quedamos con eso”, en vez de acudir a un profesional para un preciso diagnóstico) y, todo esto sin siquiera darnos cuenta. Uno pudiera preguntarse: “¿qué importa que yo sea el producto, si al final me van a querer vender cosas que yo busque o que yo quiera? Esta pregunta nos invita a reflexionar en que las empresas en base a este criterio y, gracias a la manipulación que utilizan a través de la inteligencia artificial, pierden el sentido común y la ética hacia nosotros los usuarios, lo cual provoca consecuencias sumamente graves. Ejemplo de esto es la falta de control sobre la información a la que pueden acceder niños y adolescentes. Ellos hoy en día están expuestos a muchas cosas a las que antes no lo estaban; por ejemplo, a los estereotipos completamente irreales de belleza, teniendo en cuenta que se trata de edades en la que todavía no están definidas sus personalidades y su autoestima es muchas veces vulnerable.